CAPITULO 48
Ya matriculé el semestre en la universidad, no he salido mucho, la verdad me estoy adaptando al cambio de hora, mi cuerpo aún lo resiente un poco.
Efraín no ha dejado de llamar, bueno a Mei ya que tengo otro número y la amenace de muerte si se lo daba. Me reprocha que debo darle la oportunidad de hablar, pero no se me da la gana, me hizo sufrir mucho, el daño hecho no se puede olvidar con tanta facilidad.
Estoy sola, Mei y Glenn han ido al cine, por suerte no acepté ir, una hora después de su partida, comenzó a llover con fuerza. Amo la lluvia, pero más cuando estoy en casa.
El comunicador suena, alguien está abajo ¿Quién puede ser?
-Sí. -Contesto extrañada
-Hay acá un joven Lockwood que desea subir.
Al escuchar de quién se trata todo mi cuerpo se tensa.
-No lo deje entrar.
-Está bien señorita.
Estoy dispuesta a colgar cuando otra voz resuena.
-Tammy por favor.
Mi corazón se dispara a mil por hora, es él.
-Señor devuélvame el auricular. -Parecen forcejear.
-Tammy, no me moveré de aquí. Si tengo que esperar toda la noche, lo haré.
-Pues que te aproveche. _Desconecté el aparato y me propuse tomar una ducha.
Ni el agua caliente pudo relajarme, ¿De verdad no se iría? Y si Mei llegaba permitiría su entrada, porque estaba a su favor.
Me sequé el cabello con la secadora, me puse unos pantalones de algodón holgados, una camiseta sin estampado rosa, medias y mis pantuflas, dispuesta a dormir.
Miro el reloj, las 11:00 p.m. conecto el comunicador, me contesta el guarda.
-Sí señorita.
- ¿Sigue ahí? -Pregunto.
-Así es, le pedí que se marchara, pero no obedeció. ¿Quiere que llame a la policía?
-No, no es necesario, que se haga piedra.
-Señorita no quiero interferir, pero hace frío, está empapado, temo que pueda enfermar.
-Me tiene sin cuidado. Y seré yo la que llame a las autoridades.
¿Pero qué se cree? ¿Le habrá pagado al guarda? Marqué el 911, pero antes que contestarán corté la llamada, sin embargo, emergencias me devolvió la llamada consultando si todo estaba bien, le expliqué que marqué por error. Ha sido muy bochornoso.
No podía dormirme, la imagen de Efraín mojado y congelándose, me carcomía la conciencia. Molesta con él, me levanté y salí del apartamento, poniéndome una sudadera. Para variar el ascensor se encontraba fuera de servicio por lo que me tocó bajar las escaleras.
Lo busqué al llegar al lobby, lo encontré conversando con el guarda que negaba con la cabeza, volteó despacio y al verme, su rostro se iluminó. Caminó aprisa hasta que lo tuve al frente.
-Bien, habla, tienes cinco minutos.
Tosió varias veces, pasaba las manos por sus brazos intentado entrar en calor. Sentí pena, no soy tan mala persona.
-Vamos. -Me dirijo a las escaleras con él a mis espaldas. Abro la puerta del apartamento, dejándolo entrar. Del cuarto de Mei sacó un buzo que es de Glenn, y se lo tiro.
-Sabes dónde está el baño, cámbiate.
Mi voz sonó cortante, él lo notó, sonrió de medio lado, dejándome sola unos momentos. A los minutos regresó, con la ropa mojada en sus manos.
Busqué una bolsa y se la di para que la envolviera, estaba descalzo.
-No hay calzado. -Observé.
-No importa, gracias, espero que a Glenn no le importe. -Agregó.
-Ya estás aquí, tienes mi atención. _Me dejo caer sobre el sillón.
- ¿Por qué eres tan indiferente conmigo? -Me reclama.
-No te hagas el mártir, no te queda el papel. -Me cruzo de brazos.
-Tammy te amo, entre Olivia y yo no pasó nada.
