Capítulo Once.
Connie la miró con el arrepentimiento reflejado en los ojos.
—Yo era una de las que se metía con él y, cuando tuvo que marcharse de Fielding porque no se pudo quedar con tu tía, me sentí fatal. Pero sinceramente, Inma, no creo que quiera aceptar una disculpa, seguramente ni nos escucharía. Además, ahora no creo que nos necesite mucho; es rico y apuesto a que tiene un montón de amigos sofisticados en Nueva York y en Los Ángeles.
—Bueno, lo que está claro es que se ha hecho amigo de nuestra querida Inma —comentó Molly con cierta malicia—. Y de Emily, porque cuida de ella durante el día, ¿verdad?
—Sí, así es —respondió la aludida con orgullo.
—Es un gesto muy generoso —opinó Connie con una dulzura que Inma agradeció sinceramente.
—¿Y a quién cuida por las noches? —Molly volvió a la carga.
—Supongo que cuidará de su trabajo.
—No, en serio, ¿no te preocupa ni un poquito que tu hija se quede tanto tiempo con alguien como él?
—¿Qué quieres decir, Molly?
—Pues que es un tipo bastante extraño, incluso da un poco de miedo.
Inma sintió cómo la rabia iba invadiéndole el corazón. Era increíble que los adolescentes de Fielding no se hubieran convertido en adultos. Sabía que su amiga no era mala persona, solo era un poco inmadura.
—Logan Henderson es un hombre extraordinario —aseveró con firmeza—. Ha cambiado el mundo con su tecnología y para mí es un verdadero honor que me considere su amiga. No hay nadie en quien confíe más para que cuide de mi hija.
Molly se quedó mirando al suelo como una niña a la que acabaran de regañar.
—Lo siento, Inma. No pretendía ofenderte. Ya me conoces, a veces digo las cosas sin pensar.
—No pasa nada.
—Bueno, creo que debería volver a la tienda —anunció apresurándose hacia la puerta—. Intentaré venir mañana para terminar con el suelo.
Connie se echó a reír en cuanto la otra mujer hubo salido de allí.
—A veces es un poco molesta, pero sabes que es casi inofensiva... a no ser que se te ocurra comer una de sus galletas de chocolate.
Inma se rió también.
—Sí, recuerdo perfectamente esas galletas —entonces se puso seria y miró a su amiga—. ¿Crees que he reaccionado de manera exagerada?
Connie se encogió de hombros.
—A lo mejor un poco. Pero he de decir que si alguna vez necesito alguien que me defienda, recurriré a ti —y alzando las cejas añadió—: ¿Sabe Logan que te estás enamorando de él?
◈◈♡◈◈
El sonido del agua llamó la atención de Logan al acercarse al dormitorio. Se había acercado hasta allí para recoger unos documentos que se había dejado sobre la chimenea la noche anterior, pero el ruido procedente del cuarto de baño lo distrajo. Inma estaba en la bañera. De pronto se le llenó la cabeza de imágenes de su cuerpo desnudo que le provocaron auténticos sofocos. Intentó alejar de sí tales pensamientos. Esa mujer había tenido un bebé hacía menos de dos semanas, él no debería tener fantasías eróticas con ella; en realidad no debía pensar en ella de ninguna manera.
Pero al mirar hacia la puerta entreabierta del baño se sintió mucho más relajado. Allí estaba Inma, con el pelo recogido en una coleta y completamente vestida. Estaba bañando a Emily, que no paraba de chapotear felizmente y de empapar a su mamá, que la miraba extasiada.
Logan intentó permanecer en silencio cerca de la puerta, pero Inma percibió su presencia de algún modo y se volvió hacia él.
—Acércame una toalla y el champú, voy a lavarle el pelo.
Para él aquello no era nada habitual. Podía hacer cualquier cosa que tuviera que ver con software o hardware y el resultado sería brillante, pero tampoco podía negarse a hacer nada que le pidieran cualquiera de las Spencer. Así que se arrodilló al lado de Inma, se arremangó la camisa y agarró el bote de champú para niños.
—¿Acaso quieres añadir el baño a tus especialidades con los bebés?
—¿Tan previsible soy? —le preguntó él al tiempo que vertía un poco del líquido amarillo en la palma de su mano.
