❦01.
Puede que Itoshi Sae nunca haya maldecido tanto a alguien desde aquel medio día en que su médico familiar en Japón y por lo tanto de confianza lo revisó.
Debido a su profesión debe revisarse con bastante regularidad su salud para no tener ningún tipo de inconveniente en el futuro o prevenirse. Además de seguir dietas adecuadas para mantener un buen peso y la resistencia física suficiente. Se saca análisis de sangre, temperatura corporal, revisan sus reflejos, estatura y peso, que no tenga algún malestar muscular y por supuesto, sus periodos de calor.
No solo como deportista, sino también como Omega. Siempre es advertido por los entrenadores sobre que los Alphas y Omegas en el equipo deben cuidarse en días de celo, ya que él riesgo no es solo para ellos sino también para el resto del equipo.
En resumen, el médico le advirtió sobre las consecuencias de seguir suprimiendo su celo con los supresores. Ya que según él, hacerlo siempre que le llega por tantos años como es su caso es anti natural, por no decir delicado.
El futbolista se quejó, pero de igual forma no pudo cambiar nada. Se cuestiona entonces el para que están los supresores si habrá algún punto en su vida adulta que le dejen de servir. Ya que según el profesional en medicina, si continúa suprimiendo su celo con fuertes supresores que son los que él utiliza ya que son los únicos que le han hecho verdadero efecto siendo muy útiles, podrá pasarla muy mal y su próximo celo se descontrolara.
No quiero pasar su celo encerrado por no sabe cuántos días, perdiendo tiempo. Prefiere suprimir sus feromonas y trabajar o entrenar.
También le aconsejó lo peor, que es que el celo que le viene que será dentro de muy poco, la pasé con alguien y de preferencia que sea de la casta Alpha o al menos otro Omega dominante. Es la forma más tradicional, efectiva y natural de pasar bien un celo.
—Maldito viejo rabo verde.— murmuró entre dientes bastante molesto e irritado, conduciendo su coche blanco camino a su departamento.
Claramente el doctor sabe que está soltero, y que no tiene interés en conseguir pareja. Le pregunto incluso sobre algún conocido, algún amigo que tenga o de pérdida algún compañero en su área laboral, o sea compañero de equipo para que le "ayude".
No es ningún virgen ni nada, pero tampoco es un maldito promiscuo. Contadas veces ha mantenido relaciones sexuales, pero siempre han sido con él estando completamente consiente, o sea, jamás en su temporada de celo. Incluso con las personas que se ha acostado no han sido cualquieras, suelen ser celebridades específicas y que saben perfectamente lo que es "una sola" noche, sin compromisos de por medio y discretos, que no lo anden gritando o diciendo a la prensa o sus redes sociales. Y con esta misma regla es que jamás se ha acostado dos veces con la misma persona.
En los siguientes días antes de su celo tendrá una agenda muy apretada. Entrevistas, algo de modelaje con marcas famosas internacionalmente, revisar sus cuentas y renovar su visa de trabajo, ya que otra vez hace tan solo tres semanas tuvo que regresar a Japón en espera de ello.
Cómo no quiso ser un acomodado con sus padres, especialmente porque ahora la gran casa donde siempre han estado, ahora ahí viven—por misma insistencia de estos—, su hermano menor junto a su pareja, es que prefirió está vez irse a hospedar temporalmente en un departamento en un lujoso y caro edificio.
Claro que lo que no contaba en aquel entonces cuando se instaló ahí hace ya varios días atrás, es que tendría como "vecino" a cierto hombre que hace mucho tiempo no ve en persona y más el distanciamiento que hizo con él al enojarse por haberlo rechazado.
Desde lo del proyecto Blue Lock y la inasistencia de intercambiar números, ha mantenido contacto con él por lo regular por medio de mensajes—si es que le responde—, o por las videollamadas que siempre se hacían antes de, y repito, el distanciamiento por parte del Itoshi.
