❦13.

Capítulo censurado


El Alpha cuidando cada uno de sus movimientos para no asustar al Omega, y esté reuniendo valor para hablar con sinceridad sobre sus sentimientos, haciéndose la idea de un posible rechazo de su pareja pero con la viva esperanza de que aquello no suceda.

Sae siente el corazón apretado y sus manos sudar ante la seriedad en la expresión de Shidou. Aunque ansie escuchar sus palabras, también teme la posibilidad de un rechazo sin vacile. Traga saliva y comienza a dar inicio en su explicación de sus pensamientos con voz ligeramente temblorosa pero decidida.

—Shidou, sé que esto te toma por sorpresa y lamento haberlo soltado de esa forma repentina. Pero, por favor, déjame explicarte.— hace una breve pausa mientras se relame sus labios debido a la sequedad que siente en ellos. Shidou sigue en silencio pero haciendo un ademán de que le está prestando atención y puede continuar.—Durante todos estos años juntos, siempre creí que tener hijos era un sueño que tú ansiabas más que yo y una promesa que hicimos. Al principio no estaba seguro de tener hijos, la sola idea de la procreación me aterraba, pero contigo me siento seguro que amaré un hijo de ti...— admite con las mejillas ruborizadas costandole mantener su mirada en los ojos del moreno.

Sae desvía la mirada, un poco incapaz de sostener el intenso escrutinio en la propia mirada de Shidou. Los segundos se alargaron y el silencio parece envolver la habitación. Finalmente, el rubio se levanta y extiende su mano hacia Sae, invitándolo a seguirlo a la sala donde podrán hablar con mayor comodidad sobre el tema.

—Vamos, Sae. Hablemos de esto con calma.— dijo Shidou, su voz resonando con una mezcla de seriedad y misterio que deja un poco indeciso al nombrado.

Esa clase de misterio que el Itoshi no sabe si es algo bueno o malo y desde cuándo al Alpha se le da por serlo.

Sae sin pensarlo demasiado, asiente y lo sigue, sintiendo una ligera tensión en el ambiente mientras caminan juntos. ¿Qué estará pasando por la mente de Shidou? El Itoshi se tortura con pensamientos de incertidumbre, preguntándose si acaso ha arruinado todo con su confesión precipitada.

Una vez en la sala, se sentaron ambos en el mismo sofá pero en una posición en la que ambos queden frente a frente. Shidou mantiene su expresión impasible, Sae por otro lado se muerde el labio inferior suavemente, nervioso por lo que vendría a continuación.

—Sae, entiendo tus deseos y tus razones. No puedo negar que en más de un momento he imaginado tener hijos contigo, pero también he estado pensando mucho en lo que implica. Ser padre es una responsabilidad enorme, y con nuestras carreras en el fútbol a pesar de que hayas decidido retirarte, nuestra vida puede ser bastante agitada. Me preocupa que no podamos dedicarles el tiempo y la atención que merecen que yo realmente quiero darles. — explica seriamente Ryusei.

Sae siente cómo la desilusión lo invade. Había preparado su corazón para un posible rechazo, pero aún así le duele escuchar las dudas de Shidou.

Lo entiende, es comprensible. Ryusei ha madurado, piensa con más sensatez y ya no lo hace solo por el momento cachondo como aquella última vez en que el Alpha le insistía. No puede juzgarlo, y aún así, no deja de sentirse horrible.

—Pero, Sae, no quiero que te equivoques —continuó Shidou, acercándose lentamente a su Omega, quién su expresión lo delata demasiado así como el aroma a su alrededor.—No es que no quiera tener hijos contigo en estos momentos. Solo quiero asegurarme de que estemos listos, de que podamos ofrecerles un hogar estable y lleno de amor. Además, he estado reflexionando y me he dado cuenta de que la vida es demasiado corta para dejar los sueños de lado.— hace una breve pausa apreciando la belleza de su pareja quién, ha quedado atónito y conmocionado por las palabras profundas de su Alpha.

