[003] Despedida.
Llegué al aeropuerto diez min
utos antes de que Momo partiera.
Suspiré al recordar cuando me anunció que se iría a Japón.
• Un mes antes •
— ¡¿Qué te hace pensar a ti que llevaré traje?! — Gritó YoonGi, ofendido.
— ¡Demonios, YoonGi!, ¡es tu aniversario con Dahyun, vístete bien, carajo! — Exigió Jin a los gritos.
Luego de una hora peleando por la vestimenta de Min, al fin llegaron a un acuerdo; camisa blanca, acompañada de un moño negro junto con unos jeans gastados y unas zapatillas negras. No era la gran cosa, pero estaba bien para todos.
Fuimos al parque donde habían acordado para celebrar su aniversario de pareja.
Una vez que llegamos, nos encontramos con las demás, quienes estaban esperándonos en el lugar. Min fue por su novia, y que nosotros nos quedamos en aquel sitio.
La decoración era excelente; pequeñas luces que iluminaban todo, un cartel que decía "Felices dos años juntos" (detalle exclusivo de NaYeon y Jungkook), pétalos de rosas desparramados por el suelo y la mesa, lugar en donde se encontraba un pastel y más comida.
La emoción estaba por todos lados, pero me percaté de que cierta japonesa se veía decaída.
— Momo, ¿estas bien? — Pregunté algo preocupado.
— Yo... S-si — Contestó con una sonrisa, y quedó más que claro que era fingida.
— Momo, te conozco, algo sucede, dime — Insistí.
— HoSeok, yo-
— ¡Chicos, ya vienen, a sus lugares! — Anunció Jihyo, haciéndonos señas para apresurarnos.
— Hablaremos de esto luego — Le dije por último.
Ella solo asintió, y ambos fuimos al centro del sitio, donde vimos llegar a Dahyun con las manos de YoonGi en sus ojos y a él detrás suyo.
— ¿Ya puedo ver, Suga? — Pidió la menor.
— Ahora si — Contestó, quitando sus manos del rostro Kim, dejando ver la gran sorpresa.
— ¡Sorpresa! — Gritamos todos al unísono.
Ella se llevó las manos a la boca debido a la emoción, dejando salir de sus ojos pequeñas lágrimas.
— Gracias a todos — Chilló, escondiendo su rostro en el pecho del chico a sus espaldas.
— Los dejaremos solos — Informó Jeongyeon, empezando a empujarnos a todos para que salgamos de alli.
Como la mesa donde ellos cenarian era en el centro del parque, eramos libres de ir por donde quisiéramos.
Estuve a punto de ir donde Jimin para ir por un helado, pero para mi mala suerte, él se encontraba acostado en el césped con Mina sobre su pecho. Lo que me recordó que tenía que hacer algo.
Busqué a Hirai por todos lados, por un momento pensé que se había ido, hasta que la encontré sentada en una banca, dándome la espalda.
Me acerqué en silencio, y me senté a su lado.
— ¿Sabes, Hobi? Las estrellas brillan más esta noche — Comentó mirando al cielo, dejándome algo confundido.
— Nunca hablas de las estrellas — Mencioné — ¿Estas bien? — Quise saber.
— HoSeok — Empezó, pero hizo una pausa — Hoy me llamaron desde Japón, me dijeron que mi madre tuvo un accidente, se encuentra en estado de coma, y no hay nadie que pueda ayudarla — Contó con un tono triste y quebrado.
No dije nada, y solo la atraje hacia mi para abrazarla, siendo correspondido por ella.
— No pienses que estoy mal por eso, mi madre jamás me quiso, siempre quiso más a mi hermana que a mi, es por ella que iré a cuidarla, Hana esta estudiando en Estados Unidos, no puede dejarlo todo ahora, trabajó mucho para llegar allí, solo lo sé yo, ella no debe saberlo — Confesó con tono neutro.
— ¿Irás a Japón?