Sin embargo la última vez que lo vio en persona fue hace casi cuatro años atrás, en el último mundial del 2026 hecho en norteamerica. Ya que les tocó competir en la misma fase de grupos, Shidou representando y jugando para Japón y él en cambio, para España. En aquel entonces ambos tenían la misma edad, veinticinco años. Solo que Shidou cumplió los veintiséis durante el tiempo que duró el mundial y Sae hasta meses después cuando ya había terminando.
No sabe si en todo este tiempo habrá cambiado su actitud, pero está seguro que sigue siendo el mismo de siempre.
Sae aún conserva algunas conversaciones viejas que mantuvo con el rubio hace años, pero no hace falta revisarlas para acordarse de como eran sus mensajes.
En muchas ocasiones se le salía alguna que otra obscenidad fastidiosa y cachonda que trata de justificar porque anda en su período de calor—aunque en su opinión y si se lo preguntan, Shidou siempre parecía andar en celo—, debe admitir que en el fondo, muy en el fondo le causaba gracia alguna de sus estupideces y aventuras que le cuenta. Ya estaba mal acostumbrado a tener por lo menos dos mensajes cada día diciéndole "buenos días" acompañado de algún comentario medio random o un mal chiste mañanero.
Que sean vecinos del mismo piso aunque lo dejó en estupefacto en un principio ya que obviamente a diario se lo estaría topando, terminó por aceptarlo, de todas formas solo vivirá ahí temporalmente, un par de meses más a lo mucho. Claro que al inicio llegó a ser algo incómodo considerando que Sae fue quien lo dejó de hablar y no se habían visto la cara desde hace un buen tiempo.
Tampoco le sorprendió demasiado, si lo analizaba bien, el contrario gana realmente tanto dinero como él, ya sea jugando o hasta en publicidad en muchas marcas. Por lo que tampoco le parece imposible que pague el hospedaje ahí por un buen tiempo, pero que ya fuese en el mismo piso realmente resultó ser totalmente una enorme casualidad. Se enteró hace poco que Shidou ha estado viviendo ahí mucho antes de que él regresará Japón, por lo que descarta que lo haya stalkeado para averiguar a dónde estaría viviendo.
Eligió ese lugar no solo por lo lujoso y las comodidades, sino también por la ubicación cerca del aeropuerto y sobre todo, la seguridad como el respeto a la privacidad.
Es una figura pública muy popular pero está harto que ni siquiera para salir a comer lo dejen en paz, ya sea que le saquen foto a lo lejos o le pidan un autógrafo.
A pesar de que Sae ha creído que fue una enorme coincidencia, casualidad o incluso mala suerte que le tocará hospedarse justamente en el mismo edificio y todavía en el mismo piso, Shidou lo definía como el "destino" que siempre se encargará de unir a dos almas enamoradas y que deben estar eternamente vinculadas. Una cursilería que en su humilde opinión, el rubio se fumó hierba para decir tremenda estupidez, según el Itoshi. Él es de la clase de gente que no cree en los destinados, porque realmente no existen, o si existieron habría sido hace muchos siglos atrás, cuando los humanos seguían más sus primitivos instintos que la razón.
Pero debe admitir que le sorprendió que, a pesar de haberse distanciado por tantos años, Shidou lo trato normal, lo saludó bastante amable, como si no le hubiese afectado que lo haya ignorado por tanto tiempo y que en el mundial pasado haya sido indiferente con él.
Tuvo una actitud bastante madura y calmada.
Ω Ω Ω
Encontrarse en ocasiones con Shidou de camino a su departamento no era algo sorprendente o extraño. No sabía si horario de trabajo, pero tampoco se le hacía raro encontrar selo seguido, siempre le sacaba tema de conversación por algunos minutos o lo saludaba de lejos, él por educación y costumbre le correspondía.
En esta ocasión, Shidou le señaló su departamento con una sonrisa mostrando los dientes:
—Te invito a pasar.
