Acorralados

—No sabía que tenías un halcón Beka —dijo Yuri mientras Otabek llamaba al halcón por su nombre y este se posaba en su largo guante de cuero.

—En realidad era de mi padre, pero como ahora ya no sale mucho a cazar me lo heredo a mí y tal vez luego sea de nuestro primogénito —dijo Otabek sonrojado.

—¿Nos lo llevaremos? —pregunto Yuri.

—Claro que si Yura, las aves como las águilas y los halcones, por generaciones han acompañado a los príncipes y reyes a la guerra y a la cacería.

—Vaya parece que de verdad se nota que las aves son representativas de Kazajistán.

—Bueno Yura, basta de charla hay que irnos.

Yuri y Otabek tomaron su equipo de cacería, pusieron a Flager, el halcón, en una jaula para transportarlo, luego subieron a un auto todo terreno para partir hacia el bosque.

—No puedo creer que finalmente el príncipe Otabek llevara de cacería al segundo príncipe —dijo Cherly mientras charlaba con Mariett.

—¿Cómo que su alteza llevo al segundo príncipe de cacería? —preguntó la reina quien escucho su conversación.

—Así es su majestad es increíble puesto que su alteza dijo todo lo contrario esta mañana, pero ambos acaban de partir hacia él bosque —respondió Cherly.

—Bueno no es de sorprenderse, de todos modos, el rey quería que él segundo príncipe aprendiera sobre el arte de la cacería —dijo la reina.

—Así es majestad solo esperemos que ninguno de los dos se lastime de todos modos un médico los acompaña al igual que un par de guarda espaldas —exclamó Mariett para quitar toda preocupación de la reina.


—¿De verdad quieres que regresemos hoy a Rusia? — le preguntó Viktor a Yuuri muy sorprendido.

—Sí, Viktor, ya tomé la decisión. Nunca olvidaré a Yurio si sigo viéndolo demasiado seguido, además de que se vienen las nuevas competencias de patinaje y la reunión en Japón con el joven príncipe Minami Kenjiro —respondió Yuuri, quien ya estaba empacando sus cosas.

—Pero yo creí que querías pasar más tiempo con Yurio.

—No Viktor, ya no, él tiene su marca, lo que significa que ya está a la espera o muy pronto tendrá cachorros como lo dicen las reglas, así que ya no tengo nada más que hacer aquí.

—Bueno si así son las cosas, entonces nos iremos hoy al atardecer.

—No Viktor, nos iremos ahora, ya empaqué tus cosas también mejor ahora que Yuri-Kun se fue de cacería, ya que... no tengo ganas de verlo.

A Viktor le sorprendió mucho la actitud de Yuuri, pues nunca creyó que algún día él rechazaría la oportunidad de ver a Yurio.

—¿Entonces se van? —pregunto la reina sorprendida.

—Así es majestad tenemos algunos asuntos importantes que atender en Rusia, le agradecemos totalmente la hospitalidad que nos brindaron en el palacio —dijo Viktor.

—Lamentamos tener que irnos ahora que los príncipes se fueron de cacería, por favor, dígales que fue un gusto compartir tiempo con ellos y que lamentamos no despedirnos adecuadamente —dijo Yuuri quien hizo una pequeña reverencia.

—No se preocupen altezas, los príncipes entenderán el porque se retiraron tan pronto, les deseo un buen viaje de regreso a su país —terminó de decir la reina.

Viktor y Yuuri subieron al Jet privado que los esperaba en el aeropuerto de Kazajistán y una vez ahí, Yuuri se recargó en el hombro de su Alfa.

—Viktor, nunca tuvimos una luna de miel adecuadamente y nunca nos hemos besado, ¿qué te parecería comenzar de cero y darte una oportunidad de seducirme?

Viktor se sorprendió demasiado por lo que había dicho Yuuri e incluso, puso una mano en su cabeza para asegurarse de que no se trataba de un delirio a causa por algún tipo de fiebre, cosa que no era así.

—Oh... Yuuri, de verdad podríamos hacer eso —respondió Viktor a punto de estallar de felicidad.

