El teléfono vibró sobre la mesa, rompiendo el silencio de la habitación. La pantalla mostraba el nombre de Archie, y un peso invisible se posó sobre mis hombros. Dudé antes de contestar, sabiendo que cualquier cosa que dijera probablemente involucraría a Elijah.

-¿Qué pasa, Archie? -pregunté, tratando de sonar más casual de lo que me sentía.

-Necesito que hables con Elijah. Ahora. En la biblioteca.

-¿Por qué no vienes tú? -intenté, aunque sabía que no serviría de nada.

-Porque estoy ocupada y tú tienes que resolver esto. No podemos seguir avanzando si siguen ignorándose. Además... él quiere hablar contigo.

-Pues entonces que espere, no pienso pararme en este momento.

-El dijo que esperaría, es su día libre.

Mierda.

-Iré en cuanto pueda.

-Bien, se que puedes hacerlo, ¡suerte!

Aún después de colgar la llamada las palabras "Él quiere hablar contigo." Estaban resonaron en mi mente. Y no las podía sacar de ella.

Unos minutos después de pensar en cómo escapar y no encontrar nada, me prepare para ir a esa estúpida reunión.

El eco de mis pasos en el pasillo era un metrónomo constante para el ritmo acelerado de mi corazón. La puerta estaba entreabierta, y por un momento consideré dar la vuelta. Pero, como si hubiera sentido mi presencia, Elijah levantó la mirada desde su asiento junto a una pila de libros.

-Pensé que no vendrías.

-Archie insistió -respondí, encogiéndome de hombros.

Elijah sonrió, pero era una sonrisa contenida, como si supiera algo que yo no. Me senté al otro lado de la mesa, dejando suficiente espacio entre nosotros.

-Podemos hablar del proyecto primero -dije rápidamente, con la esperanza de evitar cualquier otro tema.

Elijah inclinó la cabeza, observándome como si intentara descifrar un enigma.

-¿Por qué siempre haces eso? -preguntó de repente.

-¿Hacer qué?

-Evitarme.

Me tensé.

-No te evito.

-Sí, lo haces. -El tono de Elijah era suave, pero había una determinación detrás de sus palabras. Se inclinó ligeramente hacia adelante, eliminando la distancia que había intentado mantener entre nosotros.

-No sé de qué estás hablando.

-Claro que lo sabes, Edds.

Mis manos se cerraron en puños sobre la mesa. Elijah nunca se andaba con rodeos, y yo, yo soy lo contrario.

-Esto no es importante -dije finalmente, tratando de desviar la conversación de nuevo al proyecto. Pero él no me lo permitió.

-Para mí sí lo es. -Su voz era más baja ahora, pero no menos firme.

-¿Sabes por qué me alejé esa vez? -Elijah preguntó de repente, sus ojos fijos en los míos.

Sentí que el aire se hacía pesado. Claro que sabía a lo que se refería, pero no quería abrir esa puerta.

-No tiene sentido hablar de eso ahora.

-Tiene todo el sentido, Edds. Me alejé porque no quería hacerte sentir obligado. Porque pensé que era lo mejor para ti.

-¿Obligado? -Mi voz se alzó un poco más de lo que pretendía.

Elijah asintió, su mirada ahora llena de algo que no podía identificar.

-Te dije lo que sentía y luego me fui porque tenía miedo de que no sintieras lo mismo. Pero ahora... ahora estoy aquí porque quiero saber la verdad.

El silencio entre nosotros se volvió insoportable. Mi corazón latía con tanta fuerza que temí que Elijah pudiera escucharlo.

-No puedes simplemente volver y pedirme esto después de todo este tiempo -logré decir, aunque mi voz temblaba.

-¿Por qué no? -Elijah me miró con una mezcla de vulnerabilidad y determinación.

Abrí la boca para responder, pero las palabras se atoraron en mi garganta. Porque en el fondo, sabía la verdad. Siempre la había sabido.

Flashback

Aunque la primera vez que Elijah y yo intentamos trabajamos juntos fue buena, todo terminó en un desastre. No porque él no fuera competente, al contrario, su habilidad para organizar ideas y guiar a otros era abrumadora. Pero justo eso, su perfección, me volvía loco. Siempre encontraba un fallo en mis propuestas, algo que mejorar o que "podía pulirse más". Era agotador, y sin embargo, nunca pude odiarlo.

Recuerdo esa noche como si fuera ayer. Habíamos terminado de montar una escenografía complicada para la competencia. El teatro estaba vacío, salvo por nosotros dos. Elijah tenía esa expresión calmada que siempre llevaba, pero sus manos jugaban nerviosas con una cuerda sobrante.