Sae arqueo la ceja dudoso, obviamente queriendo analizar sus verdaderas intenciones.
No lo apunta como una mala persona. El rubio le contaba muchas cosas de su vida, como trivialidades u otras tipo de cosas personales, incluso cuando le cae mal alguien se lo decía o cuando le encantaba una canción se la mandaba y le comentaba el porque le gustaba tanto.
—Estoy cansado, quiero ir a la cama. —responde con sencillez y encogido de hombros, suspirando pesado. También esta un poco de mal humor por su visita con el médico.
Piensa esquivarlo pero Shidou no se rinde fácilmente, en realidad nunca lo ha hecho y le sigue insistiendo.
—Te tengo una sorpresa.
—¿Una sorpresa?—frunce el entre cejo, arrugando incluso un poco la nariz.
El rubio se ríe por las expresiones lindas que alguien como Sae que siempre anda con una cara neutra y seria, por lo que motivado, continúa hablando.
—Se que hoy es tu cumpleaños.—dice. En realidad Sae no le asombra mucho que el contrario lo sepa.
Temprano le llegaron muchos mensajes tanto de sus padres como compañeros que lo felicitaban, sin embargo al ser tantos y estar ocupado no los leyó todos. Apenas respondió a los de su familia.
Sae sin inmutarse ni tener una pizca de curiosidad en saber cuál es la sorpresa de Shidou, solo se excusa en decir:
—Escucha, no me interesa las fiestas sorpresas o los pasteles. Si quieres darme un regalo, deja de posponer mi camino a la cama y me lo das mañana.
—Sae, si vienes conmigo prometo unirme a la liga europea y jugar en el mismo equipo que el tuyo.
Aquello si despertó el interés en el oji verde. Además que hace muchísimo tiempo que no escucha a Shidou llamarlo por su primer nombre.
Desde hace años cuando Sae se interesó en el potencial de Shidou ya que es perfecto para recibir sus pases, le llegó a insistir—cosa rara en él— durante un buen tiempo en que se uniera al mismo equipo que él.
Pero el rubio más fiel a su país natal se negó, era la única cosa en la que lo rechazó, o también ponía condiciones que obviamente jamás aceptaría ya que todas acaban yendo a la playa hasta Cancún o follando.
Se le hace raro que haya prometido algo como aquello solo para que lo acompañará a ver una sorpresa que le había preparado por su cumpleaños.
Parece tomárselo muy enserio ya que dejó de sonreír por unos momentos.
—Aquello te lo pedí hace años. ¿Crees que aún sigo interesado en que te unas ahora?
Después de todo, el motivo por el cuál Sae se distanció de él fue por su rechazo a su petición de que jugarán en el mismo equipo. Y que ahora venga a ponerlo como una promesa así de simple, le parece tan extraño y repentino.
—¿Entonces ya no me quieres adentro?
Sae iba a contestarle desinteresado, sin embargo captó el doble sentido en la oración. Lo miró mal y Shidou solo sonrió fingiendo inocencia. Quiso golpearlo y decirle que ya no lo necesita, pero algo dentro de él le impedía rechazarlo. Quizás el tono o la expresión no tan pervertida en como se lo cuestionó lo conmovió un poco.
Solo un poco.
—Maldición.— suspiro resignando. El rubio se alegró porque ya sabía su respuesta próxima. El Itoshi no podía permitirse perder está oportunidad. Con Shidou jugando para él serán un dúo imposible de parar.— Esta bien, pero si no cumples con lo prometido te voy a bloquear y jamás te volveré hablar, ¿Entendiste?—amenazó seriamente.
Obviamente aquello sería suficiente para que Shidou Ryusei cumpliera con su palabra.
—Me quedó claro.
El Itoshi entro al departamento de Shidou, que está a unos cuantos metros hasta el suyo que está más al fondo del pasillo.