Realmente estuvo a poco de llorar, sus sentimientos son un huracán en su interior y Shidou al fin le sonríe con ternura y devoción, como si estuviera observando a la criatura más perfecta que alguna vez haya conocido.

—Quiero construir una familia contigo, ver crecer a nuestros hijos y ser el padre que siempre soñé ser.—agrega en modo de confesión Ryusei sin dejar de sonreír y estremeciendo de amor al Omega.

Sae siente un nudo en la garganta por unos instantes al escuchar las palabras de Shidou. La desilusión y el temor se disiparon lentamente, dejando paso a un sentimiento de alivio y alegría. Las lágrimas amenazaron con desbordarse de sus ojos, le parece increíble lo cerca que estuvo de llorar nuevamente por causa de su pareja, pero luchó por contenerse.

Él no llora, y no lloraría. Sae no recuerda cuántos años han pasado desde la última vez que lloró ni porque habrá sido. No llorará al menos hasta que tenga a su bebé en brazos, tal vez ahí si lo haga.

El Omega siente un alivio inmenso al escuchar las palabras de su Alpha. Había guardado sus deseos y temores en lo más profundo de su corazón, pero ahora se siente liberado al escuchar la sincera confesión de su pareja.

—Ryusei... —susurró Sae, su voz entrecortada por la emoción.— No sabes cuánto significa para mí escuchar eso.— jadea todavía con la conmoción inundando lo. Regula su respiración para poder seguir hablando de manera entendible.— Durante estos últimos momentos pensé que ya no querías compartir ese sueño conmigo, que me había precipitado. Pero ahora... ahora me haces tan feliz.

Shidou toma las manos de Sae entre las suyas, acariciándolas con ternura. Su mirada intensa y llena de amor se encontró con la del oji verde. Tan precioso y luce, quiere besarlo ahí mismo hasta el cansancio y hasta que no puedan seguir respirando.

—Sae, siempre has sido mi mayor anhelo desde que me escogiste a mi en todo Blue Lock para jugar contigo, mi compañero en todo sentido.— le besa los nudillos con cariño y deseo, Sae está demasiado embobado con las expresiones tan naturales y encantadoras como las sinceras palabras del moreno, que sigue sin darse cuenta de que poco a poco las feromonas del Alpha están envolviendo lo por completo, seduciendo lo.— Si tú deseas tener hijos en estos momentos y construir una familia juntos, estoy dispuesto a darlo todo por eso.— hace una breve pausa para acercarse más a él, hasta orillaron contra el colchón del sofá. Uno encima del otro a escasos centímetros de sus rostros.—Quiero ser el padre que merecen nuestros hijos, mi cielito lindo. — pronunció en idioma español aquello último.

Sae soltó un jadeo bastante sorprendido y emocionado mientras lo mira con amor. Su corazón latiendo tan fuerte que teme que el Alpha lo escuché o que se le salga del pecho, se siente derretir en el sofá por la forma en como Ryusei se dirigió a él.

Tres años en España es suficiente para que Shidou aprenda bastante del idioma, le sale mejor hablarlo que escribirlo y leerlo, su acento al hablarlo todavía es un tanto marcado pero ya se sabe un sin fin de palabras y oraciones. También ha estado aprendiendo mucho sobre la cultura e historia del bello país europeo. Y no solo de la monarquía que sigue siendo, sino hasta de los demás países que hablan en Español y se encuentra en el hemisferio occidental.

Si Itoshi Sae antes tenía algún tipo de duda sobre su amor hacia Ryusei, ahora está más que confirmado que lo adora y ama tanto con todo lo que le confesó hasta en el modo en como lo está mirando. 

Sae se inclina hacia Ryusei, lo abraza con fuerza, sintiendo cómo el calor y el amor se entrelazan en ese gesto, permitiendo se respirar más el aroma que desprende seductoramente.

Ese aroma de Alpha en celo.

Shidou correspondió al abrazo, acercando a Sae aún más a su cuerpo. Sus labios rozaron suavemente la mejilla de su Omega, dejando un beso cargado de promesas y esperanzas.

—Te amo, Sae.

