CAPITULO 34
Narra Mei:
- ¿Por qué no te quedas más días? -Le rogaba a mi primo, poniendo ojos lastimeros. Gabriel es como mi hermano, por lo que nuestra relación es muy cercana.
-No puedo Mei, pero sabes que puedes ir cuando quieras visitarme.
-Eres malo. -Hago pucheros.
-No funcionará. -Se acerca a mí y me besa en la cabeza.
-Al menos lo intenté. -Me encojo de hombros dándome por vencida.
- ¿Qué hay entre ese tipo Efraín y Tammy? -Me sorprende su pregunta.
- ¿Qué interés puedes tener en saber? -Inquiero.
-Sólo deseo estar seguro que él no la lastimara. -Me mira con el rabillo del ojo.
- ¿Te gusta Tam? -La iluminación me llegó de repente.
Mi primo guardó silencio, para luego sonreír para sus adentros.
-El que calla otorga. -Lo acuso.
-Ella es mi amiga, sé lo que le ha tocado sobrellevar, me preocupo al igual que tú, ¿O me equivoco?
-Pues no, también he pensado en eso, no podemos evitar que le hagan daño, como tampoco previne que el imbécil de Mike tomara mi corazón y lo hiciera picadillo. Los desamores son parte de la vida, aprendemos a convivir con ellos.
-Ese tipo no me agrada. -Me confiesa.
-Pues a mí sí, creo que tienes celos de él ¿No es así?
-No seas ridícula. -Se cruza de brazos.
-Ummm. -Achico mis ojos y lo determino, tratando de indagar la verdad oculta en sus palabras.
-Deja de hacer eso, te ves cómica. -Sonríe contagiándome.
-Bueno, cambiemos de tema ¿Te vas el sábado o el domingo?
- Sábado le pedí a Tam que nos acompañara al aeropuerto.
-Habrá una alta probabilidad de que Efraín vaya con nosotras.
Su rostro se descompone de inmediato, para agregar: -Preferiría que fueran solo ustedes, gracias.
- ¿Qué tienes en contra de él? No te ha hecho nada que yo sepa.
-No te incumbe.
-Grosero. -Le saco la lengua. -Pero no vine aquí a hablar de Tam y su relación con Efraín, sino de mí.
- ¿Glenn? -Adivina.
-Sí, el mismo.
Tomamos asiento en el amplio sillón, Gabriel se acomoda en el extremo opuesto, cruzando la pierna.
-Te escucho.
-Cuando dices "te escucho" suenas a psicólogo. -Me mofo.
Mi primo pone los ojos en blanco para añadir: -Sólo cuéntame.
-Mi relación con Glenn, si se le puede llamar así, es complicada.
- ¿Están saliendo? -Inquiere.
-No. -Miro mis dedos nerviosa.
- ¿Te interesa?
-Define interesa. -Sonrío como tonta.
-Sabes a lo que me refiero.
-No estoy segura, ahí está el dilema.
-Mei eres una persona adulta, si el chico no te gusta y no te sientes atraída por él, mejor que cada quién tome caminos diferentes, antes de que se hagan daño.
-Sí lo sé. -Contesto ofuscada conmigo misma.
-No lo he tratado mucho. _Continúa. -Pero se ve que tú le importas; hazle un favor y aléjate de él. Ambos sabemos quién lleva las de perder.
Bajé la cabeza como niña que ha recibido una reprimenda. Gabriel tiene razón, debo dejarlo ir, pero entonces, a qué se debe está sensación de vacío que me invade, al pensar en esa opción.
Miro a Gabo, liberando un suspiro que me aprieta el pecho, la decisión ha sido tomada, cortaré con Glenn por lo sano, ahora que aún estoy a tiempo.
Narra Tammy:
Lo admiro mientras duerme, aprecio su fisonomía, sus tupidas cejas, largas pestañas, nariz respingada, el cabello desordenado, cutis terso y suave al tacto. Mi mano viaja a su mejilla y lo toco apenas rozándolo, parece un ángel, mi ángel.
Recuerdo lo sucedido hace tan solo unas cuantas horas, sus manos recorriendo mi cuerpo, profanando aquellos rincones secretos, sus labios explorando mi intimidad, estremeciéndome de placer, dejándome llevar por la oleada de sensaciones que él, despierta en mí.
Me dijo que me amaba y le creo, me ha demostrado que sus sentimientos hacia mí, son reales. Aunque me cuesta asimilar que alguien como él pueda mostrar interés en una persona como yo, al mirarme puedo ver cómo le brillan los ojos, un brillo que alguna vez reconocí cuando mi hermano vivía, y Mei llegaba a casa.
