Sinceros Sentimientos
Otabek se quedó pensando un rato antes de responder, y cuando finalmente lo hizo, tiró en la cama a Yuri quedando encima de él.
—Yura, si un príncipe elige a su pareja, no es solo porque crea que es el indicado, sino porque lo ama, no estoy jugando contigo, te amo por eso te elegí desde el primer momento en que te vi, me cautivaste y pensé que, si aún seguías con Yuuri para cuando yo cumpliera la mayoría de edad te arrebataría de él, aunque me convirtiera en un egoísta.
Yuri se quedó sorprendido ante aquellas palabras, nunca en su vida se hubiera imaginado escuchar esas palabras de otra persona que no fuera Yuuri, y con la cara roja puso ambas manos en el pecho de Otabek para alejarlo, pero él no se movió para nada y simplemente se limitó a acariciar su rostro.
—Beka... has él favor de dejarme ir, no pienso hacer cosas raras contigo —protestó Yuri molesto.
Otabek optó por dejarlo ir, pues sabía que, si Yuri se enojaba, las cosas en la casa real se complicarían. Además de que la gente los debería estar buscando en esos momentos.
Yuri se arregló la ropa y tomó de la mano a Otabek, y el kazajo confundido, no dijo nada y lo siguió.
—Ahora que se tus sentimientos Beka, yo te diré los míos. Lo que siento por ti no es nada romántico y tampoco es que me haya enamorado de ti, solo sigamos fingiendo que somos una pareja hasta que un día lo seamos de verdad, hasta que hagas mi corazón latir, después de todo, acepté ser tu omega por la eternidad.
Otabek solo asintió y sin soltar la mano de Yuri, entraron de nuevo al gran salón para continuar con las actividades de la celebración nupcial, la cual acabo con el desfile de los recién casados, en donde pequeñas niñas le lanzaban flores a Yuri, mientras el saludaba para las cámaras, mientras los reporteros hacían énfasis en lo que Yuri había dicho cuando le preguntaron qué era lo que se sentía haberse casado con el príncipe kazajo.
"Siento que todos tenemos a una persona destinada a estar a nuestro lado, en mi caso perdí a alguien que amaba demasiado, pero me di cuenta que fue porque esa persona no era mi persona destinada, Otabek y yo éramos grandes amigos, es una larga historia la de cómo nos conocimos fuera del palacio y ahora me siento contento de que ya no sea solo un amigo, sino un compañero para toda la vida".
La celebración acabó al anochecer y la pareja era la que más cansada estaba, los invitados se fueron yendo uno a uno, hasta que solo quedaron Yuuri y Viktor.
—¿No volverás a Rusia? —le pregunto Yurio a Yuuri.
—Viktor dijo que nos iremos en un par de días, su majestad el rey ha dicho que no tiene inconveniente en que nos quedemos en palacio. además, es una gran oportunidad para pasar tiempo contigo, claro, si Viktor nos deja estar a solas —dijo Yuuri susurrando lo último.
—Sus altezas la reina ha dicho que quiere hablar con los novios a solas —dijo Cherry una de las damas de la reina.
Yuri y Otabek siguieron a la dama, quien los condujo hasta los aposentos de la reina quien se encontraba de espaldas y con los brazos cruzados.
—¡Cierra la puerta cuando salgas! y por favor lleva a nuestros invitados reales al salón principal, no quiero que nadie escuche lo que voy a decir —le ordenó la reina a Cherly, quien solo inclinó la cabeza y respondió con un—: sí, su majestad.
—Otabek, Yuri estoy muy decepcionada de ustedes y más de usted joven Yuri, parece que la dama Marleen, no le enseñó lo suficiente como para actuar con compostura... y tu Otabek, ¿montar una escena de discusión con el príncipe Viktor te parece correcto?
—No, su majestad —respondió Otabek bajando la cabeza.
—Yuri, dime una cosa. ¿Te parece bien gritarle a tu esposo siendo además un alfa?
—No, su majestad, mil disculpas perdí la compostura.
—Y, además, les parece correcto, irse de repente de un banquete real en donde están siendo observados por todos.
—No, su majestad —respondieron ambos.
—Príncipes, tienen suerte de que la prensa no hablara sobre todos los errores cometidos en esta celebración y, que el pueblo quedara satisfecho con aquella respuesta que Yuri dio en la entrevista, solo les pido que ya no haya más discusiones entre ustedes y Yuri, debido a tus antecedentes tienes prohibido acercarte a la zona donde se hospedarán los príncipes rusos y, además Otabek tendrá todo el derecho de marcarte como su omega si así lo quiere esta noche, es todo pueden retirarse.
Otabek y Yuri hicieron una reverencia y se retiraron, Yuri estaba dispuesto a irse a su habitación a descansar una vez que Otabek se separó de él, pero cuando llego su dama Mariett estaba en la puerta y negó con la cabeza mientras
Leslye le explicaba que ahora tendría que dormir en la habitación de Otabek pues ahora eran esposos y así debería de ser.
—La reina me ordenó que antes de que se volviera a reunir con su esposo, le diéramos un tratamiento especial, ya sabe por si acaso hoy es esa gran noche en que recibirá la marca —dijo Mariett quien traía en una bandeja una bata blanca, shampoos, crema hidratante, pétalos de rosa, perfumes con feromonas y bálsamo labial sabor frambuesa.
Yuri miró todo aquello y dibujó una mueca en su rostro—. No soy una chica saben.
Ambas asintieron, pero aun así insistieron en que era la tradición y una orden de la reina. Así que Yuri no tuvo más remedio que aceptar Leslye se encargó de preparar el baño con agua de pétalos de rosa, Mariett lavo él cabello de Yuri y mientras era perfumado por otra chica Beta.
Leslye dijo:
—Perdone mi atrevimiento alteza, pero es algo que se me ocurrió preguntarle. ¿Usted sigue siendo virgen?
—Leslye... como se te ocurre preguntarle eso a su alteza, es obvio que ya no lo es —dijo Mariett muy segura de su respuesta, una vez que le colocó la bata y secó su cabello.
—En efecto Leslye, ella tiene razón —respondió Yuri sin remordimientos
—. La perdí cuando fui novio de Yuuri, la verdad es que ese día Yuuri estaba en celo y yo bueno, dormía con él y entonces así se dieron las cosas a nosotros nunca se nos ocurrió después estar en una situación como esta o entregársela a un alfa. Yuuri siempre ha detestado el sistema de razas, aunque ahora es diferente y debe respetarlo.
—Vaya, que gran historia de amor fue la que tuvo usted alteza —dijo Leslye mientras un par de lágrimas resbalaban de sus mejillas.
—Oh Vamos Leslye, termina de una vez de ponerle ese bálsamo labial a su alteza y déjate de sentimentalismos —la regañó Mariett.
Y entonces después de unos cuantos minutos, Yuri estaba frente a la puerta del cuarto de Otabek listo para cruzar la línea entre la amistad y él amor, para convertirse completamente en propiedad de un alfa.
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