CAPITULO 36
Foto Olivia.
-Hola cariño. -Me saluda mi madre con un abrazo.
-Hola mamá. -La beso en la mejilla.
-Perdóname. -Me dijo.
- ¿Por qué? -La miré extrañado.
-Ella está aquí. -Susurró.
- ¿Quién mamá? -Y es cuando recibo la iluminación. - ¿Por qué no me dijiste? -Le reclamé.
-Porque yo se lo pedí. -Otra voz que conocía bien, respondió. -Temía que, si sabías que te esperaba, no vendrías.
Dejé de respirar unos segundos, a pocos metros de mí, Olivia me observaba. Está muy delgada, se cortó el cabello, lo tenía más largo, pero, aun así, se ve hermosa.
-Podemos charlar. -Me solicita enredando uno de sus mechones entre sus dedos, siempre hacía eso cuando está nerviosa.
Sus ojos azules se postran en mí, lucen cansados, su semblante opaco sin su habitual alegría, me mira con tristeza.
Asentí con la cabeza, le señalé el estudio de mi padre, cuando estuvimos ahí, cerré para no ser interrumpidos. Me recosté sobre la puerta y me crucé de brazos.
-Te escucho. -Indiqué.
-No sé ni por dónde empezar. -Se abraza a sí misma.
-Viniste por una razón, solo dilo.
-No es tan sencillo. -Muerde su labio inferior.
-Ya habla Olivia, tienes mi atención.
-Estoy muriendo. -Dejó ir bajando la mirada.
- ¿Qué dijiste? -La miro sin comprender.
-Tengo leucemia Efraín, por eso te dejé. Cuando me diagnosticaron el cáncer, no quise que atravesaras esto conmigo, no era justo para ti, me dieron muy pocas probabilidades de mejorar, y el tratamiento no funcionó, así que. -Se encoge de hombros.
-Me estás diciendo que me abandonaste porque estabas enferma. -Solté molesto.
-Corrección, estoy enferma. Temía que me abandonaras apenas supieras la verdad. Cuando la quimioterapia empezó, se me cayó el cabello, adelgace mucho, no parecía yo, estaba segura que no resistirías este proceso.
-Así que decidiste decirme que no me amabas e irte sin brindarme mayores explicaciones.
-En ese momento creí que hacía lo correcto. -Se defendió.
-Sabes lo destrozado que me dejaste Olivia, y jamás, óyeme bien, jamás te hubiera dejado sola. Te amaba maldita sea, ¿Por qué decidiste por mí?
-Lo siento, ahora lo entiendo. -Su rostro se pobló de lágrimas. -Este tiempo que estuvimos separados ha sido un infierno. Te amo Efraín y quiero pasar lo que me queda de vida contigo.
Al escuchar esto sonó una alarma de alerta en mi fuero interno.
-Fui una egoísta, solo pensé en mí, y no en el daño que te causaba.
Me sentí engañado y frustrado, por qué demonios ella aparecía de nuevo, cuando iniciaba una relación con otra persona, que si es bien es cierto, me acerqué a Tammy por las razones equivocadas, lo que primero fue cariño, se convirtió en verdadero amor.
-Estoy con alguien. -Le confieso.
-Tu mamá me contó. - Bajó la mirada. -Pero no llevan mucho juntos. -Agregó.
-Eso no importa, apareces en mal momento.
-Lo entiendo. -Sonríe con amargura. -Lamento la intromisión, fui una tonta al pensar que las cosas podían ser como antes.
Intenta irse, pero la tomo del brazo.
-Espera. -Le dije.
-Suéltame Efraín por favor.
-Admites que ocultarme la verdad ha sido un error.
-Sí, tuve dudas, inquietudes, decidí por los dos y lo siento.
Me sentí contra la espada y la pared, amé a Olivia como nunca he amado a nadie, es mi primer amor. Ahora está muriendo y me necesita, pero y Tam.
-De acuerdo, podemos ser amigos. Por las razones equivocadas me dejaste, pero ya está hecho, me quedaré a tu lado Olivia.
-Amigos. -Repite dolida. -Tan fácil te olvidaste de mí. Quiero conocerla. -Refiriéndose a Tammy.
-No puedes volver exigiendo, tú me terminaste. -Le recuerdo.
-Lo sé y estoy arrepentida. Por favor Efraín. -Me toma de la mano.
Su contacto, su presencia, me hacen recordar nuestra relación, los momentos compartidos, aun la amo, pero también tengo sentimientos por Tammy.
-Dime que ya no me amas. -Se planta al frente de mí, tan cerca que su respiración me cubre el rostro.
-No soy tan bueno mintiendo como tú.
