Capítulo Diecinueve | Últimos Capítulos.
—¿Estás intentando convertirme en un ser humano?
—Hago lo que puedo.
—Pues he de decir que tengo la mejor profesora del mundo. Y no sé si sabrás que lo más eficaz para humanizar a alguien es el contacto físico —señaló al tiempo que empezaba a besarle el cuello y después el lóbulo de la oreja—. ¿No estás de acuerdo?
—Mmm —era incapaz de decir nada más, pues el movimiento de la lengua de Logan la tenía demasiado despistada.
—¿Qué has dicho? —mientras la lengua se encargaba de su oreja, su mano se dedicó a pasearse por su vientre.
—Que si quieres que vayamos al dormitorio.
—Está demasiado lejos —en una décima de segundo le había quitado la sudadera y después el sujetador.
Se oía la música procedente de la televisión, pero los únicos sonidos en los que ellos dos reparaban eran los de sus cuerpos frotándose al ritmo de la pasión.
—Logan—murmuró ella cuando la boca de él encontró su pezón y comenzó a chuparlo suavemente.
—Dime, Inma —ahora su mano se había colado por debajo de los pantalones y de las braguitas—. Dime qué sientes.
Sus dedos empezaron a moverse hasta dejarla sin habla y sin respiración.
—Un estremecimiento como si tuviera dentro mariposas que tratan de escapar —sabía que carecía de sentido, pero eso era lo mejor que podía explicarlo en ese momento.
Logan le tomó la mano y la puso de pie para quitarle los pantalones, y ella hizo lo mismo con toda su ropa. Veía en sus ojos que quería decirle algo, pero Inma lo entendió sin necesidad de palabras.
Con el torso desnudo podía sentir los latidos de su corazón contra sus pechos. Lo miró a los ojos y los vio llenos de brillo, fervientes de deseo. Dios. La estaba volviendo loca. Quería a aquel hombre cerca de ella para siempre y quería demostrárselo allí mismo.
Lo empujó sobre el sofá y se puso encima de él, a lo que respondió con una especie de rugido.
—Parece que la lección de hoy va a ser interesante, profesora.
—En realidad te voy a examinar —le dijo ella con voz entrecortada.
—¿De qué?
—De resistencia —lo retó mientras empezaba a moverse sobre él.
Frente a tal reto, Logan no pudo menos que intercambiar posiciones.
—Vaya, cariño. Me temo que eso va a ser pan comido.
—Esperaba que dijeras eso —replicó ella riendo.
De su pantalón, que había quedado en el suelo, Logan extrajo una cajita que mostró orgulloso.
—Hoy sí he venido preparado.
—¿Puedo hacerlo yo? —a pesar de que en su voz se adivinaba cierta amistad, le resultaba muy fácil pedirle algo tan íntimo porque no era más que otra muestra de amor.
—Sí —respondió después de dar un tierno beso en los labios.
Con dedos inexpertos, Inma abrió el paquete y deslizó el látex suavemente para después guiarlo hasta el centro de su cuerpo. En el momento en el que entró se miraron a los ojos y ella quiso decirle que lo amaba, que deseaba que aquello durara siempre, que con él se sentía una mujer completa. Pero en cuanto empezó a moverse dentro de ella, ya no entendió nada que no fueran las sensaciones más primarias y salvajes.
Al principio fue suave, ambos querían deleitarse con lo que estaban experimentando, pero después de unos segundos les fue imposible frenar. Las embestidas de Logan la dejaron sin respiración y sin cerebro; no podía pensar, porque en ese momento nada existía en el mundo excepto ellos dos. Era una locura que desembocó en un maravilloso orgasmo, tras el cual él siguió moviéndose hasta alcanzar el clímax que había alcanzado ella.
—Inma... —susurró mientras sus respiraciones intentaban volver a la normalidad. Una vez acurrucada en su pecho, Logan le hizo mirarlo a los ojos y empezó a besarle el rostro suavemente—. Eres mía.
Un tremendo escalofrío le recorrió la columna vertebral y no era por el sexo, sino por lo que acababa de decirle. Aunque la decepción no tardó en llegar.
—Esta noche eres solo mía.
Logan estaba hablando únicamente de aquel instante, no del futuro. No era la fantasía con la que tantas veces había soñado, pero no iba a dejar que la verdad arruinara el momento. Conocía las reglas y no iba a comportarse como una amante rechazada.
—¿Eso es todo lo que puedes ofrecer, Henderson? —le preguntó en tono burlón.
El sonrió malévolamente.
—¿Quieres que vuelva a chuparte los pezones hasta que se endurezcan en mi boca? ¿O que te toque hasta sentir la humedad en mis dedos? —mientras hablaba notó cómo la excitación regresaba a su cuerpo masculino—. ¿Es a eso a lo que se refiere, señorita Spencer?
Ella volvió a rodearlo con sus piernas dispuesta a empezar de nuevo, muy pronto todos los pensamientos se alejaron de su mente y solo pudo decir:
—Estás aprobado.
◈◈♡◈◈
Dormía como un ángel.
Logan ya se había fijado antes. La primera noche que ella pasó en su casa, se había sentado en el sillón junto al fuego y la había observado, preguntándose qué sueños estaba teniendo. Del mismo modo que lo estaba haciendo en ese momento desde la silla que había al lado de la cama.
