Minho no sabía cómo había llegado a esto. Aunque había soñado con el momento por meses. Hyunjin, el alien guapo en cuestión, lo había acompañado a casa como si fuera lo normal, una salida familiar más. Incluso había jugueteado casi naturalmente con Jimin hasta que ella cayó dormida.

―Llegamos...

―Sí, lo sé.

―¿Sabes dónde vivo? ―Minho abrió sus ojos con sorpresa, luego recordó algo―. ¿Qué pregunto? Si me secuestraste de mi propia habitación.

Hyunjin soltó una risilla.

―Yo no lo llamaría secuestro.

Minho rodó los ojos y puso la clave de acceso. Dejó pasar a Hyunjin y luego entró él con el coche. En un día como hoy agradecía haber escogido el primer piso cuando su casero le preguntó dónde le gustaba más.

―No tuviste un baby shower ―mencionó Hyunjin poco después, tratando de sacar tema de conversación.

―¿Un baby shower? ¿sabes lo que es eso?

―Claro, he estado en este planeta más tiempo del que crees. ―Hyunjin lo miró―. Tampoco los has presentado a tus padres.

Minho lo miró horrorizado. Hyunjin borró su sonrisa.

―Oh, sí. Estarán encantados de saber que tengo trillizos a los 21. De todas formas, ¿cómo sabes todo eso?

Hyunjin juntó sus labios en una fina línea y suspiró.

―Ya te lo dije, siempre he estado aquí. Solo que tú no podías verme.

―¿Por qué? ¿te pusiste tímido después de dejar tres huevos en mis intestinos? ―Minho comenzó a sacar a los bebés del coche para dejarlos en su zona de juegos (cortesía de Han Jisung)―. ¿Haces eso con todo el mundo? ¿planeas algún tipo de invasión alienígena o algo así? Mis hijos no serán tus soldados si planeas eso.

―Espera, tranquilo. Esas son muchas preguntas. ―Hyunjin lo siguió y se sentó en el sofá como si fuera su casa―. No planeo nada de eso.

―No puedo confiar en ti ―Minho entrecerró los ojos―. No sé absolutamente nada sobre ti más que tu nombre.

―Yo sé todo sobre ti. Te conozco desde que tenías 17 años.

Minho abrió los ojos con sorpresa y miró a sus trillizos.

―¿Por qué?

―¿Cómo que por qué? Eres una persona maravillosa. ―Hyunjin balbuceó―. Y eres el único que no lo sabe. Mira, entre millones de personas, te escogí a ti para llevar mis huevos, eres afortunado. ¿No sabes lo que eso implica?

Minho se cruzó de brazos. ¿Llevar sus huevos?

―Hannah dijo lo mismo. Pero, en los últimos siete meses, no has aparecido ni una sola vez. ¿Por qué?

Hyunjin se levantó y se acercó a Minho.

―No quería encontrarme con un rechazo de tu parte. ―Extendió su mano y tocó el brazo de Minho titubeante―. Te escogí porque eres lindo, inteligente y apasionado. Y yo sólo soy... una escoria, fui expulsado de mi planeta hace 4 años, sin posibilidad de retorno. No tenía nada qué hacer con mi existencia hasta que te encontré comiendo solo en esa vieja cafetería.

Minho todavía no podía creérselo, todo era demasiado para asimilar. Los alienígenas existían, había vida extraterrestre, ¿estaban entre ellos viviendo como personas normales? ¿cuántos aliens con la misma historia que Hyunjin había por ahí?

―Me alegra que los hayas llamado tus hijos. ―Hyunjin ladeó la cabeza y miró a sus pies, acobardado, interrumpiendo los pensamientos de Minho―. Sé que al principio fue difícil aceptarlo, y lamento no haber estado ahí de la manera correcta para ti. Me hubiera gustado ayudarte a criarlos desde el día uno.

Minho observó a sus hijos dormidos tiernamente sobre las mantas, apretó sus puños y cerró los ojos para luego volver a mirar al alien frente a él.

