XI. Jugando solo... ¡No!
Akutagawa miraba la mañana desde la ventana, por la noche, todos habían dormido en la sala, Dazai no lo admitiría pero Akutagawa sabía que quería hacer algo para recuperarle; miro a los dos bultos juntos, los únicos juntos, tanto Chuuya como Atsushi descansaban en un tierno abrazo ¿Quién iba imaginar que sentiría celos de su superior?
Dazai fue el siguiente en despertar, miro a ambos bultos abrazados y sonrió, se estiro y fue a la cocina, Akutagawa le miro fijo y decidió ir tras él, era el único que podría ayudarle
- Dazai-san – le llamo
- Ya lo sé Akutagawa, quieres salir con Atsushi-kun pero el ser agente y mafioso está de por medio
- Si y
- Es claro que estas celoso de Chuuya y que Atsushi-kun se lleve bien con él, te hace pensar que un mafioso y un agente pueden tener una relación
- Dazai-san ¿terminará todo lo que digo?
- Eres muy predecible
- ¿Por qué no ha recuperado a Chuuya?
- Chuuya no admite que me quiere
- ¿eso lo detiene?
- Así es, no me gusta que me rechacen – dijo el castaño y suspiro – siempre lo hace pero ahora no estoy del todo seguro si es verdad o mentira
- Buenos días – dijo el menor quien entraba mientras bostezaba
- Buenos días Atsushi-kun ¿Qué tal dormiste?
- Bien – sonrió – nunca pensé que después de ver tantas películas podría dormir tan bien
- Es bueno tener una noche de películas – dijo el castaño
El silencio se hizo presente, al parecer el único incomodo era Akutagawa quien no encontraba la forma de llegar al albino ¿Cómo hacerlo? Había jurado matarlo, matar a la persona que busco por dos años, matar a la persona de la que se enamoró sin conocerle y además... Era un Agente de la AAD
- Atsushi – se escuchó un quejido ronco
- Voy – respondió el albino mientras fue de nuevo a la sala, Dazai y Akutagawa le acompañaron
- ¿Qué pasa? – pregunto el castaño
- Atsushi, cierra las cortinas y tráeme agua, por favor
- Claro Chuuya – dijo el albino mientras obedecía
- ¿bebiste? – pregunto el castaño
- Cállate bastardo – se quejó el pelinaranja tomando su cabeza – Atsushi ayúdame
- Si
- Espera Atsushi-kun – le detuvo Dazai – yo me haré cargo
- No quiero tenerte cerca bastardo indecente pedazo de venado desatado en bosque verde
- ¿Qué tanto dijo? – pregunto Akutagawa
- ¿Por qué bosque verde Chuuya? – pregunto el albino
- Por qué es verde como tu puto
- ¡OK! – grito Dazai callando a Chuuya – me llevaré a Chuuya – y acto seguido le cargo
- Bastardo vendas verdes suéltame – se quejó el mafioso
- Ustedes hagan algo, será mejor que no estén en casa, Chuuya se pone muy grosero – dijo el castaño llevándose al pelinaranja a la habitación mientras Chuuya maldecía a 1, 2, 3 y mil demonios más
Atsushi miro a Akutagawa, sonrió ligeramente y suspiro
- ¿quieres hacer algo? – pregunto el albino
- No, solo debemos salir de la casa – dijo dando pie a su camino
- Entiendo... - suspiro el albino para salir de casa
Entre el camino, Atsushi había optado por ir por su camino y aunque Akutagawa lo negó, le siguió de cierta forma le preocupaba, más por su vestimenta
- Hey Jinko, entiendo que estemos en la playa, pero llevas el mismo traje de baño de ayer – se quejó el mafioso
- Si termine completamente dormido porque Chuuya no me soltaba – se quejó el albino – además es lo mismo, huele a mar e iré al mar
- Por lo menos puedes buscarte uno más largo – se quejó el mafioso entre murmuras
- ¿dijiste algo?
- No
Atsushi jugaba en la playa mientras Akutagawa le miraba, había usado a Rashoumon como una sombrilla, nadie le notaba, lo que si notaba era a ciertas chicas mirando al albino, incluso hombres ¡¿Qué pasaba en la playa?! Por eso el mafioso odiaba las playas, no solo era el olor a marina que afectaba sus pulmones, también eran las intensas miradas que recibía el albino. Comenzó su plan
Atsushi jugaba alegre, solo tenía una pelota con el pero eso le bastaba para divertirse, desde pequeño aprendió a hacerlo solo y ser feliz solo, pero había algo que le faltaba incluso, aunque lo negará, aunque no pudiera, aunque no tuviera nada que ofrecer, su vida siendo una basura (a su forma de verla) sin poder encontrar una forma de vivir, una razón de vivir, una marca, algo... El aun así añoraba sus sueños donde ahora sabía que el mafioso era parte, añoraba esos momentos... pero también deseaba que se hicieran realidad y aunque le ignorase, le hacía feliz saber que estaba en compañía del mafioso... o eso pensó pues cuando volteo para verle, no lo vio, ni a él ni a Rashoumon, Atsushi bajo la cabeza, probablemente debía seguir pensando en que eso era lo mejor
Atsushi siguió jugando un poco más, no tenía prisa, ni se sentía mal, esa era su vida, sus hombros llego una tela y el albino rápidamente volteo para ponerse a la defensiva, era Akutagawa quien le había puesto a Rashoumon en los hombros
- ¿Akutagawa?
