Minho se dejó caer en el suelo de rodillas con las manos en el rostro. Sentía como su interior algo se desgarraba, no podía respirar, sentía que sus pulmones se quemaban, su garganta no producía ninguna palabra, su corazón apenas latía. Era un lazo rato, eso era lo que sentía, sin estar unido a ese omega, a su omega, sentía que algo se había roto, quería correr pero sus piernas no funcionaban, no se movían por mas que le suplicaba su tigre interior, correr hacia su omega, que le pidiera perdón, estas no se movían, no era su orgullo, era el dolor de haberle fallado. Solo pensó en él, cuando estaba frente a todo lo que podría hacerlo feliz.

¿Cuántas noches se quedaron mirando la luna mientras se tomaban la mano, señalando las estrellas y las formas que se formaban? ¿Cuántas noches estuvo a su lado cuando su padre lo golpeaba y este lloraba, el calor de sus brazos y su voz cálida, lo calmaba en las peores crisis? ¿Cuántas veces se quedó en la noche a esperarlo cuando él solo estaba ahogado en el alcohol por no ser un hombre valiente? Solo un niño asustado ¿Cuántas veces latía su corazón con solo escucharlo reír? ¿Cuántas veces suplico su piel sentir la de él?

Se abrazó a sí mismo, su ser interior gritaba que necesitaba a su omega pero tuvo que silenciarlo con sus lágrimas. Camino hasta llegar a su casa, donde sintió el olor a caldo, el caldo que hacía su madre cuando su padre llegaba ebrio. Dio un suspiro y entro a su habitación, sin mirar a su madre o buscar a su padre con la mirada, se encerró en aquella oscuridad, en aquel cuarto frío, suplicando que lo sacara de ahí, donde Jisung siempre le daba una mano, una mano cálida y la luz entraba a su patética vida. Por un instante, como un arcoiris después de una fría tormenta, cálido y brillante.

Pero, ahora estaba completamente solo.

─────────────────

Felix se sentía inquieto, su amigo llevaba con él ya una semana y ninguno sabía lo que pasaría después de todo. Su padre estaba molesto, alegaba con los ancianos de las manadas para que pusieran una orden, pero no conseguía nada, solo podía escucharlo bufar palabras altisonantes.

Dio un suspiro y sin mucha opción, Seungmin y él fueron a la escuela, con la mente llena de caos, sin ánimos de hacer algo más que pensar.

Su padre los llevó con la advertencia de que no podían acercarse a los alfas de la manada de lobos negros.

Es cuando Jisung llegó con sus lentes puestos, la mirada caída, delgado, ojeras debajo de sus ojos, con un parche en el cuello.

─¿Qué demonios? ─gritó Seungmin ─¿quien demonios te hizo esto?

Felix no entendía bien, hasta que sintió el cambio de aroma en el cuerpo de Jisung era como un jardín marchito, seco y húmedo, triste y doloroso.

─¿Por qué mi omega te tiene que dar explicaciones? ─aquello fue un eco que aturdió sus pensamientos. Es cuando miraron a Chan con una sonrisa triunfante ─él es ahora mío

Un golpe seco se produjo, Felix vio como su amigo había golpeado al alfa en la cara hasta sacarle una línea fina de sangre que este escupió.

─No permitiré que por un maldito instinto, por ser omega o por no se que putas, alguien dañe a mis amigos, ya lastimaron a la persona que amo para ver a mi amigo sufrir ─señaló con molestia.

─Tranquilo Seungmin ─pronunció Felix intentando calmar a su amigo.

─¿Qué putas te crees?¿te crees Dios para cambiar algo que está escrito por décadas en nuestra existencia? -cuestionó Chan molesto.

─No seré Dios, pero si el omega que jamás volverá a bajar la cara contra un alfa ─tomó la mano de su amigo, llevándoselo con él.

─Él no puede estar sin mi, soy su alfa ─bufó el alfa

─Créeme que estará mejor lejos de ti.
-Felix miró al alfa y sonrió. ─Eres ingenuo pensando que un omega que no te ama, será tuyo a la fuerza, tendremos un animal aquí ─señalando su pecho ─pero antes somos humanos.

─Vete al demonio ─dijo el alfa alzando la mano

─¡Tócalo y te haré pedazos! ─una fuerte voz como un gruñido hizo que todos voltearan hacia ellos ─te haré en tantos pedazos que tu madre no te reconocerá, Chan ya has hecho el daño suficiente.

Felix miró a su alfa y su corazón latía tan fuertemente, quería correr a sus brazos realmente, necesitaba con desespero su cálido olor y su cuerpo rodeando el suyo.

Hyunjin camino hasta su omega, si suyo, lo tomó de la cintura y lo beso profundamente, abrazando su pequeña cintura, marcando a su omega con su olor, para luego soltarlo y golpear su frente con su dedo.

─No vuelvas a hacer nada sin mí, ¿entendiste?, yo arreglaré todo y te prometo que no dejaré que nadie te toque ─beso su cuello ─eres mío...

El omega se estremeció para luego ser soltado, no hizo mas que correr hacia sus amigos mientras Hyunjin miraba a Chan.

─No solo me cabrea que toquen o le griten a mi omega, si no que te creas tan superior como para tomar el omega de mi amigo, rompiste las reglas y lo sabes

─¿Reglas?, ¿Cuáles reglas Hyunjin?, ¿las que tú has roto más de una vez? ─escupió el alfa.

Hyunjin hizo una mueca, realmente estaba molesto, hace 5 días su amigo no contesta las llamadas, dice su madre que no ha salido de su habitación, no solo eso, su teléfono está apagado y el olor en su cuerpo es algo muerto, realmente su alfa está agonizando y si sigue así podría morir. Su hermano había despertado y solo tenía heridas profundas pero hasta cierto punto superficiales que no le afectaron en el futuro, pero averiguo que aquellos alfas de bengalas, tenían un plan bajo la manga y eso lo había hecho esconder su amor por su omega y realmente lo tenía cabreado.

Camino hasta Chan y lo tomo de la solapas del saco que traía puesto y lo miro a los ojos, los cuales se volvieron de un tono amarillo profundo.

─Un alfa que desea el omega de otro alfa tiene que pelear por este, pero veo que no tienes los huevos suficientes para hacerlo ─lo empuja ─pagarás por esto.

Chan solo hizo una mueca puesto estaba con sus amigos y por ello se sentía fuerte, pero él realmente sabía porqué Hyunjin era el líder, era un ser imponente, lo mirabas donde lo mirabas.

──────────────────

──────────────

¿Que se armen los madrazos?, nadie se mete con el líder.

──────────────

¡Gracias por leer!

Makishi Konue