🌼🌼🌼

*Seis meses antes*

Una vez escuché a alguien decir que el amor te hace fuerte, que colocar tu confianza en alguien y dejar tu corazón en sus manos podría ser la experiencia más aterradora pero también la más satisfactoria, que no habría por qué sentir miedo al tener sentimientos por una persona, que lo más hermoso que puede hacer un ser humano es enamorarse y amar sin reservas ni condiciones.

Toda mi vida pasé creyendo que eso era cierto, que el amor de verdad existía y que en algún momento sentirías ese revoloteo de mariposas en tu interior incapaz de extinguirse, que el motivo de tu sonrisa siempre sería ese alguien que llenaría tu mundo de color y tu vida de alegría. Pero que equivocada estuve. Realmente nunca imaginé que todo sería demasiado distinto a como los adultos lo pintaban y a como las historias de romance te lo vendían.

Nada dura para siempre, ni siquiera el amor. Eso lo aprendí a las malas.

Cuando conoces a una persona esta debería venir al menos con treinta segundos de tráiler para saber con exactitud dónde nos estamos metiendo. Pero eso ya es mucho pedir, así que solo te conformas con el clásico "vamos a conocernos", donde realmente nunca funciona, las personas jamás te mostrarán su lado más oscuro, profundo y aterrador, solo mostrarán la parte linda que quieren que veas para así atraerte fácilmente. Aunque hay quienes son sinceros y reales desde un principio y ese tipo de personas valen muchísimo, así como él.

Lo conocí hace dos años, fue algo extraño la manera en que comenzamos a compaginar; un chico tres años menor que yo nunca fue algo que deseara, no soy de las que disfruta salir con alguien menor, y aunque dicen que para el amor no hay edad yo siempre tuve mis límites. Él fue una persona tan simple que con su ingenio, inteligencia y gran madurez hizo que mi atención fuera directa hacia él. Mentiría si dijera que no me lo esperaba, porque en realidad desde el comienzo sentí una gran conexión. Él era lo que había estado buscando solo que al final me di cuenta que lo que buscaba en ese entonces no era lo que yo de verdad necesitaba.

No todo fue tan mal, él realmente fue un chico que mostró interés y mucha madurez para su edad, fue alguien que se proyectaba a futuro y eso de alguna manera me atrajo e hizo que quisiera intentar algo más que una simple amistad.

Pero no todo lo qué brilla es oro ni las personas pueden estar siempre con una sonrisa en el rostro sin antes quizás haberte lastimado sin querer.

Él cambió, yo cambié y de alguna forma eso hizo que ya no compagináramos con el otro, él dejó de ser el mismo, estaba sufriendo pero simplemente yo no era tan importante como para él expresarse y contarme lo que le sucedía, así que solo comenzó a tomar distancia y poco a poco se fue alejando de mí hasta que simplemente no lo pude soportar y rompimos.

Gran final para una relación a la que le tenía demasiada fe.

Luego de ahí, vino lo que yo llamaría "El sufrimiento por el despecho". Y no solo por haberme sentido tan dolida sino porque ese dolor me llevó a caer en los brazos de alguien más, alguien que solo traería más dolor y desdicha a mi vida. Y así fue como lo conocí a él.

Todo inició hace aproximadamente un año, tiempo después de haber conocido al chico en el que creí que nuestra relación de verdad iba a funcionar. Así que de nuevo caí, y en ese entonces volví a pensar que había conocido a la persona que estaba hecha para mí, mi yo tonta creyó que él era la persona que el destino había elegido para acompañarme en esta dura pero de vez en cuando hermosa vida. Cuando nos conocimos sentí que algo dentro de mí se retorcía, había confundido a los gusanos del dolor por las mariposas del amor.

El dolor a veces te lleva a hacer cosas que tú de verdad no quieres, como por ejemplo el perder toda tu dignidad rogándole a alguien que vuelva contigo o como en mi caso, ir a buscar refugio en otros brazos.

El amor volvió a tocar mi puerta, o esa fue la estúpida frase que pensé cuando él llego y yo tan ilusa creí que era el indicado. Realmente todo pasó tan rápido, me dejé llevar sin poner demasiada resistencia, tan solo quería que el dolor se fuera y pudiera ser feliz de nuevo. Por eso para él fue demasiado fácil manipularme hasta el punto de mover los hilos de mi vida como lo haría un titiritero con su marioneta.

De estar en la cima pasé a lanzarme al vacío y terminar hundiéndome en un fango imposible de salir.

Mi vida dio varios giros, para al final terminar en el peor lado. Me convertí en lo que tanto temí, en lo que tanto odiaba y detestaba; una chica que se dejó manipular de manera fácil, una chica que se alejó de todos solo para complacer a quién no lo merecía.

Pasé de haber vívido una relación realmente sana, hermosa y con pequeños contratiempos ha estar involucrada en una relación tóxica de la cuál no supe como salir.

