13💗

Tristán dejó las llaves en el cuenco de la entrada y miró su casa vacía, llegó temprano de la empresa por lo que Noah aún no estaba de vuelta, sinceramente no tenía ganas de verlo después de engañarlo.

Se tiró en el sofá y suspiró, lo mejor sería que el viaje de Noah se pospusiera varios días más, no estaba seguro de poder sostener la mentira mirándolo directamente a los ojos, como si realmente el destino lo escuchase alguien tocó su puerta.

Frunció el ceño mirando su reloj, era demasiado temprano para la llegada de Noah, su corazón se estrujó pensando en ello. No lograba dejarlo atrás, se puso de pie tomando aire, era hora de la verdad, su mano temblorosa asió el picaporte y le abrió a la persona del otro lado, el hombre le sonrió, su cabello rubio haciéndolo asustar por un momento, no era la persona que estaba esperando.

El alivio no tardó en llegar.

Que tonto.

Noah tenía su llave, no hubiese tocado la puerta.

— Keyler — suspiró mirando a su primo.

— ¿Por qué te ves tan asustado? — Keyler le dio un golpe en el pecho haciéndolo entrar en razón.

— Pensé que eras otra persona.

— ¿Qué persona te asusta tanto? ¿Puedo pasar? — preguntó tratando de ver más allá de él, Tristán abrió la puerta.

— Si.

Tristán cerró la puerta y caminó frente a él, Keyler deslizó su mano izquierda a través de su pelo, la risa no tardó en extenderse por la sala de estar.

— Aun no me acostumbro a este pelo, no se te ve bien — Tristán se encogió de hombros, nadie mejor que él para saberlo, se sentó en el sofá, su primo también lo hizo acomodándose sin problema alguno.

— No sabía que estabas en la ciudad.

— Sí, he decidido mudarme, sólo vine a contarte.

— ¿Qué hay del abuelo, está de acuerdo?

Tristán estaba sorprendido por esto, el padre de Keyler era el legítimo heredero de la empresa, pero en algún momento tuvo un altercado con su abuelo y decidieron alejarlo.

No podían siquiera estar en la ciudad y eso también aplicaba para Keyler, aunque Keyler era tan malo como él siguiendo las reglas, siempre lograba terminar aquí de una forma u otra.

— Papá habló con él y accedió.

— Felicidades — Keyler asintió y lo pateó levemente para pedir su atención.

— Supe que tuviste problemas en la empresa.

— Si — suspiró dejando caer la cabeza en el respaldo del sofá, la vista del techo no lo hizo sentir mejor — ¿Por qué no pudiste ser tú quien tomara ese puesto?

— No lo quiero, quédate con él, además, sabes que el abuelo renegó de mi padre.

Tristán negó, eso fue estúpido, su abuelo se equivocó al colocar a Albert en ese puesto, por supuesto que su tío hubiese hecho un mejor trabajo, estaba criado para eso.

— Me temo que se equivocó por completo de hijo.

Keyler no opinó sobre ese tema, estaba tan enojado con el abuelo por ese tema, Tristán lo sabía, pero él no hablaba sobre ello, parecía querer evitar darle problemas a su padre.

— Ahora me verás con regularidad.

— Creo que me gustaba mas no verte por un tiempo — dijo a modo de broma, de todas formas, siempre lograban verse con regularidad, cada cuatro o cinco días.

— ¿Qué te pasa?

La pregunta dirigida a su persona lo desconcertó por completo, Keyler dejó su modo habitual de bromista y lo miraba con preocupación, Tristán miró a un lado tratando de evitar su mirada, estaba nervioso.

— ¿Qué?

— No te ves bien, como si estuvieses preocupado por algo — Tristán mordió su labio inferior, esto no iba a funcionar.

— ¿Tanto se me nota?

— Si — admitió, Tristán apoyó los codos en sus rodillas y se echó a reír escondiendo el rostro entre sus manos, iba a perder la cabeza si seguía pensando en lo mala persona que era.

— Entonces estoy en problemas.

— ¿Cuál es el problema?

— Es Noah — admitió, aunque ese no era el problema en sí.

— ¿Y ahora que hay con ese creído? — gruñó su primo de mal genio, estos dos nunca se habían llevado nada bien, Tristán negó, era mejor no decir nada sobre ello.

— No es nada.

Keyler se quedó callado por un minuto, miró en su dirección y arqueó una ceja.

— ¿De verdad crees que le diré a alguien?

Ese no era el verdadero problema, Tristán ni siquiera debería decirlo en voz alta para que el problema no se hiciera más real de lo que ya era, estaba avergonzado a pesar de haberlo disfrutado por completo.

