CAPITULO 38
Desperté exaltada, hacía ya bastante tiempo no tenía esa pesadilla. Mi respiración agitada, y el corazón me reventaba en el pecho.
-Tammy ¿Qué ocurre? -Efraín me mira con preocupación.
Lo observé y sin contestar lo abracé y comencé a llorar. Él acaricia mi espalda esperando que me desahogara.
- ¿Qué tienes? Dímelo.
No entiendo por qué le conté lo que jamás he mencionado a nadie, excepto a mis padres y algunos familiares que se enteraron. La lengua se soltó y las palabras fluyeron.
-Cuando era niña, en vacaciones mi primo Agustín nos visitaba. Él nunca fue de mi agrado, era un niño malcriado y mal intencionado. Una tarde me pidió que jugáramos al doctor, él tenía trece años y yo seis. Me pidió que me desvistiera para revisarme, yo no quería, pero insistió diciendo que los pacientes debían obedecer a los médicos. Cuando lo hice, él.... -Las lágrimas se escabullían en caída libre por mis mejillas. -Me tocó de forma morbosa, me hizo cosas que no he podido olvidar. Esto se repitió cada verano hasta que cumplí los ocho años. -La voz se me quebró. -Una noche ingresó a mi habitación a hurtadillas, hasta ese momento no habíamos tenido relaciones sexuales, al intentar forzarme a intimar con él, me defendí, lo mordí y hui, no lo soporté más, le conté a mi papá, él me creyó, pero mamá no, me dijo que lo estaba inventando. Sin embargo, papá abrió un proceso en contra de Agustín, estuvo preso unos días, pero al ser aún menor de edad y que no hubiera pruebas físicas de violación, el caso se cerró y he cargado con la vergüenza todos estos años. Lo odio, por robarse mi inocencia, por hacer que cada noche me despierte asustada, sintiéndolo sobre mí, acechándome.
Lloraba sin control, recordando aquello que prefería ocultar en lo más profundo de mi ser, pero que me atormenta sin tregua.
-Oh Tammy. -Efraín me besa en la frente, su abrazo es protector, su presencia me llena de serenidad.
-Me he sentido sucia todos estos años, ha sido mi cruz personal.
-No fue tu culpa, eras una niña, sin embargo, te impusiste a pesar de tu poca edad.
- Lo que él me obligó a hacerle, ¡Dios! -Lloré con más fuerza, el pecho me dolía, el dolor taladraba profundo, como si me abrieran las entrañas. -Siempre me decía que era nuestro secreto, y que, si lo revelaba, nadie me creería.
-Shhhhh, aquí estoy, no dejaré que nada malo te ocurra.
Me dejé invadir por la cercanía de Efraín, a su lado estoy tranquila, es mi lugar seguro.
-Lo siento tanto Tammy. No comprendo cómo existe gente tan enferma.
-Por favor no lo comentes nunca, ni siquiera Mei lo sabe.
-No tienes que pedirlo, te lo prometo. Mírame. -Me pide.
Levanté la vista encontrándome con su mirada llena de comprensión.
-Te agradezco la confianza que has puesto en mí, por confesarme algo tan privado, no te voy a defraudar.
Sonreí a medias, es como si de repente, liberará una carga muy pesada, y esa horrible sensación en mi interior, desapareciera.
Mi celular sonó, no hubiera contestado de no reconocer el número.
-Mamá. -Enjuago los residuos de lágrimas.
-Hija, ¿Están bien?
-Sí mamá ¿Qué ocurre?
-No puedo llamarte para saber cómo estás.
-No es eso. -Masajeo mi entrecejo con la mano libre.
-Mei nos mencionó que tienes novio, ¿Por qué lo ocultaste?
Maldije a mi amiga en silencio, no sabe ser discreta, aunque su vida dependa de eso.
-Sí bueno, se los iba a decir, en algún momento.
-Tú padre y yo queremos conocerlo, tráelo.
Mamá habla tan fuerte, que debo colocar el teléfono a cierta distancia para no quedar sorda.
-Dile si podemos ir hoy. -Propone Efraín, es obvio que está escuchando todo.
- ¿Te parece hoy? -Consulto.
-Sí, vengan a almorzar y trae a Mei.
