VII. ¿eres un sueño?

           

-          Akutagawa ¿A dónde vamos? La cabaña de Steven está al otro lado

-          Estaba harto de sus peleas, no han cambiado nada en estos 4 años, no lo harán por unas semanas que estemos aquí

-          Ya veo... - Atsushi suspiro y miro hacia la playa, el atardecer estaba llegando – es hermoso... -susurro

Akutagawa veía al albino que se había detenido, en ese momento se dio cuenta, se acercó a tocar el único mechón largo que tenía Atsushi en su cabello, Atsushi lo miro extrañado mientras el pelinegro tallaba aquel mechón entre sus dedos

-          ¿Akutagawa? – preguntó Atsushi algo temeroso

-          Jinko te gusta correr ¿no?

-          Si

-          Tienes un pelaje suave ¿no?

-          Si

-          Recuerda cuando me llevaste en tu espalda ¿lo has hecho antes?

-          Una vez en mis hombros a Rampo-san  y en mis sueños

-          En tus sueños, ya veo...

-          Si, aunque no sé quién es esa persona – sonrió el albino – cuando estoy con esa persona olvido todo lo malo de mi pasado

Akutagawa se sonrojo, soltó el mechón del albino y suspiro

-          Vamos Jinko

-          ¿A dónde vamos?

-          Te mostraré un lugar

Atsushi siguió a Akutagawa hasta la cueva, allí Atsushi realmente estaba asombrado por el lugar, no paro de gritar "ooooh" y mirar alrededor

-          Jinko solo cállate

-          L-lo siento, es hermoso este lugar

-          Lo sé – dijo Akutagawa sentándose en una roca – me recuerda a un lago que he visto en un sueño – el azabache suspiro al ver al albino prestándole atención – Hace un poco más de un año tengo estos sueños donde monto algo en un lindo lugar, con un lago

-          ¿E-eh?

-          Últimamente en los sueños, siempre estoy a punto de ver a esa persona pero antes de lograrlo despierto – miro serio al albino - ¿te pasa lo mismo?

-          Umh... - Atsushi se sentó frente al azabache y lo miro – siempre hay alguien que monta encima mío... se aferra fuerte, cuando me detengo, vamos al lago, nunca puedo verlo, las veces que volteo pasa algún animal o despierto antes de verle...

-          Jinko ¿crees ser tú el que aparece en mis sueños?

-          ¿Por qué estaría en tus sueños Akutagawa? Eso significaría que también estás en los míos

-          Lo más misterioso, es que hace un año y medio no tenía idea de tu existencia

-          Ah... Tienes razón – miro al techo para mirar alguno de los peces – bueno... solo podemos averiguarlo

-          ¿averiguarlo?

-          ¡Umh! – sonrió el albino – monta encima mío

-          Jinko – le nombro molesto

-          Solo tienes que montar

-          No sé para qué hacemos estás cosas – decía el pelinegro levantándose – vamos

Atsushi y Akutagawa ahora habían llegado a una parte de la playa vacía, Atsushi miro al pelinegro, suspiro  y se puso en cuclillas

-          Vale, sube a mi espalda

-          No subiré a tu espalda

-          Deja de quejarte ya lo hiciste la última vez

-          Fue diferente

-          Akutagawa que caprichoso eres

-          Y tú que estúpido

-          Emo

-          Bob esponja

-          ¿Cómo sabes de bob esponja?

-          La televisión es la televisión

-          Akutagawa solo sube

-          Ya, ok

Akutagawa se acomodó en la espalda del albino

-          Agárrate de mí cuello

-          De verdad no quiero

-          Solo hazlo

Si, Akutagawa abrazo al albino de su cuello, sus caras eran una poesía, era incomodo, estaban incomodos... Atsushi suspiro, sus extremidades de tigre hicieron su aparición en sus brazos y piernas, comenzó a correr amentando cada vez más la velocidad, Akutagawa sintió aquella ráfaga de viento, aquella que sentía que la cara se le estiraba y que tragaba quien sabe cuántos insectos, tras un gran recorrido Atsushi se detuvo, se dejó caer en la arena mientras intentaba respirar por correr tanto a tal velocidad, Akutagawa llamo a Rashoumon y levanto al felino

-          ¿A-Akutagawa?

-          Mi agarre ¿fue el mismo?

-          S-si

-          También el ir encima de ti – dijo el pelinegro

Atsushi estaba tan cansado que no podía respirar bien, Akutagawa seguía sosteniéndolo con Rashoumon y tocio levemente

-          Descansa, caminaré un rato

-          Es-estamos mu-muy lejos

-          Tienes que descansar para llevarme de vuelta, mientras acordaré el tiempo

-          Va-va-vale

Atsushi había cerrado los ojos, si, era llevado por Rashoumon, ahora el mafioso se sentía nervioso, si, el agente se había quedado dormido pero él seguía pensando en lo sucedido, había soñado con Atsushi hace más de un año, soñaba despierto con verlo, con sentirlo o estar cerca de él y ahora tenía la promesa de matarlo, no, más que eso, era un mafioso y el un agente, solo había alguien de quien podría tener una consulta a un tema así...

-          Dazai-san... - le nombro y Atsushi despertó

-          ¿mmmh? – bostezo - ¿Dónde estoy?

-          Idiota, es Rashoumon

-          ¡Ah! – grito confundido y así cayo de la habilidad demoniaca

-          ¿ahora qué te pasa?

-          Na-na-nada – decía Atsushi completamente sonrojado – va-vamos a casa

Atsushi se puso en cuclillas y evitando ver al pelinegro, Akutagawa notó eso de inmediato, digo, Atsushi no era buen actor, así que se sentó en la arena de brazos cruzados y llamo al albino

-          Jinko ¿Qué paso?

