1.19 | Desasimiento
Maurice.
Abrí los ojos uno a uno, me levanté lentamente hasta quedar sentado en una colchoneta dentro de mi tienda de campaña. Tuve un diminuto tronido en la espalda, emití una queja y froté mi rostro. Estaba hecho añicos.
Me erguí con movimientos sosegados y cojeé hasta la entrada de la carpa, coloqué mi mano entre los pliegues y tiré de uno de ellos para abrir.
Afuera, las familias y militares caminaban de lado a lado con intranquilidad. Aun si el peligro ya había pasado, los refugios habían disminuido su capacidad por los ataques.
—¿Qué haces acá afuera? —Cuestionó Rotor posándose a mi izquierda— ¿Te sientes mejor?
—Sigo adolorido, ¿cómo llegué aquí?
—Bunnie te trajo, estabas tardando mucho y fue a buscarte.
—¿Y qué ocurrió con Eggman?
—Lo derrotaste ¿no?
—A sus máquinas sí, a él no —chasqueé la lengua—. Si Bunnie no lo encontró es porque escapó.
—Ahora no es momento para preocuparnos por ello. No estuviste inconsciente por mucho tiempo, aún siguen acarreando robians y restaurando los refugios. Además, tú necesitas descansar ¡hermano, corriste a velocidades supersónicas! —sonreí con un dejo de incomodidad. Aún tenía muchas cosas agobiándome.
[...]
Rob.
Me abrí el paso entre la multitud, recibí sonrisas y agradecimientos de muchos, me consideraban su protector.
—Rob —me llamó Mari-An— ¿Hablaste con Sally?
—No, con un General. Mercia solicitó apoyo a muchas más naciones, solo tenemos que aguantar esto hasta pasado mañana.
—¿Nos trasladarán a nuevos refugios?
—Exactamente. Una vez allá, quienes lo necesiten, podrán volver a casa —observé a la señora Vanilla—, se les apoyará económicamente.
—Será raro estar en casa sin él —lamentó refiriéndose a su marido.
Sus ojos tristes decían más que sus labios, venía aquí a vacacionar de la mano de su esposo, ahora tendría que sobrellevar la intensa soledad hasta que su bebé naciera.
Un camaleón con la vestimenta del servicio secreto se colocó a mi diestra, pegó sus manos a los costados de su torso mostrándose firme.
—Pude conseguir una carpa para usted y Amy —informé sonriéndole—. Él es Valdez, las llevará a su tienda.
—¿Qué hay de Mari-An y tú? —Indagó mi prima.
—No te preocupes por eso.
—Gracias Rob —Vanilla extendió su mano hacia la eriza—. Ven Amy.
Fijé la vista en el trío, Valdez las guiaba procurando mantener un paso lento, Amy caminaba sujetando la mano de Vanilla.
—Estuve pensando —mi pareja se giró a verme—, tendremos que empezar de cero otra vez. Los lugares en los que trabajabámos fueron destruidos, estamos desempleados. Tendremos que conseguir un nuevo empleo y otro hogar.
—Juntos podemos superarlo. Solo hay que tener paciencia.
—No dudo en que lo hagamos, pero tendremos que aguantar momentos muy difíciles... Amy no se merece eso, no debería de criarse en este ambiente.
No hubo réplica alguna, observamos el horizonte sin compartir ningún comentario. Ya lo habíamos hablado previamente, ni ella ni yo estábamos listos para desempeñar un papel de padres.
—¿Y cuál es tu propuesta?
—La señora Vanilla podría cuidarla, Station Square es un buen lugar.
—Vanilla ya tiene que criar a su bebé, no podemos agobiarla con cuidar a Amy.
—Se sentirá sola sin su marido, pienso que estar con Amy podría ser bueno para ambas. Mi prima es una niña muy tranquila, no causa problemas.
—¿Y solo por ser tranquila deja de comer? Criar un niño representa un gran gasto.
—Lo sé, pero tampoco nosotros podemos pagarlo. Hablémoslo con Vanilla. Prefiero preguntárselo a que por causa de mi inseguridad, Amy termine infeliz.
__________________________________
Maurice recorrió el campamento intentando ser de ayuda, sin embargo, sus amigos y colegas militares no se lo permitieron, exigiéndole que lo mejor para él sería descansar.
El erizo vislumbró los restos metálicos y cráteres en la tierra causados por los bombardeos de Eggman. Había acabado con gran parte del terreno, le parecía increíble la facilidad con la que el hombre podía destrozar su entorno sin sentir culpa alguna.
