20💗
Tristán se sentó en la primera banca libre del parque y suspiró, las cosas no estaban desarrollándose tan bien como predijo, en los últimos tres días postuló para un total de veinticinco puestos y no sería contratado en ninguno de ellos.
Gruñó con exasperación, su abuelo estaba haciendo esto, trataba de asfixiarlo para que volviera de una vez y dejara de hacer su supuesta rabieta, no volvería, ya era demasiado tarde.
Si no conseguía un trabajo relacionado con su carrera entonces tendría que arriesgarse y tomar cualquier cosa que pudiese, Tristán sacó el teléfono que vibraba en su bolsillo y sonrió nada más vio el nombre de Nikolai en la pantalla.
Tres días atrás fue a su casa después de las doce y media, tuvieron más sexo y pidió prestado uno de sus trajes para ir a las entrevistas, luego de eso sólo eran llamadas telefónicas en las que hablaban de cosas sin sentido por horas, excepto anoche que Nikolai por fin accedió a tener sexo telefónico.
— ¿Si? — respondió mientras seguía caminando.
— ¿Por qué has tardado tanto?
— Mmm… nada más vi mi teléfono recordé lo que estuvimos haciendo anoche — Nikolai gruñó avergonzado.
— Eres un pervertido.
— Recuerdo que tu aprobaste mi comportamiento.
— Olvídalo, sólo quería preguntarte si cenas esta noche conmigo — Tristán sonrió y cruzó la calle después de mirar, esto de no tener auto era un poco tedioso.
— ¿Estás pidiéndome una cita?
— Si quieres llamarlo así supongo — la voz ronca de Nikolai lo hizo estremecer, era un peligro hablar con este hombre en plena calle.
— Si quiero.
— ¿No tienes que alimentar a ese actor? — Tristán se echó a reír.
— Noah está trabajando.
— Eso es bueno.
— Eres terrible ocultando tus celos.
— Cállate, si lo sacaras de tu casa no estaría tan… tan… — sólo si supiera que era él quien estaba en su casa y no al revés ni siquiera lo sugeriría.
— ¿Tan qué? — solicitó.
— Celoso — conforme con la respuesta se concentró en la cita mientras leía un cartel en la vidriera de un bar.
— ¿Voy a tu casa?
— No, iremos a un restaurante.
— Bien, envíame la dirección y la hora, estoy ansioso por verte.
— Yo también.
Tristán colgó y guardó su teléfono, no podía creerlo, pero este podría ser un trabajo temporal, además, su abuelo no podía interferir en ello, una vez estable rentaría un apartamento y listo.
Arrancó el papel y caminó directamente hacia el establecimiento, era bastante grande y aún no estaba abierto, era un poco temprano, no más de las cinco, el hombre mayor detrás de la barra lo miró con escepticismo apenas colocó el documento frente a él.
— ¿Aún está libre?
— ¿El puesto de camarero? — preguntó repasándolo con la mirada, el pelo negro corto, sus ojos castaños se veían sospechosos, Tristán mordió su labio inferior llevaba un maldito traje de dos mil dólares, por supuesto que estaba escéptico.
— Si.
— Está libre — Tristán tragó.
— ¿Puede contratarme?
— Mira, no sé cuál es la broma, pero esto es algo serio y no puedo perder el tiempo en…
— Es en serio, necesito trabajo — interrumpió mirándolo con ansiedad.
— ¿Estás seguro?
— Si.
— Nunca has hecho esto ¿verdad?
— No, pero necesito el trabajo — el hombre hizo una mueca pensándolo, Tristán suspiró, necesitaba por lo menos este trabajo, luego de unos minutos el hombre habló.
— Tu nombre.
— Tristán Archer — si reconoció su nombre no dijo nada, él ofreció su mano.
— Bien, me llamo Darek y soy dueño de este lugar, te enseñaré todo lo que necesites, empiezas mañana, seis de la tarde, estarás a prueba.
— Gracias por la oportunidad — murmuró tomando su mano.
