DULCE
Un sabor esquisto divagaba en sus labios.
Me miró sin decir una sola palabra, sus ojos brillaban, notaba las pequeñas secciones y cicatrices en ella.
-Por que yo soy tu conección- me tomo de la mejilla y me beso.
Dio un par de pasos hacia adelante pero volví a llevarla sobre la pared, para seguir besándola.
Su mano se poso en mi cuello para después bajar por mi pecho y ahí se quedó, mordió mi labio con cuidado y se alejo un poco de mí.
-Este corazón me pertenece- volvió a subir para sacar mi mejilla.
-Y esa memoria está llena de lo que soy- volví a besarla, para unirme en aquello que decía.
Sus labios, sus manos, la sola imagen de una rosa roja hermosa se veía en mi mente.
-Haz escuchado la historia del ruiseñor y la rosa- la mire a los ojos, brillantes oscuros.
-Su sangre hizo que la rosa creciera de una forma hermosa por la noche, solo por amor- las espinas acabaron con su corazón.
El sonido de su respiración está constante, el calor que emitía su cuerpo era fascinante.
Su piel suave, la cargué de un solo movimiento y comencé a besar su cuello.
Mi corazón no era mío nunca la fue, me tomo de las mejillas y solo vi sus ojos, estaban nublados y recordé aquel hombre encerrado.
Su forma de hablar, sentí de nuevo un beso en los labios y sus manos en mi pecho la lleve a la cama y la recosté con cuidado.
Su cabello se defendió por las sábanas, creaba un hermoso cuadro.
-Puedo- dije en silencio se quitó la blusa sin decir palabra.
Toque sus pechos con mis labios de Ian forma cuidadosa.
-Podemos al hombre- dijo Clara mientras veían el cuerpo inerte.
Sus pechos eran suaves y estaban duros, una sensación que no había sentido antes corría por todo mi cuerpo.
- conecte lo no dejen que se valla sin darme información - dijo de nuevo bastante molesta.
El dolor pasaba por mi cuerpo de una forma satisfactoria, abrí sus piernas indi mis dedos dentro de ella, su piel era suave, calida y húmeda.
Una electricidad pasaba por todo mi cuerpo, una que no podía describir, la sola visión de aquel hombre perdiendo la vida me atrapaba, pero ella me miraba.
Un deseo inédito rodeaba su mirada, sus labios entre abiertos, y su cabello, la respiración que tenía era tenue y entre más movía los dedos mejor se volvía.
Su cuerpo frágil se sería al mío como si no hubiera nada más.
Mi mente se perdía, lo sentía, recuerdos que no conocía, una piel diferente a la de ella, unos ojos iguales grandes y preciosos.
Un paisaje hermoso, el césped y el aire se sentían en mis manos mientras la tocaba, la bese de nuevo cuando sentí un colapsó en el corazón.
No deje de tocarla, no deje de besarla el dolor me hacía seguir por qué lo dejaba yo lo quería.
Su cuerpo se encontraba con cada movimiento, sus manos me tocaban, una sensación e tacto que no había sentido antes pero que me encantaba.
Cuando cerré los ojos, para sentir su cabello entre mis manos, Clara estaba molesta, su pequeño experimento no había funcionado, pero algo del salió a la luz.
El solo recuerdo de aquella mujer en ese bello lugar, unas hermanas montañas a lo lejos con un vello atardecer, el solo paisaje parecía una obra de arte.
Aquella que sostenía en mis manos en ese momento, bese su cuello poco a poco, baje por su abdomen, poco a poco hasta llegar a sus piernas.
Bese una con cuidado para después abrir la otra y hacer lo mismo solo para hundirme en el centro de estás.
-Hemos perdido al hombre y todo lo que podamos usar del Clara- golpeó su tablet quebrando la.
-El nos hubiera ayudado- las solas palabras de ese hombre hicieron enfurecer a clara a un más.
-El ya no existe salió de este lugar, tiene que servir aún algo de ese hombre, esto no será en vano - el sabor de Lilith era esquisto.
Dulce, se sentía a ella, podía escuchar sus suspiros y gemidos, movía mi lengua probaba cada vez más.
Me encantaba, me excitaba chupaba y ella respondía con sonidos, metía sus manos por mi cabello, mientras yo abría más sus piernas.
Me gustaba el sentimiento, me llamaba el deseo y me entendía una sensación llena de satisfacción por todo el cuerpo.
Seguí una y otra vez, no importaba solo quería más y más, una droga compleja más haya de mis capacidades más haya del sonido que salía de sus labios al sentirlo.
-Señora Clara, emos abierto y monitoreando el cuerpo, no sabemos si continuar con la autopsia antes de que usted de la horden- clara trago saliva.
-muestra me el cuerpo - el sonido de sus tacones por el pasillo lo recuerdo, mis ojos estaban cerrados, pero sentía.
Miro el cuerpo, ella tocó los brazos, después su pelo, examinó.
Cómo yo lo hacia con Lilith limpie mis labios y me aleje de ella, me miró con deseo, fascinación y ganas.
Tenía unas ganas en los ojos que me atraían no obstante me alejaba de ella, la miré sus ojos la posición de su cabello sus labios.
Sus piernas sabía que ella hacía lo mismo conmigo, se levantó con cuidado tocó mi pecho y hacerco sus labios a los míos, tenía su sabor pero eso no le importó.
-¿Quiero su corazón?- dijo Clara a 3 hombres.
-Nesecito el corazón que el tiene- los tres hicieron caso a su petición y siguieron con su trabajo un cosquilleo llegó por todo mi cuerpo.
La sola vicion de la sangre, de como obtenían ese corazón, pero Lilith me tocó.
Bajo sus manos, y me miró a los ojos, no sabía si me pedía permiso para hacerlo o simplemente quería que vieras que lo hacía.
Tomo mi pene entre sus manos y comenzó a moverlas, sentía el placer por todo mi cuerpo, me gustaba y me estaba volviendo loco, comenzó lento para después hacerlo rápido y aumentar cada vez más.
Miro mi rostro y sonrió sabía que me gustas como yo lo sabía cuando la probé.
-Aqui está lo que pidió señora- Clara tomo el corazón y me miró.
Detuve a Lilith y la llevé a la cama ya abrí sus piernas.
-El corazón perfecto - Lilith me tomó del pecho y la penetre.
El solo sentimiento detuvo todos mis sentidos en un solo movimiento, sin decir palabra ella comenzó a meterse, el sonido de los suspiros de ambos invadió la habitación.
-Eres mío- dijo en una ola de sus piros.
-toma la sangre necesaria para que florescas mi bella rosa- respondí.
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