12.- Guerra de corazones
Solo eran chicos, no importaba su condición de omega o alfa, solo eran chicos que querían ser libres, libres de uniones, libres para amar.
Volvieron a la colina donde sonrieron. Minho sacó cervezas del carro de su amigo, aventó una lata a cada uno, las cuales la abrieron después de un "Salud".
Estaba consciente que lo habían hecho no cambiaría nada, pero al menos aquella noche se sintieron valientes.
─Puedes quedarte en mi casa ─pronunció Jisung ─mis papás no tendrán problema con eso
─No, regresare a casa en la mañana ─tomo un trago de su cerveza ─realmente gracias por sacarme de aquel aburrido lugar ─sonrió de manera triste Felix
─Lix ─lo miro Hyunjin ─¿Estás seguro?
─Lo estoy ─le miro ─nada cambiará el hecho que aun somos jóvenes, ninguno tiene el dinero para salir de casa... pretendemos ser fuertes, ser libres, pero solo somos rebeldes a los ojos de nuestros padres, en el futuro, prométanme que seguiremos siendo amigos sin importar lo que pase ─el tinte de nostalgia de la voz de su mayor amigo, hizo que cada uno tuviera una pequeña punzada en su corazón
─Claro, nadie los soportará ─bromeó Seungmin rompiendo la tensión del aire, abrazando al pequeño alfa.
Hyunjin solo miró a Felix, se acercó a él y lo abrazó, el mayor con un nudo en la garganta abrazó el cuerpo del menor, cerrando los ojos.
─Sin importar lo que pasé, yo te estaré esperando en esta colina.
Y una promesa se hizo aquella noche.
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Al abrir la puerta de su casa Felix fue recibido con la fuerza de su padre quien jaló su ropa, para luego aventarlo al suelo.
─¿Qué pretendes? ─gruño y sus colmillos sobresalieron ─desafiando a tu manada -gruño su padre.
─Padre, estoy cansado, soy tu hijo, no un premio, ─susurro.
Un golpe seco se produjo, ya no lloro, aunque su mejilla estaba roja, ya no hizo nada más que mirar a su padre, miró a su madre pero la sumisa omega solo desvió la mirada. Realmente en ese momento solo quería ver a su alfa y a sus amigos.
─Seungmin está solo ─su voz se quebró ─sus padres lo dejan solo, solo por tener el dinero que ellos tiene, tu quieres lo mismo, tu envidia por ellos te cegó, no quieres perder la posición de líderes vendiendo a tu hijo al mejor postor, ¿eso te hará feliz, padre?
─¡¡Largo!! ─señaló su habitación ─ve a tu cuarto.
El omega no hizo más que caminar con el dolor en su pecho, le dolía, realmente lo hacia, porqué tenía ese miedo, miedo de perder a su alfa, como a sus amigos. Aquella noche lloro hasta quedarse dormido.
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─¡¿Y por qué simplemente no puedo pelear?! ─gritó Hyunjin a su padre quien tomaba un café
─Hyunjin cálmate ─pronunció su hermano
─Ellos lo casaran, dime, no tu fuiste quien me enseñó que la uniones son con amor, por ese lazo que tenemos, algo que nadie puede romper, ¿por qué ahora me dices que no puedo pelear con él?, soy el alfa líder ─bufó molesto el alfa
─Y porqué lo eres no puedes, porqué le tienes que demostrar a tu manada lo que es correcto ─dio un suspiro ─hijo, nuestra manada no tiene ningún problema con los lobos blancos, son ellos quienes nos repudian, simplemente ellos son seres egoístas, te prometo que encontrarás alguien más
─Tú no te das cuenta, que no necesito a nadie más, lo necesito a él
Se dio la vuelta, su hermano quería detenerlo pero no puedo hacer mas que ver como su hermano mayor salia de aquella casa, ¿por qué era tan complicado amar?
Hyunjin no era débil, era fuerte y por ello era el líder, sin embargo también era joven a los ojos de su padre. La relaciones entre los lobos blancos y negros siempre fue clara, eran como el agua y el aceite. Sin embargo, para Hyunjin desde el día que conoció a Felix lo supo, entendió que aquel hermoso lobo blanco, era su otra mitad.
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Seungmin entro a esa casa fría, había bebido lo suficiente para sentir el cuerpo entumecido. Su cabeza le dolía, se sentía mareado, cansado y triste. Las palabras de Felix rebotaban en su cabeza, era cierto, ninguno tenía el valor de huir, estaban atascados en las órdenes de los demás, de sus padres y de la sociedad misma.
Se dejó caer en el gran sofá, giró su cuerpo y colocó su brazo sobre sus ojos. Un extraño calor comenzó a producirse, "Su celo", había llegado porque estuvo tan ocupado con sus amigos que olvidó un par de veces tomarse sus inhibidores.
Levantó su cuerpo de golpe para buscar los medicamentos de emergencia, pero el mareo, el dolor de su cabeza y su cuerpo caliente hicieron efecto, haciéndolo desvanecerse por un instante.
Fue atrapado por dos grandes y firmes manos, sintió el olor y supo quién era, quiso empujarlo pero este lo sostuvo por la cintura de manera firme. Odiaba ser tan débil aunque siempre pretendía ser fuerte.
─Yo te ayudaré con eso ─la voz en su oído le causó escalofríos y no placenteros, tuvo miedo.
─Por favor, por favor, no ─suplicó con una voz débil ─eres mi hermano, Woojin.
─No lo soy, odio cuando dices eso ─gruño en su oído mordiendo suavemente su cuello ─tu no eres mi hermano, eres mi omega
─Eso no es ─fue interrumpido.
Un dolor en su cabeza lo aturdió, su "hermano", lo había jalado del cabello para luego golpearlo y aventarlo al suelo. Tomo su cabeza, intentando colocando su cuerpo en posición fetal.
─No estás en la maldita situación de decirme, no. ─ahora el alfa tenía el poder
Fue tomado como un maldito costal de papas, mientras este pataleaba, pero era casi imposible, el alfa había impregnado el lugar con sus feromonas, haciendo aturdir al omega en celo.
Lo aventó sobre la cama, si tan solo tuviera un lazo, sin tan solo fuera de alguien. Podría pedir apoyo, pero entonces lo recordó, estaba solo. La ropa fue rota, su cuerpo fue lastimado y herido.
Algunos querían ser libres, sin uniones y otros como él, suplicaban estar unido con alguien que pudiera escuchar sus gritos. Alguien que lo protegiera.
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¡Gracias por leer!
Makishi Konue
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