Misión: Sobrevivir a la explotación laboral

-Esto es terrible...

Anya Forger, 4 años, fallo completamente intentando que sus padres actúen como una pareja normal.

-Pa tiene planes muy complicados y ma esta muy cansada, no quiero molestarla - recostó todo su cuerpo sobre la mesa para después soltar un suspiro agotador.

Loid se encontraba en la cocina preparando el desayuno y Yoru en su habitación terminando de alistarse para ir a trabajar.

-Bond - Anya le susurró a su amigo canino- haz eso de ver el futuro por favor, que debo hacer.

Bond la miro y comenzó a mostrarle sus visiones.

//Yoru estaba corriendo en un parque cargando un ramo de flores, tenía una sonrisa encantadora y se le notaba un pequeño rubor en las mejillas.//

-Lo sabía, las flores eran una buena idea -Anya contuvo su grito de emoción- y como termina? -sus ojitos brillaban de emoción mientras miraba a Bond.

//Loid tenía un rostro demacrado, y su ropa estaba considerablemente sucia//

-¿Eh? Pero ma estaba feliz ¿Qué paso?

//Loid sostenía un pequeño ramo de flores, las cuales perdieron su brillo, y los tallos estaban completamente destruidos al igual que el papel con el que estaban envueltas.//

-¿Entonces las flores que tenía ma no se las dio pa?

Ahora mismo Anya estaba teniendo una crisis existencial.

¿Qué paso?

¿Quién le dio flores a ma?

¿Por qué pa está tan enojado?

¿Dónde falló el plan?

Muchas preguntas, pocas respuestas, ninguna respuesta, ella no tenía ni la menor idea.

-No vuelvo a quejarme porque pa sobrepiensa las cosas, pobreshito.

-Anya, ¿ya estás lista? La movilidad vendrán en poco tiempo. - Loid se limpiaba las manos con una servilleta.

-Esto... Pa ¿hoy a que hora es tu cita con ma?

-Mmm, pensaba ir a verla en su horario de almuerzo ¿Por?

-¿Le vas a llevar algo?

-¿A que viene este interrogatorio? - Loid alzó su ceja en señal de duda.

-A ma no le gustan las flores blancas.

-No pensaba...

-Tampoco le gustan las margaritas.

-¿Qué?

-A ella no le gustan las flores.

-...

Eso es mentira, pero Anya no sabía cómo decirle a Loid que no le diera flores a Yoru, ella estaba tan preocupada por el futuro que Bond le mostró que esperaba el milagro de cambiar el futuro otra vez.

Loid miraba a Anya con un rostro de confusión, ciertamente se estaba volviendo muy descuidado, cada vez le costaba más controlar sus expresiones fáciles cerca de su pequeña hija.

Pero eso no quita el hecho de que Anya estaba hablando muy fuera de contexto, a las mujeres les gustan las flores, bueno, no a todas pero Yoru no puede ser la excepción o de lo contrario su hermano nunca hubiera invertido en algo que sabe que a su adorada hermana no le gusta.

Es verdad que los gustos cambian pero hasta hace poco la vio cuidar con mucho cariño las flores que su hermano le trajo.

-Anya ¿Qué es lo que intentas decirme? - Loid se arrodilló para quedar a la altura de su hija y mirarla a los ojos - ¿Qué me recomiendas?

El gran Twiligth, el mejor espía de Wise, el hombre de las mil caras.

Estaba pidiendo consejos a una niña de 6 años.

- ¡Maní! ¡a ma le gusta el maní! - dijo Anya alzando sus bracitos al aire.

- Maní eh? 

-¡Sí! el maní es rico, crujiente, suave, dulce -Anya estaba vacilando.

-Je je, lo pensare.

//Eso claramente es algo que le gusta a ella, no a Yoru.//

-Agh!!! -Anya se dio cuenta... que lo había arruinado. 

-Muy buenos días, ¿durmieron bien? - la mamá de la familia Forger por fin entro en escena.

-Buenos días Yoru, el desayuno ya casi esta listo.

-¡Maaaa, buenos días, Anya ayudo a preparar el desayuno!.

-¡oh! ¿es así? muchas gracias Anya.

- jeje - Anya tenia una sonrisa orgullosa.

-Te refieres a que derramaste la leche y después te fuiste a sentar al sofá? - interrumpió Loid sin piedad alguna.

-Gah!!! - carita de asombro - 

De esta manera otro día inicio para la Falsa Familia, Los Forger.

Anya llego a tiempo a tomar su transporte escolar, todo gracias a Loid que alcanzo el bus en su próxima parada para evitar que Anya siga acumulando tardanzas y corra el riesgo de ganar otro tonitrus.

//Pa es muy exagerado, solo tuvo que correr 10 cuadras//

Anya miraba por la ventana a un Loid intentando mantener la compostura ante tal situación, un espía no tiene porque llamar la atención, pero gritar a todo pulmón un "¡ALTO!" no es muy discreto que digamos.

