❦21.
Shidou se encuentra en la habitación de maternidad, donde sus dos preciosos bebés descansan profundamente en sus respectivas incubadoras en un silencio pacífico. La atmósfera es bastante tranquila dando una sensación de melancolía, comodidad y disfrute, con suaves murmullos de las máquinas y el tan suave susurro de los pequeños.
Mientras se espera paciente la llegada de algún enfermero, Ryusei se acerca lentamente a las incubadoras, observando con admiración y un inmenso cariño como adoración a sus cachorros.
Desde antes que nacieran, desde el momento en que supo de su existencia hace varios meses atrás, desde que tuvo el conocimiento de que su amado y precioso Omega estaba gestando, es que ya los amaba y anhelaba inmensamente poder estar con ellos.
Son tan pequeños, con su delicada piel morena, heredando el tono característico del papá Alpha. Uno de ellos tiene apenas un poco más de cabello, de un color rubio oscuro, mientras que el otro apenas tiene algunos escasos mechones de posiblemente, el mismo color que su hermano. Shidou no puede evitar sonreír al contemplar sus rostros serenos y sus respiraciones suaves mientras duermen. Toma valor para levantar con cuidado a uno de ellos luego de asegurarse de que no habría problema, envuelto en una manta que los mantiene cálidos y protegidos.
Con mucho gusto y emoción cargaría a los dos, pero sabe que podría ser peligroso y un tanto difícil hacerlo sin ayuda extra, por el momento, solo puede sostener a uno de ellos, siendo sumamente cuidadoso y usando ambos brazos, sobre todo para no despertarlo.
—Hola, pequeño tesoro.— susurra con ternura, a una distancia prudente del rostro del bebé. Admirando sus pequeñas facciones, realmente es precioso, le llena de una inmensa felicidad y tantas emociones difíciles de explicar en palabras.—No puedo creer que sea papá ahora.—añade, haciendo una pequeña pausa conteniendo el aliento por unos segundos.— Tú y tu hermanito son un regalo precioso, más de lo que nunca imaginé.
En medio de ese momento íntimo y cálido, Shidou se deja llevar por la nostalgia y los recuerdos del pasado. Su mente viaja a aquellos años cuando era joven, llenos de energía y poco antes de ingresar a la universidad, durante la época donde estuvo en el ambicioso proyecto de Blue Lock. Aún recuerda con detalle las miradas frías y distantes que Sae muchas veces solía dirigirle, también todas las veces que rechazó sus coqueteos con indiferencia o que fue casi todo un reto conseguir su número celular.
También la dificultades que hubo para que el Itoshi accediera a tener alguna cita con él y que le dejara acercarse, siempre con la excusa de estar muy ocupado.
Sae siempre le resultó el ángel más hermoso que alguna vez pudo haber imaginado, la persona que lo ilusionó, lo enamoró profundamente,
y aunque en aquellos entonces nunca lo mostró fácilmente, le dolía sus constantes rechazos o que no mostrará un poco de interés en él en el aspecto romántico. Porque el Omega siempre sacaba el tema de jugar en algún club extranjero. Aquello le molestaba, ya que dudaba que el pelirrojo no se diera cuenta de sus intenciones con él.
Ignoraba olímpicamente sus sentimientos, alegaba que podría tener un futuro en el fútbol si juega para y con él. Aquello realmente le hirió, que sus sentimientos fuesen ignorados de esa forma, que Sae no pensara en otra cosa más con él que en el fútbol.
Porque él siempre lo ha amado de manera más intensa y pasional.
—Recuerdo cuando no querías nada conmigo.— suspira, sonríe con ironía, como si estuviera hablando con su pareja cuando él no está siquiera ahi.—Siempre me rechazabas, parecía que ni siquiera te interesaba. Y ahora, aquí estamos, tuviste a un par de pequeños cachorros.— inhala contento, se le infla un poco el ego saber que su primer amor es la mamá de sus hijos.
"No querías nada conmigo y al final tuviste a mis bebés."
Ryusei sabe que es feliz, consiguió el amor de Sae, está enlazado con él y el Omega le dio un par de hermosos bebés que son su familia.
