CAPITULO 21
Por fin me dieron la salida, no pude dormir en toda la noche, el bullicio de emergencias me mantuvo despierta. Y encima me hacen salir del hospital en silla de ruedas como si estuviera convaleciente, se me caía la cara de la vergüenza.
Lo que no esperé es ver a Efraín esperándonos afuera con un enorme ramo de rosas rojas, que según Mei, en el lenguaje de las flores, significan "amor".
-No debiste molestarte. -Le digo al tiempo que me apresuro a abandonar la silla para ponerme de pie.
-Muy considerado. -Mei sonreía como tonta, se podía notar a leguas que esta situación le encantaba.
-Ofrezco mi coche para llevarlas. -Lo señala.
-No es necesario. -Contesto de inmediato. -Nos iremos en el vehículo de Mei.
-En realidad no lo traje. -Agrega ella, con una sonrisa como el gato de Cheshire.
- ¿Qué? -Arqueo una ceja sin entender.
-Efraín me llamó anoche, me comentó que él podía llevarnos y accedí. -Se encoje de hombros.
-Ummm. -Fue toda mi respuesta.
Mei se acomodó atrás y, por ende, me tocó adelante, llevaba las rosas en el regazo, jugaba con los pétalos de una, me sentía nerviosa. Esto del noviazgo es completamente nuevo para mí. ¿Cómo se supone debo comportarme? Algo en mi interior me alerta que las cosas van muy rápido, pero cuando él está conmigo, los murmullos cesan, y solo existe Efraín, y su sensual sonrisa.
Para mi sorpresa al llegar al edificio, Mike está esperándonos. Puedo ver desde el retrovisor como la mirada de mi amiga se endurece.
Como todo un caballero mi novio abre la puerta ayudándome a descender. ¡Dios! ¡Qué hermoso suena! "Mi novio".
- ¿Qué haces aquí? -Le consulta a Mike una molesta asiática.
-Vengo por mis pertenencias.
La pinta de Mike era horrible, se notaba que estuvo bebiendo, sin ducharse, la ropa arrugada y una barba de varios días.
-Lo tiré todo. -Mei se cruza de brazos.
- ¿Qué hiciste qué? -Mike se acerca a ella con las manos convertidas en puño.
-Lo que escuchaste. -Lo encara.
-No te atreviste. -Parecía de verdad enojado.
-Que esperabas después de acostarte con Verónica, que lo empacará en una caja de regalo y te lo enviará con un moño.
Todo sucedió demasiado rápido, Mike se abalanzó sobre Mei e intento agredirla, pero lo que no previó fue que Efraín se interpusiera entre ellos y tratara de calmarlo.
-Mike ve a casa. -Le aconseja.
-Escuchaste lo que hizo esta perra. -Espetó con rabia.
-No lo volveré a repetir. -Mi chico de ojos turquesa lo miró con advertencia.
- ¿Por qué te pones de su parte? Eres mi primo, deberías de apoyarme. -Alega dolido.
-Mike, nos vamos, yo te llevo.
-No hasta que ella me devuelva lo mío. -Gritó.
-No me hagas obligarte, porque lo haré. -Entona Efraín con firmeza.
-Vete al diablo. -Añade el aludido enfrentándolo. De continuar así estos dos terminarían peleándose.
Efraín lo toma del cuello de la camisa, y lo acerca a él.
-Te vas a montar en el coche apenas te suelte, y no quiero un solo reproche. Dejarás a Mei en paz, porque si me doy cuenta que la vuelves a importunar te las verás conmigo ¿De acuerdo?
Mike lo mira con indignación, pero asiente. Efraín afloja su agarre y su primo sube al auto, tirando la puerta con fuerza.
-Lamento lo sucedido. -Se dirige a Mei. -Sí te vuelve a buscar, dímelo.
-Lo haré. -Responde ella cabizbaja.
-Te llamaré luego. -Ahora me habla a mí.
Me encontraba cruzada de brazos. Se aproximó y me besó, no duró tanto como hubiera deseado, me estaba volviendo adicta a sus labios.
Nos sonrió sin ganas y entrando al coche, se escuchó el sonido del motor y a los pocos segundos lo vi alejarse.
Apenas ingresamos al apartamento, caí muerta sobre mi cama, me acosté con ropa y zapatos, sólo deseaba descansar, sin darme cuenta me quedé dormida.
Narra Mei:
Quería llorar, pero me contuve. Estaba tan alterada con este desagradable encuentro con mi ex. Imbécil, si Efraín no hubiera estado, de seguro me golpea el muy cobarde. ¿En qué momento me fijé en él?
Llevaba una opresión en mi pecho, pero no era dolor, se trataba de rabia pura, hacia mí en particular. El timbre sonó y me apresuré a abrir. Otra vez el portero dejaba entrar a un visitante sin consultarnos, tendría que conversar con el administrador sobre su conducta.
La persona que se encontraba al otro lado me tomó desprevenida. No sé qué bicho me pico, pero lo sujeté de la camiseta y lo metí, cerrando la puerta a su paso. Me vi besándolo con desesperación, no le di tiempo de reaccionar. Primero se quedó como asimilando lo que estaba pasando, pero para mí conveniencia, me correspondió. Era verdad que besaba bien ¿Quién lo diría?
Lo llevé a mi recámara, no pensaba claro, quería vengarme de Mike, pero también hacer algo alocado, lo necesitaba.
-Mei ¿Qué haces? -Consulta Glenn cuando trato de desvestirlo.
-Sólo cállate y hazme el amor.
No lo dejé contestar, me apropié de su boca y bueno, es hombre, terminó sucumbiendo ante mis encantos.
Yacíamos en la cama, mi cabeza sobre su pecho, él jugaba con el tirante de mi sostén que no nos dio oportunidad de retirar, todo ocurrió muy aprisa.
-Glenn. -Lo llamo buscando su atención.
-Sí. -Nuestras miradas se encuentran. -Yo no acostumbro hacer esto. -Trato de enmendarme. -Por favor no tengas un concepto erróneo de mí.
-No lo tengo, aunque sí me sorprendió tu comportamiento.
-Sí bueno, llegaste en un momento extraño de mi vida.
- ¿Cómo interpreto eso? -Arquea una ceja, se ve adorable.
-Es complicado. -Me cubro la cara con la sábana.
-Prefiero verte el rostro cuando hablamos. -Intenta quitarme la sábana, pero no lo dejo.
-Mei. -Comenzamos a forcejear y cuando me doy cuenta estoy sonriendo y él también.
-Te encontré. -Agrega cuando logra su cometido.
-Sí besas bien. -Afirmo.
-Qué alivio, pensé que lo habías dicho por lo pasada en copas que estabas.
-No. -Me pongo de medio lado, sujetando mi mejilla con mi mano, en su dirección. -Y me gustó tener sexo contigo.
- ¿Ah sí? -Sonríe con picardía.
-Sí, creo que podríamos repetirlo sin compromisos de por medio. Acabo de terminar una relación y no me apetece empezar otra.
-Entiendo. -Contesta con la vista perdida en el cielo raso.
-Lo lamento, no te puedo ofrecer nada más por ahora.
-Está bien, no tengo problema.
-Te refieres a que podemos ser amigos con beneficios. -La idea me emociona.
-Sí. -Responde él, mirándome.
-Genial. -Lo beso y me coloca sobre él.
-Lo que sea para estar junto a ti. _Confiesa.
Glenn no está de mal ver, puede que funcione. Quizás lo esté manipulando a mi antojo, talvez me arrepienta luego, pero ya veremos que se da, uno nunca sabe.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top