- Hummm - Loid se aclara la garganta- ten un buen día y llévate bien con tus compañeros.

-Shi.

-No pelees con nadie.

-Shi.

-¿Tienes tu pañuelo de repuesto?

-Aqui tan - Anya mostro los 3 pañuelos que Loid empaco después de enterarse de su ultimo tonitrus.

Loid suspiro y con su mejor sonrisa despidió a su pequeña hija mientras el bus comenzaba a moverse.

-Bien ahora...

Loid camino de regreso a su casa...

Se detuvo un segundo.

Sí...

La casa de Loid Forger.

Un hombre de familia.

Un padre ejemplar y buen esposo.

Ese era Loid.

.

.

.

Twiligth siguió su camino para preparar todos los detalles para salvaguardar la misión strix.

Por otro lado, Yoru estaba en la puerta del departamento, estaba preocupada por si Anya logro alcanzar su transporte.

Yoru suspiro aliviada cuando vio la figura masculina de Loid acercarse a donde ella se encontraba.

-¿Lograste alcanzar la movilidad? - dijo Yoru con una sonrisa.

-Sí, afortunadamente no avanzo mucho, pude alcanzarlo corriendo un poco.

-Me alegro mucho - Solto una pequeña risa - je je, verte salir corriendo de esa manera fue muy interesante.

Loid tenia un pequeño rubor en su mejilla izquierda.

-Bueno, Anya no puede seguir acumulando tardanzas. -Se volvió a aclarar la garganta.

-Lose, eres un padre muy dedicado cuando se trata de los estudios de tu hija.

-¿Eso crees?

-Uhum, eres un muy buen padre Loid. - Yoru le dedico una sonrisa.

-...

-¡Ah! se hace tarde, me despido Loid, ten un buen día en tu trabajo.

-Igualmente Yoru, ve con cuidado.

La delgada figura femenina se despedía mientras se alejaba corriendo en camino a su trabajo.

Era momento de pensar con la cabeza fría. 

Twiligth cerro la puerta del departamento con cuidado.

Camino por el pasillo, el lugar era muy silencioso cuando Anya estaba en el colegio.

Miro de reojo al animal durmiendo en la sala, bien, una cosa menos de la que preocuparse, Bond era un buen perro, lo suficientemente grande e intimidante para espantar a los enemigos, y lo suficientemente peludo y adorable para ser un perrito de compañía.

En eso ultimo se parecía a su dueña.

Abrió la puerta de su cuarto y tras verificar que no hubieran micrófonos o cámaras ocultas siguió con cuidado abriendo la parte inferior de su ropero.

Desde que Twiligth conoció a Yuri, el obsesivo hermano menor de Yoru, es mas precavido con la búsqueda de dispositivos de vigilancia, nunca se es suficientemente precavido, menos con un miembro de la SSS.

-Ese psicótico es capaz de convertir cualquier tontearía en mi sentencia de muerte, si pudiera, seguramente me daría la pena capital solo por respirar en mismo aire que su hermana. 

Por otro lado Yuri sintió un escalofrió recorrer su espalda.

El plan era relativamente simple, pasaría por Yoru en su hora de almuerzo, inventaría una excusa sobre un horario libre en su horario por la cancelación de un paciente, pasearían por lugares públicos para que todos vean la buena relación que tienen, la llevaría al centro comercial para comprar almorzar y de paso comprar algunas cosas para la despensa.

-Bien ahora...- Twiligth cerraba el pequeño cajón con una contraseña de 6 dígitos.

//A ma no le gustan las flores//

-mmm...

Si bien era la opinión de una niña pequeña, no era mala idea llevar algo para reducir las posibilidades que rechace acompañarlo, un presente siempre suma puntos.

La ultima vez que armo una trampa de miel exitosa fue con Karen, Era de esas mujeres que necesitaban constante atención, también era muy expresiva, le gustaba fantasear con un futuro donde se casaría y formaría una familia.

Cuando corto lazos con ella se dijo a si mismo que una vida familiar no era algo a lo que él pudiera aspirar.

Y ahora se encontraba ideando un plan para mejorar la relación con su "esposa".

-Bien todo esta listo.

Twiligth estaba terminando de acomodar todo en el departamento de los Forger para dirigirse a Wise.

-Ya me voy Bond, por favor cuida la casa. - Loid se colocaba su sombrero.

-Guau!

-Buen chico.

No muy grata fue su sorpresa al ver un mensaje codificado con ramas y hojas en el jardín justo después de cerrar la puerta con llave.

-Definitivamente no me gusta que me contacten así...

Loid saludo a las vecinas mientras seguía la ruta de  siempre, la constancia despejaba las sospechas más rápido que una excusa. 

Entro a una cabina telefónica que tras reconocer su rostro lo llevo a la base central de Wise.

-Buenos días o Buenas noche agente Twiligth.

