CAPITULO 20
La doctora terminaba de leer los resultados de mis análisis.
-Todo parece estar en orden. -Nos señala. - ¿Has estado bajo algún nivel de estrés? Como estas con tu periodo pudo combinarse una cosa con la otra.
Si salir con Efraín calificaba como un evento estresante, entonces sí conocía el motivo.
-No. -Contesto sin ganas de contarle a una perfecta extraña mi relación con él.
-Me gustaría dejarte en observación por hoy, mañana a primera hora te daré la salida si no se presenta ningún otro acontecimiento.
Me quedé pensando en sus palabras, se dice que nada es por casualidad, no me convenía salir con Efraín, lo prefiero a dejarlo en ridículo frente a su familia.
-Lo lamento. -Mei acaricia mi cabello. -Sé cuánto esperabas estar con Efraín.
Me encogí de hombros restándole importancia, no quería que captara mi alivio de zafarme de este compromiso.
-Debes llamarlo y avisarle. -Me recomienda.
-Lo haré. -Le sonrío con desánimo.
-Iré a la cafetería. -Me dice y asiento con la cabeza. Apenas quedo sola le mando un mensaje, donde le explico que tuve un percance y que estoy en el hospital, pero que no es nada serio. Luego me disculpo por no acompañarlo al cumpleaños de su papá. No tardó mucho tiempo en recibir la respuesta.
- ¿Dónde estás?
Le di el nombre del hospital, indicándole que no era necesario que viniera, que Mei estaba conmigo. No recibí más contestación de su parte y me preocupé ¿Será que se enojó por que no puedo ir o por decirle que no viniera? El solo hecho de que él se disgustara hizo que me sintiera mal otra vez.
- ¿Qué es esa cara? -Mi amiga se acomoda en una silla próxima a mí al regresar.
-Creo que Efraín se molestó conmigo porque lo cancelé.
- ¿Por qué lo mencionas? ¿Lo llamaste?
-No, le mandé un texto.
- ¿No es enserio? -Me mira de forma inquisidora.
-Pues sí, no veo el problema.
-Se ve que tienes cero experiencias en relaciones. –Se exaspera. -Cuando alguien no te interesa y es algo casual, lo cancelas por texto, de lo contrario, lo llamas.
-Oh sea que ahora él va a pensar que no me gusta.
-Yo que sé, esperemos que no.
Sus palabras no hicieron más que inquietarme y los ovarios volvieron a doler.
- ¿Te están doliendo de nuevo?
-Un poco, ya pasará. -Me hago un rollo entre la sábana.
- ¿Quieres que llame a la enfermera?
-No, ya va pasando. -Era cierto.
-Qué horror, primero nos remolcan el coche, luego nos roban y ahora esto, vamos a tener que bañarnos con agua bendita a ver si acaso.
-No eres católica. -Recalco.
-Y eso qué, es un decir. -Agrega arrugando la nariz.
Estar en emergencias es una pesadilla, escuchas todo el alboroto a tu alrededor, el sonido de las sirenas de las ambulancias llegando, los doctores corriendo de un lado al otro. Tuve suerte que me dieran camilla, la mamá de Mei es doctora y labora en este centro médico, creo que eso influyó un poco. No hay como tener contactos.
-Eh Tammy. -Me llama Mei.
-Sí. -Le respondo casi durmiéndome, lo que sea que me inyectaron me relajó sobremanera.
- ¿Le dijiste a Efraín en cual hospital estabas?
-Él preguntó por qué. -Dejó ir un largo bostezo.
-Porque ahí viene.
-Ummmm. -Me enderecé y miré en dirección por donde Mei lo hacía y casi me da un infarto al verlo, era cierto. Llegó acompañado de la doctora que me atendió.
-Sólo diez minutos, sabes que no puedes estar aquí. -Le advirtió.
-Sí, gracias madrina.
"Madrina" hablando de influencias.
- ¿Qué haces aquí?
Sí, lo sé, el tipo viene a verme y salgo con una estupidez como siempre.
-Estaba preocupado, no me diste muchos detalles ¿Cómo sigues?
-Tengo que ir al baño. -Se disculpó Mei, dejándonos solos. No sin antes cerrarme un ojo.
