Seungmin comía su hamburguesa con una sonrisa, mientras veía como Jeongin le decía enano a Changbin quien estaba sentado a su lado. El alfa más alto colocaba su mano sobre sus cejas y fingía no ver a Changbin quien le daba pequeños golpecitos en la costilla de alfa y este carcajeaba por sus acciones.

Los dos se habían vuelto buenos amigos y Seungmin siempre le decía que parecían más novios que amigos. La realidad era que agradeció a los cielos tener a ese par juntos. Llevaba 4 meses completamente sobrio, sin una gota de alcohol y drogas, también había comenzado ir a terapia y la relación con sus padres ya no era tan fría y distante, las cosas realmente iban bien, más con la compañía de ese par. Sabía que en algún momento tenía que hacerle caso a su corazón pero por ahora solo quería sanar.

Su celular sonó, dejó la hamburguesa a un lado, tomó un poco de refresco, se limpió los dedos y contestó.

─Espera Minho. Tranquilo. Respira, si, lo sé, pero no te entiendo una mierda ─pronunció, ─espera, ¿qué?, ahora vamos

Se levantó de golpe alarmando a sus chicos, como los llamaba, los cuales arrugaron el ceño, el omega mordió otro pedazo a su hamburguesa y los miro.

─Vámonos, los gemelos se adelantaron y nacerán hoy. -indico el omega.

─¿Pero qué?, les faltaban dos meses ─pronunció Changbin colcando el dinero en la mesa de lo que había comido él y Seungmin, lo mismo hizo Jeongin pago su comida y dejó la propina.

─Yo que putas voy a saber, yo solo quiero ser el tío alcahueta y millonario ─se burló y los 3 salieron hacía el auto del ahora menor alfa, un buen y estupendo carro

─Deja de decir tantas groserías, pareces vagabundo ─lo golpeó en la cabeza Jeongin

─Mira grandulón yo creo que si te puedo dar unos buenos golpes. -se defendió Seungmin

Changbin movió la cabeza en negación y entró al carro, encendiéndolo para ir hacia su amigo.

Media hora con el tráfico, llegaron al hospital para encontrar a su amigo caminando por todos lados y maldiciendo en voz baja, su madre estaba sentada esperando que su hijo se calmase.

─Wow vas a ser un hoyo en el piso ─dijo Seungmin

─Ah no me jodas, llegan tarde ─le indico ─lleva dos putas horas adentro, ¿cuanto más necesita? ─sus feromonas comenzaron a esparcirse por todo el pasillo, con olor ácido

─Hijo, nos vas ahogar, a Seungmin y a mi, -indicó su madre -se que estas preocupado, pero entiende que algo así no es fácil... Ten paciencia.

Soltó un respiro ahogado y se sentó, pasando sus manos por su rostro. Changbin lo miró, era su amigo, pero lo era más de su hermano, por lo que miraba su celular esperando respuesta de este, pero nada pasó.

20 minutos después, el sonido de la puerta sonó, dejando ver al médico que traía consigo dos pequeñitos bultos envueltos en hermosas sabanas, de figuras bonitas. Minho se levantó de golpe, se acercó junto con su madre quien, comenzó a llorar. El alfa trago seco y camino, dio dos pasos hacia ellos, y de las cobijas pequeñitas manos salieron, sus ojos lo miraron y dejo de respirar, su corazón se detuvo, ahí estaban sus pequeñitos botones, así los llamo cuando los vio por primera vez en el ultrasonido de su omega. El olor impregno sus fosas nasales. Con miedo puso sus manos sobre estos, el doctor hablo pero no lo escucho, cuando vio el gotas caer en la sabanas de sus pequeños, fue cuando se dió cuenta que estaba llorando.

─¿Y Jisung? ─preguntó Seungmin mientras veía a su amigo embelesado con sus pequeños, los cuales sostenía.

─Está bien, perdió sangre pero en unas horas podrán verlo, los tres han salido bien ─indicó el doctor.

─Gracias ─pronunció Changbin.

Los tres se acercaron para mirarlos y su corazón se sintió cálido, realmente eran pequeños muy lindos, sus ojos eran igual a los Jisung, la pequeña Sunnie, era igual al bruto de su padre, pensó Seungmin, mientras el pequeño Minnie, era una mezcla de ambos.

─Los bebés recién nacidos siempre son feos como ancianos, arrugados y huelen raro, pero Minnie y Sunnie son realmente hermosos, gracias a Jisung ─se burló Seungmin.

─Solo porqué tengo a mis hijos en mis manos, si te pateaba el trasero ─pronunció Minho

Su madre sostuvo a los pequeños, cuando el padre de Minho llegó junto a los de Jisung. Cuando llegaron miraron a los gemelos, sonrieron y lloraron, se abrazaron y fue la escena más hermosa y feliz que hubiera visto Seungmin.

─Chicos vayámonos, estorbamos aquí ─indicó Seungmin y los dos asintieron.

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Al salir Seungmin sintió algo martillar su pecho con fuerzas, realmente aquello se quedó grabado en su cabeza.

─¿Estás bien? ─preguntó Changbin

─Solo pensaba que en el futuro, quiero ser padre ─le miró y sonrió.

─Yo me ofrezco como tributo para ser el papá ─alzó la mano Jeongin con una sonrisa burlona

─Yo también ─dijo con una sonrisa Changbin

─Ah no, con ustedes nada, no, vayanse a la mierda ─el omega camino con una sonrisa en los labios.

─Seungminnie~~~.... ─prolongaron su nombre más que pudieron ambos.

El omega solo sonrió feliz, su corazón se sentía contento, pero aunque la decisión en su corazón estaba tomada, sabía que alguno de ellos sufriera y eso lo hacía sentirse completamente adolorido, pero, bueno no había prisa. Todavía tenían el futuro por delante.

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4 años habían transcurrido desde que Felix había tocado tierra Coreana. El aire realmente refrescante, se sentía completamente en casa.

─¿Felix? ─preguntó el beta a su lado, un chico de facciones varoniles pero mirada gentil.

─Si, estoy listo, solo quería mirar el paisaje, es tan cálido como refrescante, ¿no crees? ─dijo el omega con una sonrisa

─No, quiero irme a la ciudad ─dijo con una sonrisa burlona

─Tonto, vayamos a ver nuestro departamento, mañana entro a la empresa de Distrubición Intercionales Yusei ─indicó Felix.

─Si señor mejores calificaciones, ─se burló tomando su muñeca

─Lo sé señor segundon ─le sacó la lengua ─vamos Woo Young

Ambos caminaron para tomar un taxi, mientras Felix miraba por la ventana, viendo la ciudad, esa ciudad llena de hermosos y tristes recuerdos.

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WooYoung beta 24 años.