Ella sonrió e intentó besarme, pero quité la cara.
- ¿Qué sucede? -Interroga.
-Estoy con alguien. -Repito. - Y no le seré infiel.
-Vuelve a mí, muero Efraín, de manera literal, solo me quedan unos cuantos meses a lo sumo. Lo único que te pido es que estés conmigo, como en el pasado. Concédeme este último deseo.
La miré lleno de confusión, al verla revivieron muchas emociones reprimidas.
-No es tan sencillo. -Respondí cabizbajo.
-Sabes donde vivo, te estaré esperando. -Me besó en plena boca, un beso pequeño que atizó las cenizas que creí extintas.
La vi retirarse, dejando mi corazón lleno de incertidumbre y sin saber cuál sería el camino que tomaría toda esta situación.
Narra Mei:
Como Tammy se encuentra con su novio, decido ir al centro comercial. No soy muy dada a la lectura, pero me han recomendado un libro y entro a una librería a conseguirlo.
Husmeo por los alrededores leyendo la sinopsis de algunos ejemplares que han llamado mi atención. Desvío mi mirada y lo veo, Glenn conversa con una rubia muy amenamente; ella le coquetea.
La ira se apodera de cada molécula de mi cuerpo, me siento engañada, pero entro en razón que yo lo boté. No tengo derecho de reclamar nada.
Ella le susurra al oído, colocando la mano en su pecho. Su proximidad me molesta. La veo de perfil, la reconozco, me escondo detrás de un librero pata tener mejor panorama de los hechos.
Sí, en definitiva, es la peli teñida de Ángela, maldita bruja, que se aleje de él. Me dejo llevar, camino hacia ellos. Como están tan entretenidos en su conversación, carraspeo para ser notada, ambos voltean al mismo tiempo.
-Hola Mei. -Me saluda la hipócrita con una sonrisa fingida; es del séquito de Kelly, honestamente no sé qué hace con Glenn, él no es su tipo.
-Hola. -Respondo cortante. _ ¿Podemos hablar? -Me dirijo a él.
-Estoy ocupado. _Me contesta el muy patán.
-Vas a ser padre. -Dejo ir como si nada.
Glenn abrió los ojos como platos y ella abrió la boca con asombro.
-Anda, ve y dile a Kelly. -Me cruzo de brazos.
- ¿Cuál es tu problema? -Me encara.
-Tú. -La señalo al tiempo que la empujo.
-Hey. -Se devuelve molesta.
-Largo, si no quieres que te desfigure ese lindo rostro. -La fulmino con la mirada.
-Loca. -Me dice de mal modo. -Nos vemos luego. -Le habla a Glenn para luego marcharse.
- ¿Es en serio? -Se ve divino achicando los ojos intentando encontrar mentira en mis palabras.
-No, pero algún día, quizás.
- ¿De qué va esto Mei? -Se cruza de brazos.
-Vamos afuera.
Él me sigue, una vez que tengo su atención, enmudezco.
- ¿Y bien? -Inquiere.
Me quedo analizando lo que le voy a decir, lo mejor es que sea sincera.
-Estaba celosa. -Admito.
-Perdón, puedes repetirlo, no te escuché.
Sé que había oído perfectamente, solo quería que lo repitiera.
-Estaba celosa, feliz.
-Mira que no te comprendo. _Resopla confundido.
-Ni yo, pero al verte con ella, me transformé.
- ¿Te intereso? -Su mirada ahora es de expectativa.
-Sí. -Confirmo, bajando la cabeza.
-Entonces. -Replica.
- ¿Entonces qué? -Respondí.
-Sabes a lo que me refiero. _Contesta con mirada acusadora.
-Ven acá. -Y sin más lo halé del cuello y le planté un beso. Apuesto que no se lo esperaba, para mi alivio me correspondió.
-Eres una caja de sorpresas Mei Lee. -Nuestras frentes están juntas.
-Perdona por mi actitud, temía aceptar que me gustabas. -Confesé.
- ¿Ah sí? -Sonrió con picardía.
-Sí, ¿Y qué hay entre tú y esa arpía?
-Nada, estaba usando sus encantos para que le hiciera un trabajo de la universidad.
- ¿Nada más?
-Tú has sido la que se imaginó otra cosa. -Se encoge de hombros. -Pero me alegra que fuera así, por lo menos admitiste que sientes algo por mí.
Ya no lo podía negar, lo que Glenn decía, es verdad.
-Sí bueno, que no se te suba a la cabeza.
Intercambiamos una sonrisa, al parecer nos reconciliamos.
-Vamos a casa. -Lo tomo del brazo y abandonamos el lugar.
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