5° CAPÍTULO

Los años fueron pasando y el crecimiento del Príncipe Seiya era cada vez más glorioso.

Todo gracias a los cuidados y amor incondicional que Beryl le brindaba todos y cada uno de los días. Al igual que Serenity lo hacia, pero la peliblanca tenia que dividir su amor entre sus otros 02 hijos más.

Ya que después de Seiya, nació el pequeño Andrew un guapo niño de cabellos rubios, muy risueño, pero a la vez muy travieso.

Era el que siempre ponía en aprietos a todos los sirvientes y esclavos del palacio, con sus bromas pesadas hacia las concubinas del harem de su padre.

Después de unos años, nació el pequeño Mamoru, que era una copia exacta de su padre, y no solo hablando en el físico, sino que también se reflejaba en su carácter.

Ya que el pequeño era muy serio y hasta se podría decir que era muy intelectual; le gustaba mucho estar dentro de la biblioteca y repasar los papiros en los cuales estaban plasmados los acuerdos, guerras y estrategias militares, a lo largo de la historia.

Pero de algo que a ambos menores les gustaba de sobremanera, era el de pasar tiempo con su hermano mayor y con Beryl.

Ya que Seiya a pesar de tener muchos deberes, aún así se daba el tiempo de cuidar, jugar y aconsejar a sus menores hermanos.

Beryl por su parte, a pesar de pasar tiempo y de engreír a los menores; aun así, su corazón solo le pertenecía al pequeño Seiya.

Y eso se debía a la conexión instantánea que se había formado entre ellos, desde el instante en que la pelirroja, tuvo en brazos al pelinegro.

Andrew y Mamoru, como eran muy observadores, se habían dado cuenta del amor que Beryl, profesaba hacia su hermano, y muchas veces dudaban si Seiya, había nacido de Serenity, su madre.

A lo que Serenity en compañía de Endimion, les explicaban pacientemente, que Seiya era su hermano mayor, y que su madre Serenity lo tuvo dentro de su vientre.

Solo que como Serenity era muy joven cuando Seiya nació, no sabía cómo atenderlo.

Por eso, Beryl lo ayudo y desde ese momento fue que la pelirroja lo veía como su hijo a Seiya; pero eso no significaba que no los quería, ya que Beryl tenía un gran corazón y por eso, ella quería a todos los hijos del Faraón.

Los menores a pesar de la explicación, y del amor que demostraba la pelirroja por ellos; a veces deseaban ser Seiya; ya que por más que Beryl les decía y repetía muchas veces que los amaba; se notaba la gran diferencia que había entre el amor que la pelirroja les brindaba a los menores, con el amor que le daba solo a su hermano mayor.

Pero a pesar de toda esa calma, no todo era alegría en el Bajo Egipto.

Y eso se debía a la constante presión que hacia el Visir Hino.

A pesar que el Faraón Endimion, había aceptado tener otra concubina más, Neherenia.

El Visir, no estaba conforme con eso, ya que decía que el Soberano debía de asegurar la dinastía, por ello se empeñaba en traer cada mes a nuevas jóvenes para que conformen el harem del soberano.

Pero, así como llegaban, la Reyna Serenity, en compañía de Beryl y Neherenia; se deshacían de las chicas al día siguiente que llegaban al Palacio.

Acción que, por supuesto no le gustaba para nada al Visir, y que muchas veces habían tenido muchos altercados con la Reyna.

El Faraón, enterado de aquello decidió entonces acabar con esa riña, así que cito a sus 03 mujeres y al Visir, para solucionar y por fin dar punto final a ese tema.

Así que, por ese motivo, todos los involucrados estaban reunidos en el Salón del Trono Real.

-- ¡Majestades!, .... ¡Concubina Real Beryl!, .... ¡Señora Neherenia! _ Saludo el Visir, con una reverencia.

El Faraón solo asintió con la cabeza, mientras que las mujeres sobretodo la Reyna, lo miro de forma desdeñosa y altanera.

-- ¡Bien!, .... Lo mande llamar Hino, porque a mis odios han llegado rumores muy negativos con respecto a su persona _ Dijo el Faraón serio.

-- ¡Majestad!, ¿Qué?, .... Eso no puede ser verdad, ya que yo cumplo con todas las leyes y las normas que hay dentro y fuera del Palacio, para no alterar el orden cósmico _ Respondió el Visir.