No esperaba nada que lo asombrará o deslumbra, pero de cualquiera forma debía ser amable y agradecerle por el obsequio o la sorpresa que le haya preparado, tampoco es un malagradecido y aceptaría de buena gana lo que le dé, aunque no sea alguien muy expresivo.
Ω Ω Ω
Shidou le preparo una tortilla española, con paella y pulpo a la gallega. Para beber vino tinto, y de postre un pequeño pastel de chocolate y encima cubierto de Ferrero Rocher. Para su suerte en si el pan junto al relleno resultó más amargo con un toque de alcohol en el interior, nada muy dulce ni tan empalagoso. Pero sin duda es algo fuerte.
El pastel tampoco es grande, es suficiente para dos personas y perfecto considerando que comió bastante paella.
No estuvo mal, aunque debe admitir que le impresionó que Shidou haya averiguado cuánto ama la comida española, aunque tampoco es la única. En general la gastronomía de casi toda Europa le gusta mucho. Esta seguro que Shidou lo preparo el solo con quizás ayuda no solo de recetas, sino de videos en internet preparándolo porque se nota que ha sido su primera vez cocinando este tipo de comida extranjera para nada común en Japón.
Apenas terminaron luego de charlar un poco y lavar los trastes, extrañamente Sae no se sintió cansado. Al menos cuando llegó al edificio juró tener sueño y querer ir a su cama luego de arreglar unas cosas del trabajo para nada urgentes pero que siempre prefiere adelantar, pero ahora se siente bastante despierto.
No sabe si es el hecho de haber comido tanto, de haber tomado vino tinto o el pastel de chocolate con alcohol lo activó lo suficiente para mantenerse despierto otro buen rato e incluso aceptar quedarse un poco más mirando TV en la sala.
Quizás esté solo cansado de los pies y lo que tanto quería es recostarse, más no tiene sueño.
Shidou dijo que si bien ama el fútbol, le comentó que en algún momento consideró dedicarse a otro deporte si en algún punto dejaba de apasionarse tanto con el fútbol, es el boxeo.
Trata de no perderse muchas de las peleas que hacen en la UFC. Especialmente porque en los últimos años Japón junto a Estados Unidos y México han liderado el título de más campeones en el mundo en diferentes tipos de categorías. Son como los favoritos, le emociona que su país tenga reconocimiento en artes marciales mixtas y el resto del mundo no crea que solo lo que ven en los animes, que a veces suele generalizar mucho o exagerar ciertas cosas.
Al Itoshi en cambio no siente interés en dicho deporte, aparte de que tampoco le entiende mucho y ni siquiera sabía que su país a diferencia del fútbol es bastante reconocido y bueno en ello. Aún así se acomodó en el sofá de tres compartimientos junto al moreno para verlo mientras se le explicaba algunas cosas.
Shidou le ofreció palomitas de maíz recién hechas, pero Sae se negó ya que en verdad se encuentra lleno y además el contrario hizo las de extra mantequilla e incluso agrego un polvo picante que no sabe de dónde lo sacó y se lo hecho encima. Con solo olerlo le pica su nariz.
Después de casi media hora que termino sus palomitas pero las peleas seguían, se fue a lavar las manos y al regresar, aprovechando que Itoshi se dio el lujo de subir sus piernas al sofá cuando el rubio se fue a la cocina por unos momentos, Shidou se acostó encima de él dejando algo inmovilizada sus piernas.
Obviamente el pelirrojo se quejó.
—¿Cuánto pesas?— se rindió rápido en intentar apartarlo de él, tampoco tenía muchas ganas de sacarlo a patadas aunque la posición le resulta algo comprometedora.
Estando tan cerca y sus cuerpos pegados, Sae hace cierta cosa que por lo general nunca siquiera ha sentido intriga de hacerlo, que es oler las feromonas.
Oler el aroma de un Alpha cómo Shidou.
