Especial de San Valentin (2)

Todos nuestros días

"No guardemos los momentos para una fecha especial."
"Cada día puede ser especial, solo estando a tu lado"


El aroma a café flotaba en el aire cuando Edds abrió los ojos. Se estiró perezosamente, sintiendo el calor aún impregnado en las sábanas a su lado. Pero cuando movió la mano, solo encontró el espacio vacío.

Se quedó un momento con la mirada perdida en el techo, todavía medio dormido. Desde que vivían juntos, se había acostumbrado a despertar con Elijah cerca, a sentir su respiración acompasada y el leve peso de su brazo en su cintura.

Pero hoy, el lado de Elijah estaba frío.

Con el ceño fruncido, Edds se levantó, tomó una sudadera del perchero y caminó descalzo hasta la cocina.

Allí estaba él.

Elijah revolvía su café con una lentitud meticulosa, el cabello aún despeinado y su suéter negro ligeramente arrugado. Se veía completamente normal.

Demasiado normal.

Edds se cruzó de brazos en el umbral de la puerta.

-Buenos días -saludó, con la voz aún adormilada.

Elijah alzó la vista un instante y le pasó una taza.

-Buenos días.

Silencio.

Edds esperó. Tal vez una mirada significativa, un gesto, alguna pista de que Elijah recordaba qué día era.

Nada.

-¿Y qué planes tienes para hoy? -preguntó, probando suerte.

Elijah bebió un sorbo de café antes de encogerse de hombros.

-Nada en especial. Es un día normal, ¿no? No entiendo por qué la gente se preocupa tanto por San Valentín.

Edds sintió un pequeño nudo en el pecho.

-Sí... supongo.

Intentó sonreír, pero algo dentro de él ya empezaba a apagarse.

Unas horas después, Edds se encontró con Archie en la cafetería donde solían reunirse.

Pidió un café, pero apenas lo tocó.

Archie lo miró con curiosidad.

-¿Qué te pasa? Tienes cara de cachorro abandonado.

Edds bufó, recargando la barbilla en la palma de su mano.

-Elijah ni siquiera mencionó el día. Dice que es normal, que no entiende por qué la gente se preocupa tanto.

Archie alzó una ceja.

-Tal vez realmente no lo vea como algo importante.

-Eso pensé, pero el año pasado sí hicimos algo. ¿Por qué este año no?

-Quizás simplemente no tiene ganas.

Edds bajó la mirada a su taza.

-No es que esperara un regalo enorme o algo así... solo quería que fuera un poco especial.

Archie suspiró.

-Si no ha hecho nada hasta ahora, tal vez no lo hará. Pero ni tienes que preocuparte mucho, estoy segura que eso no mide cuanto te quiere.

Edds sintió un vacío en el pecho.

Quizás tenía razón.

Cuando volvió a casa, Elijah estaba en la puerta, con el abrigo puesto y las llaves en la mano.

-Vamos, tenemos que salir.

Edds frunció el ceño.

-¿A dónde?

-Reunión familiar. Mi hermana insiste en que vayamos.

La decepción lo golpeó con más fuerza de la que esperaba.

No solo Elijah no había hecho nada especial, sino que además lo estaba arrastrando a una reunión familiar en San Valentín.

Suspiró, sin fuerzas para discutir, y lo siguió.

El auto se detuvo frente a un pequeño edificio con luces tenues iluminando la entrada.

Edds miró por la ventana, confundido.

-Esto no es la casa de tu hermana.

Elijah apagó el motor sin responder.

-Vamos.

Edds lo siguió con el ceño fruncido. Al entrar, la confusión solo aumentó.

No era un restaurante, ni una casa. Era una sala de cine privada, pequeña pero elegante.

La pantalla frente a ellos estaba encendida, mostrando un negro profundo.

Edds se giró hacia Elijah.

-¿Qué es esto?

Elijah solo sonrió y lo empujó suavemente hacia una de las butacas.

-Siéntate.

Edds se cruzó de brazos, todavía con dudas, pero obedeció.

Las luces se apagaron.

Y la pantalla cobró vida.

El primer clip mostró a Edds en la cocina, despeinado y con suéter holgado, tarareando una melodía mientras removía la comida en la sartén.

Luego, la imagen cambió a él dormido en el sofá, envuelto en una manta, con la televisión encendida de fondo.

Otro video lo mostraba bailando torpemente en la sala, creyendo que estaba solo.

La imagen saltó de un momento a otro: su expresión concentrada mientras escribía en su laptop, su risa despreocupada cuando Elijah lo había empujado a la nieve, su ceño fruncido cuando peleaban por algo insignificante.

Edds sintió que el aire se le atascaba en la garganta.

Elijah había estado grabando todos esos momentos.

Momentos normales. Cotidianos.

Momentos de ellos.

Pero lo que lo dejó sin palabras fue el último clip.

Era él, dormido en la cama, con el cabello desordenado y la respiración tranquila.

La cámara temblaba un poco, como si Elijah dudara en grabar.

Y entonces su voz sonó en un susurro.

"¿Sabes que te amo, verdad?"

Edds nunca había escuchado esa grabación.

Se quedó congelado, incapaz de reaccionar mientras la pantalla se desvanecía en negro.

El silencio lo envolvió.

Sus ojos ardían.

Elijah se acercó lentamente, metiendo las manos en los bolsillos.

-Sé que pensaste que lo olvidé.

Edds tragó saliva, sin poder hablar.

-No quería que hoy fuera solo un día más -continuó Elijah, con voz suave-. Quería recordarte que todos los días son especiales. Que no importa si es 14 de febrero o cualquier otro, porque siempre va a ser lo mismo.

Se inclinó un poco, sus ojos verdes brillando en la penumbra.

-Porque te amo. Y porque no necesito una fecha para demostrártelo.

Edds soltó una risa temblorosa, con el corazón latiéndole en la garganta.

Se llevó una mano al rostro, riendo con incredulidad.

-Eres un maldito idiota...

Elijah sonrió y lo abrazó con fuerza.

-Lo sé.

Edds cerró los ojos, escondiendo el rostro en su cuello, y lo abrazó de vuelta.

La pantalla proyectó una última frase.

"En cada día normal, hay un San Valentín esperando."

Edds suspiró contra su piel, sintiendo la calidez de su abrazo.

Tal vez no había sido una propuesta.

Pero se sentía como una promesa.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top