7° CAPÍTULO
Al llegar al taller, Tomoe que era el joyero real, le hizo una reverencia, mostrando así sus saludos y respeto al Príncipe.
-- ¡Tomoe!, .... ¿Ya lo tienes listo? _ Pregunto el Príncipe emocionado.
-- Majestad, esta todo lo que me pidió, el collar, las pulseras y los anillos, .... Y déjeme decirle que le dedique toda mi atención a la fabricación, de estas joyas _ Dijo el Joyero, mientras le entregaba un cofre bellamente bañado en oro con incrustaciones de piedras preciosas.
-- ¿De verdad?, .... ¡Gracias Tomoe!, .... ¡No sabes lo feliz que me hace saber eso!
-- ¡Bueno mi Príncipe!, .... Es mi trabajo, siempre hacer bonitas joyas.
-- ¡Si!, Pero, estas joyas no son simplemente un regalo cualquiera, .... Estas joyas son muy especiales, .... Son para la hermosa Princesa Serena.
-- Lo sé, lo sé, Majestad, .... Es por ello que les preste más atención a ellas.
-- Bueno, como ya tengo lo que deseaba, .... Yo me retiro, gracias por todo esto Tomoe.
-- ¡Hasta luego mi Príncipe, y suerte con la Princesa!
Diamante, al escuchar lo último, no le dijo nada y solo sonrió marchándose.
En cambio, el joyero, que sabia muy bien cual era el plan del Príncipe, elevo una plegaria a Horus, para que pueda ayudar a los Príncipes con su pequeño romance.
Diamante que aun estaba de camino hacia el pequeño jardín, observo que la ausencia de sus tíos, era muy notoria en el palacio.
Como siempre, sus tíos habían ido a pasar unos días a solas al Nilo. Costumbre que lo hacían desde mucho antes del nacimiento de su única hija, y como ahí se contaba con un pequeño Palacio, eso facilitaba la estadía de los monarcas.
En su habitación, Serena se alistaba con los mejores vestidos y joyas que poseía, ya que deseaba tener un momento muy especial con su prometido Diamante; ignorando totalmente la fiesta que este le había preparado.
Imagen de como esta vestida Serena.
Mirando su reflejo por una última vez, y asegurándose que todo estuviera bien, la rubia salió de sus aposentos y se fue en busca de su prometido.
Estuvo buscándolo, por los lugares que eran muy habituales por él, pero no lo hallaba, así que muy triste por no encontrarlo, decidió ir hacia el jardín, para así disipar un poco su desilusión.
Pero al momento de llegar, su rostro de desilusión cambio por uno de satisfacción y alegría.
Ya que, al medio del jardín, en donde estaba la pileta de su madre la Reyna Ikuko, se encontraba un arrodillado Diamante muy sonriente, y en sus manos extendidas se hallaba un cofre.
Imagen de como esta, vestido Diamante.
-- ¡Diamante!, ¿Qué significa esto? _ Pregunto emocionada la rubia.
-- ¡Sorpresa! _ Dijo entonces muy enamorado, Diamante, mientras se ponía de pie, y depositaba un beso en su frente.
-- ¡Todo esto!, .... ¡Wow!, .... ¡Diamante!, .... ¡No se que decir!
-- Simplemente disfruta de tu regalo y de nuestra fiesta de compromiso.
-- ¿Fiesta de compromiso?
-- Si, .... Ya que no pudimos celebrarlo, como se debe, .... Bueno, me tome el atrevimiento de hacerlo ahora.
-- ¡Sabes que eres único!, ¿No?
-- Si, pero tu mi amada Serena, .... Tu eres única y sobre todo muy especial.
La mencionada sonrió de forma tímida, y luego se recargo en el regazo de su prometido.
-- ¿Por qué no abres tu regalo?
-- ¡Bueno, quería hacerlo cuando este sola!
-- ¿Por qué?, ¿Acaso piensas que no te gustara?
-- No, .... Solo que cuando lo veas por primera vez, quiero que lo veas puesto en mí y no en una caja.
-- ¡Ja!, ¡Ja!, ¡Ja!, ¡Ja!, .... Eso es hacer trampa, .... Pero esta bien, .... Sabre esperar hasta entonces.
La rubia, sonrió ante aquellas palabras, mientras agarraba con más fuerza la caja.
