☽ Cap I ☾

¡Criaturitas!

¿¡Como han estado!? Espero realmente bien :)

Es un placer para mí traerles la continuación de "××Rojo Carmesí××" pasó mucho tiempo desde que finalizó la primera temporada y lamento mucho la espera, pero ya estamos de regreso, esperando que mi escritura siga siendo de su agrado :D

Las actualizaciones aún serán irregulares, no quisiera poner un día en concreto porque no quiero quedar mal con ustedes jsjs, pero muy probablemente sea una actualización al mes, tal vez después aumente los días.

Sin más esperando me reciban calurosamente, me despido, que disfruten del capítulo y denle mucho apoyo. <3

L@s quiero.~

Bye.~

✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶

Anteriormente...

—¡Deku!- gritaron al unísono, pero algo no estaba bien ¿por qué Enji les entregaba al peliverde como si nada? Además...

-Todoroki...- habló el rubio.

-Lo sé... - el aroma que desprendía el ojiverde ya no era el mismo al que ambos recordaban, era más penetrante y su presencia era más pesada, no sentían tranquilidad al verlo.

-Chicos- habló finalmente el peliverde mientras se acercaba, un intento de sonrisa se veía en sus labios, pero lejos de lucir alegre era espeluznante, cuando finalmente quedó frente a ellos pudieron notar lo demacrado que estaba, ojeras, moratones por todo su brazo, sus manos vendadas -¿Por qué vinieron?-

✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶

—¿De que hablas? Deku... Llevas semanas desaparecido, más bien, secuestrado— hizo énfasis en esta palabra volteando a ver a su padre.

—¿Secuestrado? Lo dudo, como puedes ver me hallo bastante bien— pese a sus palabras su físico mostraba todo lo contrario moratones, cortes y heridas aún sin sanar.

—No digas tonterías, nerd...— intervino el rubio con deje de molestia pero más que nada dolido de ver la indeferencia de su amado ante su estado de salud.

—Nerd...— repitió dicho sobrenombre en un murmullo un breve destelló iluminó sus orbes y de repente se vio atacado por fuertes punzadas en su cabeza, llevó ambas manos a sujetar mechones de su verduzca cabellera tirando de ellos buscando aliviar su dolor.

El bicolor al ver tal reacción se acerco de inmediato junto al rubio, ambos sujetaron las manos adversas tratando de hacer que dejara de lastimarse —¿¡Qué diablos le hiciste, Enji!?— preguntó con ira al ver el estado tan deplorable en que se encontraba su pareja.

—Nada, muy por el contrario, solo ayudé a que vea la realidad como es— respondió sin rencor alguno.

—¿¡A qué se refiere!?— preguntó el rubio.

—No es difícil de entender...— blanqueó los ojos —Sólo le hice entender que nuestra raza está muy por encima de todas y no debemos mostrar piedad ante ellas, ya que solo son ganado— sonrió al finalizar su explicación.

—Tonterías— contradijo el bicolor.

—Lo mismo decía tu "amigo" a final de cuentas terminó entendiendo— se encogió de hombros —Ya terminé con él, pueden llevarselo— hizo un ademán al peliblanco quien sólo había estado observando la escena.

—Nos vemos pronto, Midoriya— se despidió sonriente siguiendo los pasos del mayor.

—Vamonos— anunció el bicolor sujetando al ojiverde del brazo, el rubio imitó su acción y los tres salieron del sitio, con pasos apresurados, el que los dejara marchar no significaba que estuvieran libre de peligro.

Tras varios kilometros recorridos por fin cesaron sus pasos. el peliverde aún parecía estar en una especie de trance pues no parecía reaccionar al llamado de los chicos.

—¿Él... Él estará bien?— preguntó finalmente el rubio con preocupación observando a su contrario.

—Debe de estar en shock, aún no sabemos todo lo que vivió con mi padre, sólo sabemos lo superficial— respondió en un suspiro mirando de soslayo al ojiverde quien permanecía inmerso en sus pensamientos.

—Sólo espero que esta pesadilla acabe pronto— se recargó en el pilar que tenía detrás suyo.

—Así será, ya verás—

O eso era lo que creían...

✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶

Luego de una corta caminata por fin ya se hallaban en la ciudad, miradas se posaban sobre ellos algunas de extrañeza y otras de sorpresa por el estado en que estaba el peliverde, fue así todo su trayecto hasta que finalmente llegaron al edificio, subieron con calma e ingresaron a su departamento, dejaron al peliverde sobre el sillón y se sentarón a su lado.

—¿Deku?— preguntaron al unísono.

Este los miró y como si la vida hubiese regresado a él sus ojos brillaron nuevamente, como si fuese una persona nueva reaccionó y de su rostro palido volvió el color, una enorme sonrisa apareció —¡Chicos...!— sus ojos se cristalizaron.

