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15 Junio 1990

El alcohol les recorría las venas y los volvía incapaces de pensar correctamente. Ambos jóvenes caminaban por aquel oscuro pasillo directo a aquella habitación de motel que el castaño había tomado por una noche.
Se tambaleaban de un lado a otro, ni siquiera sabían cómo habían llegado a ese lugar. Ambos entraron al cuarto apoyados el uno del otro, no habían terminado de entrar cuando sus bocas se unieron en un profundo y casto beso, la puerta se azoto al momento en que aquel castaño acorraló a la joven entre la puerta y la pared. Sus respiraciones eran agitadas, podían ser testigos de los frenéticos que sus corazones se encontraban.

Así que sin perder ni un maldito segundo, Amelie enrollo las piernas en la cadera de Namjoon, y él la cargo hasta que ambos llegaron a la cama en medio del cuarto.

Escalofríos; ella, provocaba escalofríos mientras escalaba su espalda con sus dedos; él, trepando por los poros de todo su ser...y los de su piel blanca también.

Accidente; las manos tocando sus rodillas; sus labios,
chocando con cada una de las curvas. Su lengua a oscuras recorriendo su cuerpo, sin miedo a caer en su ombligo, a lamer a profundidad su intimidad, o a perderse en el fondo de aquel sensible corazón.

Tensión; Los dientes del joven en su cuello, mordiéndole y luego depositando un un beso. Haciendo suyos sus pechos y su pecho: agitado en respiración, pensando que ella es la responsable del calentamiento global, tan caliente y el tan tentado a quemarse.

Con el alcohol recorriendo sus venas, haciéndolos sumirse en deseos locos hasta entregarse cuerpo a cuerpo sin estar plenamente conscientes.

Y... fue suya... suya por completo; y ella vio el amanecer, cuando aquella luz de distintas tonalidades dieron a su rostro, haciendo apretar sus ojos, mientras un espantoso dolor se instaló en su cabeza cuando la alarma detonó.

Y fue suya...suya en su totalidad; pero estaba sola.

Él por la mañana se había ido.
Y el supuesto condón usado, nunca apareció.