—No, de hecho normalmente eres bastante difícil de interpretar.
—Es la fuerza de la costumbre —dijo frotando suavemente la cabecita de Emily.
—Interesante. Yo pensé que esa actitud distante era elección propia.
Logan se volvió a mirar aquellos ojos chispeantes y de pronto se dio cuenta de dónde estaba: junto a la mujer que le hacía sentir cosas que no quería sentir, bañando a la hija de otro hombre. Y sin embargo, no había otro sitio en el mundo donde hubiera querido estar en ese momento. Bajó la vista hacia Emily, que reaccionó alzando la manita hacia él. Al rozar los deditos de la niña lo llenó una sensación de placidez y ternura que no había experimentado en toda su vida. La intensidad de tal sentimiento le dio miedo.
—Bueno, princesa —dijo soltándole la mano—, voy a dejar a tu mamá que termine de bañarte —se puso en pie—. Yo tengo que volver a trabajar.
—¿De verdad, Logan? —los ojos azules de Inma buscaron la mirada distante de Logan—. ¿No podrías olvidarte del trabajo media hora y... no sé, vivir un poco?
Él torció el gesto. Inma veía demasiado dentro de él y eso no le gustaba.
—Ya vivo bastante bien. Si no me crees, mira a tu alrededor.
—No te estoy hablando de dinero, ni de lo que se puede comprar con él.
—Luego nos vemos, Inma.
—Sí, cuando estés a salvo en tu sillón junto al fuego.
Se detuvo justo antes de salir pero no se volvió a mirarla.
—Voy a dar de comer a Emily y luego voy a acostarla —le dijo Inma con tono paciente pero firme—. Sara ha dejado carne asada con puré y yo he hecho una tarta de chocolate. Dentro de media hora estaré en la cocina, cena conmigo.
Dentro de Logan estalló otra batalla de la guerra que había comenzado en el momento en el que había abierto la puerta de aquel coche enterrado en la nieve. Esa mujer le estaba pidiendo algo que era mucho más difícil de lo que ella creía. Le estaba pidiendo demasiado.
—Que cenes bien, Inma.
◈◈♡◈◈
—Enya, Watermark —le dijo Inma al equipo de música al mismo tiempo que encendía las velas que adornaban la mesa de la cocina.
Aunque en principio no había sido esa su intención, la habitación tenía un aspecto casi mágico. Había puesto la mesa para dos personas con mantelitos azules, platos de porcelana que, a juzgar por su aspecto, nadie antes había utilizado y copas de cristal fino. Hasta había colocado algunas flores procedentes de la pequeña selva que había en el interior de la casa. A cualquiera que no conociera su verdadera relación con Logan, aquello le habría parecido el escenario perfecto para una cena romántica.
La pregunta de Connie, esa a la que Inma no se había atrevido a preguntar, se había quedado dándole vueltas en la cabeza. ¿Sabía Logan que se estaba enamorando de él? ¿Le importaría si lo supiera? Cerró los ojos con impotencia porque sabía la respuesta. No, no le importaría lo más mínimo. Si ni siquiera podía aceptar el cariño de Emily. Parecía incapaz de acercarse a nadie, e Inma empezaba a preguntarse si algún día cambiaría.
Pasara lo que pasara en el futuro, había decidido celebrar una agradable cena, aunque él no se presentara.
A través del intercomunicador escuchó la respiración acompasada de la pequeña, que se había dormido después de solo dos canciones y un beso.
—Has ganado la batalla, Inma.
Oyó una voz malhumorada detrás de ella.
—¿Y la guerra? —preguntó sonriendo para sí misma.
Al final había acudido, pensó mientras continuaba partiendo el pan de espaldas a él para que no pudiera ver la cara de satisfacción que tenía.
—Eso ya lo veremos.
—¿Y qué es lo que me ofreces a cambio de la paz?
Lo oyó retirar una silla para sentarse y después resoplar.
—Querías saber por qué siempre como solo, ¿no es así?
Inma se volvió a mirarlo sin ocultar su interés
◈◈◈◈◈♡◈◈◈◈◈
¿Por que te haces el difícil Logan? Acepta lo que sientes por ella shingadamadre.
Espero que les este gustando ;)
#FannyFrías
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top