Y mientras los príncipes, estaban que disfrutaban de su gran muestra de amor en el Palacio Real.
Los Soberanos del Alto Egipto, recibían una carta, en donde les indicaba que el Soberano del Bajo Egipto, venia a sus tierras en compañía de su heredero, su hermano y su sobrino.
Muy extrañados por aquella visita, Ikuko con su esposo Kenji, decidieron poner fin a sus vacaciones y enviaron un mensajero al Palacio Real, para que puedan adelantar los preparativos del recibimiento para ellos y sus invitados.
-- ¿Crees que lleguen antes que nosotros? _ Pregunto extrañada la Reyna Ikuko.
-- No lo creo, .... Ya que según leí en sus cartas, .... Están a 04 noches del Palacio.
-- Es verdad, .... Pero me pregunto, porque están viviendo ahora, .... ¿Esta pasando algo y no me lo has dicho?
-- ¡No que yo sepa!, .... Siempre te cuento todo, ya que entre nosotros no hay secretos.
-- Es verdad, .... Y discúlpame, por haber dudado de ti, .... Pero, es que la visita de Endimion y su familia, no me está sentando bien.
-- No eres la única mi amor, no eres la única.
Se abrazaron unos segundos, para luego partir hacia el Palacio Real ya que según el trayecto se tomaría al menos un día de viaje.
En otro lugar, a las afueras del Reino; se vivía un verdadero infierno, ya que muchas de las tribus salvajes estaban en un conflicto por la toma del Trono de las Tribus Salvajes.
Y eso se debía a la muerte repentina del Líder de las tribus.
Para no seguir derramando más sangre, decidieron plantear una mesa de diálogo entre ellos.
Ya que muchos decían que debían de seleccionar un nuevo monarca para que los lidere, porque el hijo de 13 años de su anterior líder era muy joven para gobernarlos.
Mientras que otros, decían que debían de respetar la legitimidad del Príncipe Salvaje Darien, heredero y único hijo de su anterior líder.
-- ¿Es que acaso se volvieron locos? _ Dijo uno de los lideres, que apoyaba a Darien
-- ¿Por qué?, .... Simplemente, porque décimos la verdad _ Dijo otro, que estaba en contra.
-- ¡Todos sabemos que nuestro anterior Líder, se gano ese puesto con mucho esfuerzo!, ¡Además de que era el mejor guerrillero que hemos tenido en décadas!, .... ¿Por qué debemos de quitarle el Trono a su hijo?, ¿Cuándo el mismo joven demostró ser mejor que su padre? _ Opino el más viejo de todos.
-- ¡Pero eso no quita que es solamente un niño, a comparación de todos nosotros! _ Opino otro de los más viejos.
-- ¿Y qué con eso?, .... Todos hemos tenidos esa edad, y no por eso nuestros padres, nos impidieron lo que por derecho por pertenecía _ Opino uno de los jóvenes.
-- Si, .... ¿Tú gobernaste tu tribu a esa edad?, ¿Tú ibas a los campos de batalla a esa edad? _ Dijo el primero que hablo.
-- No, .... Pero, .... Nadie me puede negar, que nosotros a esa edad, jamás peleamos como lo hace Darien ahora, .... Ninguno de nosotros puede decir que le gano en una peleaba, porque el niño, así como ustedes lo denominan nos gano a todos en las batallas que tuvimos con él, de manera limpia y justa _ Dijo nuevamente el más viejo.
Todos los retractores al escucharlo hablar, se quedaron callados, ya que Darien muchas veces los había humillado en diferentes batallas, con diferentes armas y situaciones.
-- ¡Lo ven!, ¡Darien es joven, pero no por eso le falta criterio, análisis, liderazgo y sobre todo adiestramiento en batalla! _ Dijo nuevamente el más viejo.
Los demás al escucharlo, no dijeron nada, solamente murmuraron, palabras de aceptación para el joven; ya que todas las excusas para evitar que asuma el Trono habían sido desechadas.
Pero cuando el más viejo de los retractores se disponía a hablar, fue interrumpido por un serio y frio Darien.
-- ¡Majestad! _ Dijeron todos, al ver como Darien entraba.
-- ¿Qué significa esto?, ¿Kunzite? _ Pregunto Darien, extrañado por la presencia de todos ahí.