— Por nada.
Tristán salió de la tienda más relajado ahora, al menos trabajaría mientras buscaba algo mejor, le pagarían setecientos dólares por lo que no estaba tan mal, sacó un cigarro de su bolsillo y lo prendió.
Inhaló y exhaló el humo suavemente, quizás debería dejar de fumar también, era un gasto innecesario que no debería seguir manteniendo, por suerte logró conseguir este trabajo lo bastante cerca como para ir caminando, sólo le tomaría diez minutos. Keyler se puso de pie en cuanto lo vio llegar, estaba sentado en el porche de la entrada, Tristán tomó su llave y abrió la puerta dejándolo pasar.
— ¿Cuándo vas a volver?
— No lo haré — dijo apagando el cigarro en el cenicero, en el último día libre de Noah trajeron los asientos para la sala de estar y las dos camas, la mesa, sillas, gavetas, estaba prácticamente todo, sin embargo, sólo terminaron acotejando las camas y la cocina que era lo más urgente, todo aún estaba empaquetado.
— El abuelo no dejará que trabajes en ningún lugar — dijo Keyler sentándose en el sofá cubierto.
— No te preocupes, ya tengo trabajo — murmuró viendo a través de las puertas de cristal, por lo menos cortó la hierba y parecía un lugar menos abandonado, más tarde sembraría rosas o algo para que Noah tuviese algo bonito que ver mientras viviese permanentemente aquí.
— ¿De qué, quien se atrevió a contratarte?
— De camarero.
— ¿Qué? — Keyler se echó a reír ruidosamente, una vez pasó su ataque de histeria se dio cuenta de que él no se estaba riendo — ¿Es en serio?
— Si, no me dejaron muchas opciones ¿no?
— Tristán — dijo poniéndose de pie y colocando una mano en su hombro, Tristán frunció el ceño mirando su mano.
— No intentes convencerme, no volveré, le demostraré que puedo sobrevivir sin su maldito dinero.
— Todos están preocupados.
— ¿Quiénes? — resopló con diversión, Keyler suspiró.
— Tu familia.
— Mi familia — repitió suavemente pensando en la madre que lo abandonó, el padre que cuando lo veía sólo lo maltrataba y su abuelo que lo tenía en la misma situación, incluso hizo que no lo contrataran.
— Mis padres y yo estamos preocupados porque esta no es tu vida.
— ¿Qué saben ustedes cual es mi vida si siempre estuvieron forzándome a escoger un camino? Esta vez, escogeré por mi cuenta.
Keyler se peinó el cabello rubio hacia atrás.
— ¿Por qué no te quedas conmigo? No utilizo dinero del abuelo así que supongo que está dentro de tus exigencias.
— No, así el abuelo estará más consciente de mi — Keyler torció los ojos y negó.
— Has lo que quieras.
Keyler caminó hacia la puerta, ya pretendía irse y su visita no fue nada satisfactoria, Tristán lo detuvo pronunciando su nombre, Keyler se giró levemente en la entrada.
— ¿Qué?
— Gracias.
— Sólo lo dices porque sabes que estoy enojado — Tristán sonrió dándole la razón.
— Nos vemos después, ahora tengo que prepararme para una cita.
— ¿Sigues viéndote con él?
— Si — los labios de su primo se fruncieron.
— Me voy antes de decir algo de lo que pueda arrepentirme — y con esas últimas palabras se marchó, Tristán miró su reloj, aún quedaba más de una hora para la cita.
Suspiró y comenzó a desempaquetar los muebles, ordenaría lo más que pudiese, tuvo razón cuando dijo que Noah estaba más tiempo fuera, aunque no importaba, eso hacía que las cosas entre ellos fuesen más fáciles de digerir.
Luego de bañarse y vestirse subió a su taxi, incluso tuvo que comprar una plancha, Tristán no tuvo problemas el primer día de entrevistas, pero luego se dio cuenta de que sus trajes eran un desastre, eso siempre lo hicieron por él, sin embargo, ahora nadie venía a plancharle, aun no era bueno, pero estaba aceptable.