-Bueno, a las 12:00 p.m. entonces. -La idea no es para nada de mi agrado.
-Nos vemos hija.
- ¿Por qué mantuviste nuestra relación ajena a tus padres? _ Me recrimina.
-No te enfades conmigo sí, pero pensé que te aburrirías de mí, y me dejarías, no imaginé que este noviazgo perdurara.
-Tammy. -Efraín pone los ojos en blanco, abandonando la cama.
- ¿Estás molesto? -Sí Whitman pregunta inteligente.
-No y sí. -Se cruza de brazos. Ver a mi novio desnudo, es un total deleite.
-Señorita Whitman ¿Me está devorando con la mirada?
Me sonrojé de inmediato, cubriéndome con la sábana.
-No te escondas. -Se acerca intentando quitarme la sábana, comienzo a reírme, la tensión desaparece.
-Ahí estás pequeña pervertida. -Lo tengo sobre mí, ha logrado su cometido.
- ¿Y qué harás al respecto? -Lo reto.
-Por el momento ducharme y tú, irás conmigo.
Quita la sábana de un tirón, me toma por la cintura y me coloca sobre su hombro, como un costal de harina.
-Efraín ¿Qué haces? Bájame. _Intento agredirlo, pero me encuentro con su perfecto trasero como paisaje.
- ¿Te gusta el panorama? -Inquiere él con voz socarrona.
-Mucho. -Acepto.
-Pues la mía, tampoco está mal. -Me da una palmada por la nalga, eso no me lo esperaba.
Entramos al baño, al fin me puso en el piso. Él desliza la cortina y deja correr el agua.
-Eres hermosa, no te avergüences de tu cuerpo. -Retira mis gafas, me toma de la mano y ambos ingresamos a la ducha.
Narra Efraín.
Cuando salimos del cuarto, Glenn y Mei desayunaban. El olor a café inundaba la estancia, así como a tocino con huevos.
-Buenas días. -Saluda Mei sorbiendo un trago de su bebida.
-Buenos días. Glenn. -Le extiendo la mano y él la estrecha.
- ¿A qué hora llegaste? No me di cuenta. -Consulta Mei.
-Casi a las 11 p.m. -Me sirvo café en una taza.
-De haber sabido que estabas aquí, hubiera preparado para cuatro.
-Efraín puede comerse mi porción, de todos modos me apetece cereal. -Responde Tam, abriendo el estante y sacando un tazón hondo y la caja de cereal.
- ¿Estás segura? -Le pregunto.
-Sí, en serio. -Saca la leche del refrigerador.
-En ese caso. -Mei me sirve, acompañado de dos tostadas.
-Gracias. -Agradezco y procedo a ingerir los alimentos.
-Mamá me ha llamado. -Le indica Tam a su amiga.
- ¿Ah sí? ¿Y qué quería? -Arquea una ceja.
-Nos invitó a almorzar, ya sabes, para conocer a Efraín, ya que cierta persona le contó sobre nosotros, sin mi permiso.
-Como si lo necesitara tontita. _Muerde su tostada, cubierta de margarina.
-Mei Lee, eso es personal, me tocaba a mí decírselos, no a ti. _Expresa alterada.
-Conociéndote, le dirías cuando estuvieran en el altar, te hice un favor, dame las gracias es suficiente.
Abre la boca de par en par, fulminándola con la mirada.
-Sin reproches. -Le advierte. -Ya está hecho. Extraño la cocina de tu mamá. -Se queda meditando. -De paso tus padres conocerán a Glenn, mi novio oficial.
-Pues ya era hora. -Agrega Tammy.
Terminamos el desayuno, estuvimos listos para partir. Se decidió ir en mi coche. Después de Olivia, es la primera vez, que hago una visita formal para conocer a mis suegros.
"Olivia" su imagen se clava en mis pensamientos, así como su solicitud. No la puedo abandonar en estos momentos tan difíciles, me necesita, pero y Tammy ¿Cómo encaja ella es este rompecabezas? Tendré que tomar una decisión y debe ser pronto, aunque no es mi deseo lastimar a ninguna de las dos, sin embargo, al final, seré el villano de la historia lo quiera o no, al tener que abandonar a una de ellas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top