No obstante, el de púas garzas se percató de que los habitantes le sonreían con decisión, le agradecían por su labor y lo felicitaban por sus logros. Su sola presencia les transmitía confianza y los llenaba de ilusiones, ser un héroe se sentía bien.
Maurice ya se había reencontrado con cada uno de los Freedom Fighters, los congratuló por su trabajo en equipo. Aún con Eggman suelto, sus papeles habían sido importantes para acabar con su amenaza temporalmente.
De todo su equipo, quedaba un miembro pendiente. Como era de costumbre, Sally estaría muy ocupada por su puesto real, pero no perdía nada con intentar ir a saludarla. Quizá ella necesitaba distraerse.
—Disculpa —llamó a un uniformado— ¿Sabes dónde está Sally?
—Estaba en su carpa con Geoffrey, me parece que estaban negociando algo referente a los suministros.
—Gracias, viejo.
Sally.
—Los suministros alimenticios llegarán hasta mañana, los médicos hoy por la noche —confirmé.
—Mercia se quedará en buenas manos, ¿qué hay de Mobotrópolis?
—Mi padre firmó variedad de tratados con diversas naciones, ayuda no nos falta. Cada refugiado en Knothole tiene vivienda, electricidad y alimentos, lo importante es comenzar con la reconstrucción hasta que la metrópolis vuelva a ser habitable.
—Gobernar se te da bien ¿segura que no quieres hacerlo?
Caminamos hasta la entrada, Geoffrey apartó la tela, se pegó hacia el lado derecho de la carpa, dejándome espacio disponible para salir antes que él.
—Después de ti.
Abandoné el interior de la tienda, deleitándome con la sensación calurosa de los rayos del sol sobre mi piel.
—No creo tener otra opción.
Cuando el castillo fue atacado por las tropas de Eggman, todo se volvió un caos dentro de las instalaciones, me separé de mi familia. Hay demasiados casos de mobians desaparecidos a día de hoy, entre ellos mi hermano.
—¿Crees que Elias esté en el ejército robiano? —Inquirió.
—Es raro, por una parte no quisiera verlo robotizado, pero tampoco quisiera no encontrarlo.
—Él estará bien —compartió saliendo de la carpa—. Cuando el ataque comenzó, el General Sommersby y mi padre estaban en guardia,
—No tenía idea de que tu padre fuera uno de los agentes —lamenté.
—Ha sido el hombre más altamente capacitado que he conocido, ten por seguro que tu hermano está en buenas manos.
Conmovida, coloqué mis brazos en sus hombros y lo abracé. Él hizo lo propio con sus manos, entrelazándolas detrás de mi espalda.
—Sea quien sea el que esté en el mando, yo le seré fiel a la corona y a tu familia —entonó sentimental.
Geoffrey apartó su tacto de mi cuerpo, depositó su mirada en mí y posicionó su palma en mi perfil. No di atisbos de desagrado y él prontamente colocó sus labios sobre los míos.
El erizo que pacientemente esperaba el momento exacto para aparecer, observó desde la lejanía cómo Geoffrey era ahora el chico que le robaba el aliento. Suspiró frunciendo los labios y se marchó de allí intentando no ser visto.
[...]
Maurice yacía sentado sobre su colchoneta, inspeccionó la suela de sus zapatos, tronó la lengua al percatarse del desgaste en las mismas. Chuck había conseguido crear un calzado que pudiera hacerle frente a sus carreras, pero jamás había contemplado la opción de que su sobrino podría llegar a correr más rápido que el sonido.
El resquicio formado por la tela de la entrada molestó su vista, se giró hacia ella. Su tienda de campaña había sido abierta por Sally Acorn, él bufó y tornó los ojos a sus pies nuevamente.
—Buenas noches —saludó—, no había venido a verte en todo el día, creí que estarías descansando, pero Rotor ya me dijo que te la pasaste deambulando por el campamento. No sé ni por qué me sorprendo —bromeó.
—¿Qué es lo que quieres? —Interrogó arisco. Alicia frunció el ceño.
—Venía a ver cómo te sientes, si no quieres hablar solo dilo —devolvió ofendida.
—No quiero hablar.
—Sé que te enoja que Eggman se te haya escapado, pero no tienes que desquitarte con los demás.
—Esto no es por Eggman, él me da igual ahora mismo.
—¿Entonces me dirás qué ocurre?
—Eres muy cínica ¿lo sabías?
—No te estoy entendiendo nada.
—¡Hablo de Geoffrey y tú! —Aclaró poniéndose de pie— En la fábrica de Eggman los vi tomados de la mano, creí que era un reflejo totalmente normal ante el peligro. Pero justo hoy vi como te robó un beso y preferiste corresponder antes que apartarlo —aclaró comenzando a sentir las palabras atrapadas en su garganta.
