06
—Estoy aquí por el príncipe de Daegu entonces, ¿qué hago aquí encerrado?— JiMin suspiro pesadamente recargando su espalda en el respaldo de esa silla. Había estado aproximadamente tres o cuatro días perdiendo el tiempo pensando en lo que había dicho su madre. Era cierto que siempre fue un príncipe ejemplar, estudio y se esforzó mucho para cuando se convirtiera en rey. Sabía lo que le esperaba en su futuro pero no sabía que sus padres ya pensaban en el compromiso para él. Mucho menos que no hubiera podido elegir entre las princesas de los demás palacios. Solo por esta ocasión no quería sonreír y aceptar las cosas cómo siempre lo había hecho. Sus padres tenían gustos muy diferentes al suyo y no dudaba que la chica no sería de su agrado ni siquiera físicamente. —¿Por qué piensas eso?— Es contradictorio a tus palabras pasadas. Cualquier dama es hermosa y podrá ayudar al hombre a gobernar. Debía de seguir con ese pensamiento.
Unos pequeños toques en su puerta se hicieron escuchar a la perfección en la alcoba que temporalmente era suya. Con voz firme le dio el pase a esa persona para entrar y se puso de pie para dar una mejor apariencia de sí mismo. Lo que no se espero fue ver a YoonGi entrar, este cerró la puerta a sus espaldas y se acercó mínimamente. Park lo escaneo sutilmente, a su parecer iba más arreglado que en otras ocasiones así que su presencia ahí podría ser importante. Kim carraspeó un poco, lo que llamó más la atención de JiMin.
—Hoy iremos al pueblo.— Fueron las simples palabras que salió de su boca. —El rey SeokJin preparo vestimenta más lujosa para ti, así que en un momento llegarán unas personas que te ayudarán a cambiar tu vestimenta.— JiMin hizo un movimiento de cabeza inclinándola suavemente en forma de agradecimiento por ese gesto. YoonGi en cambio bufó, estaba algo cansado mentalmente y molesto porque en realidad no quería llevar a Park, pero para su desgracia sus padres le habían dicho un corto dialéctico del porqué debería llevar al príncipe de Busan con él. Fue cuestión de unos segundos para que la servidumbre llegara con lo indicado, JiMin sin poner objeción dejo que lo desposaran de sus vestimentas, cada uno de los movimientos que hacía cada sirviente era con muchísimo cuidado y delicadeza. Kim en cambio se quedó de pie observando cómo la espalda del príncipe de Busan aparecía ante sus ojos, lo correcto hubiera sido dar media vuelta y esperar en el pasillo, pero ahí estaba él teniendo sus pies clavados al suelo, mirando fijamente la que parecía una piel suave y sin ninguna imperfección. Solo fue cuestión de dos minutos cómo máximo para que el príncipe de Busan hubiera estado cubierto de nuevo. Después de un poco más de tiempo todo estuvo listo, Park vestía un elegante traje oscuro, para la desgracia o bendición de los ojos de YoonGi, JiMin portaba un corset demasiado bonito para si quiera pensar que era de hombre eso.
—¿Seguías aquí?, pensé que estarías esperando en la carroza.— La voz de Park puso en alerta a YoonGi. El cuál volvió en si, algunos sirvientes habían abandonado el lugar mientras que otros esperaban a que JiMin tomara haciendo en el tocador para peinar su cabello un poco. Kim no respondió y no espero a ver la expresión confundida de Park, solo abandono la habitación caminando rápidamente por los pasillos sin detener su paso apresurado. Se sintió más calmado cuando pudo estar frente al palacio mirando cómo ya tenían todo arreglado para salir. Pudo mirar cómo los de a su alrededor daban reverencias ante su presencia, pero fue casi obvio cuando los reyes aparecieron a la vista. Era sumamente impresionante el nivel de respeto que tenían hacía ellos.
—Mi principito. Recuerda que es un viaje rápido, pero trata de enseñarle al príncipe de Busan el pueblo de Daegu, seguramente le encantarán muchos lugares.— SeokJin hablo por lo bajo siendo dulce solamente ante los oídos de YoonGi y su esposo. YoonGi asintió sin darle tantas vueltas al asunto, después de otro cruce de palabras entre ellos JiMin apareció luciendo reluciente y demasiado atractivo, Kim podía jurar que hasta mas atractivo de la primera vez que lo vio.
—Disculpen la demora mis reyes.— Park se unió a ellos escuchando las instrucciones del rey SeokJin sobre no alejarse de los caballeros, Daegu resultaba un lugar seguro pero nunca faltaban aquellos que harían todo por obtener más de lo que tienen. Ambos príncipes después de una despedida se subieron a la carroza, JiMin dejando que YoonGi subiera primero, cómo todo un caballero de buenos modales. Cuando dio inicio su partida prácticamente la mirada de Kim se clavó en la diminuta ventana que poseía el carruaje, no quería mirar a Park.
—¿Me dirás lo que tienes príncipe?— JiMin en cambio comenzó a hablar después de unos minutos. —Tu comportamiento está algo extraño.— Fue entonces que YoonGi se atrevió a mirarlo. El carruaje no era precisamente el lugar más amplio del mundo, así que Park no estaba muy lejos.