-- ¡Nada!, ¡Esto no significa nada! _ Dijo la fría voz de Metalia, la única gobernante mujer de una tribu salvajes.
Darien la observo duramente por unos minutos, mientras su ceño se fruncia más.
-- ¡Nadie pregunto su opinión Metalia! _ Dijo muy serio Kunsite.
-- ¡Malachite! ¡Creo que tu hijo no esta muy bien educado! _ Dijo Metalia, al más viejo de los sabios, Malachite.
-- ¿Qué curioso?, ¡Porque yo pienso lo mismo de tus padres! _ Dijo el viejo Malachite.
-- ¿A que te refieres? _ Dijo la única mujer.
-- A que tus padres, no te educaron como debería ser _ Dijo Malachite, muy serio.
Metalia, al recibir tal ofensa en contra de su reciente actitud, comenzó a llenarse de colera.
Que se vio reflejaba en lo roja que se ponía a cada segundo que pasaba.
-- ¡Es por estas actitudes tan deshonrosas, que Darien no merece ser nuestro líder! _ Demando enojada la mujer.
El mencionado al escuchar aquellas palabras, observo a la mujer muy serio y en silencio.
Los demás lideres, viendo aquel escenario comenzaron a murmuran entre ellos.
Unos pocos apoyaban la altanería de Metalia, mientras que otros apoyaban a Darien.
Ya que decían que el joven pelinegro, a pesar de ser demasiado joven para dirigir a las Tribus Salvajes, había demostrado mucha determinación en todas las pruebas que le habían impuesto ellos mismos.
Además, estaba el hecho, de que Darien, al ser el único hijo de su anterior líder muerto de forma misteriosa; estaba en su legitimo derecho a reclamar tal puesto.
Metalia, al ver que no todos los jefes de las Tribus Salvajes, estaban de acuerdo con que ella sea la Jefa, salió muy enojada de la reunión.
Pero antes de cruzar completamente la puerta, dirigió una mirada de odio hacia Darien, y en su mente juro vengarse de él.
-- Creo que lo mejor será irnos a descansar, y reunirnos otra vez mañana _ Hablo un joven, que acompañaba a su padre.
-- ¡Apoyo totalmente a mi hijo Motoki!, ¡Aunque es muy joven, hablo con mucha más sabiduría que todos nosotros! _ Hablo el padre del joven.
Los demás, al escucharlo asintieron en una sola voz, ya que estaban también cansados.
Los minutos fueron pasando, que se convirtieron en horas y estas horas se convirtió en días.
Trayendo consigo a los Soberanos del Alto Egipto a su hogar.
Los que habitaban en el Palacio, se sorprendieron de la llegada tan rápida de sus Soberanos; ya que los esperaban para dentro de una semana, todavía.
Diamante, que había pasado la noche en la habitación de su amada, tuvo que salir rápidamente de ahí; ya que aun no sabia como decirles a sus tíos sobre sus sentimientos hacia Serena.
Mina, que también había pasado la noche junto con los tortolos, se quedo para ayudar a su amiga a alistarse.
-- ¡En verdad están locos!, ¡Están muy locos! _ Decía Mina, mientras peinaba a su amiga.
-- ¡Mina!, ¡Por favor!, .... Me están haciendo daño _ Se quejaba la Princesa.
-- ¡Discúlpame Sere!, .... Pero es la verdad, Diamante y tu están locos, .... Como se les ocurre dormir juntos antes de casarse y tener la bendición de los dioses.
-- ¡Mina!, Pero solo dormimos, .... Además, no seria la primera vez que compartimos camas para descansar.
-- ¡Hay Serena!, .... Que duerman cuando ambos son niños, no hay problema, .... Pero ahora ya no se puede hacer eso.
-- ¿Por qué?, ¿Dime por qué está mal?
-- Simple, .... Porque ustedes ya no son unos niños chiquitos.
-- ¿Y?, ¿No entiendo a donde quieres llegar con eso?
-- ¡Ah!, ¿En verdad eres tonta o qué?
-- ¡Mina!, .... No me ofendas, .... Y mejor explícame.
-- ¡Serena!, .... ¿Acaso no sabes cómo vienen los bebes?
La nombrada la miro extrañada a su pregunta y luego negó en silencio.
Mina, temiendo que esa sea su respuesta, soltó un fuerte suspiro y comenzó a ordenar sus ideas para explicarle esas cosas.
