Dos meses después...

Islas Malvinas.

Habían llegado al mejor destino turístico que pudieron conseguir. Nicole quería algo menos costoso, pero Kylian solo quería mostrarle el mundo. El mafioso había estado teniendo su perfil bajo como le fue ordenado y así su tiempo fue invertido en Zeus, su recuperación y en como pedirle matrimonio a Nicole.

Durante los dos meses que pasaron le pidió ayuda a Fabrizio y a Maksym, pero ellos simplemente le dijeron —las palabras correctas solamente saldrán cuando llegue el momento—. Todo el mundo sabía sobre la propuesta de matrimonio menos Nicole. Kylian no era un hombre distraído, pero había pedido ayuda para lograr hacerlo perfecto.

Esperaba casarse con ella cuando volvieran a Irlanda. Así que las amigas de Nicole, estaban ayudando. Eso incluía a Selene, que había desaparecido del mapa después de su matrimonio. Él estaba orgulloso de su organización, así que la boda sería con dos colores. Los hombres irían de verde y las mujeres irían de violeta, el color favorito de Nicole.

—Kylian, esto es precioso —su voz lo volvió a la realidad. Daba gracias a los cielos porque Selene sabía hasta lo más mínimo de su mujer.

—¿Estás feliz? —le preguntó, abrazándola por la espalda. Ambos estaban viendo por la ventana las aguas cristalinas.

—Feliz es poco. Esto es perfecto. Amo tanto que estemos pasando este tiempo juntos —se giró para verlo—. Siempre quise salir de viaje en familia y tú te encargaste de cubrir todos los espacios de mi lista.

—¿Ah, es que tenías una lista? —alzó su ceja derecha.

—Sí —puso sus brazos alrededor de su cuello—. Viajar con mi novio a la playa, vivir juntos, tener una mascota, salir del país con mi pareja, una cena romántica. Ponerme su ropa, aprender sus secretos, escucharlo roncar, ver como trata a su mascota...

—El trato hacia mi familia...

—Vi como eres con los chicos, así que eso me basta. Lo poco que hablé con tus padres ha sido muy lindo. Espero algún día conocerlos en persona —Kylian besó sus labios.

—Volverán para Navidad... o antes —se alejó de ella, Nicole frunció el ceño al verlo extraño.

—¿Qué te pasa? —intentó tocarlo, pero Kylian salió corriendo prácticamente de la habitación—. ¡Kylian, regresa!

Pero el hombre no volvió.

☆☆☆

—¿Qué hago, Zeus? Me vine contigo porque entré en pánico. Sentí que era el momento perfecto para pedirle que nos casáramos y no pude. Tengo en el cajón de la habitación diez millones de dólares. ¡Ni siquiera es la moneda de mi país! —se indignó—. Y es casi lo mismo que me costó tu collar. Bueno, unos cuatro millones más caro...

Zeus lo miraba con la lengua afuera, no entendía, pero parecía que sí.

—¿Piensas que somos pobres, Zeus? Yo digo que sí. He preparado la boda y ni siquiera le pedí matrimonio. No, ni siquiera sé si nos amamos de verdad. ¿Crees qué me ama? Digo, creo que gano un poco mejor que un piloto y le puedo dar buena vida —estaba sentado en las escaleras de la habitación de Zeus, viendo hacía lo profundo del mar—. ¿Recuerdas que en el hospital se vería con Iker? ¿Y si lo elige a él?

Zeus le ladró y lo empujó al mar, el perro ladró como si lo estuviera reprendiendo. Luego entró y se subió a la cama. Kylian salió del mar y entró cabreado con él.

—¿Qué te pasa? ¡Eres mi perro y debes escuchar todo lo que te diga! —lo señaló—. Ahora estoy mojado y tengo que volver a mi habitación —se quejó—. Que sepas que me molestas. Estás castigado por tres años.

Zeus se había dormido mientras era regañado. Kylian hizo una mueca y tuvo que regresar a la habitación. Lo bueno era que Matt estaba pendiente de su pequeño cachorro porque si era por el mafioso, lo dejaba en un desierto.

—Ese perro se aprovecha de mí. Voy a darlo en adopción, pero antes, pasará mucha hambre...

Y por todo el camino se fue quejando de Zeus y lo mal perro que era. Entró a la habitación, se dió un baño y vió a Nicole poniéndose un vestido amarillo de tirantes. Su precioso cabello rojo estaba suelto y húmedo.

Ah, era jodidamente perfecta.

—Nicole —la llamó, ella se giró—, perdón.

—¿Por salir corriendo y dejarme sola después de mencionarte la lista? 

