1.23.2 | Vicisitudes
Maurice.
Así la parte más delgada del bate de madera de arce con mis dedos y lo posicioné sobre mi hombro, separé mis pies, mantuve la mirada en Antoine. Sonreí con confianza.
—¿Qué esperas? —Azucé.
El coyote envolvió la pelota con ambas manos, se acomodó y la lanzó, leí su inexperiencia. Abaniqué con velocidad, Antoine se agachó por autoreflejo, la bola se levantó hasta perderse entre los diáfanos rayos de sol.
—¡Toma, una elevada! —Festejé comenzando a correr.
Tails hizo girar sus colas hasta el esférico, atrapándolo antes de que tocara el suelo. Antoine celebró riéndose de mí.
—Eliminado —decretó el zorro al volver a tierra.
—¡Dijimos que eso no valdría! —protesté— ¿Tienes idea de cuántas carreras ya hubiera hecho a súper velocidad?
—E-li-mi-na-do —Antoine reafirmó presuntuoso.
Fijé mi vista en el coyote, enarqué las cejas con sarcasmo. Él pronto cesó su burla con una risa nerviosa.
—Eh, antes de que consideres hacer un jonrón con mi cabeza, creo que te llaman —señaló detrás de mí.
Sally permanecía de pie, guardando un par de metros de distancia. Exhalé con pesadez, di la vuelta y caminé en su dirección. Ella se colocó a mi lado y continuó avanzando hasta alejarnos lo suficiente.
—¿Qué ocurre? —Interrogué cruzando mis brazos.
—Tranquilo, no ocurrirá mucho mientras no estás, el béisbol es un deporte lento —desvié la mirada.
—Mi veredicto sigue siendo el mismo, Tails viene conmigo —respondí tajante.
—Siempre has sido así de terco para seguir órdenes —extendió su mano cargando un folder.
—¿Qué es esto?
—Robotizados o no, siguen siendo tu familia —tomé la carpeta—. Si ganas enemigos, no merece ser involucrada en esto.
Aparté la portada con la yema de mi dedo índice, escruté los folios detrás de ella. Todo se resumía a hojas y más hojas con mi documentación. Comencé a leer.
Nombre: _____ The Hedgehog.
Fecha de nacimiento: 23-06-1991.
Lugar de nacimiento: Christmas Island.
Rasque mi cabeza con confusión, viré mi vista hacia Alicia. Ésta me sonrió con timidez, ladeé mi cabeza aún sin llegar a comprender la situación.
Mientras más leía, más notaba inconsistencias. El hospital de nacimiento, el nombre de mis padres, datos de mi registro, etc.
—¿Christmas Island? —Sally colocó sus manos sobre el folder, tiró de él hacia abajo hasta conseguir que apartara la mirada de él— ¿Por qué la línea del principio?
—Si tú lo decides, ésta será tu nueva "identidad" —simuló un par de comillas con los dedos—. No es cien por ciento efectivo, pero al menos haré menos probable que alguien descubra tu parentesco con Chuck y Jules.
—¿Y qué sucede con todo lo anterior?
—Hiciste mucho por todos aquí como para omitirte. Imagina a Maurice como un alterego.
—Entonces —recapitulé—, yo dejo de ser Maurice, pero será él a quien nombren en los relatos en caso de ser necesario —Sally asintió.
—Y sobre el pequeño detalle de que Maurice era un erizo con supervelocidad —cesó con un siseo—... Será un secreto a voces que se puede omitir en los archivos oficiales —enunció con un dejo de indiferencia—. Por cierto, no todas las hojas son para ti.
Fruncí el ceño volviendo a ser invadido por la incertidumbre. Escudriñé cada folio, todos presentaban mi nombre. Dejé de cambiar las páginas cuando me percaté de las últimas.
Nombre: Miles Prower.
Fecha de nacimiento: 21-11-1998.
Lugar de nacimiento: West Side Island.
—Creí que sería un tanto difícil explicarle por qué ahora tiene otro nombre —enunció con sus hombros cabizbajos—. Apenas tiene dos años, no está tan involucrado en esto, a comparación contigo. Pero es mejor prevenir, me encargué de cubrirlo, no hay reportes de ningún Miles Prower nacido en el Reino Acorn.
Desplacé mis pupilas por todo el documento mientras que la sonrisa en mi rostro se anchaba cada vez más. La alegría recorrió mi torrente. Reí incrédulo.
—Algo me decía que no me escucharías, creo que tuve razón —bromeó—. Sé que tú y yo últimamente no hemos estado de lo mejor. Tómalo como una pequeña disculpa.