-No pasó nada. -Grito histérica. -Te casaste con ella. -Le recuerdo.
-Eso lo hice por su estado, no porque la amara. Entre ella y yo, nosotros no estuvimos juntos, jamás la toqué.
-Ah por supuesto, convivieron todo un año y quieres que me trague que no intimaron.
-No lo hicimos. -Agachó la cabeza. -Yo... le confesé lo que sentía por ti, lo comprendió, nunca me pidió más que mi compañía.
Sus palabras sonaban sinceras, su mirada me terminaba de convencer de ello.
-Sebastián no es mi novio. -Preferí decirle la verdad, de todos modos, se enteraría.
- ¿En serio? -Su rostro mostró esperanza.
-No, apenas lo conozco, me hizo un favor al llevarme al cementerio, pero sí estoy con alguien.
-Gabriel. -Pronunció sin ganas.
-Así es.
-Entonces por qué presentaste a ese otro tipo como tu pareja?
-No lo sé. -Pongo los ojos en blanco. -Ya te dije que fue un error.
-Tam, siempre estuviste en mis pensamientos, te extrañé tanto.
-Tú decidiste abandonarme, en ese momento no pensaste en el daño que me causaste, había noches que lloraba sin parar, el pecho me dolía, como si mi corazón hubiera sido extirpado sin anestesia. No entiendo lo que haces aquí, pero te recomiendo no vuelvas a venir, es mejor para los dos.
-No me pidas eso, no puedo alejarme, no cuando podemos recuperar lo nuestro.
-Efraín, me afirmas que no tocaste a Olivia y te creo, pero yo sí hice el amor con Gabriel, no una sino muchas veces, él me salvó de no suicidarme, de no perder la fe en el amor, lo amo, por ti no siento nada, solo desprecio y rencor. Ya me olvidé de ti, te sugiero que hagas lo mismo.
Mis palabras lo devastaron, esa precisamente era mi intención. Pero después de dichas no se sintieron tan bien, por el contrario, me arrepentí de inmediato.
-Comprendo, me iré y te prometo no volverás a saber de mí. Solo quiero que entiendas, que aún te amo, que nunca fue mi intención herirte, si pudiera devolver el tiempo te elegiría a ti, pero es imposible. Lo lamento Tammy, espero que algún día logres perdonarme.
Desee detenerlo, pero el orgullo y el dolor pudieron más. Mei me mandó un mensaje informándome que no llegaría a dormir. Requería hablar connalguien, así que llamé a la única persona disponible.
-Hola Tam, que linda sorpresa. -Tan solo escuchar su voz me relajó.
- ¿Cuándo vienes? -Intenté sonar firme pero no lo logré.
- ¿Qué pasa? -Preguntó.
-He discutido con Efraín, le dije cosas horribles, pero se las merecía. Por favor ven, te necesito.
-Veré que puedo hacer, te lo prometo.
-Gracias.
-Cuéntame que ocurrió.
Con detalle le narré los hechos, al desahogarme me sentí ligera.
¿Le darás la oportunidad? -Su vos se apagó.
-No, ahora estoy contigo.
- ¿Me amas Tammy?
-Sabes que sí.
-Pero ¿Me amas más que a él?
La respuesta tardó en llegar, me limité a decir: -Gabriel.
-Lo entiendo. -Añadió con desánimo.
-Gabriel, te amo, no lo dudes.
-Lo sé, cancelaré una gira, compraré tiquetes para este fin de semana, no estás sola.
-Tendrás problemas. -Maldita egoísta, él no es tu pañuelo de lágrimas, pero su presencia me conforta.
-Nos veremos pronto, te dejo es tarde aquí.
-Lo lamento. -Agregué avergonzada.
-Cuídate. -Gabo terminó la llamada, y de lugar de animarme, el sentimiento de culpa se acrecentó.
Suspiré para mis adentros, me acosté, pero sé que sería una noche muy larga. Cerré los ojos, pero el sueño se negó a abrazarme, por lo visto no merecía tal privilegio.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top