Capítulo 29
Zeus fue llevado a uno de los miles de hospitales veterinarios que tenía Kylian. El mafioso iba camino a la más cercana del centro comercial y se bajó del auto con el corazón acelerado. Zeus era todo para él. No podía ni siquiera pensar una vida sin su adorable perro. Tenían cuatro años juntos y desde que lo rescató se convirtieron en uno solo. Quiso llegar antes de que le fueran amputados sus orejas y cola, pero estuvo en el momento indicado y se salvaron mutuamente.
Zeus era juguetón y el perro más inteligente del mundo. Se quejaba y era completamente dócil, pero leal. Amaba a sus dueños y era fácil de querer. Gruñón y mimado. Era tratado como un rey y sí, acostumbraba hacer su voluntad también. Kylian le ordenó cuidar a Nicole y fue entrenado como un perro de guerra, solo que jamás tuvo la necesidad de hacer nada.
Kylian vió a Selene llena de sangre y aunque comprendía que no era culpa de ella, quería sacarle las palabras con cuchillo y que sintiera el dolor que él estaba viviendo. Selene lo supo cuando lo vió, no era el mismo mafioso agradable y amable. Estaba perdiendo la cordura y el detonante podría ser Zeus o Nicole. Rogaba que el perro se salvara porque sabía que su mejor amiga sería rescatada sin problemas.
—Zeus atacó a uno de los gitanos cuando nos iba a agredir. Él lo destrozó y lo mató. A Zeus le dispararon salvando a Nicole. Aquí está su celular —se lo entregó con manos temblorosas—. Yo no supe qué hacer y las cosas pasaron demasiado rápido. Nicole pedía para que nos dejaran ir y poder traer a Zeus al hospital. Pedí ayuda a las personas también...
—¿Y qué pasó? —la interrumpió, analizando su rostro.
—Los gitanos se la llevaron después de golpearla y a mí en la tienda nadie me ayudó. Solo cuando apareció tu gente fue que pudimos movernos con Zeus.
—¿Nadie te ayudó con Zeus? —volvió a preguntar. Selene nunca tuvo miedo de los chicos, pero el pánico le estaba llegando ante esa mirada asesina de Kylian.
—Yo lo intenté mover, pero no podía con él. Tampoco quería herirlo más... lo juro —tragó grueso, pero fue sincera.
—¿Hace cuanto está en cirugía? —revisó el celular de Nicole y miró la foto, la sonrisa de medio lado le dió miedo a la chica.
—Unos quince minutos —contestó.
Nikolas y Sasha llegaron al pasillo y vieron el aspecto de Selene. El griego suspiró al verla a salvo, pero se sintió mal por la manera en la que se encontraba.
—Kylian —lo llamaron los dos, el mafioso se giró.
—Tengo algunos asuntos pendientes. Sé en donde está Nicole y Zeus está siendo operado —sonrió—. El reloj de mi mujer tiene GPS, así que Matt debe estar llegando con mi gente. Nicole no se va a rendir y me va a dar una oportunidad de minutos para atender lo de Zeus.
—¿Qué harás? Kylian, por favor. Comprende la situación. No puedes... —Sasha fue interrumpido.
—Ese maldito centro comercial ignoró a Zeus. El puto dueño sentirá mi ira y me va a dar todo su jodido dinero si quiere vivir —miró nuevamente la foto de Nicole—. Tengo cinco minutos antes de que mi mujer haga una locura.
—Kylian... —intentó hablar Nikolas.
—Los gitanos serán comida para mis mascotas —se giró, y le dió un pequeño abrazo a Selene—. Gracias por no dejar solo a Zeus. Estás a cargo aquí. Si te dicen algo malo de mi cachorro, dile a los chicos que te ayuden. Mándame una nota de voz con todo lo que te dijeron los gitanos. Voy a ir por Nicole y de camino me encargo de otras cosas.
Zeus era sagrado y tenía el mismo valor que Nicole en su corazón.
El dueño del centro comercial recibió la notificación de la mafia justo en el momento en el que el lugar era destruido. No sin antes quemar el lugar en donde Zeus fue agredido y Nicole secuestrada.
