PLANETA INFINITO

Hay corazones fuertes y mentes cerradas .

Me daba miedo el ya no poderla encontrar, caminaba por toda la calle, miraba hacia los lados y seguía, pero no la podía ver.

Llegué al final de esta en una encrucijada, no la veía por ningún lugar, cuando comencé a escuchar musica muy fuerte.

Seguí caminando hacia adelante, hasta llegar al domo, había una reja que separaba el final, un gran abismo lleno de oscuridad y a unos cuantos metros.

Esa tela blanca que decían tanto nos protegía, me di la vuelta y observé la ciudad, los rascacielos, la poca gente, había olvidado la última vez que vi un pequeño niño, todos eran diferentes, cambiados.

Las calles, un centro, todas estaban conectadas, como una gran telaraña.

-Mira al centro y después arriba, no hay luz solo oscuridad- una gran campana sonó y todas las luces de cada casa se apagaron, mientras todo lo demás se transformó.

Carteles publicitarios de mujeres y hombres, luces de colores, alertas de muerte.

Seguí buscando la, camine por las calles me escondi, podía ver a todos se teasdomaban mostraban su cuerpo, mostraban lo que eran, la forma de su cabello, fumaban , bebían, algunos tenían relaciones en los callejones cerca.

El sonido de los gemidos, su excitación, las luces, el olor, todo se juntan a una gravedad que nadie entendía.

Caminé aún más, el exceso, el deseó todo se juntan de una manera que se sienta casi como una bomba, se encendía poco a poco, hasta que la vi.

Estaba oculta en la oscuridad, llevaba ropa negra y un cabello rosa largo, sus ojos eran color rosa, sus labios maquillados, su cuerpo casi desnudo.

Dentro de mi muy en el fondo sentí un alivio, a pesar de que no era la misma sabía que era ella, sus ojos se encontraron con los míos, su mirada se volvió más fría y me dio una sonrisa.

Camino por un callejón, sus pasos eran de colores, todo a mi alrededor se volvió borroso, lo único que veia y escuchaba era a ella, sus pasos.

Mi cabeza me dolía mis manos, todo las luces brillaban, me alzó las manos y sentí que me apague.

Una desconexión profunda, no sentia nada, solo un sonido ligero, unas voces a lo lejos.

Proyecto.

8989

Estático, estándar clasificado sin modificaciones.

Tiene una fertilidad del 99.9% sin sentidos aparentes, dominación del brazo derecho.

Edad 23, mente y recuerdos usados de Edgar Benet.

Un niño corría, sonreído por un bello lugar, un hermoso paisaje salido de una pintura se podía ver de fondo.

Unas manos alargadas esperaban su llegada, lo cargan y alsaban sus manos, una bella mujer con una hermosa sonrisa.

- Mamá - decía el niño sonriente.

Cuando de la nada su cara comenzaba a borrarse, sus manos dejaban de ser las mismas, la cara de aquella hermosa mujer se desacia, como si de un canal de televisión se tratará.

-ya se apagó - dijo un hombre, era alto y barbón, también era bastante fuerte.

-No se puede mover pero está consciente - respondió Lilith, el hombre miro alrededor.

-Vamonos de aquí - me tomo de una pierna, me arrastró a una superficie y subió a una clase de carro.

-Hiciste la interferencia - preguntó el hombre comenzando a jalarme.

-Tu amiguito está bastante pesado - Lilit no hizo más que reír.

-Si ya la hice nadie vio nada, pero no puedo interferir o bloquear las redes tanto tiempo- siguió caminando hasta entrar a un establecimiento abandonado.

-hablare con Lora tal vez pueda hacer algo con su señal- Lilith trago saliva, y piso los ojos en blanco.

-Dile igual su señal morirá en menos de un minuto el tiempo suficiente para poder llegar- no hice nada más que mover mis ojos.

-Bueno querido Arturo tendrás lo que quieres a cambio de un poco de tus recuerdos- ambos se metieron a un elevador y comenzamos a descender.

-¿Tenemos que explicarle a tu querido amigo o solo pasamos?- Lilith me miró de reojo.

-Dile al despertar nos dará una paliza- Lilith salió del lugar hacia una sala llena de luz y oscuridad al fondo.

-Tiene que limpiarse- volví a mover lo ojos.

Cuando el asesor se detuvo, abajo no había nada más que oscuridad y unas luces se color morado.

-¿Que bueno que están aquí?- dijo un androide, sus manos y su cara estaban aún sin terminar, solo era un cuerpo de hierro, en el pecho tenía una luz brillante color café.

-Me haces un favor Megan háblale a Lora - contesto el hombre dándole una pequeña caja.

Se retiró y camino por la oscuridad cuando de la nada las luces se encendieron mostrando una habitación bastante grande llena de computadoras.

-Hola John, ¿Consiguieron lo que buscaban?- dijo una chica de cabello azul con un ojo sintético.

-Claro aquí está- ambos me miraron.

-Bueno, el es Arturo- la chica se acercó y comenzó a mirarme.

-Su cuerpo y mente es su mana pero - comenzó a bajar hasta mi pecho.

-Su corazón no- dejo una pequeña sonrisa.

-Ahora entiendo por qué eres especial- John me miró.

-Esta es la bodega de un planeta infinito, cada parte de este lugar está echo por Lilith, al conectarse contigo recibimos una señal ahí- me llevo hacia una cabina.

Un tubo bastante largo brillaba de un color morado, no era ninguna cosa que haya visto antes.

-Esto es Lilith, es donde se conecta y de dónde se recarga, sale de la tierra- puede ver cómo se metía al pequeño tuvo como si de una cosa se tratara y se sumergía.

-Cualquier tipo de energía sintética se quema a su contacto, pero al tomarlo y modificarlo da energía a todo esté lugar- un par de hombres me tomaron de los brazos.

Me ataron a una camilla a lado de ella, cuando Megan junto a Lora llegaron, ambas me tomaron del brazo y colocaron un catéter.

Movía los ojos y intentaba hablar pero era imposible, Lora abrió mi camisa y saco una bara de tornasol.

Se la dio a Megan sacando una gran inyección.

-No te preocupes solo sentirás un pequeño pellizco- sonrió preparo la jeringa y busco en mi pecho, me miró de reojo y lo inyectó.

Cada parte de mi sentía que se quemaba, de una forma horrible, el dolor me hizo vomitar una especie agua negra.

Y una vez que salió no sentí nada más y cerré los ojos.

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