-- ¡Serena!, .... ¡Cuando un varón y una mujer duermen en la misma cama!, .... ¡La mujer esta en riesgo de quedar embarazada del chico!, .... Ahora entiendes porque insisti en dormir en la misma cama con ustedes.
Serena al escucharla, abrió los ojos muy asustada, y se llevo una de sus manos a sus labios
Mina que seguía aun arreglándola, se quedo un momento en silencio, para darle tiempo a que asimilara la recién información.
-- ¡Mina!, ¿Estás segura de lo que dices?
-- Completamente, .... Como que me llamo Mina.
-- ¿Dónde o quién te dije eso?
-- Hm, .... La verdad siempre que voy con mi padre, el siempre aconseja a las damas nobles que, si quieren salir embarazadas, deben de dormir con sus esposos, .... Mientras más noches duerman juntos, es mucho más seguro que la mujer tenga un bebé.
-- Pero, .... Yo solo dormí pocas veces con Diamante.
-- ¡Sabes!, .... Una de las damas, dijo una vez que a veces con dormir solo una vez, es suficiente para estar embarazada.
La Princesa al escuchar a su amiga, se asustó de gran manera.
Mina al ver el nerviosismo de su Princesa se regañó mentalmente.
-- ¿Estás Bien?
-- ¡Como me puedes preguntar eso!, .... ¡Mina!, ¿Qué pasaría si por dormir con Diamante ahora estuviera embarazada?
-- No creo que lo esté.
-- ¿Por qué lo dices?
-- Porque si estuvieras embarazada, .... Usted tendría mucho sueño, mucha hambre, náuseas, vómitos y su barriga se haría muy grande, .... Y como yo siempre estoy con usted, no presente ninguna de esos síntomas, ademas como dormir con ustedes ayer, no hay peligro.
Serena al escucharla, la observo unos segundos en silencio, pero luego siguió arreglándose.
Mina, que no quería seguir preocupando a su Princesa, siguió con su labor.
Y mientras ellas aun continuaban en la habitación de la heredera del Alto Egipto; en el Salón del Trono Real estaban los Soberanos, ultimando los preparativos para darle la bienvenida a sus invitados.
El primero en retirarse del Salón fue el joven Nephrite, encargado de la cocina real.
Luego se paso a retirar Rubeus, que a pesar de ser unos pocos años mayor que el Príncipe Diamante, demostró tener mucha fuerza, liderazgo y destreza militar.
En la sala solo se quedaron los Soberanos, Luna y su esposo, el sacerdote Artemis y el General.
-- ¿Por qué estas tan nerviosa Ikuko? _ Pregunto el Soberano a su esposa.
-- ¡De verdad esa es tu pregunta! _ Dijo la peli morada muy sorprendida.
-- ¡Mi amor!, .... Creo que no es propio de ti, estar así, .... Se te olvida que tu eres la gran Soberana del Alto Egipto, .... Esposa del Faraón Kenji, y por si fuera poco la madre de la Princesa más hermosa en todo el mundo _ Hablo el Soberano, intentando calmar los nervios de su amada.
La mencionada suspiro en un intento de controlar sus nervios, pero al no hacerlo desvió su mirada hacia otra parte.
-- ¡Majestad!, .... Nuestro Señor, tiene razón, .... Usted no tiene porque estar nerviosa, ya que este es su Palacio _ Dijo Luna a modo de tranquilizar a su Señora.
-- ¡Es fácil decirlo, cuando no eres tu quien siente muchos nervios! _ Dijo Ikuko.
-- ¡Majestad, no tiene de que preocuparse!, .... ¡Vera que todo saldrá muy bien! _ Dijo esta vez Artemis.
Ikuko, al no querer seguir escuchando más, se retiró del Salón Real, sin despedirse.
Kenji muy extraño observo la actitud de su amada en silencio, al igual que lo hacían el sacerdote y su esposa.
Pasaron los minutos, y en el Salón Real del Trono se presento el Príncipe Diamante, vestido igual que la noche anterior en donde hizo público su compromiso con la Princesa Serena.
Haciendo una reverencia a su tío, Diamante se posiciono a un costado del Trono de Kenji.
-- ¿Cómo han estado las cosas por el Palacio, mientras tu tía y yo estábamos afuera? _ Pregunto Kenji.
