☽ Cap IV ☾

-Es por ello que digo que la imitación de sangre y los suplementos son un asco- dijo el ojiverde parado en el marco de la puerta -No dan los nutrientes necesarios y al cabo de un tiempo nos termina matando de hambre- ingresó a la habitación y se acercó al par, sostuvo el brazo vendado del bicolor y retiró las gasas, mostrando la herida aún sin cicatrizar.

-¿Qué podemos hacer?-

-Necesita beber sangre, pero no creo que quieras darle la mía, ¿cierto?- sonrió ladino -Los dejo a solas, no escaparé, así que tomense su tiempo- tras tomar un par de prendas salió de la habitación.

»Supongo que tengo que darle la mía« miró al bicolor apoyado en él, soltó un suspiro -Ven...- dijo en voz baja guiando al contrario hacia la cama.

-No tienes que hacer nada, pasará en cuanto logre controlar mi metabolismo - dijo con voz apenas audible.

-Los suplementos no son mágicos, tú mismo lo dijiste, no vengas a hacerte el fuerte cuando apenas y puedes respirar- miró con molestia al contrario -Solo tienes que beber un poco, ¿cierto?- esperó una confirmación, cuando el contrario asintió con debilidad puso manos a la obra realizando una herida en su brazo donde pronto comenzó a brotar la sangre -Toma la que necesites para mantenerte estable-

-¿Estás seguro?- tragó en seco al ver la sangre correr por su brazo, ascendió su mirada enfocándose en su cuello, podía ver cómo resaltaban sus venas.

-Sí, hazlo antes de que me arrepienta- sentenció, el bicolor sin dudarlo se abalanzó contra él pero no a su brazo sino a su cuello -¡O-oye!- exclamó nervioso al hallarse debajo del contrario.

-Lo siento, la sangre sabe mejor directo del cuello- murmuró con deje de culpa, acto seguido hincó sus filosos colmillos en la tersa piel del ojirojo quién soltó un gemido ahogado.

-Todoroki...- aferró sus manos a la espalda del mencionado, podía sentir como su sangre era succionada y desbordaba de las comisuras adversas manchando el resto de su cuello, tenía una sensación caliente que abrazaba todo su cuerpo.

El bicolor se apartó solo un poco, el aroma del contrario era embriagante y su sangre era exquisita -Tan dulce...- susurró en su oído limpiando con su lengua el resto de la sangre.

-D-detente... - jadeó ante la última acción apretando su agarre, todo su cuerpo se estremeció.

-Dijiste que podía beber la que necesitara- rozó sus colmillos cerca de la clavícula, con sus manos se ayudó y rasgó la prenda del contrario, su pecho subía y bajaba con irregularidad, relamió sus labios y aspiró el dulzor del ojirojo.

-Ya tomaste suficiente- trató de apartarlo, pero ahora el contrario parecía una pesada roca, sin éxito trató de deslizarse fuera de su alcance, dándole la espalda creyendo que así podría librarse.

Una sonrisilla bailó en sus labios al ver en la posición en que había quedado el rubio, sin más terminó por retirar el resto de la playera, el contrario sólo pudo crisparse, había cometido un grave error ahora estaba a la merced del contrario.

-Hazlo rápido...- murmuró con nerviosismo.

-No comas ansias- dijo con sorna, tomó las manos ajenas entrelazandolas con las suyas y colocó cada una a los costados, tras lamer toda la extensión del hombro hasta la nuca finalmente volvió a clavar sus colmillos.

-¡Ah...!- su rostro enrojeció y no hizo más que ocultarlo entre las almohadas, apretó con fuerza las manos adversas.

»Lindo« rió a sus adentros con ternura, podía sentir como la vida había vuelto a su cuerpo, como la sangre volvía a circular con normalidad y su piel volvía a pigmentarse, se apartó nuevamente dejando un delgado hilo rojizo que pronto recogió con su lengua -Lo siento, tal vez me pasé- soltó las manos del rubio, éste se giro con cuidado, pequeñas lágrimas corrían por sus mejillas »Definitivamente me pasé« la culpa carcomió su mente -Perdóname, puedes golpearme, lo merezco-

El rubio no dijo palabra alguna, limpió sus mejillas con rapidez »Ah, mierda...« pensó avergonzado tras las emociones encontradas que tuvo y las lágrimas volvieron a salir, recibió un abrazo por parte del bicolor -Mitad y mitad... - murmuró y el mencionado se apartó mirándolo expectante de una respuesta -Me preguntaste si me importabas... Me importas y mucho- confesó.

