01. Visitante desconocido
Aquella mañana Hawk estaba inquieta, sentía que algo extraño pasaría, lo presentía, se sentía en el ambiente. Y no era nada malo, no olía mal como las comidas de Meliodas. Pero su nariz la estaba volviendo loca.
Estaba segura que esa basura estaba cerca, sin embargo, no venía solo. Y eso era lo que la inquietaba, el aura que poseía era fuerte pero demasiado tranquilo para su gusto.
—¿En qué piensas Hawk?
—Habrán visitantes nuevos, lo presiento, lo siento en el aroma, lo... ¡Comida!
Meliodas, se rasca la nuca extrañado y algo perdido al ver como aquel cerdo que era su mejor amigo, salía corriendo fuera del bar. Era extraño, no era como cuando algo lo incomodaba, era un comportamiento muy extraño.
Sin embargo, minutos después volvió corriendo con las mejillas ruborizadas escondiéndose tras Meliodas, quien ya se había perdido, aunque permaneció tranquilo, expectante a lo que venía, se escuchaban voces.
Una grave varonil, y otra ronca pero femenina. ¿Eran aquellos los desconocidos de quienes había anunciado Hawk?
La puerta del bar se abre dejando ser una joven de cabello negro, envuelta en una capucha violeta quien entró bostezando siendo empujada por un cerdo de color marrón chocolate con el mismo rosado del color de piel de Hawk, solo que este tenía un arete contrario al de su mejor amigo, junto con un signo de incógnita cerca de su pierna izquierda, justo en la cadera.
—¡Bienvenidos forasteros! , han venido en el mejor lugar para tomar la bebida de los Dioses. —saludó Meliodas, quien al observar con más detalle notó que el acompañante del cerdo gracias a la capucha no podía ver mucho más que su cabello oscuro como la noche.
—Buenos días, esa frase promete ser delicioso. —dijo la voz femenina sentándose en una de las mesas cerca de la puerta, parecía estar cansada.
—¡Hawk! Al fin te encuentro, que alivio que estés en un buen pueblo aunque no pude saludar a mi suegra. —dice el cerdo con aquella voz aterciopelada, varonil pero animada.
Hawk con el rostro sonrojado sale tras Meliodas, quien se pregunta con extrañeza la gran familiaridad con la que trató a Hawk, pero su cabeza después de minutos recae en una palabra.
—¿Suegra?
—Dove, no debiste haber venido hasta acá, puerco de pacotilla.
—Que dulce amor aún guardas hacia mi, mi bella doncella. ~
Hawk al escuchar aquello lo manda a volar pero antes de salir por la puerta y tal vez rodar varios metros por el golpe con un movimiento de mano de la desconocida, cual si fuera un títere el cerdo queda estático pero es bajado al suelo.
—Mucha fuerza, y buen carácter. Interesante —dice la joven misteriosa, quien tan solo empieza a ocultar su mano, abrazándose como si aquello le hubiera dado frío.
—Parece que usted tiene una gran habilidad. ¿Me permitiría saber su nombre bella dama? —dice Meliodas intentando acercarse con curiosidad para dar la mano, o intentar tocar aquellos senos que parecían ser el cielo de lo abultado que parecían tras la capa, sin embargo, no pudo moverse, por más que lo intentara con toda su voluntad y fuerza.
—¿Pero que?
—Hawk, le recomiendo que las intenciones del rubio no sean impropias con mi compañera.
—¿Porque debería hacerte caso? ¿acaso es tu nueva conquista? Maldito puerco.
—Ay... Justo en mi corazón, mi dulce trébol de la suerte. —dice mientras se vuelve a acerca a la Cerda rosada.
Sin embargo, esta lo noquea directo al suelo, apesar que el cerdo fuera mucho más pesado que el rosado, la fuerza y testaruda manera ser era más que suficiente para noquear a un oponente digno de Hawk.
—Deja de ser celosa, que solo tengo ojos... Ugh... Para ti... —dijo el cerdo negro con cinturón rosado, del símbolo con una incognita, casi sin aire pero gustoso de su cercanía.
—Soy Inu Buruna, un placer, conocer al dueño de esta taberna. Me dijeron que buscas chef. ¿Es cierto? —pregunta tras otro bostezo la joven de cabellos negro, esta vez con el rostro dirigido al rubio.
Meliodas al ver aquel gesto, recién pudo sentir la sensación de poder moverse, sin embargo, se quedó tieso al ver aquellos ojos ámbar como el sol, aunque con unas graves ojeras.
—Un placer, Soy Meliodas. Y si, seguimos necesitando. ¿porque deseas trabajar con nosotros?
—Porque el puerco que esta allí, no soportaría otra eternidad sin su novia. ¿No es obvio?
La joven que ahora podía notarse de unos 21 años o más, había aceptado la cerveza pero no la comida de Meliodas ya que ella misma tenía preparado su propia vianda de comida. Que para el rubio olía a delicias culinarias, sintiendose por un momento más afortunado.
—¿Novia? wow... ¿Eso lo has preparado? —pregunta con gran incrédulidad el rubio.
—Aja.
—Si, ¿no te lo ha dicho? ¿Era secreto? —pregunto algo arrepentida, mirando al par de cerdos.
—No/no.—ambos cerdos responden al unísono aún en suelo, sin embargo, ahora la cerda rosada estaba bajo el mayor.
—¿Y que se supone que hacen ahora ustedes...? —pregunta algo intrigado, sin embargo, es callado porque un tenedor se introduce en su boca, probando un gran picado de carne.
Salvando a ambos cerdos, o más bien a Hawk, quien ya se sentía incómodo, con la presumida posición junto a la pregunta.
—Mm... Esto está delicioso, ¿si quieres te ofrezco puerco a la olla? —pregunta con diversión, Meliodas, el pecado de la ira.
—¿¡Que!? ¡Buruuu no permitas que nos coma!? —suplicó alarmado el cerdo multicolor.
—¡Eres un maldito cerdo! —exclamó con miedo Hawk.
Logrando así que la chica sintiera levemente por la ocurrencia y así a su vez, rechazar la oferta. Logrando así que ambos cerdos se callaran y amaran a la chica. Mientras que Meliodas intentaba saber que era lo que realmente era esa joven. Algo misterioso ocultaba, pero no le vendría mal tener un poco de Compañia y una chef como ella.
¡Primer capítulo versión HawkgirlxOc! Espero que les haya gustado. En la siguiente actualización estará la versión HawkboyxOc. ¡nos leemos!
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