Eso le iba a costar caro al Sacerdocio. Se suponía que no se metían en cosas de civiles, pero bueno, se trataba de Zeus y Nicole. Mientras Kylian no tocara a más ningún ciudadano inocente, todo iría bien. Ya lo había hecho anteriormente y fue puesto de tercero en el Sacerdocio.
☆☆☆
En la foto que le fue tomada a Nicole, ella le decía el número cinco. Eso era lo que le daba a Kylian para que él se encargara del asunto de Zeus. Ella sabía que perdería la cabeza por él. No le puso un ultimátum, pero eran personas inocentes, así que ese era el tiempo perfecto para que el mafioso no cometiera una locura.
—¡¿En dónde está esa perra?! —gritaba el gitano.
Nicole había sido llevada a un lugar abandonado en un bosque. Aprovechó el descuido para escapar. No sabía que la suerte estaría de su lado, pero no se permitiría salir herida. No podía causarle más dolor a Kylian. Él estaba sufriendo por Zeus y ella también.
Por su reloj inteligente le mandó un mensaje a Kylian junto con su ubicación. Le pidió mantener la calma y que saldrían de los gitanos. Le comentó que fue gracias a Kassia que dieron con ella y le preguntó por Zeus. Él no pudo decir mucho, además de toda la ira que tenía acumulada.
El detonante de todo sería su Zeus.
—¡Maldita perra! —Nicole escuchaba los gritos, pero se había escondido bien.
Eso se lo enseñó Aysel y Alessandra. Ni sus pensamientos podrían ser escuchados.
—Me gusta este recibimiento, pero decirme maldita perra es un insulto —le dijo al líder gitano—. ¿Quién fue que le disparó a Zeus y secuestró a mi mujer?
Se cruzó de brazos y observó a cada uno de los hombres. Kylian solo pensaba en como cortarlos para dárselos a sus animales y no causarles indigestión.
—Hablemos, Capo. Quiero ser parte de la mafia. He secuestrado a tu mujer y te la daré, en cambio, de tu puesto —comenzó el hombre.
Kylian asintió.
—Kassia te dió mal las informaciones. No debiste creer en ella. Yo no le daría mi mafia a alguien que pierde y no sabe controlar a la mujer del jefe —se burló.
—Es tu putita.
—Hmm, así no es como se negocia en esta vida. No deberías insultarla —le recomendó—. ¿Fuiste el que le disparó a Zeus?
—Esa bestia mató a uno de mis hombres —se quejó. La mirada de Kylian cada vez era peor.
—Estaba cumpliendo su deber —le hizo señas a Matt para que trajera al dueño del centro comercial—. ¿Este fue el tipo que te pagó para dejarlo entrar?
—No lo sabía, lo juro...
—¡Claro que sí! ¡Me dijiste que ibas a traicionar a la mafia! —gritó el gitano.
—Son aburridos —Kylian suspiró—. ¿Las cosas afuera, Matt?
—Todo neutralizado. Buscamos a la señora para que pueda salir de su escondite —le informó.
Trajeron una jaula en donde fue metido el dueño del centro comercial. Había unos diez hombres con el gitano, al que Kylian amablemente lo hizo entrar a la jaula del tamaño humano también.
—Voy por Nicole y luego arreglamos cuentas —Matt asintió a su jefe—. Disfruten la vista. Tendrán una hermosa actuación de mis animales favoritos.
—¿Qué dices?
—Matt, cierra bien todo y los dardos para después del show —Kylian suspiró—. La calle es una selva de cemento, amigos.
Kylian salió cuando fueron soltados los leones y hienas. Era hora de la cena y se las habían servido temprano.
Ambos hombres observaron como los diez hombres eran atacados por animales salvajes.
Kylian se reía a carcajadas del horror que estaban viviendo adentro. Esa era su especialidad y su locura no se controlaba hasta quedar satisfecho.
Zeus y Nicole serían vengados por un mafioso qué actuaba salvajemente.
Kylian era loco.
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