-- ¿Estás seguro?, .... ¿Por qué la acusación que tienes en tu contra es muy grave? _ Hablo Endimion, observándolo un poco irritado.

-- ¡Estoy seguro!, ¡Seguro solo se trata de una vil mentira hacia mi persona!, ¡Yo simplemente me limito a cumplir mi deber, para la prosperidad del Reino! _ Se defendió el Visir.

-- ¡Eso es mentira!, ¡Y tú lo sabes Hino!, .... ¡Tus acciones jamás son para favorecer al Reino!, ¡Solo quieres favorecerte tú y los tuyos! _ Demando muy enojada la Reyna.

El Faraón, que sabia como era su esposa, sonrió ante sus últimas palabras.

-- ¡Majestad!, Esas son acusaciones son mentiras, solo eso _ Se defendió el Visir.

-- ¿Ahora soy mentirosa?, .... ¿Eso es lo que me quieres decir? _ Ataco Serenity.

-- ¡Serenity!, .... ¡Cálmate! _ Le dijo, Beryl.

-- ¿Por qué?, .... Si lo que digo es la verdad, .... Este hombre solo es un ambicioso, que solo piensa en si mismo y su familia _ Dijo muy enojada la Reyna.

-- ¡Majestad!, ¡Si solo me trajo hasta acá, para recibir, insultos y ofensas!, ¡Lo mejor será que me retire! _ Demando el joven Visir.

-- ¡Suficiente!, .... Creo que, que lo mejor será que se calmen, o sino esta reunión se retomara en otro momento _ Expuso muy serio el Faraón.

Los presentes al escuchar las duras palabras asintieron en silencio.

Se tomaron unos segundos en silencio.

Para que puedan tranquilizarse y también para que puedan ordenar sus ideas.

-- ¡Bien!, ¡Ya que están más tranquilos, debemos de ponernos de acuerdo con sus diferencias! _ Dijo Endimion.

-- ¡Muy bien!, .... ¡Si es así, lo diré de una buena vez!, .... ¡Sr. Hino, le exijo!, ¡No, mejor no!, ¡Le ordeno, que deje de traer más mujeres para el Faraón!, .... ¡Ya que, considero que su harem, esta perfectamente completo con nosotras 03! _ Hablo en forma autoritaria Serenity.

-- ¿Qué?, ¿Eso no puede ser posible?, ¡Usted, quiere alterar el Orden Cósmico que los dioses han escrito desde el principio de los tiempos! _ Respondió Hino.

-- ¡Estas acusando a la Gran Esposa Real de ir, en contra de la voluntad de los dioses y sus designios!, .... ¡Sabes que eso es una gran falta de tu parte!, ¡Y que por eso te pueden expulsar del Reino! _ Hablo por primera vez, muy enojada Neherenia, que acariciaba su abultado vientre.

-- ¡Lo que dice Neherenia es verdad!, .... ¿Acaso estas retando a la Gran Esposa Real? _ Pregunto Beryl, en tono altanero.

-- ¡No fue mi intención acusar a la Esposa a la Esposa Real de aquello!, ¡Simplemente dije que el no aceptar más jóvenes mujeres en el harem, puede alterar el Orden Cósmico! _ Se defendió el Visir.

-- ¿Y por que dices aquello?, ¿Acaso los dioses ordenaron que nuestro Señor, el Faraón Endimion tenga un gran harem? _ Pregunto orgullosamente la Reyna.

El joven Visir, muy enojado se calló.

-- ¡Entonces!, .... Como los dioses no ordenaron ningún gran harem, para nuestro Soberano, .... Y, como tú mismo dijiste una vez, la función del harem, es para prevalecer la descendencia real, del Faraón; .... Ya te habrás dado cuenta, que su descendencia no expone ningún riesgo, ya que de mi vientre nacieron 03 Príncipes, todos ellos muy sanos; y de hay uno o una en camino; .... ¡Así que!, Simplificando las cosas, el harem estará conformado solo por nosotras 03 _ Dijo altaneramente Serenity.

-- ¡Eso no puede ser posible!, El harem, siempre estuvo compuesto por varias mujeres, .... Eso es una tradición, que data desde el inicio de los tiempos _ Reclamo el Visir.

