08

La chica salió de la habitación molesta, caminó por el pasillo y llegó hasta la puerta donde se encontraba Jimin. Dió unos toques y esperó a que el pelirrosa abriera.

— ¿Ya estás listo? — preguntó en cuanto su amigo abrió.

— Sí, solo me falta terminar de... — la observó y se dio cuenta de que algo andaba mal — ¿Estás bien? — alzó su rostro con sus manos.

— Estoy bien, solo termina rápido.

— Young no estás bien, estás a punto de llorar.

Jimin tomó sus manos y la hizo entrar a la habitación. La sentó en la cama y se sentó a su lado.

— ¿Que pasó?

— Tae se quiere quedar — dijo y suspiró — Se quiere quedar porque su amiga despertó.

— Lo que digo — negó — Mira, sólo habla con él. Explicale la razón de no poder quedarse aquí, seguro que lo entenderá. Sabes que piensa las cosas como un niño pequeño, no mide los resultados de sus decisiones. Así que debes hacer que lo comprenda.

— Está bien... — se levantó — Iré a hablar con él, tú termina de recoger.

Jimin asintió y Young salió para volver a la habitación, entró y Tae no estaba. Terminó de recoger sus cosas y se sentó a esperarlo. Minutos después el pelinegro entró por la puerta, acaba de salir del baño. La pelirroja lo observó y apretó sus manos, no sabía como iba a resultar todo.

— Tae...

— No.

Habló y su corazón se aceleró, tenía mucho miedo de lo que iba a escuchar.

— ¿Por qué nunca puedes hacer lo que pido? — preguntó TaeHyung mirándola — Quiero casarme contigo, dijiste que no. Quiero que nos quedemos, dices que no.

— Tae no mezcles las cosas, nada es como lo estás pensando — se levantó quedando frente a él — Simplemente no podemos quedarnos.

— ¿Por qué?

— Ya te expliqué el por qué y sé muy bien que lo entendiste — lo miró — No entiendo por qué haces esto, ¿que pasa? ¿Esa chica es tan importante para ti?

— Lo es.

Young volvió a sentir que su corazón se oprimía.

— ¿Más importante que nosotros dos?

— No... — Tae negó — Solo... no quiero dejarla sola otra vez.

— No la estás dejando sola, tiene a su familia — explicó — Tae... regresemos a casa...

Tomó sus manos y esperó que el menor respondiera. Tae mordió su labio y bajó la cabeza. También estaba asustado de lo que podría pasar, estaba inseguro de muchas cosas. Young parecía cada vez más diferente, sentía que algo estaba cambiando y eso le dolía.

— Está bien... volvamos a casa — dijo y la abrazó — Perdón...

— No importa — se sintió aliviada.

(...)

Llegaron nuevamente a Seúl, dejaron sus cosas en el cuarto y Tae se dispuso a arreglar las cosas de Yeontan, dejó al cachorro en su camita y más tarde entró al baño para darse una ducha.

Salió y mientras secaba su cabello vio una pequeña cajita que le pareció curiosa. La tomó y leyó.

Parpadeó sin comprender muy bien, pero a medida que leía supo de que se tratara. Apretó el cartón con sus manos y salió del baño, llegó a la cocina donde se encontraba su novia.

— Ya casi está — le sonrió ella — Seca bien tu cabello.

— ¿Que es esto? — le enseñó lo que había encontrado.

Young abrió mucho sus ojos.

— Tae.

— ¿Que está pasando? — preguntó — ¿La hiciste?

— Sí... — contestó sin poder mirarlo a los ojos.

— Dime... — pidió.

— Salió positiva...

— ¿Y cuando pensabas decirme? — la voz de Tae salió fuerte. Por primera vez parecía molesto.

— Tae yo... — la chica no sabía como decir aquello que ni ella misma creía haber pensado.

— ¿No pensabas decirme? — dio algunos pasos y llegó hasta ella — ¿Que pensabas hacer? — sus ojos se humedecieron — Young... tu...

Se dio la vuelta decepcionado y se alejó de ella. No podía creer aquello.

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