-Edds -dijo de repente, rompiendo el silencio-. ¿Te has preguntado alguna vez por qué soy así contigo?

Fruncí el ceño, extrañado. -¿Así cómo?

Elijah dejó escapar una risa baja, como si se burlara de sí mismo. -Tan insoportable, supongo.

Rodé los ojos. -Pensé que era tu manera de ser con todos.

Él negó con la cabeza. -No contigo. Tú eres... diferente.

Hubo algo en su voz, una vulnerabilidad que me descolocó. Me giré hacia él, pero antes de que pudiera preguntar, lo dijo.

-Me gustas, Edds.

El mundo pareció detenerse. Mi mente se llenó de un millón de pensamientos a la vez. ¿Cómo no me había dado cuenta? ¿Qué debía decir?

Pero no tuve oportunidad de responder. Elijah dejó caer la cuerda y se levantó. -Olvídalo. Es tarde. Nos vemos mañana.

Y se fue. Así, sin más. Dejándome solo en medio del caos que había sembrado en mi pecho.

Después de aquella noche, intenté buscar respuestas. Quería confrontarlo, pero cada vez que lo hacía, Elijah encontraba la forma de desaparecer. Era como si la confesión hubiera creado un muro infranqueable entre nosotros.

Recuerdo una vez en particular, una semana después de aquel episodio. Me lo encontré en los pasillos, cargando una pila de documentos. Me armé de valor y lo llamé.

-Elijah.

Se detuvo, pero no se giró de inmediato. Cuando lo hizo, su expresión era neutral, casi indiferente.

-¿Qué pasa, Edds? -preguntó, como si nada hubiera ocurrido.

-Necesitamos hablar.

-No hay nada de qué hablar.

Su respuesta fue como un balde de agua fría. Me acerqué un paso, ignorando las miradas curiosas de los demás estudiantes.

-¿Cómo que no? ¿Vas a fingir que no pasó nada?

Elijah sostuvo mi mirada, pero había algo distinto en sus ojos. Un cansancio, tal vez.

-Sí, Edds. Es lo mejor.

Y eso fue todo. No esperó a que respondiera, simplemente se dio la vuelta y se alejó. Ese fue el inicio del final, o al menos eso creí. Elijah evitó cualquier interacción conmigo, y cuando anunció que presentaría un proyecto en solitario, supe que no había vuelta atrás.

No fue sorpresa para nadie que ganara la competencia. Su presentación fue impecable, brillante incluso. Pero mientras él recibía su premio bajo los reflectores, yo estaba en las sombras, lidiando con la sensación de haber perdido algo más importante que un trofeo.

Fin Flashback

Elijah me observaba desde el otro lado de la mesa, y por un momento, la intensidad de su mirada me hizo sentir que podía leer cada pensamiento que cruzaba mi mente.

-Edds -dijo, su voz arrastrándome de vuelta al presente-. No quiero que sigamos repitiendo lo mismo.

-¿Lo mismo? -mi voz salió más amarga de lo que pretendía-. ¿Qué es lo que esperas, Elijah?

-Espero que me des una oportunidad de arreglar las cosas.

Las palabras flotaron entre nosotros, pesadas y llenas de significado.

-¿Arreglar las cosas? No puedes simplemente volver y pretender que todo estará bien.

Elijah apoyó sus codos en la mesa, inclinándose aún más hacia mí.

-No espero que todo esté bien de inmediato. Pero quiero intentarlo, porque tú... tú siempre has significado más de lo que fui capaz de admitir.

El nudo en mi garganta era insoportable. Las emociones que había reprimido durante tanto tiempo estaban al borde de desbordarse. Pero antes de que pudiera decir algo, Elijah añadió:

-Sé que me equivoqué, Edds. Pero esta vez no voy a irme. No importa cuánto intentes mantenerme a distancia, no pienso rendirme contigo.

Sus palabras quedaron grabadas en mi mente, resonando como un eco persistente. Y aunque no lo dije en voz alta, en el fondo sabía que esto era solo el principio.

Elijah recogió sus cosas y se levantó, su expresión ahora más relajada.

-No quiero presionarte, pero tampoco voy a quedarme de brazos cruzados.

Se detuvo unos cuantos pasos después y se giró una última vez hacia mí.

-Piensa en lo que dije, Edds. Estoy dispuesto a luchar, pero necesito que tú también lo estés.

Y con eso, salió de la biblioteca, dejándome solo con un torbellino de emociones y una pregunta que no podía ignorar: ¿Estoy listo para enfrentar lo que él y yo podríamos ser? ¿Estoy listo para olvidar y superar todo?

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Espero que hayas disfrutado este capítulo. Nos vemos en el próximo.