Ya no puede seguir de rencoroso por sucesos amargos del pasado. Porque ahora lo tiene todo.
—Por fin eres mío, Sae.
Porque si, Shidou Ryusei siempre ha sido un egoísta, y ha disfrutado cada momento en su relación con su amante. Desde el reencuentro, desde que marcó ese precioso cuello para vincularse con él y también desde que lo ensamino con su semilla, profundo y justo en el útero, dejándolo preñado.
Siempre quiso que Sae fuese suyo de todas las maneras posibles. Tuvo paciencia y lo consiguió después de tantísimo tiempo. Son dos amores que estuvieron destinados a unirse y amarse.
El Alpha acarició con suavidad la mejilla del bebé en sus brazos, sintiendo el vínculo de padre y cachorro que los une.
—Me has dado la mayor alegría de mi vida, Sae. Gracias por confiar en mí y permitirme ser parte de este hermoso viaje. — comenta con emoción contenida.
Justo en ese preciso momento, el enfermero llega para ayudar a Shidou a llevar a los bebés a la habitación donde está Sae. El Alpha los contempla una última vez antes de entregar al que sostiene con cuidado.
Es hora de que toda la familia esté reunida, es momento de que los mellizos estén con el ser que les dio la vida.
Ω Ω Ω
Itoshi Sae está maravillado y encariñado, es un momento sin igual y cargar a sus bebés con ayuda de su pareja es tan bello y emocionante.
Dos bebés morenitos, como su padre Alpha, es sumamente lindo. Ya quiere ser parte de su desarrollo, de su crecimiento, de oír sus primeras palabras, de verlos gatear, caminar y de darles su amor incondicional como familia.
Está demasiado feliz de formar parte de esta familia, sus feromonas lo delatan, suaves, perfumadas y adormecedoras para sus cachorros. Ryusei asegura que ahora huele un poco a leche y le resulta tierna como perfecto para tranquilizar y abrazar a los mellizos, también se acerca para besarle su cuello, donde descansa su marca y le murmura que es luce hermoso cargando a sus bebés y con esos aires de maternidad.
Sae chasquea la lengua y vira los ojos irritado por tanta cursilería, a pesar de en el fondo le gusta recibir aquellos comentarios de su pareja halagando ese lado suyo.
Entonces, hablan un poco sobre la decisión ha escoger para los nombres de sus hijos.
Ω Ω Ω
Debido a que las madres de Shidou Ryusei se encuentran fuera del país debido a un viaje de negocios, no podrán ver a sus nietos tan pronto como les hubiera encantado, pero apenas regresen se encargarán de pasar todo un día con su hijo Sae para conocer a los bebés y también ayudarlo a cuidarlos por todo el tiempo que les sea posible.
Quienes si llegaron al hospital en cuestión de horas donde Sae y compañía siguen instalados y le tomará un día más estar ahí hasta que le den de alta, son los padres del Omega, su hermano menor Itoshi Rin como su pareja Yoichi, quienes están ansiosos por conocer a los nuevos integrantes de la familia.
Shidou le dejó a cargo a la niña, debido a que Sae ha estado poco menos tiempo con ella, mientras que salió con el otro bebé al pasillo para que sus abuelos y tíos lo conocieran primero.
Antes de que saliera, el Omega le pidió que por favor, no cayera ante las provocaciones de su hermano Rin quién está presente. Shidou a pesar de que admite que sera difícil ya que poco puede soportar verle la 'jeta' a ese tipo y todavía no olvida que habló mal de él ante los señores Itoshi, promete que por sus bebés y por su amado Omega, no hará ningún escándalo y se controlará como es debido, al menos sin llegar a los golpes. Pero que no aguantará mucho si quiere regresarle algún insulto, que su boca es tenaz y muy habladora, además que le gustaría estrenar insultos en español con el Alpha oji verde.
El moreno salió con el bebé varón para presentárselos a la familia, mientras comenta quién de ellos quiere ser el primero en entrar a ver a Sae.
Para extrañes y tal vez sorpresa de algunos, Rin tomó la palabra diciendo que quiere ver a su hermano primero y hablar con él en privado. A lo que nadie protesto y Shidou prefirió ignorarle con la mirada para mejor hablar con el resto de los familiares, notando que Rin apenas miró de reojo al bebé y frunció el ceño.
