CAPITULO 29

Mi cuerpo no reaccionó, ni siquiera cuando tuve a Efraín a centímetros de mí.

- ¿Por qué me colgaste? -Me reclama.

-Tengo que ir a clases, podemos hablar en otro momento.

-Efraín. -La odiosa voz de Kelly lastimó mis tímpanos. -No fuiste a mi fiesta, chico malo me tendrás que compensar. -Me extrañó verla sola, sin sus adoradoras.

-Mi papá cumplía años ese día, lo olvidé por completo.

-No importa, es obvio que tu papá tenía prioridad. Supiste los últimos acontecimientos. -Se acercó a él tomándolo del brazo, desee cortarle la mano.

-Toda la universidad lo sabe. _Responde.

El rostro de Kelly primero palideció para luego encenderse como un cerillo.

-Esto es por culpa de esa estúpida asiática.

-"Esa asiática" tiene nombre. _Agrego molesta.

-Cómo la defiendes, no será que ustedes son algo más que amigas.

- ¿Qué insinúas? -La enfrento.

-Qué no es lógico. -Sonríe de forma burlista.

Vuelvo a ver a Efraín que se mantiene en silencio, me dolió su actitud, es su deber defenderme ¿o no?

-Piensa lo que quieras, me da igual. -Intenté irme, pero Efraín no me dejó.

-Tammy espera. -Se escabulló de los tentáculos de la porrista para ir hacia mí.

-Ahhhhh Efraín. -Kelly finge un desmayo, porque se nota a leguas que está actuando.

- ¿Estás bien? -Mi por lo visto, pronto ex novio, la sostiene.

-No, estoy mareada, no creo poder conducir a casa así. -Lo vuelve a ver, colocando su cabeza en su hombro y pestañeando más de la cuenta.

-Te llevaré. -Se ofrece el muy ingenuo.

-En serio. -Su rostro se ilumina y yo no puedo más que desear desaparecer.

-Hablaremos luego. -Me dice antes de irse con ella. Kelly lo rodea por la cintura, una ira me invade, me alejo corriendo, entrando al cuarto donde el conserje guarda todos los implementos de limpieza. Grito con todas mis fuerzas, para lanzar un par de cosas al suelo en un acto de frustración.

-Estúpida Tammy, que estúpida eres.

No quería salir de ahí, me vi sentándome en la pileta, deprimida y sintiendo pena por mí misma, lo que es mi pan de cada día.

Escuché el timbre de cambio, pero no me moví, solo me quedé ahí pensativa, odiándome en silencio.

Narra Efraín:

- ¿Te sientes mejor? -La miré abrocharse el cinturón de seguridad.

-Un poco, debe ser por todo este ajetreado día, gracias al fenómeno y su novia.

-No te expreses así de ellas. -Las defendí.

-Es lo que son, la verdad no peca, pero incomoda. Ni siquiera comprendo porque eres su amigo.

- ¿Qué tiene eso de malo? -La miré extrañado.

-Es obvio Efraín que ellas no pertenecen a nuestro círculo.

-Ya no estamos en la secundaria Kelly, este es otro nivel.

-Sí como sea. -Coloca su codo en el borde de la ventana, mientras que con su mano masajea su sien.

Es muy hermosa, pero en definitiva está hueca por dentro, es superficial y no me gusta la manera en que trata a los demás.

-Mi reino por tus pensamientos. -Muerde su dedo índice de forma provocativa. -Hace calor aquí ¿No lo crees? -Retira su suéter y desabrocha dos botones de su blusa dejando al descubierto sus pechos.

-Pondré el aire. -Cierro las ventanas y pongo el aire acondicionado.

-Gracias. -Se abanica con la mano. -Dobla aquí. -Me indica. -Ahora a tu derecha.

Por lo visto Kelly vive en un residencial muy lujoso, no cualquiera habita en esta zona.

El guarda de la entrada nos deja pasar, ella me indica por dónde ir, me detengo en una casa de dos plantas, color blanco hueso, con una amplia entrada, rodeada de jardines.