Tristán bajó del taxi luego de pagar y subió los dos escalones de la entrada, lo interceptaron antes de abrir la puerta de cristal.
— Buenas noches ¿Qué desea? — preguntó el portero amablemente, Tristán alisó su traje sintiéndose no tan bien vestido como acostumbraba.
— Tengo una cita con Nikolai Pavlova.
— ¿Cuál es su nombre?
— Tristán Archer.
— Si, pase, está al final — Tristán asintió y caminó por el pasillo hasta llegar a las mesas, se detuvo directamente en la mesa de Nikolai, estaba perfectamente arreglado y sobretodo caliente.
Tristán tragó viéndolo vestir completamente de negro, la camisa de vestir tenía dos botones desabrochados dejando ver la piel blanca de su pecho, no lo suficiente, con su cabello color carbón peinado hacia la izquierda parecía un modelo sacado directamente de una revista, sólo para atormentarlo.
— Tristán.
Tristán se echó a reír y tomó asiento, amaba la forma en que este hombre sentía su presencia y lo identificaba sin problema alguno, miró hacia Sacha echado junto a la silla de Nikolai.
— ¿Te dejan tener al perro aquí?
— Si, han hecho una excepción por mí, además, estamos solos — dijo señalando alrededor, Tristán recién notó que tenía toda la razón, las mesas estaban completamente vacías a pesar de que sabía que este lugar era difícil de reservar.
— ¿Has rentado todo el lugar?
— Si — dijo con simpleza cuando Tristán sabía que era todo lo contrario.
— ¿Puedes comer aquí sin problema alguno?
— No del todo — mencionó con una pequeña sonrisa — Necesito instrucciones, pero sólo serán breves por lo que no te dará mucho trabajo — Tristán arqueó una ceja.
— Nunca lo he hecho, así que tendrás que guiarme.
— Es realmente fácil, me das la dirección según la esfera del reloj, algo como “el agua está a tus doce, once, depende” — Tristán pestañeó mirando la mesa, eso no debería darle mucha dificultad.
— Oh.
— Mmm… está noche pediré yo, espero que no te moleste.
— Depende de lo que pidas para mí.
— Veamos que tan bien lo hago — murmuró haciendo un gesto, en menos de diez segundos tuvieron a un camarero en la mesa.
— Buenas noches — mencionó sirviendo las copas de vino, evidentemente Nikolai ya había dado su orden en cuanto a la bebida — ¿Qué querrá esta noche?
— Buenas, creo que debo ponerme bajo las exigencias de otra persona esta noche — Nikolai resopló con diversión, el camarero se giró hacia él esperando la orden.
— De entrante tomaremos la ensalada con vinagreta, para él Bistecca alla Fiorentina. Medio cocido — dijo suavemente, Tristán sonrió mientras anotaban el pedido — Para mí filete mignon con salsa brandy — el camarero se retiró, Nikolai dirigió la atención de nuevo a él — ¿Está eso bien para ti?
— Esperaré a probarlo y te diré, pero si está recomendado por ti estoy seguro de que me gustará.
— Sí, creo que lo hará — Nikolai sonrió, Tristán recién recordó su trabajo de mañana, su horario cambiaría por completo.
— Creo que nos veremos menos a partir de mañana.
— ¿Por qué? Creo que ya nos vemos poco — preguntó arqueando una ceja, Tristán suspiró.
— Tengo trabajo — dijo probando el vino, Nikolai ladeó la cabeza.
— Eso está bien, podemos vernos en la noche — Tristán tragó, no tenía idea de cómo decirle sin tener que dar la información completa, no lo quería al corriente de todo.
— Estaré trabajado de noche.
— ¿De noche? ¿Por qué tienes que trabajar de noche? — Tristán abrió la boca dispuesto a responder, pero antes de que pudiera, el camarero apareció y colocó su aperitivo en la mesa entre ellos.