Shidou piensa que el desagrado es mutuo entre él y el menor de los Itoshi, pero ahora sospecha que tampoco le caerá bien los bebés, cosa que le molesta y le parece grosero, pero se mantiene sereno como sonriente ante las miradas de sus suegros y la pareja de Rin, respondiendo cualquier comentario o pregunta de manera amable y orgullosa que venga por parte de ellos.
La emoción brilla en los vibrantes ojos rosa de Shidou mientras se acerca a ellos, deseoso de compartir la alegría de ser padre con sus suegros, quienes lucen igual de contentos y entusiastas por conocer a su nuevo nieto.
—Miren a nuestro pequeño cachorro. Aquí está nuestro precioso bebé.— alega sin contener una enorme sonrisa de orgullo y amor puro. Parece un radiante sol que quiere presumir constelaciones y sus planetas.
— Es absolutamente hermoso.—comenta el padre de Sae emocionado al contemplar a su nieto. Quién poco a poco abre sus pestañas dejando ver sus ojos curiosos de un color verde como el Omega que le dio la vida.—Tiene los ojos de nuestro Sae, ¿no creen?—agrega enternecido por dicho rasgo distintivo.—Pero esa piel morenita como esté escaso pelo oscuro y rubio, definitivamente se parece a su papá Shidou.— añade entre pequeñas risas junto a su señora esposa.
Esté bebé—como su hermana por supuesto—, es el claro ejemplo de no necesitar prueba de ADN para saber quién es el papá. Piel morenita y ese color de pelo, no hay duda alguna. Aquello pone muy feliz a Ryusei, sus suegros están encantados por su bebé, es hermoso, precioso y adorable.
Es suyo y de su amado Sae, con eso puede declararse la persona más feliz en el mundo.
—¡Es un bebé maravilloso!— exclama con ternura la señora Itoshi.—Shidou, gracias por cuidar tan bien de nuestro hijo.—sonríe amable y contenta por lo atento, amoroso y protector que el Alpha es con su hijo mayor, sabe que ha estado varias horas en el hospital junto a Sae sin dormir.—No podemos esperar para conocer a la otra bebé también.— añade entusiasta, asegurando que tiene una familia maravillosa y siempre podrá contar con ellos para cualquier cosa.
Isagi quién había permanecido en silencio, tranquilo y sonriendo en paz pero enternecido por la escena del Alpha moreno orgulloso y encantando por su bebé, alegó que, a pesar de que sabe que la relación entre su esposo Rin con Shidou no es la mejor, de igual forma puede contar con ellos para lo que sea. Además que en un futuro no muy lejano, su pequeña hija puede jugar con los mellizos de Ryusei y Sae cuando crezcan. El rubio agradeció el bonito gesto y lo tomó muy en cuenta.
Shidou acerca suavemente al bebé a la madre de Sae, quien con entusiasmo extiende sus brazos para recibirlo. Con delicadeza, el Alpha coloca al bebé en sus brazos, observando con amor cómo su suegra se emociona al tenerlo cerca.
—¡Oh, mira qué pequeñito y dulce eres! Eres un regalo hermoso. Espero poder abrazar pronto a tu hermanita también.— comenta la señora, acariciando suavemente las mejillas del bebé quién la mira con expresión seria y calmada, sin duda es igual a su papá Omega en este aspecto, causa mucha ternura.
Mientras que Sae dentro de su cuarto, imagina el encuentro de sus padres con su nieto
—Estoy tan feliz de que puedan conocer a nuestro hijo. Pronto tendrán a su nieta también, y sé que estarán encantados de ver cuánto se parecen a nosotros.— dice entre pensamientos Sae, sus labios adornados por una sonrisa, mientras mira a su bebé durmiendo.
Entonces, la puerta es abierta provocando que despeje por unos momentos su mirada de su hija.
Casi queda sin aliento al ver de quién se trata, pensó que estaría afuera con los demás.
Ω Ω Ω
La atmósfera en el pasillo está llena de calidez y amor mientras los abuelos se maravillan con su nieto.
