Una semana pasó rápido y pronto pudo establecer un horario para poder ver a Nikolai, a veces tenía su turno en la mañana por lo que terminaba a las cinco e iba directamente con él, los días que tocaba de noche simplemente hablaban hasta dormirse, tenía tres días libres a la semana por lo que sólo trabajaba cuatro.

Tristán abrió la puerta de la casa donde habitaba comúnmente y sonrió al ver a Noah, llevaba diez días en el lugar de filmación y ni siquiera tenía mucho tiempo para hablar.

— ¿Cómo estás? Por fin te han dejado ir — dijo colocando la llave en el cuenco que no hace mucho terminó de acomodar, Noah sonrió.

— Bien, te ves cansado.

— Lo estoy, fue un día ocupado — dijo caminando a su habitación, Noah lo siguió.

— ¿Trabajas mañana?

— Si, pasaré la noche con Nikolai — avisó mientras buscaba ropa cómoda, Noah se apoyó en el marco de la puerta, sus brazos cruzados.

— Tristán.

— Sólo no hablemos de ello — suspiró, sabía que Noah quería hablar de Nikolai e inevitablemente terminarían en ese tema de una forma u otra.

— Estoy sorprendido, has organizado toda la casa — dijo mirando hacia la sala de estar, Tristán se echó a reír.

— Ya ves, puedo ser útil para variar.

— ¿Es serio? — preguntó de repente cambiando radicalmente el hilo de la conversación otra vez en torno a Nikolai, Tristán se sentó en la cama y lo miró.

— Eso espero.

— ¿Piensa él lo mismo?

— No hemos hablado de esto, hay muchas cosas en el medio — Noah levantó una ceja, sabía exactamente lo que estaba en el medio y no tuvo reparo para recordárselo.

— Si, como, por ejemplo, su esposa.

— Deja de molestarme, es bueno que me vaya, así no pelearemos.

— ¿Qué hay de tu primo?

— ¿Qué tiene? — preguntó de vuelta, Keyler no dejaba de molestarlo para que volviera o al menos para que fuese con él.

— Me habló y dice que no estás en tu…

— Detente — interrumpió — Tanto tú como Keyler, déjenme hacer esto a mi manera, sé que están preocupados, pero necesito que confíen en mí.

Noah suspiró.

— ¿Y si te equivocas?

— Está bien, es parte de la vida, si eso pasa confío en que estarán ahí para mi ¿cierto?

— Por supuesto — la respuesta salió al instante, Tristán sonrió.

— Entonces no quiero escuchar más sobre esto, me daré un baño.

— ¿Comerás aquí o con él?

— Con él — dijo como si fuese obvio, Noah torció los ojos.

— Bien, ya me largo.

Tristán cerró la puerta y se dio una larga ducha, estaba cansado, pero no lo suficiente para evitar a Nikolai así que luego de colocarse un pantalón de mezclilla y una camisa esperó su taxi.

Eran prácticamente las ocho en el momento que estuvo frente a la puerta de Nikolai, él abrió con una sonrisa y apenas lo dejó entrar recibió un beso.

Los dientes de Nikolai se aferraron a su labio inferior haciéndolo gemir y pronto la lengua se introdujo con brusquedad tomando cada sentido de su parte, la lengua recorrió hasta hartarse y luego se enredó con la suya, chupó haciéndolo gemir.

Nikolai se separó y suspiró suavemente, el cabello negro desarreglado, los labios rojos por el reciente beso, una fina camiseta negra cubría su torso de forma exquisita y el pantalón de seda estaba más abajo de lo necesario tentándolo por completo.

— ¿Qué tal fue tu día hoy? — Tristán cerró los ojos y sonrió por un momento, por demasiado tiempo ya que Nikolai hizo otra pregunta — ¿Pasa algo?

— Nada, sólo estoy aquí de pie contra esta pared donde acabas de dejarme pensando en lo agradable que es ser recibido de esta forma — las cejas de Nikolai se arquearon con incredulidad.
  
— ¿Por el beso?

— Y por ti preguntándome como fue mi día — Nikolai sonrió y no pudo verse mejor haciéndolo con su aspecto desaliñado.