―Esto es tan extraño, tengo tantas preguntas...

―¿Más? ―Hyunjin soltó una risilla.

―Chistosito.

(...)

“Okay” Minho llevaba dos días ignorando que aquel alienígena se había instalado en su casa. Había un silencio ligeramente incómodo entre ellos cada vez que estaban en la misma habitación y ambos eran lo suficientemente cobardes (o tímidos) para decir algo.

Hasta que Minho decide romper el silencio.

―¿Qué consumes usualmente?

Hyunjin miró a Minho con sorpresa. La pregunta de Minho era curiosa, e ingenua, casi como si esperara que le dijera que come insectos fritos o una cosa similar.

―Puedo comer lo que sea.

―Genial, porque todo lo que cocino se me quema. ―Dijo poniendo un plato de panqueques crudos en el centro y quemados por fuera.

Hyunjin observó los panqueques con curiosidad.  Tomó un tenedor y comenzó a comer.

―¿Qué les das a los bebés?

Minho sonrió.

―Solo leche de fórmula.

Jimin estaba sentada en el regazo de Minho, prendida a un biberón cargado de leche. Wooyoung y Kyung estaban sentados en el regazo de Hyunjin con sus chupetes.

―¿Ellos no comen?

―Wooyoung prefiere comer después de las 9, tiene su horario. Es un engreído ―dijo repitiendo las palabras de Jisung―. Kyung directamente rechaza el desayuno, no quiere comer sino hasta la hora del almuerzo. No puedo engañarlo y darle de comer antes, no sé qué hacer con él. Es como si tuvieran un reloj incorporado.

Hyunjin miró a sus bebés con una sonrisa aun más grande.

Jimin dejó su biberón y miró a Hyunjin con sus grandes ojos, estiró una mano y saludó. Hyunjin soltó una risilla completamente anonadado.

―Parece que le agradas.

―A mí también me agrada.

―Menos mal, porque es tu bebé.

(...)

Jisung apareció a las tres de la tarde con más regalos para sus sobrinos, ingresó a la casa utilizando la clave de acceso y se encontró con Hyunjin en la zona de juegos de los trillizos.

―¿Minho hyung?

Hyunjin lo miró de pies a cabeza.

―Minho está en el baño.

Minho salió del baño en ese entonces y miró a los dos hombres con curiosidad, pues lucían como dos macho alfa reclamando territorio.

―Hay un idol en tu casa.

Minho soltó una risa baja y Hyunjin los miró como si fueran idiotas.

―Es un gusto, Hannah.

―Es... Es un gusto... ¿tu nombre es...?

Hyunjin se levantó y se inclinó hacia Jisung.

―Soy Hyunjin, el alien guapo en cuestión.

―Hah... Así que mi amigo no estaba delirando después de todo. ―Jisung se rió rascando su cabeza―. ¿Tienes un tentáculo?

―¡Jisung!

―¿Un tentáculo? No. ―Hyunjin se miró los brazos, inocente―. ¿Por qué tendría uno?

―Él sólo está jugando ―interrumpió Minho.

Wooyoung comenzó a removerse en su manta y soltó pequeños quejidos que demandaban atención.

Hyunjin se giró inmediatamente y volvió a su posición anterior, calmando al instante a su bebé, quien volvió a dormir su siesta de dos horas como todo un angelito. Jimin y Kyung lucían imperturbables.

―Traje regalos y...

―Deberías dejar de comprarles cosas. ―Interrumpió Minho, viendo las bolsas en las manos de Jisung.

―Es que no puedo parar, veo algo lindo e inmediatamente pienso en Hugo... ―dijo con una enorme sonrisa―. Y en Estela y Wooyoung, claro ―carraspeó―. ¿No quieres ver qué les traje?

(...)

―¿Así que él y tú ahora son una familia...?

Minho suspiró bajito.

―No sé ni qué pensar.

Hyunjin estaba en la manta del picnic con sus trillizos, tomándoles fotografías. Jisung y él se habían alejado para pasear al perro y tener un poco de privacidad, ya que Hyunjin no se había apartado de ellos desde que llegó hace una semana.