-- Todo tranquilo tío, no ha habido ninguna novedad _ Respondió Diamante muy tranquilo.
-- ¿De verdad?, ¿Y Serena aún sigue con esa loca idea? _ Pregunto el mayor.
-- Lamentablemente si, y cada vez es más persistente con eso _ Dijo Diamante.
-- Perdón que interrumpa mi soberano, pero .... ¿De qué loca idea están hablando Majestad? _ Pregunto nervioso Artemis; imaginándose que se podría tratar de los deseos de casarse de la Princesa con el Príncipe.
-- ¡Hay Artemis, me sorprende que no sepas de lo que desea Serena, siendo tu hija muy unida a la mía! _ Dijo el Soberano.
Artemis y Luna, que no entendían a lo que se refería, solo negaron en silencio.
Kenji al ver el desconcierto en sus rostros, sonrío y decidió hablar.
-- ¡Luna, Artemis, como bien saben yo los considero como mis amigos!, .... Por ello creo que les confiare este pequeño secreto que estoy seguro, que cuando mi amada Ikuko se entere, dará el grito al cielo _ Dijo Kenji.
-- ¿Tan grave es Majestad? _ Pregunto de forma precavida Luna.
-- Depende de tu punto de vista y la mentalidad que tienes _ Respondió Kenji.
Los esposos se observaron muy extrañados, ante aquella respuesta y luego dirigieron su mirada hacia su Soberano.
-- Mejor yo les diré, .... Luna, Artemis; lo que sucede es que mi Princesita, quiere aprender a luchar, manejar las armas, defenderse y sobre todo aprender tácticas de guerra _ Dijo Diamante muy tranquilo.
-- ¿Qué? _ Fue lo único que salió de los labios de Luna y Artemis.
-- Como lo escucharon, .... Mi dulce Serena no desea ser como las demás Princesas, .... Ella desea ir al campo de batalla, y pelear junto a los soldados _ Dijo Kenji, en tono desolado.
-- Jamás me imagine que la Princesa pudiera desear algo así _ Dijo Luna, muy sorprendida.
-- Eso es algo insólito, .... Algo que jamás se ha visto, y que puede alterar el orden cósmico _ Dijo Artemis, igual de preocupado.
Kenii al escuchar aquella respuesta solo asintió en silencio.
Siguieron hablando unos minutos más, hasta que entro al Salón Real uno de los guardias.
Hizo la reverencia correspondiente y luego comunico que el Cortejo del Soberano del Bajo Egipto y sus invitados había llegado.
Kenji como ya sabía lo que pasaría luego, ordeno a Luna que avisara a su esposa de la llegada de sus invitados, a Artemis, el General Haru y Diamante les dijo que no se movieran del lugar.
Después le indico al guardia que hiciera pasar a sus invitados, luego ordeno uno de los soldados que avisara a su hija que fuera al Salón Real.
Diamante al escuchar aquel deseo, se alertó de sobremanera, ya que sabia que entre los invitados estaban los Príncipes del Bajo Egipto; y si alguno de ellos conocía a su amada, estaba seguro de que alguno se enamore de su Princesa.
-- ¡Majestad!, Con el debido respeto que se merece, .... ¿Cree que es buena idea que Serena este aquí? _ Dijo Diamante.
-- ¿Por qué me dices eso Hijo? _ Pregunto extrañado el Soberano.
-- Pues, .... Creo que por cómo están las cosas con la Princesa, no seria muy prudente su presencia, .... Ya que se corre el riesgo, de que ella pueda aprovechar esta visita para sacar provecho, .... Recuerde que ya lo hizo otras veces _ Hablo Diamante, muy serio.
Kenji al escuchar a su sobrino, abrió los ojos debido a la sorpresa y miedo que lo embargaba; ya que como lo había dicho anteriormente el menor; su hija era muy inteligente para salirse con la suya, no le importaba emplear los medios, situaciones o personas para lograr su victoria.
Diamante al verlo dudar, sonrió internamente por su victoria, ya que sabia muy bien que por ahora su amada estaría fuera de la vista de los Príncipes.