Sally permaneció quieta, su boca se mostraba semiabierta, pero ninguna palabra brotaba de entre sus labios.
—¿Recuerdas cuando Cyrus vendió a Chuck? Me dijiste que podía confiar en ti, pero lo único que haces es escupir mentiras y lastimar en silencio.
—Yo no tengo la culpa de haberme enamorado —proferió.
—Pero sí de jugar conmigo. Mentir y lastimar, ¿no fue lo que hizo tu padre con los robians? ¿Decirle al pueblo que todo estaría bien para luego dar la orden de asesinarlos?
Maurice apretó la quijada encolerizado, sin darse cuenta, todo el sufrimiento que su mente suprimía salieron disparados por su habla. Tardó en comprender lo complicado que era reconstruir lo que el enojo devora.
—¿Y cómo esperas que alguien te quiera siendo así? —Atacó—. Tu vida solo se basa en fingir ser un héroe, solo te preocupas por ti mismo.
—Pues gracias a mi "intento de héroe" tu reino está a salvo de los errores de tu familia.
—¿Solo los de mi familia? ¿Qué hay de la ingenuidad de Jules? ¿Acaso ya olvidaste que esto sucedió por el roboticizer de Chuck?
—Mi tío solo intentó ayudar.
—Pues parece que se desvió de su propósito original. Crees que eres un héroe, pero solo traes sufrimiento.
—Eso no es verdad.
—¿Qué hay del padre de Cyrus? Te traicionó porque tú lo hiciste antes.
Ninguno respondió, permanecieron en silencio. Maurice limpió sus lágrimas con nulo disimulo, Sally sollozó. Los dos eran concientes de lo que habían dicho, se habían lastimado tan profundamente que ambos tendrían que aceptar el hecho de que todo lo que en algún momento fueron, se había extinguido por completo.
—Vete de aquí.
Sally frotó su pómulo izquierdo con su muñeca, secando algunas de sus lágrimas. Salió de la carpa del azulado sin responder. Él se sentó sobre la colchoneta abruptamente, apretó sus párpados y dejó que un río de llanto se desbordara de sus ojos.
Sería duro de dejar pasar, pero Rotor y Cyrus vendrían en un rato y él era muy orgulloso como para que lo vieran llorando. Se suponía que era el líder, Jules y Chuck jamás demostraron su endeblez. Un líder no debía ser débil.
___________________________________
La mirada de Amy subsistía absorta en el claro estrellado. Sin la contaminación proliferante de los automóviles, los astros eran más fáciles de observar.
—Ya es muy tarde para que alguien de tu edad siga despierta —regañó Rob—. ¿Estabas viendo las estrellas? —Indagó obteniendo como respuesta un movimiento afirmativo de cabeza— ¿Puedo unirme?
El erizo se recostó en el césped al lado de su prima, sus ojos reflectaron el brillo diáfano de los luceros espaciales, embebiéndose con los pianísimos naturales de la noche.
—Esa debe ser una constelación ¿no? —señaló el firmamento—. La estrella de ahí brilla más, ¡creo que es un planeta!
—Está tintineando, los planetas no tintinean.
—¿Richard te enseñó a reconocer planetas a simple vista? —La pequeña asintió— Joder, y yo a tu edad pensaba que la Luna me seguía —Amy soltó una carcajada—. Mari-An y yo hemos estado pensando que —cesó intentando ordenar sus ideas—... Quizá Mercia no sea el mejor sitio para criarte.
—¿Dónde iremos entonces?
—Irás a Station Square con la señora Vanilla.
Amy giró su torso en dirección a su primo, se apoyó en su antebrazo y frunció el entrecejo confusa.
—¿Tú no irás conmigo?
—No, Amy.
—No lo entiendo ¿por qué me dejas? —Interrogó con ojos llorosos.
—No, no, no, pequeña. No te estoy abandonando —Rob prosiguió a sentarse en el herbaje—, solo hago lo mejor para ambos —Amy se tiró sobre su regazo, rodeando el tórax del erizo con sus pequeños brazos—. Tendrá sentido, te juro que lo tendrá —Rob la abrazó devuelta.
—¿Ya no te veré?
—Te visitaré hasta que te hartes de mí —aseguró consiguiendo exterminar sus lágrimas con una apenas legible sonrisa—. Incluso si yo no soy quien te cría, estaré para ti.
Escrito: 29/06/2020.
Publicado:06/02/2021.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top