-No tengo como agradecerte. -Se inclina hacia mí.

-No tienes qué. -Le sonreí, teniendo plena vista de sus abultados senos.

- ¿Quieres pasar? -Me invita.

-Tengo que regresar, algunos tenemos universidad.

-Por favor, al menos a la puerta, temo perder el equilibrio, aún estoy mareada.

Volví a sonreír y dando la vuelta la ayudé a bajar. Se apoderó de mi brazo. Ya en la puerta se colocó tan cerca, que sentía su cuerpo rozando al mío.

-De verdad muchas gracias. -Se levantó de puntillas y colocó un beso en la comisura de mis labios.

-Cuídate Kelly. -Me doy la vuelta, pero ella me sujeta de la mano, halándome y sin esperarlo, me besa. Me toma unos segundos reaccionar, me separo sin ser brusco.

-Kelly no.

- ¿Por qué no? ¿No te agrado? ¿O acaso estás con alguien?

Sí, me dije mentalmente, pero no lo pronuncié con palabras, no sé por qué.

-De verdad tengo que irme. _Caminé hacia el coche.

-Nos vemos luego. -Añadió ella con una radiante sonrisa.

Inicié mi recorrido de regreso, le marqué a Tammy pero solo me salió su contestadora.

- ¡Maldita sea! -Exclamo, golpeando el manubrio. Marco otro número, contestan de inmediato.

-Sí.

-No sé si pueda seguir con esto. -Expreso sintiéndome una mala persona.

- ¿A qué te refieres? ¿Qué sucedió? -Inquiere ella.

-Tammy es tan difícil, no debí dejarme convencer.

-No puedes cambiar de parecer ahora.

-No he avanzado mucho que digamos, por cada paso que doy, ella retrocede dos.

-Efraín me lo prometiste.

-Lo sé, pero....

-Por favor, no me hagas esto, la destrozarás.

-Está bien. -Deseo regresar el tiempo y no haber aceptado.

-Tenle paciencia, le ha tocado sobrellevar situaciones complicadas.

-De acuerdo. -Respondo no muy seguro. -Adiós. -Me despido. No le doy tiempo de responder, corto la comunicación.

Narra Tammy:

La puerta se abre y el conserje me mira raro.

-Señorita las clases ya terminaron que hace aquí encerrada.

-Sintiendo lástima por mí misma. -Contesto estirándome ya que estar en una sola posición por horas entumeció mis piernas.

Cuando encendí el celular tenía cinco llamadas perdidas de Efraín, y una de Mei; suspiré y me dirigí fuera del centro educativo. Tomé el autobús, mientras duró el trayecto, mi engañosa mente se imaginaba a Kelly dándole apasionados besos y a él desnudándola. Un vacío se incrustó en mi estómago, odiándolo por haberse ido con ella.

Iba tan sumergida en estos pensamientos que me pasé de mi parada y cuando me bajé, tuve que caminar 500 metros hasta el apartamento. Al llegar me di cuenta que le daban mantenimiento al elevador, ¡perfecto! solo esto me faltaba.

Por fin logré llegar a nuestro piso, con las piernas en un temblor, y dándome cuenta de mi pésima condición física. Saqué la llave para abrir, pero la puerta se abrió sola.

- ¿Dónde estabas? -Me reclama Mei.

-Oh vamos soy bastante grandecita para que me estés cuidando. _Pongo los ojos en blanco.

-No contestaste mi llamada. -Me acosa.

-Estaba ocupada. -Mis ojos se abrieron como platos al ver a Efraín sentado en el sillón esperándome.

-Tammy. -Me nombra con un tono de voz que no supe interpretar.

Volví a ver a mi amiga en busca de ayuda, pero ella se encogió de hombros para luego agregar; -Los dejo solos.

Quise matarla, tendría que enfrentarme a Efraín y me encontraba demasiado enojada con él, hubiera preferido evitarlo, pero bueno, ni al caso, Lockwood me mira de manera penetrante, me intimida, llegó la hora de dar la cara, lo quiera o no.

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