Al llegar, fui despertado por mi manager, quien lamentablemente no fue agraciado con el don de la sutileza y lo hizo bastante brusco. Pero bueno, al menos ya estaba levantado.

Entramos a paso apresurado al establecimiento donde se llevaría a cabo la presentación, todavía debíamos probarnos los vestuarios, el escenario, todo.
Al estar tan acostumbrado a esas cosas, no me preocupaba mucho eso, lo que más me angustiaba, era que no sabía si íbamos a poder aprendernos la coreografía tan rápido y que nos queden todos los pasos.

Llegamos y lo primero que hice, bueno, lo primero que me mandaron a hacer, fue probarme el vestuario, el cual consistía en un traje de color bordo, más unos lentes oscuros y unos zapatos marrones.
Ya listo, salí y pude ver a Momo siendo maquillada por una mujer del staff. Ella llevaba un vestido negro algo ajustado, junto a unos tacones un poco altos y su cabello recojido en una coleta.

Ambos sabíamos que debíamos mantenernos un poco distanciados, los rumores corren rápido, más entre personas del staff, asique mejor evitar levantar sospecha.

Una vez que me terminaron de maquillar, me acerqué a ver el lugar de la actuación, el cual una imitación de cantina barata, de esas donde vas a pedir un trago, allí habían dos mesas negras redondas separadas, cada cual tenía dos sillas en ellas, también estaba lo que parecía ser un mostrador con algunas botellas de alcohol.

Ya cuando los dos estuvimos listos, nos explicaron la escena que debíamos montar. Era sencillo, yo estaba sentado en la barra tomando un trago, hasta que llega ella y se sienta en una de las mesas a tomar algo, yo la miro por un rato, ella se percata de mi mirada, me mira también, yo me quito los anteojos, me paro, ella se para, me acerco, ella se acerca, y luego bailamos. Nada nuevo.

Habían extendido un poco la melodía del inicio para que nos diera tiempo de hacer la intro.
Hicimos el primer ensayo bajo las miradas atentas de todos. La música estaba fuerte, y yo solo me concentraba en el baile, pero no obstante, igual se oía a la gente murmurar mucho, ¿acaso nunca vieron a un chico bailando con una chica?

Todo salío bien, pudimos hacer perfectamente todo sin olvidarnos nada, estaba orgulloso de ella y de mi. Somos la mejor pareja sin duda alguna.

Cuando terminamos y quedamos en la última pose, nos alejamos rápidamente, ya que estábamos muy cerca, y personalmente no soy del tipo que puede poner resistencia hacia esa mirada con sonrisa que siempre pone Hirai. Juro que por poco y la beso, simplemente me puede mucho.

Los managers y los coreografos hablaban entre ellos, algunos del staff nos dijeron que podíamos quitarnos los vestuarios y descansar un rato, por lo que los dos nos dirigimos a los vestidores, eran en un mismo cuarto, pero obviamente estaban separados el uno del otro. Uno para ella y uno para mí.

Una vez entramos, trabé la puerta para que nadie nos pudiera molestara. Quería quitarme las ganas que me quedaron de besarla en el escenario.

Momo se estaba quitando los aretes, por lo que me acerque lentamente y apoye mis brazos en su cintura y mi cabeza en su hombro.

— Lo hiciste muy bien, linda — Dije dándole un pequeño beso en el cuello.

Ella se dio vuelta y llevó sus manos a mi cuello.

— Tu tampoco lo hiciste tan mal, bonito — Admitió antes de reír y besarme.

La atraje más contra mi cuerpo mientras nos besabamos, amaba tanto sus labios suaves y con sabor a fresa.
La alse y la apoyé sobre el tocador para poder seguir besándola.
Ella tenía sus codos por mis hombros y con sus manos alborotaba mi cabello. Mientras que yo llevaba las mías a sus piernas y las acariciaba.

El beso cada vez aumentaba más, y los dos nos dejamos llevar por la situación, yo lleve una mano a su espalda y bajé el cierre de su vestido, proseguí con las mangas del mismo, e inicié a llenar de besos su clavícula, mientras que ola me apretaba más a su cuerpo. Bajé a sus senos, y allí dejé un montón de besos. Sentí con ella se movía entre mis brazos y me quitaba mi chaqueta, dejando que sus manos recorran mis hombros y luego bajen a mi espalda, mientras que yo volvía a besar su cuello y acariciar sus muslos.

Nos separamos un instante y nos miramos fijamente, los dos con la respiración agitada y un deseo candente en los ojos.

Pero justo en el mejor momento, golpearon la puerta.

Velozmente, Momo se bajó del mueble y corrió a su vestidor a cambiarse rápidamente al igual que yo.

— Chicos, ¿ya están listos? Debemos hacer el segundo ensayo — Informó alguien del staff.

¿Debemos? Me suena a manada.

— Ya vamos, ya vamos — Respondió ella algo agitada.

— ¿Necesitan ayuda?

— ¡No! — Gritamos ambos al mismo tiempo.

— Ya-... Ya salimos — Avisé yo.

— De acuerdo, apúrense — Dijo por último antes de irse.

Yo me cambié rápido, por lo que salí de mi vestidor antes de tiempo, dándome chance de ver a cierta japonesa ponerse unos pantalones sueltos y buscar su blusa entre un tumulto de ropa, sin percatarse de que su cortina estaba abierta.

— ¿Quieres que te ayude?

— ¡¿Qué haces?!, ¡date vuelta! — Exigió avergonzada al darse cuenta que la estaba viendo.

Por mi parte solo reí e hice caso.

Al cabo de menos de un minuto, ella se terminó de alistar y se dirigió a la puerta para irnos, pero la tomé de la muñeca y la detuve.

— ¿No se te olvida algo?

Sonrió y negó con la cabeza, para luego acercarse y darme un beso.

Finalmente salimos.

En el camino devuelta al escenario, no me aguanté mucho las ganas de hacerle una broma, por lo que me acerqué a su oído y le susurré.

— ¿Sabes? Si por accidente te caes en el escenario, no me molestaría que lo hagas sobre mi cara.

Al instante su cara se volvió roja como un tomate de la vergüenza, por lo que sin pensarlo tanto, me dio un buen golpe en el brazo, haciéndome reír bastante. Obviamente dolió, pero nada de lo que dije fue mentira.

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Nimin_36