(10)

 Matthew

—¿Cómo te fue con las chicas? —preguntó Oliver, ni bien me adentré a su coche.

Lo miré serio.

—Bastante bien —me limité a decir.

—No puedo creer que Amber aún tenga dieciséis —dijo ladeando la cabeza, mientras sonreía.

—Ni yo, aunque según tú cumple diecisiete en febrero —refunfuñe, esperando que sea cierto.

No me gustaba la diferencia de edad, aunque al menos, solo le llevo dos años y no cuatro.

—Tranquilo, son solo dos años. No es para tanto —reclama, rodando los ojos.

Por alguna razón, en cierto modo, no me gustaba ser más grande que Amber. Especialmente por su falta de experiencia.

Aún así, había algo en Amber que me atraía y por alguna razón quería averiguar qué era lo que la hacía tan cautivadora últimamente.

Nunca habíamos establecido una conversación, pero siempre la vi en las gradas o en la cafetería.

Hasta que hace unos días, decidió hablarme. Y sinceramente, jamás había esperado que ella me dijera tal cosa. Había aceptado porque no quería rechazarla y luego no me hablase, pero no me gustaría ser el experimentado. Mis preferencias eran muy distintas a lo que era Amber y eso me incomodaba un poco.

Además, el haber estado con chicas mayores me dejó en claro que una de dieciséis no podrá hacer lo que una de veinte sí.

—¿Crees que se encuentre bien? —indagó Oliver, lo miré fijo tratando de descifrar a que se refiere—. Con lo que pasó con Alex —aclaró, estacionando el coche.

Suspiré molesto.

—No lo sé —bufé—. Todavía no entiendo por qué él, estaba en la fiesta. Debería estar encarcelado.

Alex era un completo idiota y todos ya hemos tenido problemas con él, pero más que nada Oliver. Supongo que aprovechó el momento de golpearlo con ganas y con razón cuando lo vio haciéndole daño a Amber.

Y aunque, me arrepiento un poco de no haberla ayudado. Debo admitir que me la estaba pasando muy bien con Bella.

Una vez que salimos del coche y nos adentramos a la casa de Oliver, notamos que la fiesta ya había terminado. Pero aún seguían los chicos del equipo de lacrosse y algunos del equipo de natación, además, Oliver nos había invitado a dormir. Aquello era una clase de ley entre nosotros, así evitábamos que alguno conduzca ebrio y provoque un accidente. Cabe recalcar que era idea de Oliver y todos le seguimos la corriente, suele ser muy pesado si no le haces caso.

—¿En serio sigues hablándole a la friki rubia? —indagó Hunter bebiendo de su lata de cerveza.

Sabía a quién se refería, pero solo me limité a rodear los ojos.

—Ey, una chica bonita. Es una chica bonita —dijo Oliver.

Los chicos ladearon la cabeza en desaprobación, mientras reían.

—No podemos decir lo mismo acerca del año pasado —opinó con desaprobación Peter.

—Todavía recuerdo sus gafas de Harry Potter —bromeó Oliver, codeándome.

Lo miré de mala gana.

—Tú también usas gafas —repliqué.

—Sí, pero en casa. No enfrente de todos —refunfuñó Oliver.

—Pero deberías y eres un cobarde al no querer usarlas, solo porque alguien pueda llamarte de alguna manera ofensiva —mascullé, dirigiéndome a una de las habitaciones.

No tenía ganas de seguir escuchando las bromas tontas de mis amigos, además estaba cansado. Pero aún con los párpados pesados. No pude evitar pensar en Amber y en qué podría estar haciendo.

No quería ser pesado, pero no pude contenerme y decidí enviarle un mensaje. Esperando con ansias que me responda con aunque sea un emoji.

Amber

Me gustaría decir que la noche de la fiesta, dormí plácidamente. Pero no fue así.

Cada vez que intenté cerrar los ojos, por alguna razón la figura de Alex venía a mi mente. Su agarre y su boca sobre la mía. Sus manos tocándome, su respiración, su voz ronca. Esa noche, no pude dormir y estuve a nada de vomitar por lo asqueada que estaba.

Mi respiración se agitaba y todo mi cuerpo sudaba, nunca había estado en una situación parecida. Así que poco a poco aquella escena se convirtió en un tormento.

Uno que me quitaba el sueño y me ponía en alerta.

Y en lo único que pude aferrarme, fue en el buzo de Oliver. Era cálido y reconfortante, además su aroma me hacia olvidar el olor a alcohol que me había dejado aquel Alex.

Aún así, tratando de despejarme, no pude evitar pensar en Matthew y en que me había pedido una cita. Pero había estado en el baño con otra chica, no podía sentirme al cien por ciento feliz. En especial esa noche, lo único que pensaba era que no quería verme involucrada con más chicos como Alex.

O quizá, con ningún chico.

Me levanté en contra de mi voluntad y me dirigí al baño. El olor a vómito impregno mi nariz, pero necesitaba orinar.

Me quedé sentada en el retrete más del tiempo necesario, sin ninguna razón. Solo...pensando y existiendo.

Al salir del baño, escuché mi móvil sonar. Había creído que ya no funcionaba, al tomarlo noté un mensaje de Matthew. No se podía leer muy bien debido a las líneas que fueron provocadas al estrellarse contra el suelo.

Pero aún así, su mensaje era conciso. Quería saber cómo estaba.

Le respondí con un no muy sincero bien y a los segundos se disculpó por no haberme podido ayudar.

Suspiré de mala gana, mientras me dirigía a la sala. Encendí el televisor y coloqué el canal de dibujos animados. Analizando cada momento que pasó en la fiesta.

¿Realmente crecer es pasar por momentos como ese? ¿Cuántas escenas así debería pasar? ¿Qué hubiera sucedido si ella se hubiese ido con él? Nada bueno, sin duda.

Pero no me arrepentía haberme involucrado y defendido a aquella chica desconocida. Pero sí no haber sido lo suficientemente fuerte para defenderme.

No todas reciben ayuda y eso me quedó muy claro, gracias a los minutos que estuve debajo de Alex.

En plena fiesta, con gente a nuestro alrededor. Nadie se involucraba.

¿Realmente creían que yo estaba cómoda viviendo eso? ¿O no les interesaba en lo absoluto lo que sucedía?

Pero la pregunta que más me aterraba era; ¿Qué hubiera pasado si Oliver no intervenía? ¿Qué tan lejos llegaría Alex?

Un par de lágrimas se escaparon de mis ojos, pensando en cómo me estaría sintiendo si Alex me hubiese hecho mucho más daño. Mi móvil sonaba y Matthew me seguía enviando mensajes, pero por primera vez, no me encontraba con ánimos para responderle.

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