"Tres"
En el inframundo se encontraba dicho demonio pelirrojo, apuntó de salir e ir a la tierra, donde vivía actualmente su amada.
Tenía un infiltrado anónimo en la escuela quien le daba la información necesaria de su hermosa estrella; y hace unos minutos le llego la noticia de la situación actual de Star.
Hace un tiempo él había investigado sobre aquella etapa que pasa la gente de mewni, encontrado alguna forma de sacarle un propio beneficio personal.
Sonrió de lado, yendo con un traje negro y corbata. No vio necesario llevar puestos lentes de sol, y sin más tiempo que perder salió rumbo a la escuela donde estaría esperando a su amada.
Entró a su carruaje y sólo fue cuestión de segundos para llegar al estacionamiento de la entrada de la escuela donde asistía ella.
Abrió tan solo la un poco la puerta del carruaje mientras afuera de este dejaba encima de una servilleta morada, unos malbadiscos de chocolate y, él ya adentro, puso una melodía que sabía la iba atraer. Un volumen muy alto fue lo necesario.
No paso más de medio minuto cuando vio por el rabillo de su ojo, como ella se acercaba volando.
La chica se detuvo al ver el carruaje, después su mirada se desvío al piso y se encontró con unos deliciosos malbadiscos que no se resistió en probarlos.
Su exquisito sabor la deslumbraba aunque sentía que tenía alguna otra cosa rara.
No le tomó importancia y siguió el camino de la música.
Hasta que entró al carruaje el cual fue de inmediato cerrado.
-Al fin aquí... mi hermosa reina... - dijo sonando seductor.
Star se acercó al pelirrojo el cual sólo la miraba con deleite y admiración.
La chica lo miro de pies a cabeza, como si tratara de recordarlo, paso sus manos por el rostro bien definido del chico. Sus mejillas, su nariz, sus tres ojos, incluso su brillante pelo color salmón. Hasta que las llemas de sus dedos llegaron aquellos labios pálidos pero suaves.
El demonio al sentir el tacto, se relamio los labios buscando quizás, provocar a la chica la cuál, sentir la humedad de la lengua del pelirrojo pasar ligeramente por las llemas de sus dedos, sintió escalofríos y curiosidad.
Ella lo miraba confundida sin entender por qué aquel gesto del pelirrojo.
-Siéntate aquí. - ordenó mientras le mostraba donde.
La chica entendió y sin mucho interés y con inocencia lo hizo.
Se sentó encima de las piernas de él, frente a frente de su rostro.
La chica seguía mirandolo con curiosidad e indeferencia.
-¿Quieres venir conmigo? Podría hacerte sentir realmente como una reina, y tendrás todo lo que deseas. Me tendrás a mí. - susurró en uno de sus oídos, mientras aspiraba el dulce aroma de su amada quien solo se sentía algo extraña.
Como ya dije, Star no estaba del todo consiente de lo que sucedía a su alrededor, se encontraba en una etapa donde se guiaba por sus instintos y una ceguera locura que no podía controlar, pero eso no significaba que ella estuviera del todo disgustada.
Quizás... muy muy en el fondo...
Ella sí quería estar con él.
Quizás...
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