—Sí Viktor, he decidió comenzar a enamorarme de ti, lo digo enserio, quiero de una vez por todas entregarme a ti.

Viktor no contuvo más su emoción y beso a Yuuri, quien ya no tuvo miedo y estaba seguro que aquel beso le iba a gustar y entonces se besaron y besaron hasta que ya no pudieron aguantar la respiración.

Yuri y Otabek llegaron por fin al bosque, bajaron todo el equipo de cacería y Otabek ayudo a Yuri a ponerse el traje y liberó a Flager quien voló libremente sobre sus cabezas.

—¿Que aprenderé primero? —preguntó Yuri dispuesto a empezar con la cacería.

—Primero te enseñaré él como cazan los halcones y de ahí aprenderás a usar el arco.

Yuri asintió y Otabek le dio el guante de cuero, él se lo puso y entonces llamó a Flager quien inmediatamente se posó en el brazo de Yuri, aquello era algo nuevo para él y al principio se asustó un poco, lo que hizo que Otabek riera.

—No me digas que un felino salvaje le tiene miedo a un ave.

—Tsk N-no es eso Beka, deja de burlarte de mí —respondió Yuri sonrojado.

—Bien es hora de avanzar.

Otabek y Yuri se internaron en el bosque y entonces de entre los arbustos salió un conejo, Flager voló rápidamente hacia él y lo mató.

—Bien Yura ya que viste como es que actúa un halcón cazando te enseñare la forma en que lo haremos nosotros, debes ser sigiloso y lo más observador que puedas, cualquier descuido podría hacer que la cacería salga mal entendiste.

Yuri asintió a modo de respuesta, Otabek tomo uno de los arcos y se lo dio a Yuri, acomodo la flecha y tomó las manos del contrario para enseñarle cual era la posición correcta de usarlo.

Otabek le pidió a Yuri que practicara unos cuantos tiros en un árbol y cuando mejoraron sus tiros lo llevo hacia un arroyo en donde al llegar vieron un alce que estaba pastando tranquilamente.

—Hazlo como te enseñé Yura, tensas un poco la cuerda, tomas con la punta de los dedos la flecha y disparas —dijo Otabek susurrando.

Yuri hizo lo que Otabek le había dicho y atino a la primera, pero cuando se acercaron a su presa quien estaba derrumbada en él piso, de entre los árboles salieron bandidos quienes los acorralaron, solo había dos guardas espaldas, por lo que no podían hacer mucho y aquellos tipos se acercaron a Yuri.

Otabek gruño molesto y grito que se alejaran de él.

—Vaya, vaya, pero miren que hermosa señorita de ojos esmeralda encontramos chicos —dijo uno de los bandidos.

—¡No soy una chica! —Grito Yuri molesto.

—Oye, que eso que llevan puesto no son los trajes de la realeza —dijo otro.

—Vaya, pero miren quienes tenemos aquí, no me digan que ustedes son los príncipes de Kazajistán —dijo quien había hablado primero.

Otabek atrajo a Yuri hacia si para protegerlo, pero uno de ellos lo jalo del traje y dejo al descubierto su marca en el hombro.

—Los reyes nos pagaran muy bien por él rescate de esta princesa.

Yuri quería demostrar que no era una princesa y que no era nada frágil, así que le dio una patada y se liberó de él, tomo la espada de su traje y amenazó al tipo.

—Oh príncipe Yuri, de verdad creíste que en el país todo el mundo respeta a la realeza, pues te equívocas, por hoy los dejaremos ir, pero olvídense de su tranquilidad apuesto a que esa marca tuya sigue siendo un secreto para el pueblo, no crean que lo seguirá siendo por mucho tiempo, porque cuando te encuentres indefenso esperando un cachorro el golpe de estado comenzará y la realeza perderá él valor —dijo aquel tipo quien indico a los otros cinco que se retiraran.

N.A: Hago esta pequeña nota, porque les quería agradecer la gran aceptación que le han dado a esta historia, les agradezco infinitamente sus leídas, votos y comentarios que me hacen muy feliz y me dan los ánimos necesarios para continuarla.

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