-- ¡Exacto!, .... Y es por eso que nosotras representamos el harem _ Expuso Neherenia.

Hino, que no sabia como debatir aquellas palabras, solo agacho la cabeza para ocultar la ira que se reflejaba en su rostro.

Endimion, que solo amaba a su esposa Serenity y quería a su concubina real Beryl, estaba de acuerdo con aquella idea, a pesar que había aceptado a Neherenia como concubina, pero eso solo había sido por un gusto pasajero.

Ya que el Soberano solo veía a la pelinegra, como una hermana menor.

-- ¿Entendió mis palabras Visir? _ Pregunto Serenity autoritariamente.

-- ¡Se hará lo que el Faraón desee, mi Reyna! _ Respondió el Visir, sin levantar la cabeza.

-- ¡Creo que no entendiste!, ¿Verdad, Hino? _ Pregunto Beryl.

-- ¿Qué es lo que no entendí Señora Beryl? _ Hablo en forma despectiva Hino.

-- ¡Ah!, ¡Ah!, ¡Ah!, .... ¡Hino, todos saben que a Beryl le deben el mismo respeto que me deben a mí!, .... ¡Ella no es una simple Concubina!, ¿Acaso no vez la corona de Princesa en su cabeza? _ Hablo muy enojada Serenity.

-- ¡Lo lamento Majestad Beryl! _ Se disculpo Hino, muy enojado y humillado.

Serenity sonrió de forma victoriosa ante aquella reverencia.

Beryl, en cambio se sonrojo un poco debido al gesto de respeto.

Endimion, solo sonrió ante las acciones que su amada Serenity y Beryl, protagonizaban.

Neherenia por su parte, veía todo un poco celosa, ya que ella también deseaba ocupar el mismo nivel de poder que Beryl y la misma Reyna Serenity tenían.

Pero que lamentablemente, no podía; ya que desde el primer momento en que llego la Reyna le dijo que no haga ilusiones con tener algún día el mismo poder que Beryl y Serenity.

Y eso era por que Beryl, era la primera mujer de Faraón y porque estuvo a punto de darle un hijo, y Serenity era simplemente la esposa, amante, mujer y amiga del Faraón y sobretodo madre de 03 Príncipes.

Así que a pesar que Serenity aceptaba a Neherenia dentro del harem de su esposo, no soportaba la ambición de poder de la pelinegra.

Pero como Neherenia, sabia que debía de escoger un bando, escogió estar de la Reyna; así se aseguraba de no ser desplaza y poder engendrar un hijo varón.

-- ¿Y bien?, .... ¡Creo que ya sabes lo que tienes que hacer! _ Demando en forma seria la Reyna.

-- ¡Si Majestad!, .... ¡Siendo así, ya no habrá mas mujeres para el entretenimiento y satisfacción del soberano! _ Dijo en tono malicioso, el Visir.

-- ¡Cuida tus palabras Hino!, .... ¡Que Beryl y Serenity, me satisfacen en todos los sentidos! _ Respondió incomodo Endmion.

Neherenia, que no había escuchado su nombre bajo la cabeza, porque se sentía humillada.

En cambio, Serenity y Beryl; observaron de forma altanera al Visir.

-- ¡Mi señor!, ¿Acaso Neherenia no la satisface? _ Pregunto en tono cizañero Hino.

-- ¡Claro que también lo hace!, .... ¡Las 03 mujeres que tengo a mi lado lo hacen! _ Exclamo el Soberano, dándose cuenta de su error.

El joven Visir, al descubrir los verdaderos sentimientos de su soberano con referencia a sus 03 mujeres, sonrió de forma maliciosa y haciendo una reverencia, se retiró de lugar.

-- ¡Planea algo!, ¡Estoy segura de eso! _ Dijo de pronto la Reyna.

-- ¡Cálmate mi amor!, ¡Todos sabemos como es el Visir! _ Respondió el Faraón.

-- ¡Como me pides eso!, .... ¡Si ahora ese desgraciado, utilizara a Neherenia para sus oscuros planes!, ¿Acaso no viste su mirada? _ Demando muy enojada la Serenity.

-- ¡Serenity!, ¡Endimion tiene razón!, .... ¡Lo mejor es que te calmes! _ Hablo muy preocupada Beryl.

-- ¡No estaré tranquila y calmada, hasta que ese infeliz, este fuera del Palacio! _ Dijo muy enojada Serenity, para luego abandonar el Salón del Trono Real.