— Puedo hacerlo por ti cada vez que quieras.

— No me tientes.

— Lo intentaré, ven, la cena ya está lista — Tristán caminó siguiéndolo, Sacha simplemente movió los ojos cuando lo vio pasar, ese animal lo odiaba por completo.

Luego de la cena Nikolai propuso escuchar un audiolibro así más tarde completamente acomodados en la cama Tristán colocó un brazo a su alrededor y la cabeza sobre su hombro, Nikolai le abrazó la cintura mientras escuchaban solamente la voz saliendo del teléfono.

Cada palabra derramándose sobre ellos lo hacía pensar realmente duro en la relación que estaban manteniendo, la forma en que quería que se desarrollasen las cosas, a donde quería llegar.

No lo habían hablado y Tristán no se atrevía a tocar el tema porque era algo con lo que ninguno de los dos podía lidiar actualmente, no cuando Nikolai seguía casado y él incluso ocultándole ciertos aspectos de su vida que no quería que descubriese.

Esa noche simplemente se besaron hasta estar lo suficientemente cansados y aunque en la mañana no quería separarse tuvo que ir de vuelta a casa, ya mañana tendría su tiempo libre y estaba seguro de que no lo desaprovecharían.

Justo a las cinco Tristán ya estaba listo para ir a su trabajo, cogió un cigarro y comenzó a fumarlo luego de atravesar las puertas de cristal hacia el porche de madera que daba al patio.

— Pensé que lo habías dejado — dijo Noah recostándose a las barandas de madera, Tristán exhaló.

— No lo he dejado, sólo que no me has visto últimamente.

— Estaba pensando…

— No voy a dejarlo — gruñó justo antes de dejarlo hablar, Noah arqueó una ceja.

— No es eso, no todo gira en torno a ti.

— Bien, habla entonces — esta vez Tristán inhaló y exhaló de forma más calmada.

— Como decía, estaba pensando en retirarme por un tiempo luego de este trabajo.

— ¿Por qué? — Noah se encogió de hombros.

— No hay un motivo en específico, sólo quiero descansar.

— Si estás seguro de eso entonces díselo a tu manager para que vaya coordinándolo todo.

— ¿No vas a sermonearme?

— ¿Yo, quien dejó de ser presidente para servir tragos? Ni de broma, si es lo que quieres hacer, entonces hazlo — dijo carcajeándose, Noah sonrió.

— Gracias.

— Estaré cuando me necesites, sabes que somos buenos amigos — Tristán coloco un mano en su hombro y apretó, Noah levantó la mirada hacia él cuando quedó más bajo por estar apoyado.

— Uno del que necesito separarme.

— En unas semanas me iré.

— Sólo bromeaba.

— Yo no, ahora voy a trabajar — dijo entrando otra vez y desechando el cigarro en el cenicero.

— Suerte.

— No la necesito.

Tristán caminó a su trabajo, el día de hoy le tocaban las dos mesas del exterior del local, así que fue lo primero que atendió al llegar, tomando la libreta de su bolsillo ojeó unas cuantas hojas.

— Buenas tardes ¿En qué puedo ayudarles? — preguntó con una sonrisa, Tristán sintió su pecho oprimirse al ver a Nikolai, él tenía los ojos muy abiertos, Sacha movió la cola como si estuviese feliz de verlo en problemas.

— Ya era hora, estamos sentados aquí desde hace diez minutos — se quejó el acompañante de Nikolai cruzando el tobillo por su rodilla, Tristán ignoró momentáneamente a Nikolai para concentrarse en su trabajo.

— Si, lo siento, estamos un poco llenos hoy ¿Qué van a pedir?

— Nikolai — dijo el hombre mirándolo.

— Un Lemon Twilight — dijo suavemente, Tristán podía sentir que de alguna manera estaba enojado.

— No puedo creerlo — resopló el hombre, ese trago ni siquiera llevaba alcohol — Trae tequila para mí y rápido — agitó, Tristán sonrió.

— Claro.

