La rubia asintió ante la pregunta del pelirojo, quien sólo sonrió de medio lado y la rodeo con sus largos brazos de la cintura a pegando la un poco más a él.

El Chico sólo dio la indicación hacia la persona quien conducía el carruaje para así, poder regresar al inframundo.

Desapareció entre las llamas escuchando apenas un grito proveniente de una voz masculina.

-¡¡¡¡Star!!!!- supuso que era el supuesto 'mejor' amigo de la chica, ese tal Diaz.

Al chico se le pasaban miles de pensamientos, como sería su vida de ahora en adelante y que haría cuando el "efecto" causado por la pubertad, acabase. Admitía que era un tanto extraño ver a su amada en esa forma, aunque gracias a eso ella no lo evitó, incluso se le hacía más atrevida con él. Tenía que investigar más sobre aquella etapa y conseguir alguna forma para que su Star no se alejará de él. Por el momento, aprovecharía un poco y cuando está descansará se pondría a investigar más.

-Tom. -  aquella melodiosa voz pronunciado su nombre le sacó  de sus pensamientos. Olvidando casi que tenía enfrente suyo al amor de su vida.

A su bella amada. Su preciosa Estrella♥

-¿Hm? ¿Qué pasa Star? - preguntó observándola curioso.

-¿Me amas?-

Ambos se miraron los ojos.

Tom podía notar aquellos ojos morados, esos ojos que estaban lejos de ser esos hermosos azules que tanto le gustaban. Aunque se podía notar un poco al borde de su iris un tono azul claro y brilloso.  Apenas visible.

El chico parecía pensar bien su respuesta, la chica poseía un ensamble serio y autoritario.

-Por supuesto que sí, mi reina. -contestó sin parar de sonreír. - ¿Y tú?

-No lo sé.

-Pronto haré que sea así.

-¿A donde me llevas?

-A que vivas conmigo, en el inframundo.

-¿Viviremos juntos? ¿Por qué?

-Por qué los amantes como nosotros deben vivir juntos... por siempre...