La Olivia que todos conocían había desaparecido, ni yo misma podía reconocerme, era como si esa parte alegre de mí hubiese desaparecido para solo dejar una persona que simplemente ya no sabía lo que hacía, alguien que poco a poco se extinguía, mi luz sin darme cuenta estaba menguando.

Me alejé de todos, creyendo en falsas palabras, dejando que él manipulara, dominara y controlara mi vida a su antojo. Todo tenía que girar a su alrededor, yo inclusive.

En el camino me perdí, mi esencia dejó de existir por un tiempo, mi luz se apagó. Toda yo era una completa desconocida no solo para mis amigos y familiares sino para mí misma. Era realmente difícil comprender que la Olivia libre, feliz y radiante se convirtiera presa de un ser manipulador y caería a un fondo sin fin donde no podía encontrar la salida. Y aunque mi vida estaba tornándose oscura, donde ya no podía hallar la luz ni el escape a tanto dolor y sufrimiento, el destino, la vida, el universo e incluso Dios mismo se encargaron de alinear todo lo que se estuvo torciendo.

A pesar de haberme alejado de personas que significaban todo para mí, a pesar de haber sido una pésima amiga, compañera, y hermana, esas personas siguieron estando para mí; ya sea con un consejo, un abrazo o incluso esperando el momento exacto en que yo me diera cuenta de que todo estaba mal para luego decirme un "Tenía razón", y luego abrazarme y consolarme por todo.

Sigo teniendo personas buenas a mi alrededor, personas que no se merecieron lo que les hice pero como todo ser humano cometí mis errores, metí la pata hasta el fondo pero me levanté con nuevas fuerzas, asumí mis errores y seguí adelante, claro está que para eso necesité la ayuda de todas esas personas que nunca me dejaron sola pese a lo que hice.

Desde entonces me di cuenta de que el amor es una pérdida de tiempo, amar no te hace fuerte, tan solo te hace bajar la guardia delante de una persona, le confías tu corazón solo para que al final lo pisoteen y te destruyan hasta que cada una de tus piezas rotas queden desperdigadas en el suelo, sin tener algún valor sentimental.

No, el amor no te hace fuerte, las circunstancias sí, el dolor también pero algo tan tonto y cliché como el amor solo te destruye lentamente. De nada sirve querer confiarle tu vida a las personas cuando al final tan solo te dejarán con un gran vacío dentro de ti que poco a poco se va extendiendo hasta ya no quedar nada que puedas querer recuperar. Es por eso que decidí no creer más en el amor. Ser una chica ilusa y con muchas fantasías tan solo me sirvió para sufrir y llorar por noches enteras por lo estúpida que fui.

Por estas y muchas otras razones es mejor que el sentimiento conocido como amor quede enterrado en lo más profundo de mi ser, si es posible guardado en un cofre con candado y que la llave sea triturada hasta que ya no quede nada.

En estos momentos de mi vida no hay más cabida para algo que no sea yo, y simplemente yo. Necesito enfocarme en mi trabajo, en poder ayudar a mis padres y en simplemente hacer lo que quiera sin la necesidad de tener a alguien a mi lado que me vuelva insegura, estúpida y muy pero muy ilusa.

Oh, lo olvidaba. Mi pequeño señor Scrooge, el único que puede ignorarme todo lo que quiera y aún así tendrá mi cariño. Ese pequeño ingrato sabe que haga lo que haga siempre lo perdonaré, es el único al que de verdad le puedo dar amor, porque es el único que lo merece, aunque me haga desplantes y se crea el rey de la casa.

—¿Verdad que sí, señor Scrooge? —le rasco la parte posterior de la cabeza y él comienza a ronronear como el felino consentido que es— Te crees el rey de la casa y yo no puedo decirte absolutamente nada porque es la verdad.

—¡Miau!

—¡Condenado! —chillo riendo— Solo maúllas cuando te adulo o cuando digo que eres el rey.

—¡Miau! —esta vez su maúllo se convierte en un gruñido al darse cuenta que he dejado de rascarle la cabeza.

—¡Lo siento, señor Scrooge! —me encamino hacía la cocina sin dejar aún de observar sus grandes ojos verdes— Pero necesito limpiar y tú no me ayudarás a hacerlo.

Él se rasca por detrás de su oreja y se gira hacía mi habitación, ignorándome completamente.

—¡Sigue ignorándome! —grito cuando abro el grifo— Ya luego veremos quién te servirá un suculento plato de pescado.

El muy ingrato regresa a la diminuta sala como si nada, meneando la cola de un lado al otro, creyéndose el gato del príncipe de Inglaterra, en realidad no sé si el príncipe tenga un gato pero si de seguro tuviese uno seria igual de odioso y engreído que el señor Scrooge, y eso que él no es de la realeza.

—¡Ingrato! —lo regaño señalándolo con la esponja de lavar platos— Eres un interesado, señor Scrooge. 

Él maúlla y comienza a limpiarse la pata y a rascarse. Espero que no tenga de nuevo pulgas, hace tan solo dos días hice un trabajo realmente intenso para poder limpiarlo completamente.