—Tengo curiosidad por algo.— JiMin ladeó la cabeza suavemente esperando a que hablara más, no esperaba interrumpirlo. —¿Eres educado por qué quieres o solo tienes esos modales por los reyes de Busan?— Bien, en este punto YoonGi solo había preguntado lo primero que se le ocurrió.
—Tuve la fortuna de nacer en una cuna de oro. Las preocupes de una persona común en el pueblo no logro entenderlas porque viví siempre con grandes comodidades.— JiMin observó el rostro de YoonGi. —Mis modales y buenos comportamientos se me fueron inculcados. No puse objeción con ello y aún sigo manteniendo un porte firme. Se me da la oportunidad de tomar el trono, lo mínimo que puedo hacer es hacerlo de la mejor manera que existe.— YoonGi asintió lentamente.
—¿Entonces lo haces por qué...?—
—Porque es mi deber hacerlo, todos mantenemos buenos modales que fueron inculcados mayormente por nuestros progenitores, muchos tienen la libertad de mostrar esos modales cuando son necesarios pero yo en cambio al ser el futuro de rey de Busan necesito ser alguien que sea digno de tener la corona. Tú deberías de entenderlo mejor que nadie futuro rey de Daegu.— Estaba en lo correcto, ambos básicamente estaban en el mismo barco. Pero era obvio quién ponía más empeño en ser mejor y estaba claro que YoonGi no era ese alguien. YoonGi no dijo una palabra al respecto, todos estos años solo pensó en que todo lo que tenía y las comodidades que poseía era porque se las merecía, pero ahora que pensaba en ello, ¿qué había hecho exactamente para merecerse aquello?, nada, no hizo nada. solo tuvo la fortuna de haber nacido siendo hijo del rey. Para ese punto YoonGi pensaba que cualquier chico del pueblo podría tener más modales que él para ser digno de la corona.
—Park, ¿cómo saber si somos dignos de portar la corona?— Y otra vez estaban ahí, solos, en un ambiente que parecía que solo era para relajarse y expresar lo que sentían o pensaban. El pequeño movimiento del carruaje al andar y el sonido de los pajaritos en el bosque solo sumaban al ambiente algo relajante.
—Mientras saques tu cabeza de entre unos pechos creo que con eso es un gran avance para saber si eres alguien que si se propone dejar de hacer un mal hábito es digno de hacer cualquier cosa que se proponga. A todo ser humano se le dificulta dejar de hacer malos hábitos que tienen desde hace años, soy consciente que es algo difícil de hacer cambiar.— Con mucho cuidado JiMin se levantó para sentarse a un lado de YoonGi, Kim siguió sus movimientos con la mirada. —A veces los modales no lo son todo, tienes que tener un buen corazón bondadoso. Tener conciencia de que tus acciones pueden afectar a los demás, tus acciones pudieron haber afectado psicológicamente a alguna chica o simplemente dejar un trauma.— Aquellas palabras dolieron en el pecho del príncipe de Daegu, él sabía precisamente lo que era tener un trauma y saber que él podía ser causante de uno no era agradable de escuchar y mucho menos percatarse de ello. YoonGi divagó un poco por sus recuerdos y todas las veces que le hizo algo a una de las chicas del palacio, de un momento a otro las palabras de Park JiMin resonaron en su cabeza, palabras que ese mismo Park JiMin había pronunciado la primera vez que se conocieron.
—Cuando dijiste que me harías lo mismo que le hacía a todas esas chicas, ¿hablabas de dejarme un trauma?— El príncipe de Busan parpadeo un par de veces desvió un poco la mirada a las ropas que portaba Kim y sonrió suavemente sintiéndose avergonzado. Había olvidado que él había dicho tales palabras.
—No, no quiero dejarte traumas. Solo era una forma para causarte miedo, perdóname.— Aquellas palabras se volvieron susurros, cómo si lo que estaban contando y diciendo fuera un secreto para los demás. YoonGi desvió su mirada a los gruesos labios de su contrario.
—No te perdono, hiciste que pensara mucho en ello.— Igual que JiMin, YoonGi susurro aquello. Ambos no supieron cuándo la distancia de sus rostros se había acortado.
—¿Pensaste mucho en ello?, perdón por asustarte. nunca haría algo sin tu consentimiento. Mucho menos cuando estoy en un palacio ajeno.— JiMin río suavemente, cuando se dio cuenta que YoonGi observaba sus labios no pudo evitar hacer lo mismo bajando su mirada a esos finos labios que eran sumamente lindos a su parecer. YoonGi no espero más y se acercó ladeando su cabeza hasta tratar de alcanzar los labios contrarios, pero para su desgracia unos golpes en la ventanilla y un llamado de afuera lo hicieron parar sus movimientos. JiMin solo se quedó mudo procesado lo que casi ocurría mientras dejaba que YoonGi bajara de la carroza a verificar lo que el caballero quería.
¿Me iba a besar?, negó con la cabeza. Debes estar loco, no. Seguramente tengo algo en el rostro y solo trato de ver lo que era. Subió las manos a su cara sacudiendo la inexistente basurita imaginaria. ¿Qué había sido eso?, estaba mirando mis labios. Bueno, yo también estuve mirando los suyos.
—Príncipe de Busan, esta es la primera parada.—
Ignorar eso, por ahora debía de ignorar lo que había pasado. Era lo mejor.
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Hola. <3
Pregunta.
¿A que hora se duermen normalmente?
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