-¿Significa que te gusto?- preguntó emocionado acunando el rostro ajeno.

-Si así lo quieres ver- sus labios se vieron atacados por los adversos, el sabor a metal aún predominaba en su saliva, un sabor bastante extraño pero aditivo, correspondió el beso con la misma voracidad, sintiendo como sus alientos chocaban entre si y sus lenguas danzaban con pasión.

Finalmente la falta de aire hizo presencia obligándolos a separase -¿Puedo escucharlo de tus labios?- preguntó el bicolor al alejar su rostro, chocando sus frentes y mirándose a los ojos.

-Jamás- respondió y se apartó por completo -No creas que seré meloso ni mucho menos amoroso- advirtió.

-No te estoy pidiendo eso, me gustas tal cual eres, no tendría caso pedirte que cambies cuando fueron tus actitudes las que me hicieron enamorarme de ti- dijo con una suave sonrisa.

-Idiota... - desvió su rostro con un leve sonrojo y procedió a salir de la habitación, vio al ojiverde tumbado en el sillón quien reaccionó en cuanto le vio salir.

-Eso fue rápido- admitió -Me pregunto a que sabrá tu sangre~- confesó con picardía observando el par de orificios que perforaban su piel y la esencia de su sangre que llenaba el departamento.

-Nunca lo sabrás- respondió y acto seguido se dirigió al baño, nuevamente el sonido de la regadera se hizo notar.

Seguido el bicolor salió con calma -Creí que aprovecharías para irte- se sentó en el sillón opuesto al del ojiverde.

-Comí lo suficiente ayer, no necesito salir tan seguido- sonrió satisfecho.

-¿Puedo preguntar que clase de torturas te hizo pasar Enji?-

-La mayor parte fueron mutilaciones, de ahí eran palizas las veinticuatro horas del día, me alimentaba para acelerar la regeneración y volvía a cortar, me mataba de hambre y me llenaba la cabeza con sus cosas-

-¿Entonces no apoyas su ideología?-

-Lo hago, concuerdo en que somos una raza superior a las demás y no debemos rebajarnos a convivir con ellas, solo creo que pueden haber formas...- se quedó estático, no tenía sentido lo último que había dicho, tomó aire y se tranquilizó.

-¿Estás bien?- se alzó de su lugar, a lo cual el ojiverde respondió interponiendo su brazo para evitar la cercanía del bicolor.

-Estoy bien, supongo que no dormí bien- se levantó y sin decir más se dirigió a la habitación -Dile a Bakugo que sólo ingrese por su ropa, quiero estar solo- dicho esto cerró la puerta.

A los minutos el rubio salió del baño con una toalla enredada en la cadera -¿Pasó algo?-

-Quiere estar sólo, dijo que solo pasaras por tu ropa-

El rubio suspiró exasperado e ingresó a la habitación saliendo a los segundos con una muda de ropa -Parece que duerme- comunicó dirigiéndose nuevamente al baño -Ya salgo- al tratar de cerrar la puerta el pie del bicolor se interpuso -¿Que haces?- preguntó en cuanto vio al contrario entrar -No te daré más sangre- advirtió de una vez.

-No vengo por ello- sonrió ladino cerrando la puerta detrás suyo.

-... ¿Entonces?- retrocedió en cuanto el adverso se comenzó a acercar.

-Es sólo que...- observó el torso desnudo del rubio, pese a que no era alguien que realizara ejercicio rutinariamente tenía el abdomen marcado y el pecho pronunciado -Te miras bastante sexy- admitió con un rubor en sus pómulos.

-Que estupidez- se dio la vuelta, su rostro ardía por la vergüenza, sin más pudo sentir el tacto en su espalda provocándole escalofríos.

-No te muevas, solo quiero ver la herida...- murmuró y las yemas de sus dedos recorrieron con suavidad sus hombros y hacia dentro rozando ambas perforaciones las cuales ya habían comenzado el proceso de cicatrización »Tan sexy...« mordió sutilmente su labio inferior.