No contesté inmediatamente, la felicidad me tenía abrumado. Acomodé los papeles y cerré el folder. Levanté el rostro, hice contacto visual con Sally. Ella acercó su mano extendida a mí.
—¿Sin rencores?
—Ya deja de decir tonterías —respondí divertido. Aparté su brazo con un leve manotazo.
Ella adoptó una actitud ofendida, extendí mis brazos riendo, aceptó dándose por vencida. La abracé con fuerza, Sally recargó su mentón sobre mi hombro.
—Aún debes de elegir qué nombre tendrás.
—Lo tengo bastante claro, Sonic The Hedgehog —enuncié con orgullo.
—Sonic The Hedgehog será, al menos ya no tendrás que volver a pintar a El Tornado.
—Gracias por todo, Sal —me separé.
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A miles de kilómetros del Reino Acorn, interno en el océano, los cielos de South Island eran surcados por los robots de Eggman.
Los lugareños se guarecían cerrando puertas y ventanas, pero los robóticos actuaban indiferentes ante su presencia. Sobrevolaban los diversos poblados de la isla, cargando amplias cápsulas con ellos.
Recorrieron los ambientes frondosos y selváticos. A medida que el Sol descendía, el rastro de los Eggbots se esfumaba, teniendo como destino, la nueva base de Robotnik. Numerosos grupos robóticos trabajaban con cuantiosa organización y coordinación en cada movimiento. Scrap Brain Zone debía ser terminada cuanto antes.
Las cápsulas llegaron hasta las entrañas de la obra en construcción, Eggman yacía sentado en su silla, encorvado miraba la mesa cubierta por hojas repletas de cuentas y dibujos.
Calculaba el mismo resultado una y otra vez, contemplaba cada vertiente y variable posible, tachaba su escrito con ansiedad y mordía su bolígrafo antes de volver a iniciar el ciclo.
Arrojó el conjunto de folios al suelo, lanzó sus lápices y plumas contra la pared. Apoyó sus codos sobre la mesa, posicionó su cabeza entre sus manos y apretó desesperado.
Sintió su cuerpo temblar, tensó sus músculos intentando controlarlo, algo le sucedía y no conseguía averiguar de qué se trataba.
—¡Él lo arruinó todo! ¡Él lo arruinó todo! ¡Él lo arruinó todo! —Repitió constantes veces— Destruyó un trabajo de años, ¡en meses!
Se levantó de su asiento respirando con irregularidad, caminó de lado a lado, jugó con sus dedos mientras lo hacía. Tronó la lengua con desagrado, el sonido de sus propios pasos lo hacía alterarse.
Frenó de repente, fijó su vista en el tiriteo de la luz que iluminaba la pared frente a su pizarra, escrutó cada pliegue del muro, pasó su palma en él, acariciándolo.
Apartó la mano súbitamente, recargó su espalda baja en la mesa y se despojó de sus anteojos para comenzar a limpiarlos, fingiendo que ese episodio no había ocurrido. Se negaba a aceptar que, después de su indefendible derrota, su psique no se hallaba en buenas condiciones.
Apuntó su mirada hacia su pizarrón, releyó sus anotaciones de los costados hasta finalizar con el texto centrado:
¿Qué es Sonic The Hedgehog?
No era un borrón en una fotografía, no era un demonio de la velocidad como solían apodarle. Tampoco era una máquina. Sorprendentemente, Sonic era un ser vivo.
—Un ser vivo con habilidades innatas —se encaminó a las notas anexadas a los laterales. Leyó la información de éstas—. Jules no presentó características similares, no se menciona que su esposa tuviera algo excepcional. Toda energía debe de venir de un sitio, si no es parte de su porvenir, ¿cómo lo hace?
¿Cuál es su velocidad máxima?
¿Su rapidez se debe a una evolución o a una aberración?
No parece cansarse mientras corre. ¿Adaptación o deformidad?
¿Existen más como él?
Sonic representa una gran amenaza para sus planes a futuro. Negar que su condición le traería poder era absurdo, si Robotnik quería hacerle frente, necesitaba ser más poderoso que él.
Pero primero, debía de aprender más sobre su rival...
Eggman se incorporó, sonrió malicioso y miró el rostro atemorizado de los animales desde la ventanilla de la cápsula. Si los robians no funcionaron, tenía otra opción que probar antes de rendirse.
—No es algo personal —discursó murmurando—, pero tengo el presentimiento de que ustedes lo atraerán a mí...