Tristán fue a la barra con las piernas temblorosas y dejó las notas, luego de esperar por unos minutos las bebidas estuvieron listas, tragó con nerviosismo mientras las colocaba en la bandeja, ahora se arrepentía de haberle ocultado esto a Nikolai.

Lex colocó una mano en su hombro, ellos no intercambiaban más de lo necesario pero esta vez evidentemente se vio obligado a llamar su atención.

— ¿Estás bien? ¿Me hago cargo de la mesa?

— No, estoy bien, gracias.

Luego de una inhalación se animó a caminar de vuelta separándose de Lex, sus pasos fueron lentos, sin embargo, llegó demasiado rápido a la mesa, Nikolai ladeó la cabeza en cuanto estuvo lo suficientemente cerca, la mandíbula estaba fuertemente apretada.

Tristán dejó el vaso morado frente a Nikolai y mientras colocaba el tequila frente a su acompañante pronunció su nombre haciéndolo tirar todo el líquido. 

— Carajo, ¿eres estúpido o qué? — gruñó el grosero hombre poniéndose de pie, todo el tequila terminó cayendo en su pantalón.

— Lo siento, lo ayudaré a…

— No me toques maldita sea — replicó cuando Tristán intentó acercarse — ¿Por qué carajo contratan a un inútil?

— Cállate — gruñó Nikolai frotándose la frente, el hombre siguió ignorándolo por completo.

— Jodido pobretón ¿Cómo mierda vas a pagarme este traje? — Tristán arqueó una ceja comenzando a irritarse, Nikolai se puso de pie y estiró su brazo, sus dedos se aferraron a la camisa del hombre, presionándolo, Sacha se puso de pie dispuesto a intervenir.

— Te dije que te calles imbécil.
— Buenas tardes, siento mucho lo que pasó, es un empleado nuevo, yo me haré cargo — dijo Lex tratando de calmarlos, el hombre tomó la mano de Nikolai tratando se soltarse, sus próximas palabras tampoco fueron correctas.

— Por fin viene alguien, pero él tiene que pagar este traje.

— Cliente, nosotros…

— ¿Sabes quién es ese hombre que acabas de ofender? — gruñó zarandeándolo, el hombre se echó a reír haciéndolo estremecer, Nikolai tampoco lo tomó bien, Lex colocó una mano frente a él y le hizo dar un paso atrás.

— ¿Quién, el inútil pobretón? ¿Por qué debería saber quién es?

— ¿Por qué? — repitió con un resoplido, Tristán pronunció su nombre intentando calmarlo — ¿Te crees muy importante por ser un estúpido gerente?

— ¿Qué pasa contigo? — replicó arqueando una ceja.

— Discúlpate con él — demandó con un gruñido, Tristán dio un paso adelante dispuesto a intervenir, Lex lo detuvo.

— No tengo por qué disculparme con alguien tan insignificante.

Nikolai se carajeó y lo soltó repentinamente confundiendo a todos, Tristán apretó los labios.

— El nombre de ese inútil pobretón como lo llamaste es Tristán Archer — dejó caer una vez más calmado, Tristán vio el momento exacto en el que todo el color de la cara del hombre se drenó, su palidez fue enfermiza.

— ¿Qué?

— Oh, ahora sí que lo conoces ¿no?

— Eso es imposible — dijo mirando hacia Tristán, luego a Nikolai otra vez.

— Acabas de ofender al hijo de nuestro socio más importante, a una persona más significativa que tú y lo más importante, él hombre que me gusta ¿Qué debería hacer contigo?

— No, yo…

— Vete, me haré cargo a partir de ahora, pensaré si mereces quedarte en la empresa — Nikolai tomó su billetera y sacó una tarjeta, él la tendió hacia ellos — Aquí tiene, pagaré las bebidas.

Lex tomó la tarjeta, él lo miró antes de irse preguntando silenciosamente si estaba bien, Tristán asintió suavemente así que Lex decidió irse dejándolos completamente solos.

Ahora debía hacerse cargo del problema que él mismo terminó provocando.

— ¿Puedes tomarte un descanso para hablar conmigo?