-¿Terminaste?- a pesar de que sonaba firme había muy en el fondo un ligero temblor en su voz.

-Ya casi- sus falanges descendieron por todo el largo de su espalda, definiendo los músculos, acariciando con melosidad y cierta picardía su tersa piel.

-Basta...- se giró, al verse ambos a la cara sus rostros se encendieron.

-Solo admiraba tu cuerpo-

-Ya lo hiciste ahora te puedes retirar- ofreció tan amablemente como pudo -Ve a cuidar de Deku-

-Dijiste que estaba durmiendo-

-Puede que se haya despertado- lo tomó del hombro y lo dirigió hacia la salida, sin dejarlo decir algo más lo sacó del baño.

El bicolor sorprendido solo pudo reír por lo bajo, caminó a la habitación y se aseguró de que el ojiverde siguiera ahí, cuando fue así se fue a sentar en el sofá esperando a que el rubio saliese.

☽ ❍ ☾

Cuando finalmente sacó al bicolor recargó su frente en la puerta para después darse la vuelta y recargar su espalda, un intenso rubor cubría su rostro »Carajo...« recordó el tacto del contrario cada vello de su cuerpo se erizó, un ligero mareo le hizo sostenerse del lavamanos y alzó su rostro mirandose fijamente al espejo, era inevitable, su temperatura corporal estaba elevandose con rapidez y podía notar en su mirada como se volvia cada vez más perdida, abrió la llave del agua y comenzó a echarse en grandes cantidades mojando su rostro y parte de su torso »Esto está mal...« ahora sabía que aquel bochorno que sintió hace un rato no era nada más y nada menos que un aviso de que su celo había llegado, lo desafortunado de su situación era que sus supresores se encontraban en la otra habitación.

-Mierda...- inspiró con profundidad y exhaló lentamente, acto seguido giró la perilla de la puerta y salió tambaleante.

El bicolor quien aún estaba en el sofá de inmediato se alzó y con preocupación fue a socorrerlo -¿Estas bi-...?- antes de poder finalizar su pregunta se vio atacado por el rubio quien devoraba con pasión su labios cayó nuevamente en el sofá, y el contrario acomodó sus piernas a cada lado sentándose en su regazo, aún sin entender muy bien lo que pasaba trató de seguirle el ritmo pues parecía llevar prisa, deslizó su diestra por la mandibula del rubio y lo separó -Espera...- un delgado hilo de saliva manchó sus mentones, llevó su pulgar a la boca adversa -Muestrame tu lengua- cuando éste obedeció adentró su pulgar empapandolo con su saliva acarició su lengua tan caliente, incluso su aliento, sonrió con lasciva cuando sintio que el contrario envolvía su dedo con su lengua, extasiado retiró su falange e introdujo su lengua enredandola con la adversa, colocó su diestra detrás de su nuca buscando profundidad.

Gimoteo ante la ferocidad del beso comenzando a mover su cadera al compas de este buscando el roce de la entrepierna adversa, al encontrase aún con la toalla el contacto era más directo -Ngh...- un gemido se perdió entre el beso su miembro había chocado con el bulto que se había formado en la entrepierna del bicolor.

-No sabía que estaba cerca tu celo...- murmuró tras apartarse y empezar a repartir besos por todo el contorno de su mandíbula descendiendo por su cuello.

-Ni yo...- alzó su cabeza dando más acceso a su cuello, la humedad de sus labios regalando suaves toques a su piel descargaba en él temblores que sacudían su cuerpo, sus manos se aferraban con fuerza a la espalda del bicolor, encajando sus uñas

-¿Quieres que vaya por tus supresores?- lo miró, a diferencia del rubio él aún estaba en su cabales.

El contrario gruñó y tiró de su cabello -¿Te parece que quiero mis supresores, idiota?- exclamó alzando su playera y quitándosela por completo.

✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶

Lo prometido es deuda criaturitas jsjs, si todo marcha bien espero que las actualizaciones sean a inicio y fin de mes u.u

Esperando que el capítulo sea de su agrado me despido, nos vemos en el siguiente capítulo uwu.

Que tengan un/a lindx día, tarde o noche.

Lxs quiero.~

Bye.~

××Sam××

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