-- Tienes razón, .... Como siempre, por eso lo mejor es no decirle ni a Mina y Serena, sobre nuestros invitados, .... Mejor anda a la cocina y avisa que nuestros invitados ya están aquí, .... Diles que vengan de inmediato y prepárenlo todo para recibirlos, .... También informa que mantengan listos sus aposentos, ya que es seguro que después de comer estos querrán ir a descansar _ Ordeno Kenji, mientras nuevamente se sentaba en el trono.
El soldado que había escuchado aquello, salió del salón haciendo una reverencia y cumplir con las órdenes.
En otro lugar, estaba una nerviosa Ikuko.
Luna su dama fiel, la ayudaba a arreglarse para recibir a sus invitados y también a calmarla un poco.
-- ¿Enserio Luna?, .... ¡Acaso no te das cuenta de quienes nos visitan!, .... ¡No solo son el Soberano del Bajo Egipto y su hermano, también están el futuro Soberano y su futuro general! _ Dijo Luna acomodándose su corona.
-- ¿Pero que tiene eso de malo?, ¿Usted es la Soberana del Poderoso Alto Egipto?, .... Y por ello esta por encima de todos ellos _ Dijo Luna.
-- ¿Acaso no lo entiendes verdad?
-- ¿Entender que cosa?
-- Que esto no es solamente una visita de cortesía.
-- ¿Qué?, ¿Qué es lo que está diciendo?
-- Me temo que esta visita no solo es para hablar de alianzas, .... Ya que sospecho fuertemente que esta visita es para ver cómo están nuestras tropas, nuestras defensas y también para conocer a mi hija.
-- Mi Reyna, .... Creo que usted esta exagerando un poco con sus deducciones.
-- No lo hago Luna, .... ¿Acaso no te das cuenta que por eso están acá los Príncipes?
La mencionada, al entender lo que su Soberana trataba de decirlo, abrió los ojos sorprendida y prefirió no decir más.
-- Veo que ya te disté cuenta.
-- Si, .... ¿Pero como se dio cuenta de ello, y el Soberano no?
-- Kenji también lo sabe, .... Muy en el fondo lo sabe, .... Pero el solo se quiere convencer con una mentira, y no desea ver más allá.
-- ¿Y qué hará mi Reyna?
-- Creo que analizare a cada uno de los Príncipes, y vere cual de ellos puede ser el mejor esposo para mi hija.
-- ¿La Princesa estará presente?
-- Creo que lo mejor será que Serena y Mina no estén en el Palacio por estos días.
-- ¿Qué?, .... ¿Y a donde las enviara y con quién?
-- Luna, .... Se que quieres mucho a tu hija, pero esto es por el bien de ambas, no solo por el de Serena y el Reino; .... Y no me mires así, ya que ¿Qué pasaría si uno de ellos se interesa por Mina?
Luna que no había pensado en esa posibilidad, abrió asustada sus ojos y se llevo una de sus manos a su boca.
-- ¿Me entiendes ahora?
-- Si.
-- Lo mejor será que se vayan a donde hemos estado antes Kenji y yo.
-- Me pecere muy buena idea, .... Pero ¿Cuándo Partirán y con quienes irán?
-- Irán esta misma noche con Diamante y su grupo de amigos , .... Ya que no hay mejores soldados que ellos en todo el mundo.
-- Si, creo que sabiendo eso estaré más tranquila ahora mi señora.
-- Bien, .... Creo que lo mejor será apresurarnos e irnos rápido hacia el Salón.
-- Si mi señora, .... Por cierto, esta muy hermosa.
-- Gracias luna, .... Tu siempre me alagas.
La pelinegra no dijo nada más, y acompaño a su soberana hacia el salón.
En la cocina la situación era un verdadero caos, ya que todos estaban muy apresurados en llevar la cocina y delicias que ambos soberanos compartirían.
-- ¡Todos muevanse y no pierdan el tiempo! _ Dijo el cocinero real.
-- Si señor _ Respondieron todos los ayudantes.
-- Muy bien, haber, déjame probar ese ternero en salsa, .... Esta un poco desabrido, .... Déjame que yo lo arreglo _ Hablo el encargado.
El ayudante se hizo a un lado, y observo como su maestro sazonaba la comida.
Mientras que los demás veían muy admirados a su jefe Nephrite trabajando.
Hola dostys, les traigo el 2° de este mini mataron, espero les agrade.
Gracias por su apoyo.
Vibras positivas y abrazos de conejitos.
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