—Es increíble que Sae y tú tuvieran gemelos.— comenta Yoichi a Shidou, bastante encantando por conocer a uno de los bebés, ansiando poder ver a los hermanos juntos.
—En realidad son mellizos.— corrige Ryusei orgulloso por sus crías.
—¡Es perfecto!—alega el señor Itoshi.
—Es tan igual a ti, Shidou.— comenta la señora, enternecida por el bebé quién sigue bastante tranquilo envuelto en su manta, parece una lechuga o un repollo.
—¿Han pensando ya en los nombres para sus bebés?—pregunta con sumo interés y curiosidad el padre.
—Si, lo hemos pensando tan bien, sobre todo Sae que es tan perfeccionista.— responde tranquilamente, ya tienen los nombres ideales para sus hijos. El rubio se dirige al Omega de cabellos oscuros.—Por cierto, Yoichi, ¿Cuántos meses llevas?
Debido a la emoción de presumir a su bebé no lo había notado al principio, pero ya que las emociones están más controladas y analiza mejor el entorno, es que se da cuenta del vientre bastante abultado de la pareja de Rin.
—Oh, pensé que no sería tan obvio...— contesta un poco avergonzado, pero a la vez feliz de que se haya notado, aunque los señores Itoshi ya lo sabían.—Apenas cumplí seis meses está semana.
La conversación fluye amenamente, principalmente conversando sobre el tema de ser padres y todo lo que conlleva serlo, hasta tocar el tema de la boda. Ahora que han nacido los hijos de Sae y Ryusei, ya pueden casarse y tienen su agenda un poco más libre.
El Alpha explica que durante varios meses la han estado planeado, ya tienen las invitaciones, los anillos ideales, los trajes para ambos, la decoración como la comida y hasta el lugar indicado para celebrarlo, que será una boda que se ajuste a los gustos de su Omega que él prefiere una boda al estilo occidental, los invitados serán exclusivos, siendo la familia y amigos. Que apenas Sae se recupere dentro de algunos meses más y se sienta más cómodo, se casarán. Tan solo faltaría escoger la ropa para los recién nacidos y que se crearán muchos recuerdos junto a sus mellizos.
Ω Ω Ω
El Itoshi mayor se sorprendió poco al encontrarse con su hermano menor, ambos lucen significativamente serios y calmados a pesar de la situación y el escenario que los rodea. Rin se acerca hasta estar a lado suyo, observando a la bebé que carga Sae cuidadosamente, quién está dormida y cubierta por una manta que apenas le deja ver su carita.
Ninguno sabe cómo entablar una conversación, el Alpha tampoco quiere escucharse muy obvio y ridículo con un "felicidades" por sus bebés, siente que debe decir otra cosa, resulta un tanto extraño encontrarse nuevamente en este lugar.
El silencio se prolongó bastante, hasta que por fin el Omega decidió hablar.
—¿No dirás nada y nos quedaremos en este silencio incómodo o me dirás algo?—preguntó sin rodeos y con su ensamble serio pero notoriamente cansado.
El Itoshi menor suspiró con cierto descontento, para luego decir:
—Tienes genes dominantes a pesar de ser un Omega, tuviste gemelos, mejor dicho, mellizos.—aclaró, Sae solo arqueo la ceja desentendido, no sabe porque su hermano está sacando el tema de los genes dominantes.—Y aún así, ¿Por qué se parecen demasiado al otro padre?—interroga con evidente fastidio y queja.
Observó al bebé de afuera, aquel que está con sus padres y su pareja en el pasillo, y ahora que mira a la que tiene su hermano en brazos, se ven exactamente igual a Shidou Ryusei.
Aquel comentario lanzado por su hermano le incómodo y molesto a Sae, haciéndose notar con su ceño fruncido.
—¿Qué problema hay en eso?
—Hubiera preferido mil veces que se parecieran a ti...—resopla, cruzado de brazos. Aquello hizo enfurecer al mayor de los hermanos, hasta el punto de que sus feromonas se volvieron agrias, no pudo controlarlo tan bien.
Solo espera que Shidou no se de cuenta y venga hacer un alboroto, necesita calmarse por sus bebés.