Ambos se perdieron en el abrazo, en las palabras susurradas al oído y en la certeza de que han encontrado su verdadero hogar el uno en el otro. El aroma del deseo comenzó a envolverlos, creando una atmósfera íntima y ardiente que les recuerda los deseos profundos como pasionales que comparten.

Sin embargo, antes de que el calor los consumiera por completo, Sae siente la necesidad de confesar algo más, algo que había omitido hasta ahora. Sabe que puede ser un cambio de rumbo en la conversación, pero no puede contenerlo por más tiempo y quiere aclarar cualquier duda antes de entregarse a su pareja.

—Shidou, hay algo más que debo decirte. No traje los supresores de celo. — le revela haciendo jadear de sorpresa al más alto, quién espera algún tipo de explicación por aquel suceso.

—¿Se te olvidó?

Shidou no se enojará con él por ello, pero para gran impacto del Alpha, Sae negó que la excusa haya sido el olvido. Dejando más confundido e intrigado el rubio.

—No compré los supresores porque...— traga duro. Ambos se apartan para ya no estar uno encima del otro.— Porque quiero pasar contigo tú celo. Sé que puede ser intenso pero confío en ti.

Tal vez una de las cosas más difíciles de decir para alguien como Sae, no solo ha sido un "te amo", sino un "confío en ti". Es algo que no cualquiera tiene ese privilegio de recibir por parte del Itoshi Omega.

Shidou sigue perplejo ante las palabras de su pareja, está continúa hablando.

—Quiero que sea una experiencia en la que podamos unirnos de una manera íntima y procrear los hijos que tanto anhelamos.

El rostro de Shidou refleja gran sorpresa, incertidumbre y preocupación ante la revelación. Sus cejas se fruncen ligeramente y un brillo de inquietud aparece en sus ojos.

Mentiría al revelar que no quiere hacerlo justo en esos momentos con su novio, porque realmente quiere hacerlo, pero...

—Sae, sabes que el celo puede ser intenso y... a veces, incluso difícil de controlar. No quiero hacerte daño ni poner en peligro nuestra relación.— admite. Es por eso que nunca ha pasado un celo suyo con su pareja, por miedo de no controlarse y que Sae tampoco se sienta muy cómodo al hacerlo.

El Alpha se siente inundado de emociones contradictorias. Por un lado, está preocupado por la seguridad y el bienestar de su novio durante el celo. Sabe que su naturaleza instintiva puede volverse salvaje y teme lastimar a su amado pelirrojo. Pero por otro lado, siente el llamado profundo de la conexión íntima que su Omega busca.

Claro que quiere hacerlo con él, a pesar de que viene cansado de su viaje, extraña mucho fundirse con su pareja, el roce de pieles calientes y deleitarse con los sonidos obscenos que puedan salir de él.

—Me preocupa tu seguridad. No quiero que te hagas daño o que te sientas incómodo durante el celo. Podría ser peligroso, y no quiero correr riesgos innecesarios.— añade preocupado.

Sae lo mira fijamente, con determinación en sus ojos.

—No tengo miedo, Ryusei.— suspira y le sostiene la mirada. Sabe que fue un egoísta por no haberle comprado los supresores que tanto le pidió aún conociendo los riesgos, pero él está tan seguro de que quiere estar con su novio durante su celo. Además que ya no hay tiempo.— Sé que podemos superarlo juntos. Quiero sentirte cerca de mí en cada momento y entregarme a ti por completo. Es la oportunidad perfecta para unirnos de una manera más profunda y crear la vida que tanto queremos.

Shidou lucha internamente, sintiendo una mezcla de preocupación, furia y confusión. No quiere poner a su pareja en peligro, pero tampoco quiere negarle el deseo más profundo de su corazón. La tensión en la habitación creció mientras ambos luchan con sus emociones.

—Sae, no puedo negar que tengo preocupaciones, pero también entiendo lo que quieres decir. Si estás dispuesto a asumir ese riesgo, entonces yo también lo estaré. Pero prométeme que si en algún momento sientes que es demasiado, que no puedes manejarlo, me lo dirás y encontraremos una solución juntos. No quiero que te lastimes ni que nuestra relación se vea afectada.— explica sus intenciones, suavizando sus gestos.