Su respiración pausada, me hace cosquillas en el rostro, me veo tentada a besarlo y lo hago, de inmediato despierta y me sonríe.
- ¿Qué hora es? -Consulta, estirándose a sus anchas.
Miro el reloj digital en la mesita de noche.
-Son las 11:00 p.m.
-Tan tarde. -Se endereza para corroborar la hora. Al hacerlo, la sábana se desliza dejando al descubierto su tonificado pecho, y un poco más. Ver a Efraín desnudo, es simplemente deleitable. - ¿Puedo quedarme a dormir contigo?
-Por mí no hay problema, pero ¿Y la universidad?
-Me levantaré temprano.
Sonreí porque la idea de que él se quedara, me encantaba. Escuché ruidos afuera, sé que es Mei, así que me acomodo en los brazos de mi chico de ojos celestes, y me dispongo a dormir.
Desperté y Efraín no estaba en la cama, sin embargo, la puerta del baño estaba abierta y el agua corriendo me indicó que tomaba una ducha.
Salió con la toalla envuelta en la cintura, dejé de respirar, el cabello húmedo y ese cuerpo de infarto, deseé abalanzarme sobre él, y quitarle esa estorbosa prenda.
Con disgusto lo vi mudarse, al terminar esta faena se inclinó para darme un beso rápido.
-Te veré en la universidad. -Me sonríe.
-Está bien. -Respondo triste porque se va, pero sé que nos veremos de nuevo.
Dejo que sean las 6:00 a.m. y me levanto, Mei se hacía su tradicional desayuno, lleno de colesterol, me sonríe.
-Así que Efraín pasó la noche contigo. -Muerde su tostada.
- ¿Lo viste salir? -Me ruborizo.
-Sí, imagínate mi sorpresa, y lo peor es que en esta facha. -Señala su pijama.
- ¿A dónde fuiste ayer? -Consulto.
-Donde Gabriel.
Al escuchar su nombre mi corazón se acelera un poco.
-Ummm, me pidió que lo acompañara al aeropuerto. -Le confieso.
-Lo sé, es el sábado, para que apartes el día.
-El sábado, que pronto se va ¿No te parece? -Observo algo dolida.
-Sí bueno, nos invitó a visitarlo cuando quisiéramos.
-Claro, en el año 2030. - Enfatizo.
-Que pesimista eres, tu tía te ha ofrecido varias veces pagarte el tiquete, pero nunca aceptas.
-No me apetece viajar.
-Tam le temes volar.
-Bueno eso también.
-Entonces, Efraín y tú se reconciliaron. -Me cambió el tema.
-Sí. -Sonrío a mis anchas.
-Mira que eres una picarona. ¿Y por qué fue el problema?
-No te lo contó.
-Nop, pero sé que tú lo harás si quieres salir de aquí.
Sabía que Mei no jugaba, era mujer de palabra. Le conté todo, no me interrumpió.
- ¡Esa estúpida de Kelly! -Exclama alterada.
-Imagínate como me hizo sentir.
- ¿Y qué explicación te dio él?
-Que no le correspondió, que ella lo besó, no al revés.
Mei se queda pensativa, ese cerebrito procesaba la información recibida.
- ¿Le crees? -Al fin agrega.
-Por increíble que te parezca, sí.
-Vaya, eso es bueno, me refiero, en la pareja debe coexistir confianza.
-Lo sé. -Me sirvo cereal. -A todo esto, ¿Por qué estás despierta tan temprano?
-Me desperté y el sueño me abandonó, el muy miserable. _Sorbe su café.
- ¿Y Glenn? -Quiero saber.
-Pues. -Suspira. -Hablaré con él, sabes.
-Lo vas a terminar. -Asevero.
-No es como si fuéramos novios como Efraín y tú. Nuestra relación es más impersonal.
-Dirás sexo. -Adivino
-Algo así. -Ladea la boca.
-Entonces cuál es el inconveniente, ambos están solos, y hay un acuerdo mutuo de no compromiso.
-No tanto, al menos no por su parte. Me confesó que se enamoró de mí.
-Eso es malo. -Admito.
-Dímelo a mí. -Arruga la nariz.
-Bueno, entonces trata de no ser cortante quieres, es un buen chico.
-Lo sé. -Me dice cabizbaja.
-Intentaré recobrar el sueño. -La veo alejarse con dirección a su recámara, por mí parte me apresuro a alistarme, un apuesto joven de ojos celestes me espera.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top