Tristán sirvió ambos platos, luego de darle las indicaciones a Nikolai colocó la servilleta en sus piernas y pinchó con su tenedor, la pregunta quedó suspendida en el aire.
— La copa de vino está a tus diez — Nikolai estiró una mano y tomó el cristal, suavemente tomó un sorbo de vino.
— ¿No vas a responder?
— ¿Podemos no hablar de eso? — preguntó tomándose todo su vino de una vez, Nikolai dejó la copa en su lugar.
— ¿Por qué?
— Por qué, ¿qué? — Nikolai se encogió de hombros.
— ¿Por qué no quieres hablar de eso? Estamos ahora en algo parecido a una relación, creo que necesitamos hablar sobre estas cosas.
— Si, pero no sobre todo, hay cosas que… — Tristán se calló sin terminar la oración, Nikolai suspiró.
— Hay cosas que no quieres decirme.
— Nikolai…
— Eso está bien, supongo que tendré que esperar un tiempo — murmuró soltando el tenedor en su plato, el camarero pidió permiso nuevamente y retiró sus platos, Tristán tragó rellenando las copas de vino, de alguna manera creía haber arruinado la cena.
— ¿Estás enojado?
— Un poco, pero no puedo pedirte que confíes en mí de la noche a la mañana, así que tiene sentido.
— No tengo que trabajar todos los días — mencionó tratando de aliviar la situación.
— No estás trabajando en la empresa ¿verdad?
— No, te diré luego — Nikolai hizo una mueca, sus dedos pasaron a través de su pelo desordenándolo.
— ¿Hay algo que no me tengas que decir luego?
— Sí, aun no te he mencionado lo apuesto que te ves esta noche.
— No me gustan esos halagos — replicó.
— ¿Por qué?
— Porque no puedo devolvértelos a pesar de que sé que eres hermoso — Tristán tomó otro sorbo de vino.
— Puedo no serlo.
— No es como si me importara, me gustas y no precisamente por tu apariencia — Nikolai tragó con nerviosismo en cuanto lo dijo, prácticamente se confesó con esa oración — Lo siento.
Tristán fue interrumpido por la llegada del camarero con su plato principal, esperó mientras los colocaban frente a ellos, una vez solos decidió responder y quitarle toda la incomodidad a Nikolai.
— No te disculpes, también me gustas.
La cena transcurrió en silencio luego de eso, Sacha también se llevó su buena porción de comida y por último les sirvieron un Mouse de chocolate, Nikolai sonrió en cuanto Tristán mencionó la vez que compartieron chocolate en la cabaña.
— Al menos puedes quedarte está noche conmigo ¿verdad? — preguntó Nikolai mientras caminaban por la acera, Sacha caminaba frente a él con seguridad, se detenía cuando tenía que hacerlo y protegía a Nikolai de forma alucinante, Tristán nunca lo había visto trabajando.
— No puedes seguir malcriándome de esta forma.
— ¿Estoy malcriándote? — preguntó Nikolai cruzando la calle.
— Si, ahora no puedo dejar de pensar en nosotros en tu cama.
Él se detuvo en cuanto subió a la acerca, sus cejas se arquearon como si hubiese dicho algo extraño.
— Bueno, está bien que no dejes de pensarlo porque es donde definitivamente deberíamos terminar.
— Me acusaste de pervertido hace unas horas y ahora hablamos de esto en plena calle — Nikolai se echó a reír mientras retomaba su paso.
— ¿Prefieres que no lo hagamos? Podemos sólo llegar y comenzar a besarnos.
— Carajo, necesitamos llegar de una vez — gruñó tomando mano y acelerando el paso, Nikolai se carcajeó.
— Estamos lejos de mi casa, Tristán.
— Pero no de donde vivo, te quedarás esta noche conmigo.
— Espera, no soy bueno con los lugares nuevos — Tristán se detuvo y besó sus labios suavemente.
— No me molestaría tomar tu mano todo el tiempo — mencionó, Nikolai sonrió.
— Entonces vamos.
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