Después de hacer el amor en el sofá por segunda vez, Inma se había quedado dormida en sus brazos y, unos minutos después, la había llevado a la cama y la había arropado bien. Le habría gustado acostarse a su lado y abrazarla fuerte, pero esa noche no se atrevía. Algo había cambiado, no sabía exactamente qué, pero algo dentro de él luchaba por salir. Quizá era la necesidad de obtener más, más unión con Inma, más amigos entre los habitantes de Fielding, y más distancia de la soledad en que había vivido durante tantos años.
Se paso las manos por el pelo. Tenía que volver a su lugar antes de verse decepcionado, antes de empezar a creer que podía pertenecer a una mujer, una niña y una comunidad.
Y, aunque abandonar la ciudad no le suponía ningún esfuerzo, no podía decir lo mismo de Inma y Emily. Iba a pedirle a Inma que se trasladaran a su casa con él; que estuvieran allí mientras así lo quisieran. Sin ataduras ni promesas, solo tenían que estar juntos y disfrutar de lo que tenían. Eso era todo lo que podía ofrecerle, no estaba dispuesto a arriesgar más. Solo esperaba que fuera suficiente.
A través del intercomunicador notó que Emily estaba inquieta, lo que hizo que Inma también se moviera, aunque no llegara a despertarse. Tenía motivos para estar agotada; se levantaba antes del amanecer, pasaba el día entero en la pastelería y lo únicos descansos que se tomaba eran para dar de comer a la niña. Ese ritmo de vida era otro motivo contundente para que se fuera a vivir con él, allí podría disfrutar de algo más de descanso. Afortunadamente, al día siguiente era domingo y no tenía que abrir la tienda, con lo que podría dormir a pierna suelta.
La inquietud de Emily fue transformándose poco a poco en llanto, así que Logan se puso en pie y fue a ver qué le ocurría antes de que despertara a su mamá.
—¿Tampoco tú tienes sueño, princesa? —le preguntó a la pequeña al tiempo que la tomaba en brazos con total naturalidad—. Ah, parece que el problema es el pañal —era curioso que le resultara tan normal acunarla, hacerle carantoñas o darle sus juguetitos mientras la cambiaba.
Ya con el pañal nuevo, intentó devolverla a la cuna, pero ella tenía otros planes.
—Sí, yo también tengo un poco de hambre —dijo llevándosela a la cocina—. Vamos a ver qué tiene mamá en el frigorífico.
Por suerte, lo primero que se veía al abrir la nevera eran varios biberones ya preparados con leche materna, así que solo tuvo que calentar uno, comprobar que estaba a la temperatura adecuada y dárselo tranquilamente.
Se sentó en una silla con Emily en brazos y, mientras esta comía, cayó en la cuenta de que jamás se había sentido tan relajado como en ese momento. La pequeña lo miraba fijamente y eso le infundía el extraño sentimiento de que era parte de algo importante.
El único ruido que se oía en toda la casa era el que hacía Emily al tomarse el biberón. Logan no podía apartar la mirada de esa carita de querubín.
—Inma y tú tenéis mucha suerte de teneros la una a la otra —sabía que debía de parecer tonto, allí solo hablando con un bebé en una cocina apenas iluminada.
Pero quería que la pequeña supiera que había alguien que la quería por encima de todo y que se sentía muy afortunada de tenerla en su vida.
Además, nadie lo estaba escuchando.
Bueno, nadie excepto Inma, que estaba paralizada en el cuarto de estar, escuchando, mientras sus sentimientos se repartían entre el asombro y la tristeza. Cualquiera que presenciara la escena pensaría que Logan Henderson era el padre de la niña, se los veía tan cómodos el uno con el otro...
Definitivamente, lo que sentía al verlos era amor. Y era bastante obvio que no era la única que se había enamorado de él, su hija también parecía estar completamente cautivada.
Con la sensación de estar interrumpiendo una ceremonia sagrada, Inma volvió sigilosamente al dormitorio. Pero el amor que le inundaba el alma hacía que se planteara multitud de preguntas. ¿Tendría él la menor idea de cuánto lo necesitaban? ¿O de cuánto lo querían?
Y si no era así, ¿debería decírselo?
Para cuando llegó a la cama se dio cuenta de que sentía una enorme ansiedad, y estaba tan inmersa en sus pensamientos que no se dio cuenta de que no hacía falta que encendiera el intercomunicador. Al hacerlo, oyó una voz al otro lado:
—...y tiene una barba blanca, un traje rojo y un montón de renos voladores —se oyó la risa de Logan—. Ya sé que parece científicamente imposible. Pero, con el poder de la magia, cualquier cosa es posible.
«Cualquier cosa es posible».
Inma lanzó un suspiro mientras pensaba que ya sabía qué le iba a pedir a Santa Claus esas Navidades.
Se despertó a las siete de la mañana abrazada a Logan y con una increíble sensación de felicidad. Él se había acostado muy tarde la noche anterior, pero cuando lo hizo, ella se había abrazado a él y solo entonces se había quedado verdaderamente dormida.
Y había soñado con montones de fines de semana como aquel, pero sin domingos que pusieran fin a la felicidad. Claro que sabía que no era más que eso, un sueño. Al final del día, Logan se pondría su carísimo abrigo, llamaría a su chofer y se marcharía a su casa. Pero ese momento todavía no había llegado, ahora todavía lo tenía pegado a su piel.
◈◈◈◈◈♡◈◈◈◈◈
Se los digo... pinshe Logan es bien bipolar, sabe que siente algo por ella, pero se quiere alejar, hombre tenías que ser cabrón, pero weno...
Espero que les este gustando.
#FannyFrías
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