— Lo engañé anoche — dijo por fin, Keyler le dio un golpe en la espalda haciéndolo toser.

— ¡Bien! estoy orgulloso de ti, primo — él estaba obviamente feliz por esto, Tristán no veía porque ponerse así, estaba deseando morir de la vergüenza — Ahora sí sé que tienes sangre en las venas.

— Keyler…

— ¿Qué? — preguntó mirándolo a los ojos, su encogimiento de hombros no fue sorpresa — Sabes muy bien porque está contigo, probablemente te ha puesto los cuernos innumerables veces, que no te preocupe.

— Dios santo, me siento como una mierda por hacer esto.

— ¿Vas a dejarlo?

— Sólo fue cosa de una vez — Keyler miró hacia la puerta haciéndolo estremecer por completo.

— Pues más vale que lo superes porque debe de estar al llegar ¿no?

— Carajo — Tristán maldijo poniéndose de pie, el clic de la llave al abrir fue tan audible que por poco termina desmayándose, Noah dejó caer sus llaves en el cuenco y dijo su nombre buscándolo.

— ¿Tristán? — la mirada de Noah cayó primero en Keyler, fue de completa molestia —  Tu primo está aquí.

— Si, Noah, estoy aquí, gracias por el aviso, no lo habíamos notado — Noah dejó su maleta contra la pared e ignoró sus palabras.

— ¿Cómo estás?

— No mejor que tú.

— Grosero como siempre — gruñó fulminándolo con la mirada, Noah caminó directo hacia él, Tristán tragó con nerviosismo mientras lo veía acercarse a cámara lenta, tuvo que secar el sudor de sus manos en el pantalón, él le dio una sonrisa nerviosa cuando lo tuvo en frente — ¿Cómo has estado?

Noah dejó un beso sobre sus labios y sonrió.

— Bien ¿Qué tal tu viaje?

— Cansado, me daré una ducha para que puedas hablar con tu primo, hablamos más tarde ¿sí?

— Por supuesto, descansa un rato — sólo cuando lo vio ir a la habitación se dejó caer en su asiento con un suspiro, estaba aterrado, Keyler apretó su hombro y lo miró con reproche.

— Tienes que relajarte o lo va a descubrir.

Tristán sentía nauseas, estaba seguro de que no estaba vomitando porque no tenía absolutamente nada en su estómago, desde mucho antes de ver a Nikolai su apetito desapareció por completo.

— Joder, estoy a punto de desmayarme.

— ¿Por qué lo hiciste si sabías que te podrías así? — cuestionó su primo negando con la cabeza.

Tristán se echó a reír sin saber que más hacer, estaba completamente aterrorizado.

— Ni, aunque me lo hubieses preguntado anoche habría podido contestar eso.

— Este hombre no intentará chantajearte o algo ¿no?

— No, créeme, tiene más que perder.

— Entonces déjalo ir, me iré — Keyler se puso de pie, Tristán tuvo la imperiosa necesidad de hacer que se quedara más tiempo, de tratar de evitar una conversación con Noah — Llámame después y relájate.

Relajarse. Ya no sabía cómo hacerlo, sus nervios estaban a flor de piel, su piel volvió a erizarse una vez escuchó el crujido de la puerta al cerrarse, Keyler se retiró y ahora estaba a solas con Noah en una casa que en estos momentos parecía demasiado pequeña para ambos.

Tristán se dijo que debía dejar de ser un cobarde y enfrentarlo de una vez por todas, se sirvió un trago, de una vez lo bajó intentando tomar un poco de valentía, no sirvió, se sentía igual o peor que antes.

Caminó a la habitación, Noah sólo tenía puesta su ropa interior, una toalla estaba sobre su pelo rubio, se giró en cuanto sintió su presencia, sus labios se arquearon en una sonrisa.

¿Cómo fue capaz de engañarlo como si nada? ¿Cómo se atrevía a jugar con los sentimientos de una persona, aunque él no sintiera lo mismo?

Tristán se sentía peor consigo mismo porque sabía que Noah si tenía sentimientos por él, él no era su maldito patrocinador, esta persona no estaba con él por esos motivos.

— Te ves mal, últimamente tu trabajo está pasándote factura — Noah se acercó a él y acarició su mejilla, Tristán colocó una mano sobre la suya y mordió su labio inferior antes de hablar.

— Perdón — Noah se echó a reír y lo jaló hacia la cama, la toalla de si pelo terminó en el suelo y ellos en la cama.

— No te disculpes, todo está bien.

Sólo si supiera no le mostrara esa brillante sonrisa, su pelo aún estaba húmedo y algunos mechones adhiriéndose a su frente y cuello, Tristán tenía que decírselo, tenía que terminar con esta relación, pero no tenía valor para hacerlo.