El señor Scrooge es un gato atigrado gris que conseguí en la calle cuando tan solo era un bebé. Recuerdo claramente ese día, me urgía llegar a casa porque en el camino de regreso la autopista se trancó y duré casi unos cuarenta minutos enfrascada en esa tranca terrible, tanto así que por ponerme a beber tanta agua mi vejiga se llenó hasta el punto de querer explotar. La verdad estaba tan apresurada que no lo vi hasta que sus maúllos me hicieron detenerme. Cuando me di cuenta vi que él estaba envuelto en una pequeña manta que en sus mejores tiempo pudo ser de un rosa pastel realmente hermoso, pero ese día tan solo era un trapo sucio que casi no lo cubría del frío. No pude dejarlo ahí, tan desamparado y menos viendo que le era incluso difícil colocarse de pie, así que decidí traerlo a casa.

Esa noche se bebió un vaso entero de leche que le preparé. Tuve que recurrir a vídeos de youtube en el que especificaban como hacerle una leche a un gato recién nacido, y ahora él esta aquí, un gato de unos tres kilos y medio que aparte de creerse el rey del mundo es realmente odioso, pero así me encanta, su personalidad combina un poco con la mía.

El señor Scrooge comienza a ronronear y se pasea por entre mis piernas al darse cuenta de que destape una lata de su pescado favorito.

—Cualquiera creería que me amas, señor Scrooge. —él me observa y maúlla, pero solo porque olió el olor del pescado. Bufo y echo el contenido en su taza. No termino si quiera de colocar el plato en el suelo cuando ya él comienza a devorarla.— Gato glotón.

Mientras mi pequeño pero antipático gato come me dispongo a seguir mi labor de dama doméstica. Conecto el altavoz a mi celular y coloco la música en aleatorio. Mientras la primera canción se reproduce me dispongo a lavar los platos y limpiar un poco el desastre en el que se convirtió la cocina.

Comienzo a tararear la letra de la canción Youngblood de 5 seconds of summer y sonrío como tonta al recordar por qué tengo esa canción en mi lista de reproducción. Y es aquí que recuerdo que siempre he sido un poco masoquista.

Nota mental: Nunca dejar que un ex me dedique una canción y mucho menos una de 5 seconds of summer.

Sin importarme el hecho de que el primer chico que rompió mi corazón fue quién hizo que amara demasiado esa canción tomo la esponja y la uso de micrófono justo en la parte en que comienza el coro de la canción. Meneo la cabeza al ritmo de la música y canto a todo pulmón, llegando a asustar incluso al pobre Scrooge, río a carcajadas y sigo cantando dejándome llevar por la letra de la canción y los recuerdos que me embargan.

—Emmett, ¿me quieres? —no sé de dónde saqué la valentía para hacerle semejante pregunta pero ya no puedo retractarme, él claramente la escuchó.

Emmett me mira, sus ojos claros perforando cada muralla invisible que dispuse a mi alrededor, quiere poder llegar a lo más recóndito de mi alma, aunque claramente hace mucho que llegó. Él sonríe antes de pronunciar:

—Claro que te quiero, Olivia. —y con esas simples palabras mi corazón se llenó de felicidad.

Limpio una lágrima rebelde y sigo cantando soltando todo eso que nunca pude soltar hace dos años.

Puede parecer muy tonto e infantil de mi parte seguir dolida después de dos años pero cuando no sueltas todo lo que sientes e intentas ocultarlo profundamente llegará el momento en que todo eso querrá salir, sin importar si han pasado días, meses o incluso años, y precisamente eso es lo que esta sucediendo, después de dos largos años por fin me decido a soltar todo el dolor con tan solo una canción.

Cuando la música se acaba y empieza a sonar otra mi corazón late apresuradamente pero dentro de mí todo se siente más ligero; después de tanto tiempo puedo sentirme mejor conmigo misma y con el primer chico que rompió mi corazón.

🌼🌼🌼

¡Hola, Florecitas! Aquí ya no les puedo decir pesadillitas, obsesivas o loquitas. Que sad. Pero me encanta el Florecitas.

Acá tienen el primer capítulo (publicado de nuevo). Espero les guste tanto como a mí al escribirlo.

Ya vieron que la historia comenzará a basarse tres meses antes del prólogo para que puedan conocer y entender todo desde un principio.

Sé que se preguntarán: ¿Dónde dejaste a Jayden? Pero tranquilas que él ya aparecerá. Ya tendrá su momento y podrán enamorarse de él. JAJAJA.

PD: Al inicio de cada capítulo (en multimedia) intentaré colocar imágenes y gifs de: Olivia, Jayden y demás personajes, así que no se sorprendan si ven a un chico guapo de ojos rasgados por ahí. 

Por cierto, pueden seguirme en mis redes sociales.

IG: girley_lacruz

Facebook: Girleidy Lacruz

Y acá en mi perfil de Wattpad.

L@s quiero.

~Girle.