-          Na-nada – decía Atsushi sin mirarlo - ¡vamos a casa! – grito nervioso. Akutagawa le dio un manotazo en la cabeza

-          A mí no me grites estúpida

-          So-solo vamos con Da-Dazai-san y Chuuya – decía Atsushi

-          ¿Por qué?

-          M-me po-pone nervioso estar aquí

-          ¿Estar aquí? O... ¿estar conmigo? – Si, Atsushi estaba completamente rojo

-          ¡No puedo evitar estar nervioso con ese sueño! – grito Atsushi

-          ¿Qué soñaste?

-          Nada

-          Dilo

-          No

-          ¿Qué soñaste?

-          Akutagawa deja de preguntar, no te diré

Akutagawa tenía la paciencia en su límite, se fue encima del albino, tomo sus muñecas sin dejarlo moverse y lo miro decidido a los ojos, Atsushi... no cabe decir ya lo rojo que estaba

-          Habla Jinko – dijo serio el pelinegro

-          ¡UN BESO! – grito Atsushi cerrando sus ojos por tal vergüenza - ¡SOÑE CON UN BESO ENTRE NOSOTROS! EL MISMO LUGAR, LA MISMA SECUENCIA, PODÍA VERTE Y NOS BESABAMOS – entonces, Akutagawa cacheteo a Atsushi

-          Relájate Jinko

-          A-Akutagawa

Akutagawa se dio cuenta de su posición, se sonrojo también y se quitó de encima del albino, ninguno se voltea a ver, era un silencio intenso más ahora no estaban incomodos, había algo diferente, algo... cercano

-          Vamos a casa con Dazai-san

-          S-si – dijo Atsushi volviendo a su postura de cuclillas

-          Jinko

-          ¿mmm?

-          Usemos a Rashoumon de casco

-          ¿Por qué casco?

-          Odio los insectos

-          ¿eh?

-          Olvídalo

Akutagawa volvió a subir en Atsushi, al abrazarle el cuello, esta vez ambos se sonrojaron aunque Akutagawa fue el único que aprecio eso en las mejillas de Atsushi. El albino volvió a correr a gran velocidad, ¿Qué hora podría ser? Ninguno de los dos lo sabía peor si sabían que era de madrugada

-          La luna es hermosa – dijo el azabache

-          No puedo verla – dijo Atsushi algo nostálgico

-          ¿Por qué no?

-          Así fue como Dazai-san me encontró, si miro a la luna me convertiré en tigre

-          Ahora lo controlas ¿no?

-          No sé si lo controlo, creo que lo respeto

-          Mírala, si algo sale mal traeré a Dazai-san

-          Pero Akutagawa

-          ¿no dijiste que tus miedos se iban?

Atsushi se quedó callado, trago saliva, el mismo lo había dicho pero que Akutagawa lo dijera fue algo simplemente que le hizo explotar, suspiro volteo hacia la playa y sus iris se expandieron a ver tan hermosa luna brillante y cercana, la playa nunca había sido tan hermosa, Atsushi temblaba de miedo en pensar en arruinar tal noche tan encantadora y fue mayor su sorpresa cuando el pelinegro tomo su mano

-          Todo está bien, puedes verla

-          S-si – respondió el albino avergonzado – gracias Akutagawa 

Akutagawa y Atsushi se sentaron un rato en la playa a ver la luna, era algo hermoso de presenciar y más sabiendo que el albino le había temido, las palabras de Atsushi resonaban en Akutagawa "un beso" ¿Qué significaría? Más bien... ¿Por qué había soñado con él? ¿Por qué siempre era él? ¿Por qué hasta ahora? Y ¿Cómo? Apenas hace unos meses lo había conocido y nunca lo había visto ¿Cómo? ¿Cómo? Eso era lo que llenaba la mente del pelinegro, tanto que no noto cuando el albino se acercó, Atsushi estaba cerca, parecía llamarle desde hace un tiempo pero Akutagawa solo relajo el cuerpo y lo miro

-          ¿Qué pasa Jinko?

-          Me acabo de dar cuenta que no tienes cejas

-          ¡IDIOTA! – lo golpeo tan fuerte en la cara que Atsushi regreso a la arena como si fuese parte de ella – vamos adentro con Dazai-san

-          S-si... - Atsushi levanto el rostro y escupió arena – lo siento... solo quería saber

-          ¿Qué querías saber?

-          Si eras tú o un sueño

¿Cómo lo hacía? Solo fue una simple frase que le hizo reventar el corazón, Akutagawa tocio y regreso sus pasos para extender su mano en forma de ayuda

-          Vamos a casa

-          S-si

Los ruidos se escuchaban desde afuera, ambos menores suspiraron al darse cuenta que los mayores seguían peleando ¿Cuántas horas eran ya? Habían salido desde el atardecer y ya era la plena madrugada ¿en que pesaban?

-          Entremos

-          ¿Por qué se insultan tanto?

-          No lo sé, desde que los conocí eran así, aunque a veces se perdían por horas

-          No me imagino como serían si Dazai-san en la mafia eres despiadado

-          Seguramente se llevaron muchos golpes

-          ¿crees que estuvieran a punto de matarse?

-          No creo que tanto, quizá solo hasta terminar muy cansados, al fin y al cabo eran compañeros

-          Probablemente...

Los menores entraron y la escena que vieron fue demasiada, tanto que los dejo en completo shock, habían olvidado lo que habían hablado hace un momento, no, eso era demasiado para sus ojos, probablemente Akutagawa fue quien sufrió mas al verlos aunque Atsushi probablemente sufrió de un ataque al corazón, Chuuya intentaba hacerlos volver mientras Dazai solo se carcajeaba como un demente al mirar a ambos chicos petrificados, incluso, tomo fotos...

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