-- Sabíamos que esto pasaría, .... Pero jamás imagine que las ambiciones del Visir Hino, fueran tan grandes _ Comento Neherenia, muy angustiada.

-- ¡Si!, .... ¡Y no será ningún secreto que ahora te buscará, para formar una alianza contigo, para poder desaparecernos a la Reyna y a mí! _ dijo Beryl, muy seria.

-- ¡Es verdad!, .... A pesar que lo tenias todo este teatro planeado, Hino nos sorprendió esta vez a todos _ Dijo el Faraón.

-- ¡Si!, .... ¡Y ahora temo mucho por mi vida, y la vida de mi hijo! _ Dijo muy nerviosa Neherenia.

-- ¡Es mejor ser aliado de la Reyna, que su enemigo!, .... ¡Veras que Hino, podrá ser muy Visir, pero jamás podrá con el poder de la Reyna Serenity!, .... ¡Y aliarte con ella, fue lo mas inteligente que has podido hacer!, ¡Créeme! _ Dijo muy seria Beryl, y luego se marchó de lugar, para ir a encontrarse con el pequeño Príncipe Seiya.

-- ¡Majestad! _ Fue la exclamación temerosa de Neherenia.

-- ¡Neherenia!, .... Solo te diré esto una vez, .... Es mucho mejor tener a mi esposa y a Beryl de aliadas que de enemigas, y si piensas traicionar a mis 02 mujeres, ten por seguro que solo vivirás hasta el día que nazca mi hijo, .... Ya que Beryl, pero por sobretodo mi Serenity, jamás perdonan una traición, .... ¡Sigue adelante con el plan!, ¡Si Hino te busca, engáñalo!, .... ¡No deseo errores! _ Diciendo aquellas palabras el Faraón decidió también partir del Salón.

La pelinegra, que sabía muy bien en que se estaba metiendo, miro de forma triste el Trono Real de la Reyna, y el Trono de Beryl;

Antes de salir de ahí también.

-- ¡Es mejor estar con la Reyna, que en su contra! _ Pensaba silenciosamente Neherenia, cuando se iba a sus aposentos.

Y mientras aun estaban en una momentanea paz en el Palacio Real, de Bajo Egipto, en el Palacio del hermano soberano no era asi.

Las cosas para Galaxia y el Príncipe Gran Sabio, no marchaban del todo bien, y eso era porque Galaxia, después del complicado alumbramiento de su primogénito, ya no podía salir embarazada.

Varios médicos que la habían visto, le dijeron que ella jamás volvería a albergar vida en su vientre, y eso se debía a que después de haber dado a luz al Príncipe Zafiro, la pelinaranja, no se había cuidado como era necesario.

Gran Sabio y su mujer, al enterarse lloraron amargamente por su triste futuro.

Ya que Gran Sabio se echaba la culpa de la condición actual de su esposa.

Porque a los pocos días, del alumbramiento él obligo a su esposa a marchar hacia el Palacio de su hermano, para presentarle a su primogénito.

Galaxia, como siempre quería complacer a su esposo, no se negó y acepto tal orden, sin importarle su salud o la de su pequeño hijo.

-- ¡Perdóname! _ Dijo muy llorosa Galaxia.

-- ¿Por qué me pides perdón?, .... Si fui yo, quien causo esta situación _ Respondió muy afligido su esposo.

-- ¡No!, ¡No!, ¡Jamás digas eso mi amor!, .... ¡Tú no tienes la culpa de nada!

-- ¡Si la tengo!, ¡Si la tengo!, .... ¡Jamás debimos ir a ese viaje!

-- ¿Cómo vas a decir eso?, .... Tú solo cumplías con tu deber, y las tradiciones que tu familia han celebrado durante muchas décadas atrás.

-- ¡Y me arrepiento totalmente de haberlo hecho!, .... ¡Si tan solo hubieras esperado unos meses!, ¡Tú no estarías así!

Galaxia, al ver la gran tristeza en el rostro de su esposo, lo acuno entre sus brazos y luego lo beso de forma muy amorosa.

Limpio las lágrimas silenciosas que cubrían el rostro de Gran Sabio, y luego comenzó a acariciar su cabello.