-Sylvia

La hermosa mujer se encontraba sentada en su escritorio mientras con gentileza se acomodaba en su asiento.

-¿Cuales son las novedades de la operación Strix?

-Mi hija ahora puede cuidar de una planta sin que muera en menos de una hora.

-¿Eh?

La clara expresión de desconcierto de Sylvia significaban incredulidad por ese reporte, pero la cara seria de Twiligth ni siquiera le dejaban interpretarlo como una broma.

 Sylvia suspiro, de todas formas era una misión a largo plazo.

-Tengo una misión para ti.

-¿No pudieron dar los detalles junto con las ramas y hojas?

-Deja de burlarte, sabes que esos métodos son los mas prácticos.

-Lose, lose, continua.

-Uno de los ministros le regalo una invaluable pieza de arte a su hija por su cumpleaños numero 25, hablamos de un collar subastado la semana pasada en un club para ricos.

-¿Y?

-Esa pieza fue creada por un rebelde en plena guerra, se rumorea que dicha pieza puede contener información vital sobre las estrategias secretas que implementaron sus superiores.

-¿Quieres que robe la pieza?

-Algo así.

A Twiligth no le gustaba el ambiente que se genero tras esa ultima respuesta.

-Dilo.

-Necesitamos que cortejes a la hija del ministro y consigas que voluntariamente te entregue la joya.

-Me niego.

-...

El ambiente era tan denso que se podía cortar con un cuchillo.

Sylvia frunció el seño.

-Twiligth esta es una misión que puede significar el inicio de la guerra ¿lo sabes no?

-La operación Strix esta pasando por un momento delicado, por lo que se, no están tan escasos de personal para dejarme esta misión a mí.

-¿Delicado? Agh, después me mandas un informe con los detalles, Twiligth, La mujer en cuestión esta rodeada de guardias, rara vez aparece sola, el ministro no escatima de gastos cuando se trata de la seguridad de su hija, no cualquiera se puede acercar a ella.

-Sigo pensando que hay personal calificado para esto.

-No tenemos personal.

-Esto es explotación laboral.

Sylvia perdió la paciencia.

-¿Que pasa Twiligth? por lo general no tienes problemas en trabajar horas extras.

-Te repito que le estoy dando prioridad a la misión Strix.

-Es una orden.

-No puedes.

-Es una orden, espero ver esa joya esta tarde.

-¿Como esperas que la corteje en tan poco tiempo?

-Se que no es nada para ti, tienes una gran habilidad para analizar a las mujeres.

-Solo un 95%

-¿No era 99%?

-Existen algunas excepciones al caso - Twiligth agarro su barbilla por inercia.

-¿La vida familiar te esta ablandando eh? - Una sonrisa burlona salió sin permiso-

-No es eso.

Twiligth termino aceptando la misión en contra de su voluntad, Sylvia no lo dejaría en paz de todas formas, lo mejor seria terminar rápido con esto para seguir con la misión Strix.

Sylvia le entrego un archivo antes de que se retirara. Todos los datos personales y antecedentes de la hija del ministro, una niña de papi que le gustaba llamar la atención y los gastos innecesarios, excentricidades.

-Cabello rubio oscuro, piel blanca, estatura mediana, pocas relaciones previas, preferencia por los Idols, color favorito, comida, bien. - Twiligth arrojo los archivos a un contenedor en llamas - Esto será rápido.

.

.

.

-Señorita, la cita de hoy con su estilista esta programada para dentro de una hora ¿desea que venga personalmente?

-mmm... No, hoy no, quiero que toda la alta sociedad contemple el maravilloso regalo que me dio mi papi.

Una bella y joven mujer, se encontraba delicadamente recostada en un sofá blanco, la joya que sostenía entre sus dedos brillaba tanto que la luz del sol reflejaba en el, luces de color aguamarina.

-Nadie en este mundo posee esta joya ¿sabes? no es ningún ejemplar, o algo a lo que pocas personas tienen acceso, es únicamente algo de mi propiedad, papi invirtió mucho dinero en la subasta por el. - la joven tenia una sonrisa de oreja a oreja y sus ojos brillaban al igual que la joya.

-Algo digno de usted señorita.

-Lose, es lo mínimo que merezco.

De forma repentina la joven se paro y comenzó a dar vueltas por la gran habitación.

-¿Me veo bonita? - pregunto mirándose al espejo y modelando su vestido blanco a medida.

-Usted es la más hermosa.

Tiempo de respuesta: 0.1 segundos.

-Hum...

Nuevamente la joven dio una vuelva para verse mejor.

-Quiero ir personalmente a ver al estilista.

-Como usted desee.

Con una sonrisa la joven señorita volvió a recostarse sobre el sofá.

-Tengo un buen presentimiento.

.

.

.

 -Disculpe la grosería, encantado de conocerla, si me permite presentarme, mi nombre es Albeth.







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