―No me ha propuesto matrimonio si a eso te refieres... Pero ha sido tan atento con los niños... No se queja de mi comida y-

―Yo tampoco me quejo de tu comida quemada.

―No seas celoso.

―No lo soy, sólo digo la verdad.

―Me ayuda con los niños cuando tienen sus noches difíciles y les da de comer con tanta paciencia y amor... ―Minho suspiró, derritiéndose por dentro―. Creo que estoy enamorado.

―A mí me parece que estás entrando en celo.

―¡Ya!

Jisung soltó una risilla traviesa.

―Admito que estaba celoso, pero al final de cuentas son sus hijos... ―Jisung acarició a su perro―. Si se llevan bien formarán una familia y podrás presentárselos a tus padres sin miedo.

Minho había pensado en ello. Tanto que le había costado noches en vela.

Tenía tres hijos nacidos de huevos alienígenas y su padre alienígena con atractivo aspecto se había instalado en su casa. Y todo había ocurrido en menos de un año, era una locura.

―¿Les has tomado buenas fotos?

Hyunjin se giró hacia él y al instante mostró una bella sonrisa.

―Claro, ¿quieres verlas?

―Por supuesto.

Dos meses después de tener a Hyunjin durmiendo en la cama de invitados, Minho decide dar el primer paso. Coquetear y esas cosas no iban de la mano con él, pero haría lo posible para atraer a Hyunjin.

―Los niños ya están durmiendo.

Hyunjin lo miró confundido, pues era extraño que Minho estuviera en su habitación tan tarde en la noche.

―Sí, puedo escucharlos desde aquí.

―Espera, ¿puedes escuchar a larga distancia?

Hyunjin asintió, apenado de repente.

―Es involuntario, no quise espiar tus conversaciones con tu amigo.

Minho se puso rojo de pies a cabeza.

―Olvídalo... ―Minho rio bajito, completamente nervioso, toda la cobardía volviendo a él a mares.

―Minho... ―Hyunjin habló antes de que Minho abandonara la habitación―. Me gustas mucho. ¿Sabes eso, verdad?

Minho mordió con fuerza su labio inferior.

―Lo sé. No pondrías huevos en un idiota cualquiera.

Hyunjin se rió tímidamente. Minho no podía creer que aquel fuera un alien de otro mundo.

―Te escogí porque eres especial.

Hyunjin tomó su mano y la llevó a su pecho.

―Mi corazón solo late por ti, desde hace mucho tiempo ―murmuró Hyunjin, su voz grave endulzando los oídos enamoradizos de Minho―. La gente como yo solo ama una vez. Y ama con fuerza.

Minho se puso colorado nuevamente. No sabía qué hacer, ni dónde mirar. Hyunjin lo ponía tímido.

―Tu corazón está a punto de salirse de tu pecho, metafóricamente.

―Menos mal. ―Minho se rió nervioso.

―Quizá sea demasiado rápido para ti, pero... Minho, me gustaría hacer eso que hacen los humanos de este planeta cuando encuentran a su otra mitad... Si estás de acuerdo, ¿quieres casarte conmigo? ―Hyunjin deslizó la mano de Minho hacia abajo y puso un anillo en la punta de su dedo―. En mi planeta las uniones son... un poco diferentes, pero así se forman familias y se crean destinos.

Minho estaba anonadado, embelesado.

Titubeó un par de segundos y finalmente solo pudo asentir como un tonto enamorado.

―¡Claro que sí! ―murmuró emocionado.

Quizá Minho no sabía mucho de Hyunjin y su planeta, pero quizá estaba más enamorado de lo que hubiera pensado en primer lugar.

Hyunjin capturó sus labios en un beso y Minho rodeó el cuello de Hyunjin con sus brazos.

Minho no sabía lo que estaba haciendo, sólo seguía su corazón.

24/04/2024

3/3

Me re gostean pero bueno. Espero que les haya gustado, besos ❤️