Gran Sabio al sentir el amor y comprensión de su esposa, se abrazo a ella, y dejo que ella haga lo que quisiera con él.

Estaban así perdidos en su burbuja de amor, que no les importaba nadie más, excepto el uno y el otro.

Pero aquella escena tan intima, fue rota por la presencia de su único hijo, que había llegado con mucha prisa hacia ellos.

-- ¡Mami!, ¡Papi!, ¡Mami!, ¡Papi!, .... Sálvenme del monstruo _ Hablo el menor, mientras se subía al regazo de su madre.

-- ¿Eh?, ¿Monstruo?, ¿De qué monstruo hablas hijo? _ Pregunto desconcertado Gran Sabio.

-- Pues de que monstruo más, papi; .... ¡Del monstruo que me quiere hacer leer muchos libros, y no me quiere dejar jugar!, .... ¡Mami, sálvame a mí y mis juguetes! _ Dijo el niño muy triste.

-- ¿Qué?, .... ¿Estas llamando monstruo al Sacerdote? _ Pregunto sorprendida Galaxia.

El menor, solo asintió mientras se acunaba más a sus padres.

Los mayores, al escuchar y ver las acciones que su hijo menor estaba tomando, solo sonrieron.

Pero luego de unos breves segundos, llego un muy cansado y sudoroso Sacerdote, buscando a su escurridizo alumno.

-- ¡Ah!, .... ¡Llego el monstruo! _ Exclamo el menor, mientras se liberaba de los brazos de sus progenitores y se escondía detrás de la cama.

-- ¡Príncipes!, .... Disculpen la intromisión, pero vengo buscando al Príncipe Zafiro _ Exclamo muy cansado el Sacerdote.

-- ¡No ire!, .... ¡No quiero ir!, .... ¡Tú, solo quieres quitarme mis juguetes y mis dulces! _ Dijo el menor.

-- ¡Majestad, eso no es verdad!, .... ¡Solo guardare sus juguetes, un momento!, Mientras dure la clase, así usted no podrá distraerse _ Dijo muy cansado aun, el Sacerdote.

-- ¡No!, .... ¡Si te doy no me lo devolverás!, .... Seguro lo pondrás como ofrendas a los dioses _ Volvió a hablar el menor.

-- ¡Majestad!, .... ¿Por qué cree que haría algo así? _ Dijo el Sacerdote.

El niño que quería volver a contestarle, no pudo hacerlo, ya que su padre lo saco de su escondite e hizo que el menor se paraba al frente de su maestro.

-- ¡Si tienes algo que decir a alguien, tienes que hacerlo mirándolo a los ojos!, .... ¡No escondiéndote detrás de la cama o los objetos! _ Hablo serio Gran Sabio.

El menor bajo la cabeza ante el regaño de su progenitor.

-- ¡Creo que estas siendo muy duro con el niño! _ Dijo de pronto Galaxia en defensa de su hijo.

-- ¿En verdad lo crees?, .... Porque yo no lo veo así _ Dijo Gran Sabio.

-- Mi amor, .... Solo se trata de un niño, .... De tu hijo, .... ¿No puedes ser un poco mas suave con él? _ Volvió hablar Galaxia.

Gran Sabio, que sabía que esa conversación, debían de tenerla en privado, hizo una seña para que el Sacerdote se marchara de ahí.

Así que, haciendo una reverencia, el mayor salió de ahí, y dejo solos a los padres con su hijo.

-- ¿Sabes por qué recibes educación hijo? _ Pregunto muy serio Gran Sabio.

-- Porque soy tu hijo _ Respondió el menor.

-- Si, .... ¿Y sabes, que significa eso? _ Volvió a preguntar el mayor.

Zafiro, solo asintió en silencio, mientras su miraba se posa en sus pies.

-- Entonces, .... Si sabes todo eso, ¿Por qué no cumples con tu deber? _ Pregunto serio el mayor.

El niño, al escucharlo, solo se encogió en su lugar, y permaneció en silencio.

-- ¡Eres mi primogénito!, .... El futuro General del Ejercito del Bajo Egipto, por lo tanto, .... Es tu deber ir con el Sacerdote y estudiar todo lo que puedas, .... No eres el hijo de cualquier noble, o sirviente, .... Por los dioses Zafiro, por tus venas no solo corre sangre noble, es sangre Real, .... Tu tienes el privilegio, de pertenecer a la Familia Real del Bajo Egipto, por ello tu deber, es el de esforzarte al máximo en tus estudios y tus entrenamientos con la espada _ Explico muy serio Gran Sabio.