Ivo Robotnik estaba colmado de muchas preguntas y absolutamente ninguna respuesta. Aborrecía los misterios, él mismo se lo había dicho a Chuck... ¿Chuck? ¿Era ese su nombre?
El hombre sacudió su cabeza intentando convencerse de que aquello no había ocurrido.
[...]
Sonic colgó su macuto en su hombro, observó el interior vacío de su habitación y frunció los labios suspirando. Escuchó el débil golpeteo de la puerta a sus espaldas, se giró topándose con Cyrus, quien jugaba nervioso percutiendo la puerta con el ápice de sus dedos.
—Así que te marchas —enunció con un dejo de tristeza.
—Alguien debe detenerle los pies a Eggman —Sonic chocó sus palmas contra sus muslos exhalando.
—Va a ser difícil acostumbrarse a no tenerte acá. Al menos Tails y tú ya no me despertarán en plena madrugada —el erizo soltó una carcajada.
—Pensé que si no lo alcanzaba, sería como un globo de helio que nunca más vuelves a ver en tu vida —arguyó divertido. Cyrus se acercó.
—No fui el mejor amigo —colocó su mano sobre el hombro del cobalto—, pero te conozco bien y estoy seguro que naciste para esto.
—Eres un llorón —se mofó.
El erizo envolvió brevemente a Cyrus con sus brazos, otorgando un par de palmadas en su espalda. Retrocedió sonriendo y apuntando a la puerta, ambos abandonaron el habitáculo.
La cabeza de Sonic se hallaba atiborrada por un mar de emociones, pudo leer la sinceridad de Cyrus cual si fuera un libro abierto. Los dos habían pasado por múltiples problemas, peleando sus propias batallas, sin embargo, tenían en claro que podían contar el uno con el otro.
Descendieron por la escalera de madera clavada al tronco de un árbol. Sonic abrió la boca con asombro, todos los Freedom Fighters yacían frente a él. Por ahora, dándole mimos a Tails.
El grupo lo recibió con una algazara, él aceptó gustoso sumándose al estruendo. Rotor lo apretó en brazos levantándolo del suelo y provocando que su espalda tronara.
—Estúpido, me vas a dejar paralítico —advirtió bufoneando.
La morsa lo soltó riendo, el erizo enderezó su espalda adolorido, dirigió su vista a Antoine, quien lo observaba manteniendo su porte.
—Qué te vaya bien —Sonic levantó su par de cejas con sorpresa.
—No te hagas el dugo, me vas a extrañag —bromeó exagerando el acento del coyote, éste último rodó los ojos divertido.
Sonic fue despedido con abrazos y mensajes motivadores, Bunnie le entregó un sobre de papel en manos, éste contenía dos hojas cubiertas de ambos lados por la caligrafía de sus amistades. El erizo se mostró agradecido, posó su vista en Sally y su acompañante, Geoffrey.
Sin titubear, se aproximó a ellos con ultranza. La ardilla se alejó del zorrillo y rodeó el torso de Sonic con sus brazos, él imitó su acción.
—Ya le dije a Tails que te controle.
—Yo soy quien cuida de él.
—Algo me dice que en cuanto él tenga que lidiar con tu incapacidad de apegarte a un plan, eso va a cambiar.
Ambos se vieron interrumpidos por el teatral carraspeo Geoffrey. Sonic rió disfrutando de la situación, se apartó de Sally y se giró al chico.
—Calma, respeto su relación —aclaró—... Aunque a ti no, ¡ojalá no volvernos a ver! —Exclamó fijando la mirada en St. John— Bye, bye L'few.
La ardilla sujetó el brazo de Geoffrey en un intento de retenerlo de comenzar una pelea con Sonic. El grupo observó la escena con diversión, conocían de sobra la personalidad engreída del erizo.
Tails se ubicó a la diestra de Sonic, ambos miraron a los Freedom Fighters por una última vez, pintaron una sonrisa en sus labios y finalmente, dieron la media vuelta en dirección al biplano del erizo.
El par abordó el fuselaje del avión, Sonic encendió el motor y recorrió el terreno subiendo la potencia gradualmente, consiguió elevarse. Escrutaron Knothole desde las alturas, notando como poco a poco se minimizaba hasta perderlo de vista entre las nubes.
Fin de la temporada.
Escrito: 29/07/2020.
Publicado: 20/03/2021.
¡Nos leemos en un mes y medio!
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No es por darles suspenso, es para poder tener más capítulos escritos JAJAJA, diskulpen mi irresponsabilidad. Los tkm
Besos en el enese♡
Y por si se aburren, les dejo este multimedio. Pista: dice más que "Próximamente";).
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