—Me cagué —frunció el ceño—. Quiero decir... ¿Te viste con Iker después del accidente? ¿Albergas algún tipo de afecto u emoción por él?

Ella alzó una ceja y se cruzó de brazos.

—¿Mes estás haciendo este tipo de preguntas mientras estás en paño y tu cabello gotea agua? —se rió, él asintió—. ¿Por qué quieres saber?

—Bueno, estuve hablando con Zeus y me lanzó al mar cuando se lo pregunté —confesó.

—Hmm, no, no me vi con él ese día. Nos vimos cuando regresé a trabajar y nos tratamos como buenos compañeros que somos. Le tengo aprecio porque tuvimos una linda relación, pero eso fue todo. ¿Por qué? —ella se sentó en la cama y el mafioso fue hacia la gaveta en donde tenía sus bóxer.

—Dame un segundo —se quitó la toalla, dejando de ver sus jugosas nalgas, para ponerse el bóxer y sacar una cajita de terciopelo verde en forma de avión. La mirada de Nicole fue hacia las manos del mafioso y no tuvo fuerzas para levantarse de la cama.

—Mentira... —murmuraba, cuando él se acercaba—. Es mentira... —sus ojos se llenaron de lágrimas, cuando puso una pierna en el suelo y se arrodilló.

—No, no es mentira. De hecho, es la única verdad que vengo teniendo en mente desde hace varios meses. Debo haber hecho algo bien en mi vida anterior muy bueno para tener la dicha y suerte de encontrarte esta vez. Eres una persona brillante y maravillosa. A donde sea que llegas iluminas con tu presencia. Tu sonrisa contagia y esa manera tan genuina de ser es arrebatadora. Al inicio no quería ser un caballero y lo más que pude ofrecer fue en ser amigos con derechos. Lo dije, sí, pero un beso fue suficiente para tenerme como perro faldero para ti. Me tenías en tus manos y yo ni cuenta me di. Nos despertamos juntos y eres el rayo de sol más hermoso de todas mis mañanas —a Kylian le temblaban las manos—, por favor, no llores...

—Son lágrimas de alegría —aseguró, él abrió la cajita de terciopelo y vió el anillo más hermoso de todos.

—No quiero esperar un día más sin que tú seas mi familia. Vivir contigo no es suficiente. Quiero que seas mía, que mi organización, Zeus y todo lo que tengo sea tuyo. Quiero amarte como mi esposa. Quiero que vivamos como esposos. Que veamos películas los domingos como esposos. Que criemos a Zeus y a Ezequiel, como esposos. Quiero que seamos una familia de dos y luego, si lo deseas, ir creciendo de uno en uno hasta llegar a cuatro. Quiero que seas la madre de mis hijos, Nicole. Eres ese bonito trébol de cuatro hojas que es tan difícil de conseguir, pero cuando aparece, el universo de una persona cambia para siempre —le sonrió con nerviosismo—. Nicole, ¿quieres casarte conmigo y terminarme de educar?

Para ese entonces, la escocesa estaba tan derretida de amor por su hombre hasta más no poder. Se le fue encima y lo besó con todo lo que podía transmitir en ese momento. Kylian la alzó y le besó toda la cara. Se separaron, el mafioso con manos temblorosas le puso el anillo y Nicole, con mano también temblorosa, lo recibió.

—Sí quiero casarme contigo y pasar el resto de nuestras vidas juntos. No será para nada fácil, pero prometo que tu educación valdrá la pena —se abrazaron mientras ella seguía llorando—. Gracias por querer hacer el resto de la lista conmigo.

—Todo lo quiero contigo —y la besó.

La acostó en la cama mientras poco a poco el deseo fue subiendo para los dos. Eran besos y caricias llenas de amor y un futuro prometedor para los dos. Eran uno solo y las palabras sobraron en ese momento. 

—Te amo, Nicole —dijo, cuando ingresó en ella, siendo recibido por su intimidad estrecha, haciendo que gimiera bajito.

—Te amo, Kylian —respondió.

Ambos se miraron con todo lo que sentían y de esa manera hicieron el amor. Eran perfectos juntos, eran la buena suerte del otro. 

Era un amor puro, sincero y sano.

Él podía ser un mafioso, pero puso la vara bien alta en cuanto a lo que Nicole se merecía y cada día le demostraría, cuanto la amaba sin importar las circunstancias.

☆☆☆

¡Hola, hola! Paso por aquí para decirles que nos queda un capítulo más y le decimos adiós a nuestro amado irlandés.

Nos leemos en la noche.💚🍀💚