Capítulo 1:
- Nunca te cansas de hacerme la vida de cuadros- protestaba mi padre por culpa de mis conflictos o problemas.
- La verdad no, y no haré lo qué dijo ese viejo de 100 años- dije protestando por la solución del decano Bu.
- Tu tienes la elección, ser un bueno para nada o aceptar la solución- dijo mi padre entrando en su habitación.
- Los odio- fue lo último que dije ante de entrar a mi recámara y dormir un poco.
Es un espacio tranquilo, las paredes blancas de mi recámara me hacen pensar en mi vida pero no puedo pensar con claridad, desdé pequeño me dieron todo y si quiero algo lo consigo a cualquier costo.
Pero toda mi tranquilidad se fue a la basura cuando la criada entro sin pedir permiso.
- Cloe, te he dicho millones de veces que toques antes de abrí, puede que me esta pajeando y tu ahí estes con la boca abierta viéndome- dije con irá y enojo, era una mezcla qué todo el tiempo siento.
- Perdón joven Ezra pero su padre lo llama en el estudio- dijo asiendo un reverencia y saliendo de mi recámara.
Camine con toda la tranquilidad de mundo por los grandes pasillos de la mansión, hasta llegar a las escaleras vi a un chico que ya lo había visto antes.
- ¡Hola! Me llamo Galvan Ferran pero me gusta que me llamen Fer- dijo el típico chico bueno alzando su pata.
- Me viene valiendo quien eres o que haces aquí, así qué date media vuelta y ...... Espera ¿te gusta las historias de antología?- le pregunté a ese chico con cara de ángel.
- me encanta pero no he podido leer una en estos meses - dijo decaído pero sin quitar esa sonrisa que cada segundo la odiaba mas.
- Pues ..... Te largas antes que te meta una golpiza de antología y te mande al mundo de las hadas- dije mostrando mi puño y una sonrisa atemorizante.
-Con todo respeto no puedo, su padre y el decano me dieron la misión de cuidarte- dijo con la mayor tranquilidad posible.
-No se de donde vengas vago pero a mí nadie me manda y no necesito una maldita niñera o en mi caso me encanta llamarlas "Perras en celo" - dije enojado por que parecía que hablaba otro idioma.
Vi que el chico no le temía a mis amenazas, así qué tuve que usar la fuerza bruta, le di un golpe que podía dejarlo inconsciente pero su voluntad era de piedra, pues parecía que no le afecto mucho.
-La primera lección es la educación- dijo sin quitarle la importancia la sangre que recorría sus perfectos labios.
- La primera lección es la educación, no vivimos en un cuento de hadas, y si sabes lo que te conviene te iras en este momento- dije sacando mi cartera y dándole dinero.
- No lo puedo aceptar- dijo rechazando mi gran obra del día, que es darle dinero a los pobres.
Me quede sorprendido por no aceptar mi generosa acción, era valiente por no tener miedo, es educado pues en todo el día no lo he oído decir una mala palabra, y es descaradamente odioso por tener su maldita sonrisa que emitía luz pero en mi solo risa y burla
- Y por último es el respeto- dijo acabando de dar su sermón.
Me tenia hasta el copete por su malditos argumentos sólidos.
<Se bueno con la gente > Para que te den la espalda o te traicionen.
<Se gentil > En el mundo ya no existe esa cosa.
<Respeto> ¿Cuál es su sentido?
En el mundo la sociedad solo ve blanco y negro.
Blanco es cuando eres bueno o eres el típico "Chico bueno "
Y el negro es que eres un hijo de la chingada.
- Y para que sirven esas cosas si en esta vida nunca hacen falta - dije derrumbado su estructura dé valores.
-Si no existieran el mundo fuera una guerra- dijo respirando pacíficamente.
Lo debía de admitir el chico es madera de roble, difícil dé talar pero no imposible de romper.
Tiempo atrás
¡Joven Galvan! ¡Joven Galvan! A la oficina del decano en este momento.
Oooohhhhh- Fue lo único que pude escuchar ya qué el profesor de química cayo a todos los presentes.
Salí con miedo ya qué era la primera vez que me llamaban a la oficina del decano.
Jamás pensé que pasaría eso pero solo tome aire y camine hasta su oficina.
La secretaría me recibió con una cálida sonrisa que me tranquilizaba en ese instante.
Gire el pomo y vi al director Bu y a otro señor que jamás lo había visto.
-Señor Ferran, necesito su ayuda- dijo el decano interrumpiendo mis pensamientos.
- ¿En qué? - dije con temor, pues la apariencia del señor que estaba a mi lado me hacia estremecer.
- Mira, le pedí al director qué me enseñara a su mejor alumno, un alumno ejemplar- dijo aquel sujeto con un tono de esperanza en su voz.
- Y en eso en ¿Qué ayuda?- dije sin pensarlo dos veces.
-Necesitamos que seas el mentor de Ezra Trigoreti- dijo el decano con una sonrisa mientras el otro sujeto me miraba esperando mi respuesta.
- El chico malo de la institución- dije, un nudo en mi garganta se hacia presente.
- He escuchado mucho de ti y tengo la esperanza que seas el remedio que saque del mal camino a mí hijo- dijo su padre con la voz entrecortada y con ganas de llorar.
Su mirada mostraba esperanza y sufrimiento, mi mente me decía que sería mala idea liarme con gente de tanto prestigio pero mi corazón me decía que lo hiciera, era una batalla entre mis pensamientos y emociones, no podía formular una repuesta lógica hasta que el decano me saco de la guerra que se hacia presente en mi.
- Entiendo que es mucha responsabilidad- dijo triste por mi forma de reaccionar.
- ¡Lo Haré! - dije casi al instante cuando acabo su oración.
-Te esperamos en mi casa, toma oía dirección- dijo el señor dándome una tarjeta con la dirección.
- Gracias señor Ferran- dijo el decano con una sonrisa mientras yo salía de esa oficina.
- En que demonios me metí- dije cerrando la puerta.
Ferran
Nueva historia
Espero que la apoyen y le den mucho amor
Nos leemos en la siguiente
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