Un cambio en la agenda hizo que Nessa tuviera el fin de semana libre como modelo. Al no ser tampoco la temporada de batallas, podía disfrutar esos dos días junto a sus seres queridos... de no ser que sus padres estaban de viaje y Sonia de investigación. Decepcionada, miró entre sus contactos, deteniendo sus ojos en Milo. Le preguntó si podía quedarse con él y este aceptó al instante, aunque advirtiéndole que estaría "algo" ocupado. No le importó, creyendo que sería cosas rápidas al ser un pueblito donde no pasaba mucho. Empacó y tomó un Aerotaxi, esperando llegar a la pacífica Hoyuelo, donde se respiraba calma.

Pero era todo menos tranquilo. Al llegar, vio como Milo corría detrás de un rebaño de Wooloos, intentando atraparlos. Luego, él comentó que tenía que ver a otras personas a quienes les había ofrecido ayuda, desde cargar cosas hasta comprobar la salud de unos Pokémon. Nessa lo siguió por si necesitaba ayuda.

Entre todo el trabajo que se llevó más de la mitad del día ella conoció la vida agitada de Milo, igual que la suya, ¿siempre era así? ¿Incluso durante el desafío de gimnasios? Al menos se alegraba de que la gente tuviese a alguien como él.

Finalizando la jornada, Nessa admiraba el Geoglifo del pueblo mientras esperaba al pelirrosa, quien fue llamado debido a otro escape de Wooloos. El viento le hacía cosquillas y la relajaba de tan curioso día. Pensó que este momento valió todo el trabajo realizado.

Pensó también que vivir aquí, con Milo, no estaría mal. Siempre la recibe con una sonrisa, acepta cada batalla que le pide, le ayuda siempre que puede y alegra su corazón cuando lo ve pasar, ¿Cocinará rico? Es cierto que lo considera su rival número uno, pero fuera de la arena no es más que un chico que la hace sentir como en casa.

Quizá incluso más que eso.

— Podrías hacer una sesión de fotos aquí. — la voz de Milo la sorprende — Si no te molesta que algunos Wooloo aparezcan en ellas.

La pelinegra ríe ante tal pensamiento.

—Que ajetreada vida tienes — toca su cabello, que comenzaba a moverse rebelde debido al viento — Pero lo vale con la paz que se siente al terminar el día. No imagino algo que te cause más tranquilidad.

Milo discrepa.

Entre el trajín con los Wooloo, la temporada de batallas en el gimnasio y otros deberes, a veces es difícil ponerse a ver el atardecer. Es por eso que, cada vez que habla o ve a Nessa, tiene su pedacito de tranquilidad.

Ella le da tranquilidad.

Quizá incluso más que eso.

— Batallemos antes de que oscurezca, Milo, ¡te voy a ganar! — él asiente — Digamos que daremos un combate de Exhibición.

Nessa, antes de dirigirse al gimnasio, le da un cortísimo beso en la mejilla y dice que lo destruirá en la arena. Milo suspira alegre: será un fin de semana un poquito más movido de lo usual, pero lo valdrá.

Pues Nessa hace de sus días perfectos.

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Primer Waterlily!!! Y espero que no el último.
De nuevo, tuve que cortar muchas frases o escenas por la cantidad de palabras, pero espero esté bien para ustedes.
Gracias por leer!