Diario de Insomnio II
Acumulo un total de siete noches en vela. La última vez que me contemplé ante el espejo advertí los moretones bajo las cuencas de los ojos. Los surcos delineando las ojeras me transportaron a un pasado demoledor. Mas, me niego a compartirlo. No deseo dejar constancia de dichas fechorías, ni siquiera a través de un trozo de papel. Mi motivación al escribir esta letra se basa única y exclusivamente en mi heroica hazaña, pues quiero compartir con mi amada esta rocambolesca aventura. Así, cuando mi pajarito vuelva a mí, se deleitará con mis historias.
«Cuéntame más» —entonará con esa vocecilla de sirena. Y yo le relataré despacio, susurraré en su oído cuanto anhela escuchar, recalcando cada minucioso detalle, de la misma manera que soy capaz de atesorar el sabor de su mar. Cuando le haya expuesto mi viaje, ella me entregará su vida. Experimentará tal dicha que no se atreverá a rechazar mi oferta (...)
Siete veces la he soñado; trayectos oníricos donde sus huesos se tornaban fantasmales. Anoche, mientras indagaba en los códigos que cortocircuitan mi mente, me visitó en la penumbra de la oscuridad. Su tez lucía más pálida de lo habitual, envuelta en esos harapos de cal. Ya no portaba la coleta infantil, se había decantado por una cascada infinita que acariciaba sus caderas. Su cabellera negra me recordaba, en cierta manera, a una borrasca de chubascos. Lacia, mojada, extensa. No hallé vida en esos orbes oscuros que me observaban con recelo.
Le cuestioné sus motivos para contemplarme con tanto desprecio. En siete ocasiones insistí, pero no me ofreció más que silencio.
La impotencia me perturba. Es su decepción la que susurra. «Me prometiste salvación y a mi alrededor sólo encuentro un campo de huesos». De algún modo, sé que su mutismo me murmura en versos (...)
Han transcurrido varias semanas desde la última pista que detecté. Un par de individuos me han indicado el camino sin ser conscientes de su colaboración. Una oleada de desprecio me ha sacudido por dentro. Si la encuentran antes, me la arrebatarán. No puedo permitirlo.
He decidido seguirles los pasos, aprovechar la novedad que despierta en mi piel. Ya sabes diario a qué me refiero.
Dedico tanto éste como los tres siguientes a mi amiga Arantza, pues en breves en su cumple y espero poder publicar los siguientes capítulos para la semana que viene ^^
Los dos siguientes son desde la perspectiva de Edén y Simone.
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