— No puedo quedarme, lo lamento.
— ¿No tienes opciones?
— No — Suspiró.
— Lo entiendo.
Nos quedamos en silencio un momento, mis brazos la rodeaban, mientras que ella escondía su rostro en mi pecho.
Quería decirle algo pero las palabras no salían de mi boca. Deseaba hablarle de los sentimientos que empecé a sentir meses atrás, y que la seguiría a donde ella quiera si me lo pedía.
— Eres lo mejor que me ha pasado, Hobi, siempre fuiste mi mejor amigo, y siempre lo serás... Te extrañaré mucho — Soltó de repente.
Yo solo la apreté más fuerte contra mi cuerpo, y sin darme cuenta, dejé escapar una pequeña lágrima que recorrió mi mejilla.
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Iba con pasos lentos, pero a la vez rápidos, no quería que este momento llegase, solo deseaba que ella no se vaya de mi lado, nunca me dio fecha de regreso, o si tan solo volvería o si se quedaría en Japón por siempre.
El estado de coma es algo grave, a veces las personas que caen en él pueden tardar años en despertar, aunque también pueden no hacerlo directamente.
Llegué al fin al lugar de partida, donde Momo esperaba que su vuelo saliese, me la encontré junto con sus amigas, sentadas en asientos distintos y a lo no muy lejos estaban mis amigos.
En un momento levantó la vista y me vio, dedicándome una hermosa sonrisa, la cual no puedo evitar devolverle.
Se paró de su lugar dispuesta a acercarse a mi, hasta que una voz nos interrumpió.
— Pasajeros del vuelo 6, su avión con destino a Tokyo Japón, aguarda. Favor de dirigirse a la cabina y entregar sus boletos.
Ambos fruncimos el ceño al escuchar ese aviso. Con algo de enojo, mire mi reloj; 17:29, falta un minuto para que despegue, y yo pensé que llegaba temprano.
Todavía falta mucho por decir.
Sus amigas se acercaron a ella y le dieron un abrazo, dejándonos solos a los dos, y lo primero que hice fue ir directo a ella a abrazarla.
— Voy a extrañarte mucho, pulga, nunca cambies, siempre sé tu misma, y promete llamarme siempre que puedas — Pedí aguantando mis lágrimas, mientras escondía mi cabeza en su cabello ahora teñido de rubio.
— Lo prometo — Respondió con voz quebrada, y pude escuchar algún que otro sollozo de su parte.
Nos separamos sin querer hacerlo realmente, y le sonreí para calmarla, siendo correspondido por ella, pero de una manera débil.
Tomó sus maletas, y las llevó consigo hasta la cabina donde entregó su boleto a la auxiliar de vuelos.
Todos la miramos expectantes, cuando vimos que se quedó quieta un momento en la parte del pequeño pasillo que daba al lugar donde subiría al avión.
De un momento a otro, soltó sus cosas y se dio la vuelta, empezando a correr hasta donde estaba yo.
Por un segundo creí que se olvidó de algo, o se había arrepentido, pero luego de tenerla cada vez más cerca, mi corazón iniciaba a acelerarse.
— ¿Qué suce-... — Cualquier palabra que haya querido decir se quedó atrapada en mi boca.
Momo me estaba besando.
Tenía sus brazos enredados en mi cuello, y a pesar de la gran sorpresa que trajo consigo esa acción, correspondí, llevando mis manos a su cintura torpemente.
Escuchamos ruidos de cámaras y pude sentir el flash de algún que otro celular, pero el ruido que más odié fue el de la voz de una mujer por el parlante.
— Pasajeros del vuelo 6, su avión esta a punto de despegar, favor de subir ahora mismo y entregar sus boletos en la cabina.
Fue allí que nos separamos, bueno, en realidad, ella lo hizo.
Sin mirarme, corrió devuelta a donde había dejado sus maletas y finalmente atravesó la puerta para ingresar al avión.
🍡
Nimin_36
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