—¿Vas odiarlos y despreciarlos por parecerse a Ryusei?
Rin se quedó sin palabras y atónito por aquella pregunta, evidentemente no quiso decir eso, pero puede entender porque Sae llegó a esa conclusión, ya que realmente no se expreso de la mejor manera. Lo hace sentir culpable, y claramente no quiere despreciar a unos bebés inocentes por parecerse demasiado al hombre que le cae tan mal.
—...¿Por qué lo defiendes tanto?— pregunta como si la respuesta no fuese evidente o siguiera negándose a aceptarla.
Sae se quedó unos breves instantes en silencio, sin dudarlo ni avergonzarse, le contestó:
—Porque es mi Alpha, mi prometido, mi amado y el padre de mis cachorros.
Rin abrió enormemente sus ojos con estupefacto. Nunca pensó ni creyó poder escuchar alguna vez a su hermano mayor expresarse de esa manera hacia alguien.
En realidad, jamás imaginó siquiera que Sae se vinculará ni mucho menos tuviera hijos con un Alpha como lo es Shidou. Hasta la actualidad, continúa preguntándose porque Sae se fijó en el moreno. Son polos totalmente opuestos en tantos sentidos y lo único que tienen en común es el amor al fútbol.
—¿Por qué estar con alguien tan violento y brusco como él?—cuestiono sin comprenderlo.—No hay día que no me preocupe o tema que te haga algo cruel.—añade, apretando los puños porque su hermano no comprenda su preocupación.
—¿Crees que mi Ryusei me levantaría la mano?—dice indignado, ofendido. Que haya gente especialmente su familia siga pensando esas cosas de su Alpha, le enfurece demasiado. Incrédulo, agrega:—Puf, él no es esa clase de hombre. E incluso si por alguna retorcida razón así fuera, yo sé defenderme.—habla con determinación, mirando fijamente a su hermano quien apenas le puede sostener la mirada.—No soy un idiota, lo dejaría de inmediato y me llevaría a mis bebés lejos de un abusador.—bufa ante por el comentario de su hermano, aunque entiende que se preocupe por él, sigue siendo molesto que no madure y dejé de hablar idioteces de su pareja.—Me encabrona que no confíes más en mí.—dice con fastidio porque se haya tocado un tema como aquel.
Conoce a Shidou más que a nadie, el rubio ha abierto su corazón a él únicamente y puede asegurar sin problema que él jamás le haría ningún tipo de daño físico ni emocional, ni a él ni a sus hijos.
Rin entiende muy poco español, sabe más el francés e inglés, pero pudo comprender que su hermano dijo alguna grosería.
—No es que no confíe en ti, no confío en ese tipo y,—habla intentando explicarle a Sae sus razones alzando la voz, pero esté lo interrumpe.
—No alces tanto la voz, la has despertado.
La bebé empieza a llorar por el ruido, es sensible al sonido y también porque siente la tensión entre ambos hermanos en el aire por las feromonas que desprenden.
Rin se disculpó sinceramente y se quedó callado, mirando como Sae trata de tranquilizar a la bebé sin mucho éxito al ser un papá primerizo, así que él decide aconsejarlo ya que ya pasó por eso con su hija.
—Nunca pensé en verte así, cargando a tu bebé.—dijo en voz baja, para luego explicar:—Digo, siempre decías que jamás tendrías niños, o que preferirías un conejo o un gato que un bebé. Pero mírate...
—Amo a mis bebés.—afirma de inmediato, se llenó de un amor puro y adorable al ver a su hija entre abrir sus ojitos con sus mejillas empañadas de lágrimas, las cuales limpia cuidadosamente con el pulgar. Admira que su bebé tenga el color de ojos que Ryusei.—¿Quieres cargarla?—le ofrece de manera amable, mirando a su hermano más calmado y menos tenso.
Rin queda perplejo por el ofrecimiento, jadea sorprendido sin saber cómo reaccionar los primeros segundos. Luego, con un gesto más suave extiende sus brazos para cargar a su sobrina.
—Es tan...—traga duro, sin saber cómo describirla. La bebé le mira detenidamente y se mueve mucho.—Inquieta, para ser una recién nacida.
—Pero es hermosa.