No sabe si es casualidad o demasiada coincidencia, la primera vez que detectó el aroma del rubio fue hace años en el partido de la sub-20 de Japón contra los de BlueLock, debido a que el chiquillo totalmente descontrolado e intenso expulsaba sin pena ni pudor sus feromonas provocativas es que también pudo olerlas de golpe, y a pesar de que tuvo un gran autocontrol y le advirtieron a Shidou acerca de que se controlará o lo sacaban del partido, no quitó que haya sido estremecedor aquella primera impresión de olerlas.
Al paso de los años se le había olvidado por completo cuál era ese aroma, esa esencia fuerte del Alpha Shidou Ryusei.
Cacao con un toque de lavanda. Cualquiera quedaría encantando con dicho aroma, que te envuelva y seduzca. Si solo te concentras en la lavanda te es abrazador. Así se siente Sae en estos momentos y por eso tampoco hizo mucho esfuerzo en alejarlo de él.
—Seguramente puedo competir en una pelea de categoría ochenta kilos.
—¿Eso pesas?
No le sorprende tanto en realidad, Shidou es muy alto, además de su masa corporal y considerado las veces que lo ha visto comer en grandes cantidades, a pesar de que entrene mucho y baje calorías, sigue siendo grande y ancho.
—La última vez que me pese fue hace medio año, así que creo que debo seguir pesando lo mismo.— contesta encogido de hombros.— Sinceramente disfruto mucho de comer. — añade.
Si algo ama Shidou Ryusei aparte del fútbol, es la comida. Dice ser un amante de está, aunque no sea el mejor Chef de la zona, tiene lo suyo. Un buen sazón.
—Me doy cuenta.— suspira. No sabe si es porque el moreno está encima suyo o es la temperatura normal del lugar, pero comienza a sentir que suda un poco o se siente bochornoso.—¿No hace algo de calor?
—En realidad la temperatura está baja, no deberías tener calor.— responde curioso ante el comentario del contrario.
Si bien es cierto que están en la temporada de verano, por la noche no hace tanto calor y Shidou tiene el clima (aire acondicionado) encendido a una temperatura lo suficientemente fría pero sin llegar a congelar te.
—Mierda,— suspiró confundido, pensando:— ¿Entonces porque tengo comezón acá abajo?
Cuando tiene comezón quiere decir que tiene calor en su zona íntima. La cual no puede ver porque alguien está encima suyo.
—¿Sientes comezón?— pregunto el moreno entre confundido y sorprendido por lo que escuchó del pelirrojo.
Mierda. Murmuró Sae avergonzado, lo había pensando en voz alta. Lo peor de todo es que el rubio no parecía querer alejarse ni un poco de él.
Le devolvía la mirada de una manera que hacía sentir al pelirrojo entre incómodo y raro, una clase de rareza que le hace sentir el estómago revuelto y pensar cosas extrañas que prefiere no mencionar en voz alta.
Sin controlarlo, sus propias feromonas empiezan a salir cómo si tuvieran voluntad propia llenando el lugar en poco tiempo junto a las de Shidou quién quiso conectar.
Sae sabe que si siguen así las cosas podrían terminar muy mal.
Pero su Omega se retuerce debajo del Alpha encima suyo, parece que el resto de su cuerpo como sus sentidos lo obedecen y no hay lugar para la razón.
Sae nunca se había fijado hasta ese momento y con extremo recelo lo bien que se le marcan los brazos y la entrepierna al Alpha moreno debajo de esa ropa fresca, cómoda y apretada de ahí abajo.
Aún puede detenerse e impedir que ésto avance a mayores, solo que ya no quiere.
Ω Ω Ω
Palabras: 3,255
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Sábado 01 de abril del 2023
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Yo al principio creía que Shidou era más joven que Sae, pero me puse a investigar y resulta que no XD
Quiero ir al futuro cuando ya salga la segunda temporada.
Creen que haya una mínima posibilidad en que aparezca Kaiser aunque sea en el último capítulo así como hicieron con Shidou?
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