Era un cobarde, uno de los malditos infieles que tanto había criticado.

Noah lo besó, sólo un roce hasta que la lengua invadió su boca sin permiso alguno, Tristán se alejó lo más educadamente posible, algo en los ojos de Noah cambió, pero él lo disimuló completamente con una sonrisa.

— Supongo que no estás de humor esta noche.

— Yo...

— No importa — dijo levantándose — Ve a darte un baño, pediré algo, tengo hambre.

— Si, lo siento.

Noah se giró y acarició su cabello hacia atrás, algo cambió, pudo notarlo, pero su sonrisa seguía ahí.

— Ya deja de disculparte, todo está bien.

Nada estaba bien, Tristán suspiró y se frotó la cara, que estúpido ¿Iba a seguir engañándolo de esta forma?

Su teléfono sonó cortando su hilo de pensamiento, era una llamada del director del proyecto, hoy había comenzado la filmación así que no se suponía que estuviesen llamando.

— ¿Hola?

Ah, hola, tenemos un problema con la filmación, parece que tendremos que atrasar las cosas debido a que uno de los actores se hizo daño y tenemos que…

— ¿Atrasar, cuánto tiempo?

Un par de semanas — Tristán se echó a reír, atrasarse un par de semanas por un actor reemplazable era perder un tiempo que no tenían.

— No, elige a otro actor, nada de posponerlo.

Pero este actor era el elegido para el papel principal, créame, no hay nadie mejor que…

— ¿Ni siquiera el número uno? — preguntó con ironía, el director perdió el aliento, su voz sonó nerviosa.

¿Noah Sanz? Dijeron que su agenda estaba llena, que era imposible que participara en este proyecto — Tristán torció los ojos, sabía exactamente porque no dejaron a Noah participar en el proyecto.

Su abuelo, no era nadie más que él.

— Prepárelo todo, iremos para allá.

Tristán colgó, quizás ofreció a Noah para que estuviese menos tiempo en casa, sólo para sentirse mejor consigo mismo, maldición, Noah ni siquiera logró descansar y él lo llevaría para que siguiera trabajando.

Era un maldito ejemplo de novio, nadie peor que él.

Jaló el nudo de su corbata tratando de respirar con más facilidad, Noah estaba en el sofá esperando su pedido, Tristán se sentó a sus pies y colocó una mano en su muslo.

— No te has bañado — eso no fue una pregunta por lo que no contestó.

— Me han llamado, tuvieron problemas con la filmación y uno de los actores principales terminó lesionado — Noah se sentó apoyando las manos en el sofá, su cabeza se ladeó para poder verlo mejor.

— ¿Tienes que ir.

— Si y dije que te llevaría conmigo — Noah frunció el ceño.

— ¿Quieres que tome el papel?

— Si, es un gran papel, créeme, nunca te vas a arrepentir de… — Noah le besó los labios interrumpiéndolo por completo.

— No intentes convencerme, si quieres que lo haga sólo tienes que decirlo, sabes muy bien que eres el presidente.

— No, te lo pido como favor, no porque sea el presidente.

— Ya dijiste que iría así que no quiero que mi novio quede mal por algo tan simple.

— Gracias — Noah se encogió de hombros y luego se echó a reír.

— Aunque tu tendrás que lidiar con mi manager.

— No te preocupes.

Noah se puso de pie en cuanto llamaron a la puerta, su pedido llegó, Tristán lo tomó de la muñeca, Noah lo vio con confusión, él en serio iría a por la pizza sólo con su ropa interior.

— Tienes que vestirte antes.

— Oh, sí, iré a vestirme, toma la pizza, comeremos en el camino.

Tristán recibió la pizza y esperó fuera, Noah terminó en menos de diez minutos y lo primero que hizo al salir fue atacar la pizza, durante el viaje al centro de filmación se comió más de la mitad de la pizza, Tristán apretó el volante en sus manos.

Su incomodidad aún estaba con él.

— Siento esto, ni siquiera pudiste descansar.

— No importa, he estado semanas completas tomando descansos de una hora por día, esto no es nada.

Tristán no podía con esta culpa, era como si estuviese siendo consumido por dentro, en realidad no era mala persona, hizo mal y por eso se encargaría de la situación.

— Noah.

— ¿Si? — preguntó Noah ladeando la cabeza hacia él.

— Tenemos que terminar.

Tristán lo tuvo fuera incluso antes de pensarlo, Noah simplemente sonrió de medio lado como si lo hubiese estando esperando, eso lo sorprendió y a la vez lo hizo sentir mejor.

Ya se acabarían las mentiras, dejaría de ser malo en esta historia.

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