-- ¡Lo siento!, .... ¡Juro por los dioses, que no volverá a pasar, lo de hoy! _ Dijo muy tímido, Zafiro, mientras intentaba controlar sus lágrimas.

Gran Sabio asintió en silencio, y luego le indico a su hijo, que era momento de ir con el Sacerdote y continuar con sus deberes.

El menor, que no quería demostrar su tristeza, asintió en silencio y partió rápidamente.

-- ¿No fuiste muy duro con Zafiro? _ Pregunto Galaxia, muy angustiada.

-- ¡Galaxia!, .... ¡Zafiro, es hijo de un Príncipe!, ¡Por ende, también es un Príncipe!

-- ¡Si!, .... ¡Pero, aun así, sigue siendo tu hijo, tu único hijo!

-- Lo sé muy bien, .... Pero aun siendo mi único hijo, es su destino ser el General del Bajo Egipto, .... Que jamás se te olvide, que ese es su destino, marcado por los dioses, Galaxia.

La mencionada, al no soportar más la presión que su esposo ponía en su único hijo, prefiero partir de ahí e ir a ver a su hijo.

Gran Sabio, que sabia que estaba presionando mucho a su menor hijo, solo voto la jarra con vino al suelo, para así descargar su furia.

En otro lado, en unas de las tribus salvajes que en ese momento vivían cerca de las fronteras de los hititas.

Se encontraba el líder de la tribu al lado de su hijo, entrenando tácticas de guerras y combate cuerpo a cuerpo.

El niño que tenía para ese entonces 09 años, había aprendido muy bien las enseñanzas de su progenitor.

-- ¿Creo que ya debemos descansar Darien? _Dijo el mayor.

-- Si padre, .... Lo mejor será ir con madre, y ver si necesita algo _ Respondió muy alegre el menor.

El mayor solo asintió y caminaron hacia su improvisada vivienda.

Al llegar habían visto como la mujer estaba ya acomodando algunos recipientes y platos sobre la superficie, que les servía como mesa.

-- ¡Llegamos! _ Dijeron padre e hijo, al mismo tiempo.

-- ¡Ya me di cuenta!, .... Pasen, límpiense y luego me cuentan que tal les fue hoy en el entrenamiento _ Dijo en tono muy dulce la mujer.

Muy sonrientes y hambrientos, aceptaron la propuesta y se fueron otra vez afuera para asearse.

La mujer, muy alegre veía aquella escena, ya que disfrutaba mucho cuando su familia y su pueblo gozaban de tiempos de paz.

En otro lado, más exacto en el patio del Jardín principal del Palacio Real del Alto Egipto, estaba una hermosa niña de cabellos dorados, jugando muy despreocupadamente con una niña igual de rubia.

Pero que eran vigiladas por las padres y soldados del Reino.

-- ¡Mira Mina, esta flor es más bonita! _ Dijo de pronto la pequeña Príncipe heredera, sosteniendo un loto acuático.

-- ¡No Serena, no!, .... La flor más bonita es esta, ¡Mira! _ Dijo la pequeña Mina, sosteniendo ella un narciso.

-- ¡No!, ¡Eso no puede ser posible!, .... La mía es mas bonita, porque tiene color, .... La tuya solo es blanca y es aburrida _ Demando la Princesa.

-- ¡No Serena, no!, .... ¡Ya dije que la mía es bonita y listo! _ Respondió muy enérgica la menor.

Y así estuvieron por varios minutos discutiendo, cual de las 02 tenia la flor más bonita.

Bajo la atenta mirada risueña de sus progenitores, que solo podían reírse de las ocurrencias de sus menores hijas.

Pero aquel debate, se termino en el momento que Diamante hizo presencia.

-- ¡Majestades!, .... ¡Mi hermosa Princesa!, .... ¡Luna, Mina, Artemis!, .... ¿Cómo están? _ Dijo el menor, haciendo una reverencia, para luego ir a abrazar a la pequeña Serena y no soltarla.



Hola dostys, sorry por el retraso, peor aquí un nuevo cap.

Gracias x su apoyo.

Muchas vibras positivas y abrazos de conejitos.

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