No quiere enfadarse con su novio, no quiere tener un conflicto grave con él.

Esta bien y es normal discutir a veces con tu pareja, mientras se mantenga en el límite de lo sano y no se vuelva algo grave o fuerte.

Sae asiente ante la explicación del rubio, conmovido por la comprensión que él le demuestra.

—Lo prometo, Shidou. Si en algún momento siento que necesito ayuda o que no puedo manejarlo, te lo diré de inmediato. — le asegura con perseverancia y sus expresiones en calma.

Ambos acuerdan en silencio y compartiendo miradas en subir hasta su habitación. Teniendo que omitir el postre, Sae piensa en posponer el banana split para mañana.

Una vez en la recámara principal, Sae se cambia de ropa en lo que Shidou se toma un baño para relajar el cuerpo y alejar las malas vibras. Al salir de esté con el pelo mojado y una bata de baño color rosada, se sienta en el colchón de la cama mirando a su pareja.

—¿No te vas arrepentir?¿Y si te muerdo?— pregunta insistente en su preocupación.

Ya no habrá vuelta atrás.

—Sé que puedo manejar la situación. No me vuelvas a rechazar.— dice con una expresión afligida. Recordando malos recuerdos del pasado.

—La última vez que rechace algo de ti, desapareciste de mi vida por años, te apartaste de mí sin vacilar.— comenta con amargura. Aún no supera del todo que Sae lo haya abandonado hace años por no haber querido jugar para el mismo equipo que él. No quiere que vuelva ocurrir aquello.— Yo no quiero que eso vuelva a suceder.

—No lo haré. — hace una breve pausa para tragar saliva. Siente que después de tantísimo tiempo, ya es momento de pedir disculpas, sinceras y desde el corazón.—Yo... Siento haberme ido de tu vida. No sabía que realmente te afectaría, solo me sentía molesto porque habías rechazado mi propuesta. Ya no me volveré a ir de tu lado, Ryusei. — agrega mientras se acerca a él y se sienta encima suyo, sin importarle que la desnudez del Alpha solo sea cubierta por una toalla.

—¿Nunca?¿Realmente me lo juras?— dice mientras rodea la cintura de su Omega como en modo de un abrazo y para tenerlo a su lado.

Shidou empieza a sentirse tan caliente. Tener a su novio encima suyo no ayuda.

—¿No confías en mí?— hace un mohín (puchero) en sus labios, fingiendo enojo e indignación por ello.

—No es eso, solo que yo...— suspira incrédulo. Tener a Sae tan sincero con él, disculpándose luego de haberle confesado que quiere hacerlo durante su celo, que quiere quedar preñado esa noche, es demasiado tentador y hermoso para él así como un poco difícil de digerir. —Esto es tan irreal que parece un sueño.

El Omega bufa, sin entender porque para su pareja es difícil de creer en sus palabras. Lo examina desde su posición con ganas de quitarle esa bata de baño para tenerlo desnudo a su merced.

Sae está realmente convencido de que Shidou lo convirtió en un pervertido y adicto al sexo. Han pasado tantos meses desde la última vez que tuvo algo de contacto íntimo sexual con él y se siente urgido por hacerlo, pero tampoco quiere admitirlo. Es bastante orgulloso y penoso en ese sentido todavía. Sobre todo si está sobrio.

—¿Quieres una propuesta de matrimonio justo ahora?— le cuestiona arqueando una ceja con su expresión neutral de siempre. Hará cualquier cosa para que Shidou crea en él.

—Eso me encantaría...— admite entre murmullos, con una expresión suave mientras inhala el aroma de su pareja, sintiéndose ansioso y con ganas de enterrarse en él.

Sae parece estar pensando en algo, meditando seriamente porque se queda callado por unos segundos.