— Si, vamos — murmuró, Nikolai desamarró a Sacha, el perro lo siguió mientras se alejaban un poco hacia una esquina oscura, la gente iba y venía lejos de ellos.

— ¿Por qué no me lo dijiste? — gruñó Nikolai justo cuando Sacha se detuvo, Tristán mordió su labio inferior viendo lo enojado que estaba.

— Siento arruinar lo que sea que hayas estado haciendo y que te pusieras en ridículo por mí.

— ¿En ridículo? — una de las cejas de Nikolai se arqueó, Tristán tragó con nerviosismo peinándose hacia atrás.

— Si, que estás relacionado con un simple camarero.

— ¿De qué tonterías estás hablando?

— No quería que lo supieras porque estoy haciendo algo tan…

— ¿De tan bajo nivel comparado a lo de antes? — escupió de repente, Tristán apretó la mandíbula.

— Si.

— ¿Y por eso piensas que voy a avergonzarme? Si me avergonzara no hubiese dicho eso — el tono de Nikolai se hizo más peligroso a medida que seguía pronunciando palabras.

— Nikolai…

— ¿No me dijiste en lo que trabajabas por eso, porque estabas trabajando de camarero y pensaste que me avergonzaría?
Ahora que lo escuchaba de esa forma le parecía estúpido siquiera haberlo pensado, jadeó.

— No lo sé, yo…

— ¿Tu qué, Tristán? — pidió una vez hizo silencio otra vez, Tristán cerró los ojos por un momento y suspiró tomando algo de valor para hablar.

— No quería que supieras lo mala que era mi situación, peleé con mi abuelo, renuncié a la empresa, a mi apartamento, el auto, el dinero, no tengo nada ahora mismo — dijo con furia, no estaba seguro de haberlo dicho de forma correcta, Nikolai sonrió de medio lado y movió la cabeza justo como si estuviese decepcionado de él.

— ¿Y ni siquiera pudiste decírmelo cuando podía ayudarte?

— No quería tu ayuda — admitió, la declaración fue como si hubiese golpeado a Nikolai, él se peinó hacia atrás.

— ¿Por qué? Se supone que intentamos tener una relación.

Y ahí estaba el problema en el que tanto pensó, Tristán dejó salir una risa rota, frustrado con Nikolai, pero más consigo mismo por dejar que esto siguiera sin hablar, sin solucionarlo.

— ¿Relación, cuando estás casado? Yo sólo soy tú amante actualmente y pensarías que me aprovechaba.

— ¿Por algo tan estúpido me quitaste el derecho de saber lo que estaba pasando contigo? — gruñó Nikolai, su frente estaba fruncida — Esperé porque pensé que tarde o temprano me lo dirías, sé que exigiendo las cosas no las voy a tener, pero creo que tú ni siquiera has querido involucrarte conmigo más allá de lo físico.

— Nikolai.

Tristán extendió su mano, agarró su brazo, Nikolai no permitió más que eso retirando el contacto al instante.

— ¿Avergonzarme, aprovecharte de mí? Obviamente no me conoces Tristán.

— Aquí está su tarjeta — dijo Lex caminando hacia ellos, Nikolai extendió su palma hacia arriba, Lex dejó caer el pedazo de plástico en su mano con confusión.

— Gracias y disculpa las molestias.

— Nikolai.

Nikolai sonrió como si no hubiese pasado nada, como si la situación no le importara en absoluto.

— No quiero escuchar nada más, te pregunté y ya respondiste, no fue satisfactoria, pero tuve lo que quería.

— Yo no…

— Sacha, vamos.

Y con esa orden a Sacha, Nikolai le dio la espalda y comenzó a caminar lejos de él, Tristán tragó viéndolo irse, el dolor punzante en su pecho diciéndole que definitivamente no le gustaba verlo alejarse.

Era una palabra extraña para definir lo que sentía, pero definitivamente dolió decepcionar a Nikolai, verlo tan herido gracias a él, llevaban intercambiando menos de un mes desde que se reencontraron y este hombre se encargó de poner de cabeza todo su maldito mundo una vez más.

Tanto que dolía verlo alejarse. 

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