Ambos suspiraron con alivio y se abalanzaron a la par contra el peliverde —Me alegra que estés de nuevo con nostros— dijo el bicolor.

—¿De nuevo?, ¿qué fue lo que pasó?— observó a ambos chicos separandose del abrazo expectante de una respuesta.

—Digamos que hasta hace poco te teníamos ausente, actuabas raro...— respondio el rubio con nerviosismo, recordar el aspecto que tenía el ojiverde hace unos minutos le causaba escalofríos.

El peliverde procesó esa respuesta y luego de unos segundos suspiró exhausto —No logro recordar nada— se entristeció.

—Ya no importa, la cuestión es que te tenemos de nuevo con nosotros— dijo el bicolor buscando reconfortarlo.

—Tienen razón— sonrió como de costumbre —Si me disculpan, quisiera descansar un poco, siento mucha fatiga— sobó su cuello.

—Claro, es lo que te iba a proponer— comentó el bicolor ayudando al ojiverde a ponerse de pie, el rubio se adelantó a acomodar la cama para que estuviese cómodo, con cuidado lo recostaron y tras cerciorarse de que todo estaba en orden salieron de la habitación para dejar descansar al contrario.

—¿Qué prosigue?— preguntó el ojirojo tomando asiento en el sillón —Parece no recordar nada—

—Pensaba preguntarle pero ahora que presenta lagunas mentales no lo sé— llegó con dos vasos de agua y entregó uno al contrario —Debe de haber algo que explique su cambio de semblante—

—Y su olor, ¿te percataste que cambió en cuanto volvió a ser el de antes?— dio un sorbo a su vaso.

—Sí, fue demasiado evidente, incluso el ambiente mejoró—

—¿Qué mierda le hizo tu padre?— se mostró frustado.

—No lo sé, pero sea lo que sea te prometo que hallaremos una solución— tomó entre su mano la adversa y la apretó mostrando la confianza en sus palabras.

El rubio lucía un rostro bastante confundido ante la acción del contrario y luego recordó la confesión que le había hecho el bicolor hace unos días »Mierda« un ligero carmín tiñó sus mejillas, ¿por qué carajo su corazón se aceleraba con cada mirada, con cada gesto que le dedicaba el contrario?. Apartó su mano de un movimiento —Antes... allá con tu padre no te importó revelarle tus sentimientos, aunque se burlase—

—¿Por qué habría de importarme? Te confesé mis sentimientos y no me retracto de ello, y se lo haré saber a todo el mundo, golpearé a todo aquel que se burle de ti o de lo que tengamos— respondió con total seguridad.

—Los golpes se me dan mejor a mi— presumió el rubio.

—Entonces entre los dos golpearemos a aquellas personas que se burlen— propuso con una sonrisa.

—Sí, claro...— rió por lo bajo.

—Ya casi anochese, ¿tienes algo en mente para cenar?—

—Hay que comer en casa, no quisiese dejar solo a Deku— respondió con la mirada en el techo, con su cuerpo totalmente desparramado en el sillón.

—Cierto, iré a ver que hay para preparar—

—Deberías dejarme cocinar una maldita vez aunque sea— respondió, desde la ausencia del ojiverde el bicolor había tomado el mando de la cocina sin dejarlo participar ni una sola vez.

—Cocino bien—

—Cocinas insípido— se levantó de su lugar y caminó hacia la cocina —Igual que tú— apartó al contrario de la nevera y buscó que preparar.

—¿Qué quieres decir con eso?— preguntó indignado.

—Estás pálido, te falta color, incluso a tu cabello— rió a sus adentros —En pocas palabras estas insípido— sacó vegetales y carne roja.

—¿Es así?— arqueó una ceja —Sé cómo puedo obtener algo de color— se acercó por detrás del rubio y en un movimiento hizo que quedaran frente a frente.

—¿Qué mierda haces?— preguntó irritado, por tal acción unos cuantos vegetales habían caído en el suelo.

—Obtener color como dije— su diestra pasó a rodear su cintura y su otra mano se deslizó por la espalda ajena.

—Apártate o será tu funeral— sabía lo que estaba por hacer, interpuso ambas manos buscando generar distancia pero por algun motivo sus brazos flaqueaban.

—Sería justo que así como tú me hiciste ver mi ausencia de color, seas tú quien me ayude a generarlo—

—No digas estupideces— dio un fuerte empujón y sólo así pudo deshacerse del contrario quien había dado a parar hasta la nevera, recogió los vegetales con rapidez y se dispuso a lavarlos, era inútil ocultar su nerviosismo pues sus manos temblorosas lo delataban.

—Yo no obtuve color pero tal parece que tú sí— hizo referencia al rubor que cubría los pómulos adversos.

—Vete al diablo—

El bicolor ladeo la cabeza al obtener aquella respuesta, tras considerarlo un poco finalmente preguntó —¿Te gusto?—

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