Se aleja por unos instantes de Shidou para quitarse la ropa, dejándose ver su piel expuesta blanca más no pálida, viva de un color durazno pero abajo usando bragas de encaje color rojizo. Aquello enciende al Alpha, porque no es común ver a Itoshi Sae ponerse bragas de manera diaria. Han sido tan contadas las ocasiones que las ha usado, como en momentos sumamente especiales en los que quiere complacer a su pareja.

El Omega sabe cuánto le encantan y excita a Shidou que use bragas, lo hacen ver tan erótico, pronuncian sus caderas y realza su trasero según propias palabras del Alpha.

Claro que desde que supo que Shidou vendría el mismo día que él se las puso apenas llegó a casa, con la esperanza de hacerlo en algún momento. Tal vez no en la noche porque sabría que su pareja vendría muy cansada del viaje, pero si pensó que tal vez mañana sería bueno, como un sexo mañero antes de empezar el día.

Se había imaginado—para su bochorno—, despertar antes que Shidou y hacerle un oral mientras esté dormía. Luego levantarlo montándose en él. Aquellos pensamientos lo humedecía, pero desde que supo que el Alpha había olvidado sus supresores y su celo llegaba muy pronto, es que las cosas cambiaron.

—Puedes hacerlo, demonio. — habla después del silencio donde Shidou solo estuvo mirando desde las bragas de su pareja hasta sus pezones rosados.

—¿Hacerlo?¿A qué te refieres...?— expresa confundido, sobre todo porque Sae ladeó su cabeza hacia un lado.

El Omega suspira avergonzado de tener que explicar las cosas, se acerca al mayor y le quita su bata de baño sin problema, el Alpha no pone ninguna resistencia. Sae enreda sus dedos en su cabello rubio y lo empuja hasta caer ambos en la cama, acostados. Frotando sus partes íntimas, donde solo la tela de su braga separa sus sexos.

—Sigue siendo difícil para mí expresar mis sentimientos y demostrarte cuánto te adoro, cuánto... te amo.— traga duro con nerviosismo. Siente las manos grandes de su pareja jugar con sus bragas y meterse entre sus nalgas, tocando donde quieren y eso lo hace suspirar de excitación como reunir más valor para seguir hablando de sus sentimientos.— Pero yo realmente confío en ti. Así que estaré bien, Alpha. Puedes marcarme y hacerme completamente tuyo, porque es lo que quiero.— sentencia serio y sumamente decidido mientras ladea su cuello ligeramente como manera de incitar, haciendo sorprender al rubio por sus palabras quién se enciende ante la petición de su pareja.—¿Entiendes? Quiero ser tu Omega, y tú mi Alpha.

Sae lo besa con pasión y desespero, se da cuenta cuánto le calentó sus palabras a Ryusei.

El ambiente se llena de una calma reconfortante mientras se miran el uno al otro, compartiendo una conexión profunda y una determinación compartida. El calor de sus cuerpos y la fragancia del deseo continúa en volviéndolos, alimentando la pasión que crece entre ellos.

Ryusei toma suavemente el rostro de Sae entre sus manos y se acerca, rozando sus labios en un beso, siendo esté tierno pero cargado de intensidad. Un beso que sella su compromiso y su deseo mutuo de explorar nuevas experiencias.

Su cuerpo ya está reaccionando y dejándose a merced por las feromonas de Alpha que están en cada rincón de la habitación.







Ω Ω Ω


Palabras: 3,660
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Viernes 02 de junio del 2023
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Probablemente me tomé un tiempo para actualizar el siguiente capítulo, cada que escribo un capítulo erótico (porno) necesito buscar inspiración para escribirlo XD. Así que repito, no sé si me tarde para traerles el siguiente capítulo, todo depende que tan explícito lo haga y si ando ocupado con la Uni.
Por cierto, hace ya algunos meses le pedí a mi pareja que sabe dibujar tanto tradicionalmente como en digital, que me hiciera sin mucho detalle un bebé del moreno y Sae. Y si me lo hizo, he querido mostrárselos aunque sea al final de algún capítulo, pero siempre se me olvidaba y ahora creo que quiero que sea sorpresa hasta que en el fic nazca un bebé, ahre, aún lo sigo pensando.

Hasta la próxima!

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