Especial de San Valentin (3)

San Valentín y el idiota suplicante

"Nada puede salir mal… hasta que Benxamín lo intenta."

San Valentín era solo otro día más en la vida de Will.
No le molestaba, pero tampoco veía la necesidad de convertirlo en una gran cosa.

Ben, en cambio, tenía otra mentalidad.

Por eso estaban sentados en una acogedora cafetería con luces tenues y decoración moderna. Todo iba sorprendentemente bien.

Hasta que Ben abrió la boca.

-Es curioso… hace años que no celebraba San Valentín. La última vez fue con mi ex y-

El silencio cayó como una lápida.

Will bajó lentamente su taza de café y entrecerró los ojos.

Ben parpadeó.

-Oh…

Will lo miró con una expresión neutra.

Ben tragó saliva.

-Oh, mierda.

Silencio.

-Interesante -murmuró Will, con voz calmada-. Qué lindo que recuerdes a tu ex en medio de nuestra cita de San Valentín.

-¡No, espera, lo que quise decir es-!

Will levantó una mano, como pidiendo que se callara.

-No, no, continúa. Quiero escuchar más. ¿Cómo fue? ¿Flores? ¿Cartas? ¿Un poema romántico?

-¡No, no fue así!

-¿Un fin de semana en la playa? ¿Una cena con velas?

-Will-

-¿Te arrodillaste y le prometiste amor eterno? ¡Qué romántico! Me encanta esta conversación.

Ben entró en pánico.

-¡No, juro que no fue nada especial! ¡De hecho, lo arruiné!

Will alzó una ceja.

-¿Ah, sí? ¿Y ahora esperas que me sienta mejor porque tu ex tuvo un San Valentín de mierda contigo?

Ben abrió la boca, pero no tenía palabras.

Will tomó otro sorbo de su café.

-…Si te atropellara un camión en este momento, no sentiría absolutamente nada.

Ben sintió que el alma le abandonaba el cuerpo.

Treinta minutos después, Will caminaba tranquilamente por la calle, mientras Ben lo seguía como un cachorrito arrepentido.

-Will, por favor.

Silencio.

-¡Fue un error! ¡No quise mencionarlo!

Will siguió caminando sin mirarlo.

-¿De verdad vas a ignorarme todo el día?

Will no respondió.

Ben intentó tocarle el brazo, pero Will se lo sacudió con la gracia de alguien espantando a un mosquito.

Ben suspiró.

-Ok, lo entiendo, la cagué.

-Lo hiciste -respondió Will finalmente, sin detenerse.

-¡Pero te juro que puedo arreglarlo!

Will chasqueó la lengua.

-Te escucho. ¿Cómo planeas salvar esta cita del desastre?

Ben lo miró, completamente perdido.

-Uh…

-Bien, entonces me iré a mi casa. Que tengas un excelente San Valentín con tu nostalgia por tu ex.

-¡No, espera! ¡Dame quince minutos!

-Dios, qué desesperación…

Quince minutos después, estaban en el departamento de Ben.

Will estaba en el sofá, brazos cruzados, expresión indiferente.

Ben estaba en la cocina, sudando la gota gorda mientras revolvía ingredientes con la energía de un hombre condenado a muerte.

-Si me envenenas, lo tomaré como un acto de desesperación -comentó Will. -Y si muero me aseguraré qué mi espíritu te atormente.

Ben ignoró el comentario y terminó de preparar una bandeja con chocolate caliente y galletas de corazones deformes.

Will miró la presentación con el mismo interés que le daría a un pedazo de papel mojado.

Ben le pasó una notita escrita a mano.

Will la leyó.

"Este es nuestro primer San Valentín juntos. Y soy un imbécil. Pero un imbécil que te ama."

Will suspiró y tomó una galleta.

Le dio un mordisco.

Ben lo miró con esperanza.

Will masticó lentamente.

Ben esperó.

-Sabe a cartón -declaró Will.

-¡No es cierto!

-Sí lo es.

-¡Las hice con amor!

-Tu amor sabe a yeso con harina cruda.

Ben hizo un puchero.

-¡Te juro que lo intenté!

Will tomó su chocolate caliente y lo probó.

-El chocolate está decente.

Ben sonrió con alivio.

-Entonces… ¿me perdonas?

Will lo miró con una expresión difícil de leer.

-Mm… no sé…

Ben se acercó un poco más, juntando sus manos en súplica.

-Por favor.

—No sé…

Ben juntó las manos con más fuerza.

-Por favorcito.

Will miró su expresión desesperada.

Ben intentó el golpe bajo.

-Soy tu novio, ¿no?

Will lo observó sin piedad.

-Por ahora.

Ben se quedó sin aire.

-¡Will!

-Dime una buena razón para perdonarte.

Ben lo pensó rápido.

-Eh… porque me veo increíblemente sexy cuando me esfuerzo.

Will arqueó una ceja.

Ben se señaló a sí mismo con confianza.

-¿No ves el brillo en mis ojos? ¿El sudor que recorre mi frente? ¡Esto es puro esfuerzo por tu amor, Will!

Will lo miró de arriba abajo.

-Pareces un niño que reprobó un examen y ahora intenta hacer méritos para que sus papás no lo castiguen.

-¡Exactamente! ¡Pero en versión novio!

Will suspiró con pesadez.

-Dios, qué insoportable eres.

Ben sonrió.

-Eso significa que me perdonas, ¿no?

Will lo miró fijamente.

-Depende.

Ben parpadeó.

-¿De qué?

Will alzó la galleta que aún tenía en la mano.

-Cómprame algo que sí sepa bien y consideraremos esto un trato.

Ben se puso de pie inmediatamente.

-¡Voy a la panadería de la esquina! ¡No te muevas!

Will rodó los ojos y apoyó la cabeza en el respaldo del sofá.

-Dios… ¿por qué me gusta este idiota?

Diez minutos después, Ben regresó con una bolsa de galletas profesionales y las puso frente a Will con orgullo.

Will las tomó, le dio un mordisco a una y asintió.

Ben sonrió.

-¿Eso significa que estamos bien?

Will lo miró con expresión seria.

Ben esperó con ansiedad.

Finalmente, Will suspiró.

-Sí, idiota. Estamos bien.

Ben sonrió con tanta felicidad que Will casi sintió pena por hacerlo sufrir tanto.

Casi.

Ben se lanzó sobre él y lo abrazó.

-¡Te amo!

Will lo empujó con una mano en la cara.

-Ya. No te emociones.

Ben rió y le dio un beso rápido.

Will frunció el ceño, pero no lo apartó esta vez.

-Feliz San Valentín, Will.

Will bufó.

-Feliz San Valentín, suplicante.

"Will estuvo en paz durante 8 meses, en el noveno nació.... y tiempo después conoció a Ben"

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top