-Te dije que no era nada serio.
-No te dejan en observación por nada.
Toma mi mano y la besa, se siente extraño estas muestras de afecto, pero no me desagradan.
-No deberías estar conmigo esperándote tu familia en casa.
-Me retrasaré es todo, hubiera preferido presentarles a mi novia, pero, en fin, será en otro momento.
-Un momento, acaso escuché mal, has dicho novia.
-Sí creo que eso fue lo que dije. -Se queda pensativo unos segundos para luego sonreír.
- ¿Me estás tomando el pelo?
-No sé a qué te refieres.
-Apenas nos conocemos, no hemos ni empezado a salir en serio.
-A mí me parece que sí. -Se encoge de hombros.
-Efraín, sabes muy poco de mí como para pretender profundizar una relación.
-Te conozco lo suficiente. -Acaricia mi mejilla.
-Esto no está pasando. -Me recuesto con unas tremendas ganas de vomitar, el estómago me da vueltas.
-Tammy, me gustas, y quiero formalizar, no veo el problema, a menos que no quieras estar conmigo.
-No es eso. -Lo miro confundida.
- ¿Entonces? -Se sienta al borde de la camilla.
-Es solo que me parece que llevas las cosas muy apresuradas.
-Entiendo, lo que deseas es que vayamos más despacio. -Me aclara.
-Sí, no, no sé. -Contesto aturdida.
- ¿Cómo se supone debo interpretar esa respuesta? -Arquea una ceja.
-No quiero que me lastimes. -Dejo ir con sinceridad.
-Eso no va a pasar.
- ¿Cómo lo sabes?
Se inclina sobre mí, me besa en la frente y luego en los labios, un beso casto con el poder de enloquecer mi organismo y querer más.
-Efraín es hora. -Le indica la doctora. -Él asiente.
-Iré a verte mañana, me comentan que te darán la salida.
-Si nada malo me ocurre, sí.
-No seas negativa, no eres la primera que tiene problemas con el periodo.
Sentí la cara caliente, yo no le conté por qué estaba hospitalizada, de seguro fue la indiscreta doctora, que vergüenza. La frase "trágame tierra" me iba como anillo al dedo.
Se acercó a mí de nuevo y me volvió a besar, sabía que la doctora nos veía y sentí otra vez la cara roja.
-Descansa. -Se despidió.
Le sonreí, viendo cómo se alejaba, Mei no tardó en aparecer. Hablaba por teléfono con alguien, pero colgó apenas llego junto a mí.
-No es una ternurita. -Añadió refiriéndose a Efraín.
-Sí, todo un caballero.
-Tienes una maldita suerte.
-Sí tú lo dices.
-Ay Tammy no empieces.
-Me dijo que soy su novia.
- ¿Lo hizo? –Inquirió.
-Eso entendí. -Me encojo de hombros.
-Lo sabía. -Grita y pega saltitos mientras aplaude, está feliz.
-Mei tranquilízate. -Todos nos miraban.
-Bueno, me tranquilizo. -Respira varias veces dejando salir el aire. - ¡Qué emoción! Tu primer novio real.
Una enfermera escuchó y sonrió tratando de disimularlo.
-Porque mejor no lo públicas en Twitter, ya todo el hospital debe de saber que jamás he tenido una relación.
-Lo lamento, es que me alegro por ti.
-Lo sé. -Intercambiamos una mirada. - ¿Con quién hablabas?
-Con Mike.
- ¿Y por qué hablabas con ese espanta pájaros? No me digas que volverás con él.
-No, ni loca que estuviera. Quería recoger las pocas pertenencias que tenía en el departamento.
-Las que hiciste trizas con las tijeras y luego tiraste.
-Las mismas. -Sonríe con maldad. -Se lo dije y has de creer que se enfadó. -Pone cara de sorpresa.
-Te amo Mei. -No sé por qué lo hice, solo lo sentí necesario.
-Yo también pastelito.
Mi hermano me llamaba así cuando niña, le sonreí y volví a bostezar.
-Duerme cariño, recupera fuerzas.
Le seguí el consejo, cerré los ojos sintiendo los párpados pesados. Una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro, era la novia de Efraín Lockwood, solo quería ver la cara de Kelly cuando se enterará.
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