—Sae, yo no odio a tus hijos.—dice mientras acaricia las mejillas de la niña. Le recuerda aquella vez hace años cuando cargó por primera vez a su hija, aquello le inunda de nostalgia y amor. Sobre todo por la mirada que su Omega Yoichi le dedicó, llena de regocijo y amor de ver a su Alpha cargando a su bebé.—Los adoró por el mero hecho de ser mis sobrinos. Solo que...
—Lo entiendo, Rin.— suspira, no necesita más explicaciones.—No pido que tú y Shidou hagan las pases porque llevo años intentándolo, y creo que es imposible que lo hagan pero, al menos trata de no provocarlo en frente de mis padres y de nuestros hijos.—le pide serio. Prefiere que se ignoren a qué se peleen.
—Lo haré.
—¿Shidou solo lo odias porque fue agresivo contigo en el pasado?—pregunta lleno de intriga. Siendo esté el único motivo que le encuentra lógica y conoce.
—No solo eso...—suspira, devolviéndole la bebé a su hermano.— Siento que él me quitó de tu lado hace años. Cuando jugaste para la sub-20 japonesa, lo escogiste a él en vez de a mí para enfrentarte a Blue Lock. Estoy resentido con él desde entonces y eso jamás lo olvidaré.— explica brevemente.
Sae se siente mal, entiende que hirió profundamente a su hermano muchas veces en el pasado y poco de ha disculpado. Se distanció, se alejó de la familia por tantos años y siente la injusticia de no haberlo hablado como se debe antes.
—Lo entiendo, pero no se justifica tu odio hacia él o el resentimiento. Si con alguien debes desquitarte soy yo, no él...
—De cualquier modo, dudo que eso cambie algo.— contesta encogido de hombros.
Sae piensa detenidamente que cometió errores en el pasado y eso arruinó su relación de hermandad con Rin, y de ello ha aprendido para ser mejor y no cometer lo mismo con sus hijos.
No abandonarlos. No distanciarse de su familia, de su pareja y de sus hijos, debe hablar las cosas con claridad y ser honesto.
—¿Y la pequeña Chihiro?—pregunta el Omega por su sobrina, para cambiar de tema y dejar de insistir sobre Shidou. Aquello cambia la atmósfera significativamente.
Rin se nota contento cada que se menciona a su niña hermosa.
—La dejamos con los padres de Yoichi.—comienza a explicar.—En el hospital no dejan traer hasta está zona a niños, además que había pasado mucho tiempo desde que no ve a sus abuelos por parte de mi esposo...—aclara su garganta.—Bueno, ¿Cómo se llamarán los mellizos?—pregunta curioso, aprovechando el buen humor.
Sae no tarda en contestarle, lo había hablado con su Alpha y ya está decidido.
—La bebé se llamará Kaori. Y el niño Hiroshi Sora.
—Son nombres muy bellos.
Sae le sonríe contento, para Rin, es la primera vez en muchísimos años que ve a su hermano sonreír tan genuinamente o si quiera hacerlo. Esto significa que el Omega es realmente feliz con su vida y no puede negarse a ello.
Rin se despide de momento diciendo que ya tiene que salir para que sus padres entren, dejando unos minutos solo a Sae con su hija quien se encuentra pensativo.
El Omega solo quiere ser dado de alta pronto, reunirse con su prometido para besarle profundamente y llenarse de sus feromonas exquisitas, también quiere estar con su otro bebé, regresar a casa todos juntos y seguir con sus vidas.
Su vida de padres apartir de ahora.
Ω Ω Ω
Palabras: 4,011
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Lunes 17 de julio del 2023.
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Para escribir este capítulo me inspire un poco en la canción de "mi bello ángel". Cabe aclarar que me aguante escribir escenas de memes chistosos.
Cómo Rin diciendo "mis sobrinos son negros!? Negros!?" XD.
•Significado de los nombres:
Chihiro: mil preguntas
Kaori: Tejedora de fragancias.
Hiroshi=Generoso—Sora=Cielo, o sea que su nombre junto quiere decir: Cielo Generoso.
La siguiente actualización si todo sale bien, debe ser el Epílogo.
Nos vemos a la próxima!
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