- Estas quemándote mucho – dijo el mafioso – te pondré algo de bloqueador y podras seguir
- Pero – Atsushi se calló, se dio cuenta de la situación
Akutagawa estaba frente a él y por primera vez en lo que llevaban en aquel lugar, llevaba traje de baño, uno bastante largo, pero al darle a Rashoumon el albino pudo ver perfectamente su pecho, Atsushi rápidamente se sonrojo y miro al otro lado instintivamente, su sangre había ido a su cabeza en un segundo
- ¿pasa algo? – pregunto el mafioso – creí que querías jugar
- Ah, si, es que yo... am – balbuceos era todo lo que salía del albino en aquella situación
- ¿quieres algo?
- ¡S-si! – trago saliva volviendo a ver el cuerpo frente a él y suspiro – so-solo un poco de agua
- Vamos – dijo el mafioso extendiendo su mano
Atsushi pensó en tomar, quería tomarla, pero no, no lo hizo, siguió su camino evitando ver al mafioso ¿Qué le pasaba?
- El mismo dijo que odiaba bañarse, dijo que no le gustaba traer poca ropa, su habilidad depende de la ropa y solo llega a mí con un traje de baño y quiere jugar ¿qu-que le pasa? Voy a volverme loco, loco enserio, loco – pensaba Atsushi mientras caminaba
- Jinko se ve confundido... Debo entender por qué pero... ¿sería bueno molestarlo un poco? – pensó Akutagawa mirando al albino caminar delante suyo
Akutagawa aprovecho la situación, tomo la mano del albino haciendo que este se detuviera en seco y lo mirara nuevamente sonrojado
- ¿q-que haces? – le pregunto Atsushi
- Hay mucha gente, te puedes perder
- Cla-claro que no – se quejó el albino
- Esto es justo lo que Dazai-san dijo... Estoy seguro que me quiere pero con rechazos así, cualquiera dudaría – pensó el mafioso viendo al albino quejarse – vamos por tu helado Jinko
- Dije que quería agua, no helado
- Te compraré un helado
- Pero no quiero un helado así
- Vamos, Jinko, mira que estoy siendo amable contigo
- No tienes que serlo
- No tengo – dijo para mirar fijo al albino – pero quiero
Atsushi se quedó en silencio, no dijo ni una sola palabra más, solo siguió al mafioso por el camino mientras su sonrojar aumentaba y sus ganas de decir lo feliz que se sentía le abordaban, pero su conciencia permanecía, aquello que le advertía que si decía algo favorecerte terminaría mal como todo en su vida, tener los sueños que tenía, con eso bastaba y nada más... Eso debía proteger
Habían pasado la mañana y tarde juntos, el atardecer se acercaba y el albino seguía llevando a Rashoumon, de cierta forma, Atsushi estaba molesto, pudo notar como las personas miraban al mafioso, muchas chicas le hablaron incluso ¿Por qué debía ser tan popular ante pequeñeces? Atsushi estaba molesto; ahora, en aquel escondite tan suyo el mafioso miraba como el albino comía molesto, le intereso su reacción y no se hizo de la vista gorda
- Jinko ¿Por qué tan molesto?
- No lo sé, preguntale a tus tantas amigas que hiciste hoy
Y como una campanilla haciendo "ting" vino de golpe a la cabeza del mafioso, sonrió acercándose al albino
- Jinko ¿estas celoso?
- ¿ah? Celoso ¿Quién? ¿yo? No – dijo el albino
- Yo creo que si – dijo tomando la muñeca del albino
- Claro que no Akutagawa – se quejó el albino
- Jinko – le llamo y Atsushi volteo a verlo a la cara
Se tomó cara a cara con el mafioso, el albino de inmediato se sonrojo al verlo a los ojos, su intento de moverse fue negado pues, Akutagawa sostenía su muñeca y ahora su mentón y parte de su mejilla
- ¿A-Akutagawa?
- Yo también estuve celoso... por eso decidí disfrutar este viaje contigo
- ¿e-eh?
- Toda la gente te veía y yo era uno de ellos, allí, tu solo jugando, no pude soportarlo y menos que todos te vieran – suspiro – por eso decidí cambiarme y unirme a ti, unirnos
- ¿U-u-unirnos?
- Jinko... Tu eres especial ¿yo soy especial?
Akutagawa espero una respuesta, pero Atsushi era un lio en su mente, no sabía que responder o como responder, no sabía que estaba en juego o no, mientras pensaba, el mafioso se hartó, a paso lento se acercó y una vez tocándose, se aferró... Akutagawa beso a Atsushi, un beso tierno y sereno, aquel beso que los guio a una cuarta o quinta dimensión, solo sabían que en ese momento, no eran mafioso y agente, solo dos personas que se habían buscado y ahora podía estar juntas... Finalizo el beso y se volvieron a mirar, ahora Akutagawa lo sabía, aunque Atsushi le rechazaba no era lo que sentía, el albino tenía miedo y ahora su plan consistía en quitarle el miedo
¡Hola a todos! Disculpen la tardanza en este Fanfic pero ahora con más tiempo podre subir más capítulos, pues, los demás Fanfics han terminado y solo queda esté, espero lo disfruten.
¡GRACIAS POR LEER!
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